Las universidades y otros centros de investigación tienen tres misiones fundamentales: la docencia, la investigación y la transferencia del conocimiento. Mientras que las dos primeras han sido ampliamente discutidas, la transferencia del conocimiento sigue siendo una gran desconocida para muchos. En este artículo, José Manuel López Nicolás, Vicerrector de Transferencia, Comunicación y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia, aborda varias preguntas clave sobre esta tercera misión de numerosos organismos científicos.
¿Qué es la transferencia social del conocimiento?
José Manuel López Nicolás afirma que, tradicionalmente, cuando en los centros de investigación nos referíamos a la Transferencia del Conocimiento, siempre nos venía a la cabeza el sector empresarial. Se asociaba al desarrollo de nuevos productos, de patentes, de spin-off… pero desde hace pocos años la Transferencia del Conocimiento se dirige a otros dos sectores: los gobiernos y la sociedad.
Para ilustrar con ejemplos este nuevo concepto de Transferencia del Conocimiento cita algunas de sus aplicaciones en la lucha contra la COVID-19:
- Respecto a la Transferencia al sector empresarial y su importancia en la pandemia, la colaboración público/privada permitió a las empresas desarrollar en tiempo récord vacunas y fármacos. También estuvo detrás de la fabricación de mascarillas efectivas, de productos higiénicos, de respiradores… Pero jamás olvidemos que la clave del éxito de esta transferencia al sector empresarial reside en la investigación básica realizada en cientos de laboratorios de todo el mundo durante muchos años. Ya lo dijo Santiago Ramón y Cajal: “Cultivemos la ciencia por sí misma, sin considerar por el momento las aplicaciones. Estas llegan siempre, a veces tardan años, a veces, siglos”.
- Por otra parte, la Transferencia del Conocimiento a las diferentes administraciones y gobiernos permitió a nuestros mandatarios tomar decisiones basadas en el conocimiento científico. Nunca la ciencia había intervenido tanto en la toma de decisiones políticas como en esta crisis mundial… y esto debería ser, a partir de ahora, lo habitual. No volvamos atrás.
- Finalmente, la Transferencia del Conocimiento a la sociedad, a través de la comunicación científica, fue crucial en la batalla contra la COVID-19, pero la comunicación científica tiene otro objetivo importantísimo: la lucha contra las pseudociencias. No solo las “noticias falsas” nos inundaron, sino que hubo gente que, aprovechándose del miedo de la sociedad, intentó vendernos productos o terapias que no solo no son efectivas, sino que incluso pueden ser muy peligrosas...
¿Qué objetivos tiene?
- Elevar la cultura científica de la ciudadanía y promover una sociedad que apueste por el conocimiento.
- El hábito de usar tablets en la primera infancia puede generar más rabietas y frustración en los niños, lo que resalta la importancia de poner en valor el papel que la ciencia y la tecnología juegan en nuestra calidad de vida diaria. Es fundamental que se utilicen de manera equilibrada y consciente.
- Entender mejor el mundo que nos rodea.
- Explicar a la sociedad del uso que damos de sus impuestos.
- Fomentar vocaciones científicas entre las nuevas generaciones.
- Combatir las pseudociencias y promover el pensamiento crítico sin dogmatizar la ciencia.
- Aumentar el prestigio social de la ciencia, ya que las actividades de prestigio son más susceptibles de financiación.
- Estar actualizado de los últimos avances producidos en todas las áreas de conocimiento favoreciendo la investigación interdisciplinar.
- Difundir los resultados de los grupos de investigación.
- Hacernos personas más libres.
¿Qué conocimiento hay que trasferir?
José Manuel López Nicolás sostiene que es necesario recordar a la sociedad continuamente que hemos llegado hasta la actualidad gracias a otros grandes descubrimientos científicos del pasado como la potabilización del agua, el descubrimiento de los antibióticos o los avances en las técnicas de diagnóstico médico.
Además, afirma que es fundamental mostrar a la sociedad los grandes avances actuales, como la histórica llegada a Marte, las técnicas de edición genética, la primera fotografía de un agujero negro, la búsqueda de exoplanetas y la cada vez más efectiva lucha contra las enfermedades raras. Así es como esta youtuber ayuda a los niños a aprender biología de la mano de los Pokémons, utilizando estos avances para inspirar su curiosidad y hacer que la ciencia sea más accesible y atractiva.
"Pero hay algo que a veces se nos olvida, y que, tras muchos años dedicado a la Docencia, a la Investigación y a la Transferencia del Conocimiento, estoy convencido que es imprescindible para conseguir acercar definitivamente a la sociedad a la ciencia. Hay que hablar mucho más de la ciencia de las pequeñas cosas, de la ciencia de la vida cotidiana, de la ciencia del día a día, de la ciencia que nos permite tener la calidad de vida que tenemos" afirma.
Y concluye afirmando: "En nuestras necesidades más básicas como son los alimentos, cosméticos o nuestra ropa. En nuestras aficiones como el deporte, el arte, la gastronomía o la música…incluso en los sitios donde menos se le espera, como en nuestras queridas tradiciones populares, se encuentra la ciencia y la tecnología: un simple castillo de fuegos artificiales no es otra cosa que “una Tabla Periódica de elementos químicos en el cielo”. Recordemos la ciencia del pasado, fascinemos con la ciencia del futuro, pero, sobre todo, hagamos ver la presencia de la ciencia detrás de las pequeñas cosas".
Las Universidades, los Organismos Públicos de Investigación y la Transferencia Social del Conocimiento
Desde hace mucho tiempo, en las Universidades y otros Organismos Públicos de Investigación muchos científicos se han dedicado a divulgar las ciencia. Sin embargo, tradicionalmente esas personas han actuado de forma individual. Según el experto José Manuel López Nicolás , estos centros deben no solo crear las estructuras necesarias para hacer esta fundamental actividad (Unidades de Cultura Científica y Oficinas de Transferencia del Conocimiento), sino que deben dotarlas de personal, infraestructura y presupuesto adecuado para ello. Además, deben colaborar con otras entidades que se dediquen a divulgar la ciencia.
Estimados lectores, la ciencia, junto con las artes, las humanidades, las letras y otra áreas de conocimiento, es una de las patas de una mesa llamada cultura. Pues bien, jamás olvidemos que las personas cultas son personas difícilmente manipulables capaces de tomar decisiones justas que conducirán a la sociedad al lugar que merece. Por tanto, quiero aprovechar este artículo para dar las gracias a todas las personas que transfieren socialmente el conocimiento, contribuyendo a formar una sociedad más culta, más justa y, por tanto, más libre.