Atreveos, el progreso solamente se logra así”. Esta frase de Victor Hugo destaca a modo de carta de presentación en la web de Inés Benavides. Como explica la interiorista, “es mi leitmotiv. El que no sabe arriesgar no puede mejorar, ni ser creativo, ni diferenciarse. Estas tres cosas son muy importantes en nuestro trabajo y siempre lo tengo en mente”. Con estos mimbres, siempre logra que sus proyectos brillen con luz propia. Sabe trasladar a los ambientes que crea, revestidos de frescura, esa búsqueda de la diferencia y lo hace con piezas cuidadosamente elegidas por su belleza estética, una cualidad intrínseca en ella y que cultiva desde la infancia.

un ático reformado en el madrileño chamberípinterest
Pablo Sarabia
En la pared, Wall Object, 2016, del creador alemán Willi Siber, en Galerie Schmalfuss. La alfombra Channels, de Kelly Wearstler para The Rug Company, procede de BSB Alfombras, y los sofás Maralunga son un icónico diseño de Vico Magistretti de 1973 que edita Cassina. Los puf-taburete CUBB los diseña y realiza a medida Inés Benavides, y los cojines Blot son una creación de Tom Dixon.


Un ático reformado en el madrileño Chamberí
Pablo Sarabia
La escultura Totem, realizada en haya, obra de Josecho López Llorens (en L.A. Studio), conecta salón y comedor. Las mesas de hierro patinado son de Stephane Ducatteu para Decoratum, y las de centro, Ibiza, de Jun Kamahara para Ritzwell, proceden de Batavia. El jarrón Gravity, diseño de Vanessa Mitrani, es de Incasa. La tela de las cortinas, de Mark Alexander, procede de Nacho de la Vega.


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Pablo Sarabia
Una vidriera original años 20 pone en valor este rincón, amueblado con dos butacas italianas de los 60’s, del anticuario Jon Urgoiti, con tela Russolo, de Osborne & Little; una mesa art déco en nogal y una alfombra de lana con nudo manual tibetano, de BSB Alfombras. La consola Esgrimas, de la firma Agrippa, procede de Incasa.
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Pablo Sarabia
Una escalera, ideada por la interiorista para conectar la terraza, pone en valor este rincón iluminado por un chandelier Wireflow, de Arik Levy para Vibia.
Al valor arquitectónico del edificio protegido se unen unas fantásticas vistas al skyline madrileño



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Pablo Sarabia
En la terraza, asientos Ami y pufs Otto, de Paola Lenti, adquiridos en Batavia. El suelo se revistió con tablillas de teca. Mesas de cerámica blanca y viejas ánforas de barro cocido completan esta zona.
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Pablo Sarabia
Una estructura metálica con celosía delimita la zona de comidas en la terraza. La mesa de madera de teca, procedente de Maisons du Monde, contrasta con las sillas Forest, en aluminio lacado, de Robby & Francesca Cantarutti para Fast. Las lámparas Cala son de Joan Gaspar para Marset. Junto al jarrón esférico pintado a mano, de Batavia, tres piezas de cerámica antigua de Talavera de la Reina.

Las etapas vitales y profesionales de Inés Benavides la han llevado a vivir en ciudades diferentes y cosmopolitas y está centrada en su estudio de interiorismo desde hace casi dos décadas, actividad que comparte con su otra pasión, el diseño de mobiliario a medida. Lo vemos salpicado en rincones de este ático del madrileño barrio de Chamberí, situado en un edificio señorial protegido de los años 20 que, como ella indica, “además de reformar, hemos restaurado”. Con la colaboración de la constructora Simsum, el estudio de Inés Benavides ha transformado un piso de oficinas “cuyos valores arquitectónicos se habían desvirtuado, en un ático con dos terrazas que se abren al cielo de Madrid”, dice.

salon con columna y obras de arte de colorespinterest
Pablo Sarabia
La chimenea de hierro, realizada por Chimeneas Lumbre, acoge varias esculturas De Lodo, obra Juan Pérez, del anticuario Beatriz Bálgoma.
Un ático reformado en el madrileño Chamberípinterest
Pablo Sarabia
Una columna de hierro a la vista marca el paso del salón a la cocina, equipada por Estudio Doce, con muebles de roble natural y mármol Acrópolis. Al fondo, pared de armarios lacados en verde celadón. Del rosetón de escayola del techo cuelga una lámpara de brazos articulados de Serge Mouille.
“Lo que es moderno es el concepto empleado para resolver los espacios”
Un ático reformado en el madrileño Chamberí
Pablo Sarabia
Cocina con piezas escogidas, como el cuadro que cuelga de la pared, pintado por Carmen (de 5 años e hija de la dueña), el jarrón A, en cerámica esmaltada, de Alessandro Mendini, edición limitada de Superego, encontrado en L.A. Studio, y un centro de mesa de L’Objet, en Incasa. Los taburetes Nagasaki, un clásico de Mathieu Matégot de 1954 para Gubi, son de Batavia.
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Pablo Sarabia
La mesa de comedor es una idea de Inés Benavides y tiene tapa de granito black beauty. A su alrededor, fantásticas sillas, modelo Letizia, basadas en un diseño icónico de Gastone Rinaldi, fechado en 1954, que reedita desde 2013 la firma italiana Poltrona Frau. Se compraron en Batavia y están tapizadas con terciopelo de diferentes colores, de Dedar. La lámpara Wireflow, una creación a base de cable eléctrico y terminales LED, de Arik Levy para la firma Vibia, centra el espacio. La escultura de Josecho López Llorens es de L.A. Studio y el cuadro de Álvarez Cebrián, de Jon Urgoiti. El florero pintado a mano se compró en Batavia.

