Las 7 viviendas de este edificio valenciano vuelven a la vida gracias a una preciosa renovación que homenajea su esencia

Correo Viejo ha buceado en la historia de este edificio de 1920 para honrar su pasado. A la vez, ha creado viviendas modernas, luminosas y acogedoras que mantienen su legado, pero están preparadas para albergar a sus nuevos (y afortunados) habitantes.
Casas modernas este edificio valenciano vuelven a la vida gracias a una preciosa renovación que homenajea su esencia
Mariela Apollonio

Te enamorarás de estas casas modernas y rehabilitadas ‘con propósito’

Una oda a las cosas bien hechas. Así se podría resumir la reforma sensible y comprometida de este edificio valenciano de 1920, llevada a cabo por Correo Viejo. “No está protegido, pero nosotras decidimos rehabilitarlo como si lo estuviese para potenciar el valor que tiene su historia. Tratamos cada proyecto como una oportunidad de revitalizar el patrimonio protegiendo su memoria”, explican Ana Beltrán y Eva Sanjuán, sus ideólogas.

Fachada del edificio reformado por Correo Viejo. Se ha mantenido el tono gris azulado original.

Mariela Apollonio

De esa forma de trabajar nace el nuevo diseño, que rinde homenaje a la historia del inmueble. “Comenzamos nuestros proyectos visitando el archivo histórico. Allí, iniciamos una investigación en la que encontramos planos originales del edificio y datos de su promotor original. En este caso, descubrimos que, originariamente, el edificio constaba de siete viviendas, y no de cuatro, tal y como lo encontramos. Había sido diseñado con dos viviendas por planta y una vivienda en planta baja, así que nos propusimos recuperar su composición original”.

El edificio cuenta con una entrada general y otra privada para la casa de la planta baja.

Mariela Apollonio

En su investigación, Beltrán y Sanjuán descubrieron también que quien realizó la construcción del edificio fue José Abad, un artesano del bronce de la época que tenía su taller en la planta baja y en la zona interior de la manzana del propio inmueble. “Tuvimos la suerte de conocer personalmente a la familia, y que nos contara la vida e historia del edificio”, explican.

La vivienda de planta baja consta de una terraza en la que se han dejado a la vista las huellas del ladrillo original del muro medianero.

Mariela Apollonio

La familia también les facilitó una fotografía de 1924, en la que las arquitectas pudieron observar cómo era el edificio en origen. “No se parecía al estado actual, ya que en los años 50 construyeron un mirador de obra y carpintería de aluminio en la planta principal, rompiendo la armonía de la fachada. Los huecos de planta también habían sido modificados”, recuerdan.

Las carpinterías de exterior son nuevas, de madera de perfil europeo, y con la misma composición que las antiguas.

Mariela Apollonio

¿Su respuesta? Rescatar todas las molduras de la fachada principal, reparándolas donde era posible y copiándolas donde habían desaparecido. También, claro, se eliminó el mirador, pero, siguiendo el espíritu conservacionista del estudio, su presencia sigue ahí: “Dejamos entrever la actuación, sin completar las cenefas que unen las ventanas laterales con la balconera”.

“Hemos propuesto el uso de baldosas hidráulicas para las viviendas con el dibujo geométrico ‘cartabón’, bajo un criterio estético y constructivo. Estas piezas se combinan en las diferentes zonas de la vivienda obteniendo dibujos asombrosamente diferentes. De este modo contamos la versatilidad de estas piezas de un modo sutil”.

Mariela Apollonio

Además, se realizaron nuevas carpinterías de madera con la misma composición y material que las originales. “Aunque el Ayuntamiento no nos lo exigía, la historia del edificio sí nos lo pedía”, indican las arquitectas.

Los pavimentos de las viviendas estarán compuestos por madera, y baldosas hidráulicas en las zonas húmedas.

Mariela Apollonio

Lo único que cambia en este resurgir de la propiedad parece que lleve toda la vida ahí: se trata de las persianas Barcelona, un elemento artesanal que, muy acorde con el discurso del proyecto, renueva con sentido una pieza mediterránea icónica.

Patio de luces de la vivienda de la planta baja, que cuenta con 105 metros cuadrados.

Mariela Apollonio

“El diseño y la arquitectura de las viviendas continúa con el trabajo del detalle y la buena construcción con que se proyectó por Goerlich. Y las piezas de bronce fabricadas en el edificio vuelven a formar parte de él en el diseño de interiores”, explican desde Correo Viejo. Efectivamente, homenajeando el oficio de su promotor, José Abad, las griferías y las manivelas de las puertas cuentan con acabado color bronce.

“En el edificio original, descubrimos rosetones y molduras escondidas tras los dobles falsos techos. Decidimos utilizar estos detalles ornamentales para las nuevas zonas con falsos techos, proporcionándole ese punto de elegancia mediante pequeños detalles”.

