Plantas de interior para gente desastre: 8 opciones fáciles de cuidar (sea invierno o verano)

Convertir nuestro hogar en un jardín colgante de Babilonia requiere de paciencia, amor, mucho fris-fris pero, especialmente, la elección de las plantas adecuadas a la hora de iniciarse. Y no, los cactus no valen esta vez.

En 2019, la venta de cactus en Estados Unidos ascendió un 65% respecto al año anterior. Durante la última década, muchos han visto en la compra de estas plantas desérticas una propia metáfora de la generación millennial: son económicas, apenas requieren riego (y por ende, tantas responsabilidades) y sus espinas representan la resiliciencia en tiempos convulsos. Todo bien, pero lamentamos decirte que ya es hora de cambiar y darle más vidilla a tu jardín. No vale el mítico “todas se me mueren”: las siguientes plantas para dummies te lo ponen muy fácil.

1. Cinta o malamadre

La cinta ha estado presente en los patios de nuestras abuelas toda la vida y es un TOP3 clarísimo cuando hablamos de plantas fáciles de cuidar. También conocida como malamadre o lazo de amor, la cinta es muy agradecida y se contenta con la luz pero no la exposición directa al sol. Riégala en invierno una vez por semana y de dos a tres veces por semana en verano y deja que esos ricitos verdes conviertan tu salón en el jardín de la nostalgia.

Cinta.Getty Images

2. Helechos

Los helechos están de moda y suponen una opción irresistible a la hora de iniciarse con plantas en casa. Resistentes y poco exigentes con el mantenimiento, los helechos transforman cualquier espacio en uno más exuberante y mágico. Lo ideal es colocarlos en espacios con semisombra y no abusar de un riego que, en exceso, puede pudrir sus raíces fácilmente. Como truco, coloca el helecho sobre un plato con guijarros, de forma que se beneficie de la evaporación del agua.

Helechos.

Foto de Annie Spratt en Unsplash

3. Poto

Si tuvierámos que elegir adjetivos para definir al poto esos serían “agradecido”, “resistente” y “superviviente”. Eso sí, spoiler alert: trata de colocar tu poto lo más alto posible, porque una vez comience a desplegar su efecto cascada ya no hay vuelta atrás. El poto requiere de semisombra y un riego cada 5 días en verano y 10 días en invierno para subsistir. Además, es una planta doblemente agradecida: crece como si no hubiera un mañana y encima purifica el aire. Poto, te queremos.

Poto.Getty Images

4. Sansevieria o lengua de suegra

La también conocida como lengua de suegra es la versión 2.0 del cactus. Un ejemplar procedente de Sudáfrica e ideal para subir de nivel en el fascinante mundo de las plantas desérticas que apenas requieren cuidados. Digna de un jardín cósmico gracias a su potencial estético, la sansevieria requiere de un riego escaso, aunque el exceso de humedad puede pudrir sus raíces. Además, es una de las plantas recomendadas por la mismísima NASA a la hora de purificar el aire.

 Sansevieria o lengua de suegra.Getty images

5. Beaucarnea o pata de elefante

La beaucarnea es también conocida como pata de elefante dada la forma ovalada de su tallo, el cual es también una reserva de agua secreta. La beaucarnea sabe cuidarse y no exige demasiado, salvo una posición directa al sol, sustrato para suculentas y un poco de agua cuando esté seca. Si haces bien tus deberes, la beaucarnea te recompensará con sus hojas rizadas, pura fantasía lush.

Beaucarnea.

Foto de feey en Unsplash

6. Anturio o flor de flamenco

Si buscas aportar una nota de color a tu salón, el anturio es el aliado perfecto. También conocida como flor de flamenco, esta planta procedente de las selvas colombianas destaca por sus hojas ovaladas y unas flores en forma de corazón que pueden durar hasta dos meses - al terminar, recomendamos cortar las flores marchitas para proseguir el ciclo -. El anturio es exigente en cuanto a humedad ambiental - no olvides pulverizar-, precisa de zonas luminosas y el sustrato siempre debe estar ligeramente mojado.

Anturio o flor de flamenco© Getty Images

7. Monstera deliciosa o costilla de Adán

En un primer momento la monstera puede parecer un reto pero, al menos en mi caso, es de las plantas más fáciles de cuidar (y de las más bonitas). Procedente de las selvas mexicanas, la también conocida como costilla de Adán está acostumbrada a nutrirse y buscar el sol camuflada entre otras plantas, por lo que es una superviviente nata. Al ser muy salvaje, requiere de un espacio amplio para crecer, un abono cada 15 días durante los meses de primavera y verano, y espacios de semisombra, nunca al sol directo. Por último, riégala cada 15 días en invierno y de uno a dos riegos por semana en verano.

Monstera deliciosa.Foto de Marc Blue en Unsplash

8. Peperomia

También conocida como “corazón de hombre”, la peperomia destaca por sus hojas ovaladas y muy carnosas, de gran poder ornamental. Al igual que otra planta similar como es la crasa, la peperomia acumula parte del agua en sus hojas, por lo que te hace parte del trabajo. Respecto al mantenimiento, la peperomia requiere de poca exposición al sol y es muy sensible al frío. Por último, antes de regar procura comprobar que la tierra está seca del todo.

Peperomia.

Foto de feey en Unsplash

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