Aunque conservaba algunos elementos interesantes como vidrieras, suelos de madera o cornisas y techos de escayola, la obra no fue cosa menor y ha requerido recrear desde cero una vivienda en la que habitan una madre con su hija. “Teníamos mucho interés en mantener los suelos, que en su mayoría se han conservado y restaurado y, cuando había que hacerlos de nuevo, se han copiado siguiendo los modelos originales. Lo mismo pasó con las molduras del techo originarias y que cambian de habitación en habitación”, añade. En el caso concreto de la tarima de la biblioteca, “la hemos tratado como si fuera un mueble de marquetería”, indica.

Ático reformado en Chamberí por Inés Benavidespinterest
Pablo Sarabia
El suelo de la biblioteca se ha tratado como si se fueraun mueble de marquetería. Tanto la silla de cobre, modelo Rame, como las librerías, en hierro lacado, son diseños de Inés Benavides. Al fondo, dos puertas dan paso al dormitorio, con ropa de cama, de Matarranz, cojines, de Pepe Peñalver, y mesilla, del estudio de la decoradora.
un ático reformado en el madrileño chamberípinterest
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La silla Rame, está realizada en cobre por Inés Benavides y brilla en la biblioteca.
Un ático reformado en el madrileño Chamberípinterest
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De la pared del dormitorio cuelgan los espejos Tafla 03, de Zieta, procedentes de la tienda Batavia. En el Rastro se encontraron la mesa baja y la silla años 50, que se ha tapizado con un terciopelo de Designers Guild. El jarrón Echo, de la firma Sklo, procede de Incasa.
“Huyo del aburrimiento y abogo por los espacios dinámicos, frescos y alegres”

En la decoración, ha jugado un papel decisivo la coincidencia de gustos entre decoradora y dueña y, agrega Inés Benavides, “hemos logrado poner fuerza y color sobre una base arquitectónica sencilla para que los espacios sean frescos, alegres y dinámicos”. Respecto al estilo, el valor de una caja años 20 hace buen mix con “un concepto moderno para resolver los espacios”. Son diáfanos y en ellos “el color ha jugado una parte fundamental del proyecto ya que le da alma, alegría y fuerza al piso. Se han mezclado azules, verdes, amarillos, rosas... y ninguno prevalece. En la combinación de piezas de diseño y de colores reside la clave que hace que la casa tenga mucho carácter y también sea ligero, joven y alegre”, argumenta. A ello contribuye la suma de artesanía, arte cubista y de artistas actuales, muebles decó y midcentury que dialogan bien con sus bellas creaciones.

Un ático reformado en el madrileño Chamberípinterest
Pablo Sarabia
En el cuarto de Carmen, la hija de la propietaria, el techo de celosía de escayola y el suelo de madera son originales de los años 20. La lámpara Vertigo es un diseño de Constance Guisset para Petite Friture. El papel pintado Nube, de Pierre Frey, se ha comprado en Nacho de la Vega; las mantas, de Ezcaray, proceden de Matarranz, y el sofá mini, de Living Retro, se ha tapizado con tela de la misma firma e idéntica tienda. La mesilla es una pieza francesa recuperada y los cojines, de Kate Spade, proceden de Pepe Peñalver.
bano con papel pintado por ines benavidespinterest
Pablo Sarabia
Aseo con papel pintado Estuaire, de Hermès. Las toallas de lino son antiguas teñidas en amarillo y la silla Nastro, un diseño de Inés Benavides.
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Inés Benavides, la mirada estética. La diseñadora e interiorista la lleva tatuada en su ADN y sus proyectos siempre reflejan belleza, elegancia y serenidad a partes iguales. Formada como ingeniera de minas, ha vivido en París, Roma, Londres y Nueva York, antes de crear, en el año 2002, su propio estudio de decoración y diseño. Es en este terreno donde desarrolla su pasión por la artesanía tradicional y son bien consideradas las esculturas funcionales que ella misma crea para brillar siempre allí donde las coloca con buen ojo.

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