Ibuprofeno y embarazo: riesgos para el bebé
Muchos de los medicamentos que consumimos a diario no suelen producirnos efectos adversos. Sin embargo, estos mismos medicamentos deben evitarse durante el embarazo, pues los efectos adversos sí pueden ser muy dañinos para el feto, pudiendo ocasionar malformaciones y otras alteraciones. Así, cualquier medicación durante el embargo, incluso aquella que se puede conseguir sin receta, debe ser evitada o, en su caso, pautada y supervisada por el médico especialista.
Ibuprofeno: el medicamento común con grandes efectos negativos para el bebé
El ibuprofeno es uno de los medicamentos más consumidos en la actualidad y es que se trata de un analgésico de lo más efectivo para reducir cuadros de dolores leves, fiebre y otras pequeñas afecciones. En los adultos, sus efectos secundarios, o adversos, son mínimos: afectan a un breve porcentaje de los consumidores. Sin embargo, cuando este se toma durante el embarazo, puede conllevar graves consecuencias para el feto.
A estos efectos, son muchos los estudios que han podido vincular la toma de ibuprofeno, y otros antiinflamatorios no asteroides (AINES), con malformaciones graves en el bebé, además de otros problemas de salud:
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
La toma de analgésicos durante el embarazo se ha asociado a una mayor aparición del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Este trastorno se caracteriza por una falta de atención acusada, una falta de control conductual, dificultades de aprendizaje y, en la edad adulta, con adicciones y otros problemas de la conducta. Tiene tratamiento, pero será necesario un control psicológico y psiquiátrico a lo largo de la vida del niño, lo que interfiere negativamente en su calidad de vida.
Paladar y labio hendido
También conocido como labio leporino. Esta malformación consiste en la presencia de orificios o hendiduras en el labio superior, aunque también puede afectar al paladar. Su tratamiento pasa por la operación quirúrgica y otros procesos. Los niños que nacen con esta malformación necesitarán ayuda psicológica y logopédica en su infancia.
Anencefalia
La anencefalia es una malformación muy grave, la cual provoca que el cerebro no se forme completamente; es decir, causa la falta de la una zona del encéfalo y algunos huesos del cerebro. Con ello, el cerebro del bebé queda al descubierto, lo que impide su supervivencia.
Espina bífida
La espina bífida es una afección que afecta la parte inferior de la columna vertebral. Se trata de un defecto del tubo neural por el que la columna no se cierra por completo. La espina bífida no tiene cura como tal, pero se deben extremar los cuidados físicos del bebé y a lo largo de la vida.
Defectos congénitos del corazón
Los defectos congénitos del corazón son problemas que se aprecian en su estructura. Los defectos más comunes son una mala comunicación interauricular, la coartación de la aorta, el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico y la Atresia pulmonar, entre otros. Los tratamientos pueden ser muy variados, aunque la calidad de vida del bebé quedará afectada.
Estenosis de la válvula pulmonar
Se conoce como estenosis de la válvula pulmonar al estrechamiento de la válvula situada en la cavidad inferior derecha del corazón. Al igual que otros defectos congénitos del corazón, la estenosis de la válvula pulmonar requerirá de muchos cuidados y tratamientos por parte de los médicos especialistas.
Gastrosquisis
Defecto de nacimiento en la pared abdominal en la que los intestinos del bebé salen del cuerpo por un orificio al lado del ombligo. Este orificio puede ser de varios tamaños e incluso pueden ser varios los órganos que quedan expuestos a través de él. Con el tratamiento adecuado, el bebé puede sobrevivir.
Así pues, ante estos peligros, desde varias asociaciones médicas se desaconseja el uso de los AINES en cualquier etapa del embarazo, siendo un período especialmente crítico a partir de la semana 30.
Agentes teratogénicos a evitar en el embarazo
Además de los medicamentos, hay muchos otros productos o sustancias que deben ser evitadas en el embarazo por sus consecuencias en la salud del feto. Estas sustancias se conocen como agentes teratogénicos, es decir, sustancias que alteran el crecimiento, la estructura y la función del embrión. Dentro de estos agentes también se incluyen infecciones que la madre puede contraer a lo largo del embarazo o que ya sufría previamente.
Drogas
Cualquier tipo de drogas debe ser evitado, pues estas se han asociado con malformaciones en el bebé, bajo peso al nacer, síndrome de abstinencia en el recién nacido, entre otras.
Tabaco
El tabaco se ha asociado con la aparición del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, con el síndrome de abstinencia, bajo peso al nacer y partos prematuros.
Productos y sustancias tóxicas
La exposición de la madre a ciertos productos tóxicos durante el embarazo también se ha asociado a un bajo peso y varias malformaciones congénitas.
Infecciones de la madre
Dentro de las infecciones consideradas como teratogénicas merece la pena destacar el Parvovirus humano, el cual puede causar, entre otros, anemia y muerte fetal.
Embarazo
Las infecciones más habituales durante el embarazo: la hepatitis, la listeria o la toxoplasmosis
Carmen Tejedor
El toxoplasma gondii es otra de las infecciones más recurrentes en el embarazo. Sus efectos sobre el crecimiento del bebé pueden ser microcefalia, hidrocefalia, alteraciones neurológicas e hipoacusia.
El virus de la rubeola, por su lado, se relaciona con osteopatía, hemorragia neonatal, retraso en el crecimiento posnatal, cataratas y malformaciones dentales, entre otros.
El virus de la varicela puede causar anomalías neurológicas, como la paresia de las extremidades y la hidrocefalia. También puede causar anomalías esqueléticas, anomalías urogenitales, deficiencia mental, atrofia atópica y el Síndrome de Horner.
Los medicamentos, así como cualquier clase de droga, el tabaco, las sustancias tóxicas y las infecciones, pueden causar múltiples defectos en el desarrollo físico y cognitivo del bebé. Por ello, cualquier medicación e infección debe ser controlada por médicos especialistas. Llevar una vida saludable y una dieta equilibrada es crucial para prevenir los mencionados problemas en el bebé. Así mismo, estas buenas prácticas también cuidan de la salud de las mamás.