Viajamos al corazón de la Alcarria, en la provincia de Guadalajara, para conocer Pastrana, uno de los pueblos más bonitos de España que conquistó a personalidades de la talla de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, Moratín o Camilo José Cela. Este último dijo de esta hermosa villa en su libro 'Viaje a la Alcarria' (1948), que allí se sentía en una "gran ciudad medieval" y quedó admirado por la plaza de la Hora, de trazo cuadrado y abierta por uno de los lados a la vega del río Arlés. Aquí está el palacio Ducal, un imponente edificio renacentista obra de Alonso de Covarrubias donde la princesa de Éboli vivió sus últimos días, encerrada por orden del entonces rey Felipe II.

La Princesa de Éboli: de influencer del siglo de Oro a prisionera en palacio

La historia de Pastrana está estrechamente ligada a la figura de Ana de Mendoza y de la Cerda (1540-1592), más conocida como la Princesa de Éboli. Ana fue una de las mujeres más fascinantes del Renacimiento español, destacando tanto por su belleza como por su inteligencia y carácter indomable. La pérdida de su ojo derecho, probablemente a consecuencia de un accidente durante su infancia, la ha inmortalizado como una mujer misteriosa. Casada con Ruy Gómez de Silva, amigo y consejero de confianza de Felipe II, alcanzó una posición privilegiada en la corte. De hecho, hubo quién la catalogó como amante del rey, hecho que nunca se pudo comprobar, pero sí tuvo relaciones tras quedarse viuda con Antonio Pérez, secretario del monarca.

Retrato de la Princesa de Éboli, inmortalizada por Alonso Sánchez Coello en el siglo XVII
Retrato de la Princesa de Éboli, inmortalizada por Alonso Sánchez Coello en el siglo XVII, aunque hay dudas sobre su autoría, ya que la gorguera que lleva no se puso de moda hasta un siglo después

Sin embargo, las intrigas palaciegas la hicieron caer en desgracia y fue implicada en supuestas conspiraciones políticas. El rey Felipe II ordenó en 1579 su arresto en el Palacio Ducal de Pastrana, donde pasó los últimos once años de su vida. La fachada principal del monumento cuenta con un balcón enrejado que da a la plaza de la Hora, que debe su nombre al tiempo limitado que Ana podía disfrutar al aire libre durante su reclusión.

Fachada principal del Palacio Ducal de Pastrana, en Guadalajara (Foto: Turismo del Ayuntamiento de Pastrana)
En el torreón de la derecha se puede ver el balcón abierto expresamente para que la princesa Éboli pudiera salir a disfrutar del aire libre una hora al día. (Foto: Turismo del Ayuntamiento de Pastrana)

Historia de Pastrana

Pastrana se fundó en el siglo XIII bajo la Orden de Calatrava, en tiempos de la repoblación cristiana de la comarca de la Alcarria. De esa pequeña aldea medieval destaca su primera iglesia y su muralla del siglo XIV. En 1369 obtuvo el privilegio de Villa de manos del rey Enrique II de Castilla, consiguiendo así su independencia jurisdiccional. Dos siglos más tarde, en 1541, fue Pastrana enajenada de la Orden de Calatrava, para ser vendida por el rey Carlos I a la condesa de Mélito y abuela de la princesa de Éboli, Ana de la Cerda y Castro.

Muralla medieval y arco de San Francisco (Foto: Turismo Ayuntamiento de Pastrana)
Muralla medieval y arco de San Francisco (Foto: Turismo Ayuntamiento de Pastrana)

Un patrimonio monumental marcado por Covarrubias

El legado monumental de Pastrana tiene en el Palacio Ducal su emblema principal. Diseñado por Alonso de Covarrubias, uno de los arquitectos más importantes del Renacimiento español, este edificio impresiona por su sobria fachada y su imponente presencia. En el interior, se conservan artesonados, de estilo plateresco. Los zócalos de azulejería toledana de estilo mudéjar y muebles chinos del siglo XIX decoran la parte baja del edificio, mientras los tapices del artista Luis Cienfuegos adornan sus paredes.

El monumento fue mandado construir por Ana de la Cerda y Castro y fue declarado en 1941 Monumento Nacional y en 1966, Conjunto Histórico-Artístico. Cuando los duques de Pastrana se establecieron en Madrid, el Palacio dejó de ser el epicentro de su poder y estuvo durante siglos abandonado. Así lo denuncia el propio Camilo José Celan en su 'Viaje a la Alcarria'. En 1997 la Universidad de Alcalá de Henares lo compró para restaurar y terminar la obra de Covarrubias, que estaba inacabada en lo que respecta al patio interior y las torres.

El Palacio Ducal está abierto al público para visitas guiadas que, al tratarse de un Bien de Interés Cultural, son gratuitas los miércoles a las 16:30 hasta completar aforo. El precio habitual es de 4 euros por persona.

