Un piso de obra nueva se transforma en un hogar (sin obras)
Sentirnos identificados con el lugar que habitamos es una de las sensaciones más placenteras que existen. Es hacer de la casa hogar, transmitirle nuestra personalidad y percibir su calor inigualable, algo que raramente sucede con un piso de obra nueva.
Por ello, para lograr personalizar su nueva casa y combinar su pasión por el arte con las necesidades de funcionalidad que exigen dos criaturas pequeñas, los dueños de este piso en el céntrico barrio residencial de Niño de Jesús, en Madrid, contactaron con Estudio Querencia. “Nos contrataron para hacer de la vivienda una casa que combinase estética y funcionalidad, ya que la clienta tiene un gusto exquisito, pero no deja de ser un piso familiar donde hay niños”, recuerdan desde el despacho.
Planear la exhibición de objetos valiosos en un espacio en el que hay pequeños supone, de por sí, todo un reto, como sabrá cualquiera que tenga hijos. A eso se le suma que el proceso de decoración se llevó a cabo mientras la familia vivía en Londres, y que los acabados de la obra eran más bien comunes. De hecho, lo que más preocupaba a Estudio Querencia era “ser capaces de aprovechar las calidades de la obra nueva, que vienen estandarizadas y, por tanto, son algo impersonales, dándoles una nueva vida y adaptándolas a las necesidades de los clientes”.
Finalmente, el desafío se atajó creando una base general en colores neutros que diera lugar a una atmósfera serena sobre la que añadir acentos de color para “hacerlo más divertido”. Estos toques lúdicos se encuentran en detalles como los papeles pintados de los baños, en el cabecero del dormitorio principal y, por supuesto, en las piezas de arte de los clientes, que hoy se consideran ya amigos. “Hemos jugado también con madera, que es algo que nos caracteriza e incluimos en la mayoría de nuestros proyectos”, añaden desde la firma.
Ahora, a la casa, de 90 metros cuadrados, se accede a través de un pequeño hall de entrada donde se enmarca un armario ropero entelado de madera de roble y un espejo envejecido. Esta área da paso al espacio común, “un concepto abierto que aúna cocina, comedor y salón”, en palabras de Estudio Querencia. La misma entrada ofrece también acceso a un pasillo de habitaciones con dos dormitorios con baño compartido, y otro más con baño en suite.
“Todo el proyecto sigue el mismo juego de molduras en el techo para unificarlo y crear un hilo conductor”, indican desde el despacho. Gracias a detalles como este, se ha logrado dibujar un tono que es a la vez clásico y actual, persiguiendo la atemporalidad. “Este proyecto aúna varios estilos, ya que son unos clientes muy ligados al arte, con piezas muy especiales, que queríamos incluir y resaltar en el proyecto”, explican las diseñadoras. “En general, es un ambiente clásico, pero con toques de mobiliario muy modernos que le dan juego”, concluyen.
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