De México al Antiguo Egipto, existen diversas supersticiones relacionadas con plantas, árboles y flores
Si caminas por las calles de alguna ciudad de la India, comprobarás que en las puertas de muchas casas lucen guirnaldas de hojas de mango conocidas como “toran”. Un elemento que ayuda a purificar el aire de las casas y traer buena fortuna, ya que es una planta asociada a la diosa Lakshmi.
Pero este no es el único ejemplo que habla de la ínfima relación entre plantas y supersticiones en diferente culturas: en la ventana de una casa del sur de Italia, una mamma ha colocado una planta de albahaca cuyo simbolismo va más allá de los recetarios; y el tulipán, atención, es visto aún con recelo por algunos al ser el motivo de la primera burbuja económica de la historia - la tulipomanía acontecida en Países Bajos en el siglo XVII -.
Y es que el mundo nunca ha dejado de vigilar unos jardines donde moran plantas asociadas a tantas supersticiones como formas de invitar a la buena suerte.
Bambú de la suerte: la planta favorita del Nuevo Año Chino
Si visitas China durante la celebración de su Nuevo Año, descubrirás que en muchas partes luce el conocido como lucky bamboo. A pesar de sus similitudes estéticas con el bambú, esta especie del género Dracaena (agaves) procede originalmente del africano país de Camerún. Una planta cuyo rápido crecimiento se compara al aumento de ingresos y buena suerte durante las celebraciones del Nuevo Año Chino, especialmente si se combina con amuletos relacionados con los Cinco Elementos. Por supuesto, el feng shui está de acuerdo.
Cuidado con el color del tulipán
El tulipán es otra de esas flores que dividen a los más esotéricos. Llegado de Persia, el tulipán era símbolo de elegancia para los sultanes turcos que solían solaparlos a sus turbantes y regalarlos al ser querido en señal de pasión. Sin embargo, cuidado con el color: los tulipanes amarillos representan el miedo a perder a la persona amada, los celos y la traición según algunos países de Europa del Este y también Turquía, mientras que los morados representan la exclusividad y los blancos los comienzos de un amor puro, de ahí que estén presenten en muchas bodas.
Albahaca: la planta que polariza a todas las culturas
El tulsi (o la albahaca ‘madre’) era una planta cultivada en torno a los templos de la India que fue traída a Europa a través de diversas rutas comerciales. En la Antigua Roma, era la planta que te volvía pasional y torpe a la vez, por lo que se la consideraba tan afrodisíaca como satánica. En los templos de la iglesia ortodoxa griega aún se perfuma el agua bendita con sus hojas, y los indígenas del Chocó (Colombia) la siembran para después hacer baños de buena suerte con sus ramas, así que vamos a inclinarnos por la albahaca como sinónimo de muy buena fortuna.
El olivo como conexión entre humanos y dioses
La mayoría de culturas asomadas al Mediterráneo han estado de acuerdo en el olivo como árbol de buena suerte. Los egipcios atribuían a la diosa Isis la creación del olivo, cuyas ramitas eran colocadas en los sarcófagos de los difuntos. En la Antigua Grecia, la creación del olivo se relaciona de la diosa Atenea y simboliza el triunfo - como bien confirmaban las antiguas coronas olímpicas, hechas con ramas de este árbol -, además de la longevidad, la fertilidad y la paz entre los pueblos.
Los cactus: hablemos
El cactus es una de esas plantas que dividen al mundo: por un lado, China y el feng shui incitan o a no colocarla en el interior de casa pero también evitarla en la entrada. Según las creencias del país oriental, las espinas son símbolos de desgracia en el hogar, por lo que se recomienda evitar el cactus a toda costa salvo si decidimos colocarlo en diagonal apuntando a la puerta principal. Sin embargo, en países como Grecia, el cactus es una planta que simboliza la buena suerte - motivo por el que encontrarás muchos en las entradas de las casas -, y en algunos lugares de América Latina se coloca en la zona de trabajo para atraer clientes.
Cempasúchil: la flor de los muertos
Si visitas México durante su famoso Día de Muertos, descubrirás que muchos lugares están cubiertos de cempasúchil, flor naranja autóctona asociada por los aztecas a la diosa Mictecacihuatl, reina del inframundo. Según la cultura mexicana, el aroma de estas flores y su vibrante color atraen a las almas de los difuntos a fin de guiarlas de vuelta a la Tierra durante la celebración del Día de Muertos. La película Coco es una buena muestra de esta creencia.
El muérdago: más que una planta de Navidad
El Viscum album, más conocido como muérdago, es esa planta que luce en tantas puertas y chimeneas durante las fiestas navideñas, y tiene un motivo. Los antiguos celtas ya colgaban esta planta en las puertas para proteger sus casas de los malos espíritus, mientras que Estados Unidos, entre otros países, extendió el mito de que besarse bajo el muérdago aporta buena suerte a la pareja. Por otra parte, en algunos países de Europa del Norte, cada 13 de diciembre, día de Santa Lucía, se quema un muérdago para ahuyentar la energía negativa y posteriormente se quema para sustituirlo por otra rama fresca.
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