Las Big Tech reconfiguran el poder global, superando a los Estados con control de datos y algoritmos. Su influencia geopolítica, liderada por figuras como Elon Musk, desafía la soberanía y demanda acción urgente.
Es fundamental proteger y promover una educación global que esté preparada para abordar los retos del siglo XXI, fortaleciendo las bases de un futuro más justo y colaborativo.
Aunque resulte aparentemente inevitable la permanencia de Nicolás Maduro en el poder, la juramentación presidencial del próximo 10 de enero reactivará los conflictos sociales, económicos y políticos en Venezuela.
La caída de Bashar al-Asad debilita el Eje de la Resistencia impulsado por Irán, mientras Israel asegura posiciones estratégicas en Siria. Teherán debe decidir entre culminar su programa nuclear o evitar el aislamiento en un Oriente Medio inestable.
Los chips son dioses nanométricos. Necesarios para todas las cosas, están en el centro de la economía mundial, de las tensiones geopolíticas y de ellos depende en una enorme medida que el mercado siga funcionando. Sin chips no hay coches, ni móviles, ni GPS. Sin chips la sociedad moderna se derrumba.
Migración, seguridad y comercio. Estas son las tres principales heridas que reabrirá un Donald Trump crecido y sin “adultos en el cuarto” durante su segundo mandato.
La promesa de Israel a Estados Unidos de no atacar infraestructuras o campos petrolíferos en Irán, que exporta 1,7 millones de barriles diarios, ha logrado mantener en calma los mercados energéticos.
Los conflictos en el comercio internacional pueden acabar afectando a sectores que no tienen nada que ver con la disputa original. La subida de aranceles de la UE a los coches eléctricos chinos pone en riesgo al porcino y al brandy europeos.
La guerra en Ucrania resalta la interdependencia y la vulnerabilidad de las cadenas de suministro alimentario. La escasez de aceites puede afectar a nuestras cocinas y a cuestiones geopolíticas.
Inmersos en la cuarta revolución industrial, el poder está en manos de quienes dominan la inteligencia artificial. Las empresas privadas empiezan a tener poder de estados. China y EE UU mantienen una guerra por el dominio mundial. La UE apuesta por el valor de la ética.
Mientras Estados Unidos trata de mantener su posición hegemónica, China se está convirtiendo en una superpotencia tecnológica y destaca en telecomunicaciones, IA y computación cuántica.
Mientras el mundo aguarda la respuesta de Israel al ataque de Irán, el gobierno de Teherán libra una batalla silenciosa para extender su influencia militar, comercial y diplomática en algunos países de Latinoamérica.
La desdolarización ha ganado interés en los últimos años por el progresivo aumento de poder de los países asiáticos y la pérdida de hegemonía de EE.UU.
Europa quiere una transición energética limpia y eficiente y ser una región climáticamente neutra. Para ello necesita de otras regiones, ricas en materias primas pero con mayores dificultades en infraestructuras. Entre ellas, América Latina.
Los ataques de Hamás sobre Israel, y la posterior respuesta israelí sobre la franja de Gaza, han desestabilizado el mercado petrolero. La evolución del conflicto marcará los precios en los próximos meses.
Distraer de la situación económica, protestar por las maniobras militares de EE.UU. y Japón, y marcar músculo militar son algunas de las razones de una carrera armamentísica imprevisible y preocupante.
Profesor de Historia Contemporánea - Universidad de Vigo, coordinador del programa de máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales de la Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto Español de Estudios Estratégicos, Universidade de Vigo
Profesor/Investigador Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Católica Andrés Bello. Jefe de Cátedra de Derecho Constitucional de la Universidad Central de Venezuela, Universidad Católica Andrés Bello
Profesor de Investigación. Grupo "Filosofía Social y Política" (FISOPOL). Jefe del Departamento de Filosofía Teórica y Práctica, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)