Cómo las hormonas dirigen nuestro apetito y la conducta alimenticia
A través de la sangre fluyen mensajeros químicos que ayudan a controlar el apetito. Comprender cómo funcionan puede aclarar la función de la biología en la regulación del peso...
Cada día tomamos cientos de decisiones, grandes y pequeñas. Muchas de estas decisiones son buenas, pero a veces nos damos cuenta de que hemos tomado una mala decisión. A veces, incluso sabemos que estamos tomando una mala decisión mientras la tomamos.
Este es, a menudo, el caso en lo que respecta a nuestra relación con los alimentos. Nos culpamos a nosotros mismos por no tomar las decisiones correctas para cumplir nuestros objetivos de peso. Intentamos comer menos y movernos más, pero no siempre tenemos éxito.
Pero, ¿qué sucede si tenemos mucha menos libertad de lo que creemos?
Podemos agradecer al economista conductual Daniel Kahneman por ayudarnos a comprender que tenemos un control menos consciente sobre las decisiones que tomamos de lo que creemos. De hecho, tomamos muchas decisiones sin estar al tanto.
Lo denomina pensamiento del Sistema 1. Es rápido, intuitivo e inconsciente, como escoger una camiseta del armario o atarse los cordones.
El Sistema 2 funciona de manera diferente. Digamos que tiene una cita importante. Puede pasar mucho tiempo probándose diferentes prendas y solicitando consejos a sus amigos. Este es el pensamiento del Sistema 2: lento y deliberativo.
¿Cómo funcionan los Sistemas 1 y 2 cuando se trata de la regulación del peso y del apetito?
Muchas personas han pensado mucho en sus objetivos de peso y en los alimentos que desean comer. Esto podría significar que hacen dieta o que no repiten porciones. Esto es lo que la mayoría de las personas pensaría como voluntad. La voluntad funciona bajo la jurisdicción del Sistema 2.
Pero cumplir con los objetivos de alimentos y peso es más difícil debido a los planes que tiene el Sistema 1. Esos planes se rigen por las reglas del juego de supervivencia que ya no son pertinentes. Las reglas de supervivencia favorecen el consumo de alimentos altos en energía y nos protegen enérgicamente de la pérdida de peso.
La ciencia ha demostrado que si queremos perder peso y mantenerlo, la voluntad está lejos de ser el único factor. De hecho, desempeña una función mucho menor cuando se trata de regulación de peso de lo que solíamos pensar.
El peso está controlado por muchos procesos y algunos de ellos están fuera de nuestra conciencia. Es por eso que es probable que una combinación de terapias y enfoques que aborden múltiples mecanismos sea la forma más eficaz de controlar la obesidad, según el grupo de investigación de la Universidad Estatal de Luisiana.
Afortunadamente, no tiene que hacer esto solo. Programar una cita con un proveedor de cuidados de la salud capacitado para hacer un plan de tratamiento personalizado es un primer paso importante para comenzar a abordar el desafío y hacer que su biología trabaje para su beneficio.