Mariela Apollonio

El singular concepto de ‘recuperación’ con el que trabajan Beltrán y Sanjuán abarcó, incluso, la distribución de las nuevas casas: "Nos interesa aprender de los edificios históricos para aplicar sus proporciones, distribuciones y materiales en las nuevas construcciones. En este proyecto, potenciamos la idea de un espacio principal conectado con puertas dobles de gran altura a un dormitorio secundario o estudio, tal y como eran las viviendas de origen. Se trata de casas de ajustadas dimensiones, y nos parecía interesante que ese espacio principal pudiese ampliarse en función del habitante y sus necesidades". Lo que sí es invención suya es el mueble que ejerce de separador entre las zonas públicas y privadas de la vivienda, que alberga almacenaje y puertas de acceso.

“La madera está presente en todos los edificios antiguos en sus estructuras, carpinterías exteriores, puertas interiores… Es el único material totalmente ecológico, sostenible y reciclable que, con un correcto proceso de elaboración y un adecuado mantenimiento, permite su utilización durante siglos”.

Mariela Apollonio

En el interior, se levantó todo el pavimento de baldosas hidráulicas existentes para reforzar la estructura. Todas las baldosas que pudieron salvarse se recuperaron y se emplearon en las zonas comunes para mantener la identidad del edificio, a la vez que se añadieron nuevas piezas de este tipo a los pisos.

Entrada a la vivienda de planta baja.

Mariela Apollonio

“Seleccionamos una baldosa que aporta el color dentro de la geometría y otra de un color liso neutro, que se combinan en las zonas húmedas de la vivienda. Dependiendo de la disposición y de la cantidad de baldosas de color y neutras que pongamos, obtendremos dibujos asombrosamente diferentes. De esta forma, contamos la versatilidad de estas piezas de un modo sutil. Y, además, el nuevo usuario puede personalizar su vivienda”, explican desde Correo Viejo. En las terrazas, por su parte, se empleó pavimento de barro con despiece dibujado y rodapié de pieza entera, todo lo cual ha hecho que el proyecto sea finalista en los Premios de Cerámica ASCER.

Acceso al resto de las viviendas.

Mariela Apollonio

“En nuestros proyectos arquitectónicos empleamos lo que siempre ha funcionado de la tradición y nos atrevemos a traerlo a nuestros días con espíritu innovador”, resumen desde Correo Viejo, cuya máxima, junto a grandes dosis de cariño, talento y saber hacer, ha dado lugar a un trabajo redondo.

Detalle de la baldosa hidráulica rescatada, combinada con piezas grises de 20cmx20cm, cuyo acabado se asemeja al de las baldosas hidráulicas monocolor.

Mariela Apollonio

Las puertas interiores son nuevas, con un diseño que se ajusta a las existentes. Son de madera lacadas en blanco, con dobles plafones, grandes alturas y manivelas con acabado bronce.

Mariela Apollonio

“La luz natural en las viviendas ha sido una prioridad desde el inicio del proyecto. La luminosidad, los materiales y los detalles hablan del trabajo minucioso y con amor que realizamos para darles una nueva vida a estas viviendas”.

Mariela Apollonio

La estructura original es de madera con revoltones cerámicos curvos. La misma ha sido reforzada y mantenida en todo el edificio, pintada en blanco y dejada a la vista en el espacio principal de cada vivienda.

Mariela Apollonio

Las seis viviendas de las plantas una, dos y tres cuentan con una superficie de entre 60 y 65 metros cuadrados.

Mariela Apollonio

“En cocina y baño, cada cliente pudo elegir el color y la combinación de la baldosa que más le gustaba, siempre dentro de una gama de opciones que proporcionábamos nosotras en base a la paleta cromática que nos proporcionó el edificio en su estado original”.

Mariela Apollonio

“La combinación de las baldosas hidráulicas geométricas y los colores de los alicatados de pequeño formato, en función del color y forma, tienen un protagonismo diferente en el diseño de cada baño. Dependiendo del dibujo elegido, combinamos el alicatado de color azul, verde o blanco, para no sobrecargar estos espacios de pequeñas dimensiones”.

Mariela Apollonio

“Los alicatados de los baños son de piezas de pequeñas dimensiones de 10x10 y colores encontrados en la paleta cromática del edificio. Las piezas de pequeñas dimensiones, colocadas una a una, generan unas texturas muy atractivas”.

Mariela Apollonio

La reforma del edificio está ideada para ‘hacer barrio’, respetando sus orígenes y su identidad.

Mariela Apollonio

“Cada vivienda tipo tiene un esquema funcional claro que marca los usos de cada zona y, a su vez, nos ayuda a definir los materiales y la identidad de cada uno de esos espacios. El acceso siempre es a un espacio amplio y singular de la vivienda”. Butacas Mogi, de Aguskim.

Mariela Apollonio

Las viviendas están amuebladas por la empresa valenciana Teulat. En la foto, sillas Eclipse, de Clap Studio.

Mariela Apollonio