Otro de los tesoros de Pastrana es la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XIV, con añadidos posteriores como su portada gótica del XV y la gran reforma del XVII que predomina en su actual estructura. El templo combina elementos góticos y renacentistas y que también llevó la impronta de Covarrubias.

Tapices  flamencos del Museo Parroquial de Pastrana (Foto: Ayuntamiento de Pastrana, Guadalajara)
Tapices  flamencos del Museo Parroquial de Pastrana (Foto: Ayuntamiento de Pastrana, Guadalajara)

La Colegiata alberga el Museo Parroquial, donde se conservan los famosos tapices flamencos que narran las conquistas de Tánger y Arcila por Alfonso V de Portugal. Este conjunto textil, considerado uno de los más valiosos de Europa, es una de las joyas artísticas de la villa.

Fuente de los Cuatro Caños (Foto Ayuntamiento de Pastrana, Guadalajara)
La fuente de los Cuatro Caños es uno de los símbolos de los pastraneros, con el que más se identifican. Su pilón es octogonal, con pilar y capitel, que sustentan media esfera a modo de copa. (Foto: Turismo Ayuntamiento de Pastrana)

La Fuente de los Cuatro Caños, ubicada en lo que fue durante la época medieval el centro de la Villa, un punto de confluencia de largas calles radiales que partían de las principales puertas del recinto murado, y el Convento de San José, fundado por Santa Teresa de Jesús, completan el impresionante legado monumental de Pastrana. Este último, uno de los primeros conventos de la Reforma del Carmelo, es un ejemplo vivo del impacto de la Santa y de San Juan de la Cruz, quienes dejaron su huella espiritual en la villa.

Fuente de inspiración

Pastrana no solo cautivó al Premio Nobel Camilo José Cela, el escritor Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) pasó largas temporadas en la villa. Allí escribió 'El sí de las niñas', su obra literaria más famosa.

Casa de Moratin (Foto: Turismo Ayuntamiento de Pastrana)
Casa de Moratín (Foto: Turismo Ayuntamiento de Pastrana)

Santa Teresa de Jesús fue recibida en el Palacio ducal por los príncipes de Éboli para que fundara dos conventos, el de San José ya mencionado, y el de San Pedro. La santa es patrona y protectora de la Villa y cada 15 de octubre se celebra su festividad, por ser la única ciudad, con el plus añadido de ser la única ciudad teresiana con dos fundaciones carmelitas.

Por su parte, Juan de Yepes Álvarez (1542-1591), San Juan de la Cruz, estuvo poco tiempo en la villa, pero dejó un enorme legado. Ocupó el cargo de maestro de novicios en la fundación carmelita de san Pedro, y pasó temporadas de oración, meditación y retiro en una de las cuevas del cerro. Hoy en día se puede ver la cama de piedra donde descansaba y su particular escritorio. 

La Feria Apícola Internacional

La segunda semana del mes de marzo se celebra cada año la Feria Apícola Internacional, un evento que ha convertido a la villa en un referente mundial en el sector de la apicultura. Es una de las primeras de este tipo en España y reúne a expositores de todo el mundo, ofreciendo una amplia muestra de mieles, productos derivados y avances tecnológicos en apicultura.

El evento también incluye actividades culturales y gastronómicas que destacan los sabores de la región, con la miel como protagonista indiscutible. Es una oportunidad perfecta para descubrir la riqueza de la Alcarria y sumergirse en el ambiente festivo de la villa.

Sabor de la Alcarria

La gastronomía de Pastrana se nutre de las tradiciones pastoriles, destacando el cordero y el cabrito asado, productos que forman parte de la identidad culinaria de la región. De hecho, el cordero asado cuenta desde 2009 con el distintivo de ‘Marca de Calidad Diferenciada’, otorgado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Migas con uvas y huevo (Foto: Ayuntamiento de Pastrana, Guadalajara)
Migas con uvas y huevo (Foto: Turismo Ayuntamiento de Pastrana)

Entre los platos típicos se encuentran las gachas y las migas, alimentos energéticos que originalmente sustentaban a los pastores en largas jornadas de trabajo. Las gachas se preparan con harina de almortas y suelen servirse con chorizo, morcilla o panceta. Por su parte, las migas varían según el cocinero, pero en Pastrana se elaboran con trozos de pan duro, ajo, pimentón, carne de cerdo y, en su versión local, se acompañan de uvas y un huevo frito.

La riqueza del campo alcarreño también se refleja en la producción de miel, un producto estrella local. También destaca el aceite de oliva de la Alcarria, que cuenta con Denominación de Origen Protegida (DOP) y es un elemento clave en la cocina de la Villa. Para los amantes del dulce, Pastrana ofrece delicias como los dobladillos, las yemas de Santa Teresa y los bizcochos borrachos.

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