Este edificio de 1920 cerca de Melbourne era el clásico ejemplo de lo que allí conocen como estilo misión española, un look colonial muy característico en las primeras décadas del siglo XX, que emulaba las misiones con sus paredes blancas, ventanales, columnas en la entrada... Además, en su interior contaba con una riqueza ornamental que los dueños no querían perder, molduras en los techos, una escalera espectacular, el patio... Todo eso era el principal atractivo para los propietarios, quienes encargaron al estudio Robson Rak la transformación en una vivienda moderna, cómoda y actual, pero con el recuerdo de la singular historia del edificio.
Una de las intervenciones más audaces tuvo lugar en el atrio donde, gracias a una reestructuración a base de acero y vidrio, la casa mantuvo la idea original pero totalmente reinterpretada, llenando de luz natural y apertura al exterior de gran parte de la casa, que se beneficia de la agradable luminosidad de su orientación sur. Para dotar de actualidad y lujo a esta nueva casa, se utilizó un cóctel de materiales texturizados y robustos; suelos de piedra caliza, encimeras de travertino o acabados metalizado que evocan la seducción de la estética de los años 20.
En cuanto a la decoración, los interiores se han vestido con una estudiada mezcla de muebles nuevos y antiguos que consiguen una ecléctica estética que aporta una sorprendente sensación de atemporalidad. Muebles retro, piezas vintage y los elementos originales de la casa restaurados conviven con mobiliario de diseño actual y una interesante colección de arte contemporáneo. Todos juntos confieren a esta vieja misión de estilo colonial una nueva y marcada personalidad.