viernes, 30 de mayo de 2008
Más allá de la estética
miércoles, 28 de mayo de 2008
Tiralíneas
La escollera penetra en el mar separando la paja del grano del océano: a un lado caen las olas, desbravadas ya, al otro se cuelan las lanchas, medio vacías o medio llenas según el capricho de las corrientes y el humor de los pescadores. Pero la escollera enseguida tira de la mirada hacia delante y la tentación de adentrarse en el mar recorriéndola hasta su extremo se hace irresistible. Puede ser que su linealidad se corresponda con el instinto sin objeto de nuestra voluntad, caso de que exista algo parecido. En cualquier caso, siempre podemos imaginarnos que separamos las aguas o que caminamos sobre ellas, dependiendo de cuál sea nuestra escena preferida. Ese camino recto y sin más alternativa que el horizonte infinito reconforta enormemente la cara tímida del alma. Hay quien entonces llega al final de la escollera y coloca una caña. El hombre la ceba de paciencia y su hija junto a él escucha el latido del mar sobre su espalda. Para mí en cambio la caña es la escollera y conmigo en el anzuelo pesco la perspectiva de la tarde, que en tu gabardina guarda la señal de la tormenta. La escollera me lanza y me retiene, me deja al borde de la nada, me muestra el arrepentimiento como una culpa. Cuando llegue el verano avanzaré hasta la punta y me lanzaré al agua, continuaré la escollera por otros medios diferentes y sobre mí caminarán tal vez los bocartes y las olas. Pero eso será cuando el verano llegue, en una tarde inesperada como ésta y sin mayor importancia.
lunes, 26 de mayo de 2008
Transgresión
viernes, 23 de mayo de 2008
Modo manual
¿Por qué entonces echo a veces de menos las horas aquellas en el cuarto oscuro entre ácidos y pinzas? ¿Por qué admiramos la destreza del que manipula el escoplo o el pincel, como si estuviéramos ante un número de prestidigitador? Y sobre todo, ¿de dónde vienen los afanes casi compulsivos de los bricomaníacos?
Desde que bajamos de los árboles andamos buscando las raíces. Pero últimamente los vínculos se diluyen en la velocidad o se muestran falsos e impuestos por la mecánica de un sistema que se retroalimenta. Tal vez por aquello de que un polvo nos trajo hasta estos lodos, necesitamos la intermediación de la materia y la ilusión de una transformación externa que sirva como prueba de la propia. Tal vez porque nuestro poder transformador se ha trasladado a las máquinas, nos sentimos menos responsables de su acción, tantas veces devastadora, al tiempo que percibimos el vacío en nuestras manos que buscan la pequeña depredación de la huella sobre el barro. Tal vez como Tomás, necesitamos tocar la herida para sabernos vivos.
martes, 20 de mayo de 2008
lunes, 19 de mayo de 2008
Retrovisión
jueves, 15 de mayo de 2008
miércoles, 14 de mayo de 2008
Obra viva/obra muerta
Nota sobre el título: se llama "obra viva" a la parte del casco de un barco que se encuentra bajo el agua y "obra muerta" a la parte que está por encima de la línea de flotación .
lunes, 12 de mayo de 2008
Al filo de lo imposible
viernes, 9 de mayo de 2008
El laberinto de la ciudad vieja
El laberinto de la ciudad vieja, ese ovillo de tapias y callejones de la villa medieval, encanta y atrapa al visitante en cuanto decide cortar el hilo de Ariadna. En cada bifurcación, una duda; en cada esquina, una promesa. La sorpresa se aplaza y en la plaza se cruzan todos los deseos. Tras resolver múltiples encrucijadas, el tiempo termina por devolvernos a la calle de la que partimos, y en ese momento ya creemos conocer un poco el trazado sin leyes de la medina. La estructura de nuestra mente se acomoda antes al desorden de la selva, con su ancestral maraña protectora, que a la cuadrícula racional de las manzanas. Teseo y Minotauro. No recuerdo en que esquina me escindí. Sentado en una terraza, con una cerveza fría, negra y amarga, espero el inevitable encuentro.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Sobre el papel
A veces, en mitad de un intervalo de silencio, casi puedo escuchar el runrún de la cadena de montaje que no cesa en el interior de su cabeza. Y cuando veo el chisporroteo de sus ojos, no puedo evitar pensar en la industria siderúrgica. Imagino entonces su mente como un horno alto que necesita ser permanentemente alimentado con hierro y carbón para no resquebrajarse. Y todo lo que ahí se cuece de inmediato se vierte en estado semilíquido sobre los moldes que prestan los dibujos, las palabras, o los simples trazos indistinguibles del arrabio, todavía humeante. En una tira de papel continuo Nicolás va segregando su ser y, como el caracol, lentamente va construyendo su concha con esa secreción.
lunes, 5 de mayo de 2008
Echame una mano
viernes, 2 de mayo de 2008
Esto no es una flor
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