El paraíso para los amantes del campo o para los que sueñan con la casa de campo perfecta. 800 metros cuadrados en la que se mezcla lo nuevo y lo antiguo para crear atmósferas personas, llenas de encanto y de espíritu country. Todo en esta casa fue proyectado por Simone Meirelles Arquitetura e Interiores para que fuera disfrutada por los propietarios, una pareja joven brasileña con dos hijos, y su familia en contacto con la naturaleza. Se proyectaron espacios amplios e integrados entre sí al mismo tiempo, que reflejasen su amor por el arte, el diseño y los viajes. Toda la zona social se orienta al jardín exterior con las vistas de la piscina como foco de atención.
La casa se ha bautizado Larissa Horse Ranch o Larissa Farm y se encuentra en São Paulo (Brasil), "un lugar que reúne, en perfecto equilibrio, naturaleza y confort, encanto y comodidad, relajación y sofisticación. Donde es posible vivir con seguridad sin renunciar a la libertad. Una granja fundada hace más de 40 años para la cría de caballos ingleses de raza pura, diseñada por Marcos Tomanik, y que se se convierte en el lugar en el que vivir el campo. Cuenta con la mejor infraestructura para actividades ecuestres, como la academia de polo y la academia de tenis en medio de la naturaleza y un campo de golf diseñado por el renombrado diseñador de campos Dan Blankenship", señalan desde el estudio.
Ya desde el salón, la estancia principal y centro de reunión de la casa, se aprecia la mezcla con grandes nombres del diseño presentes a través de mobiliario y los complementos. Podemos ver piezas de Antonio Citterio, Jader Almeida, Marcel Wanders, Sérgio Rodrigues y Marcus Ferreira. Destaca aquí la solución planteada por el estudio para iluminar la habitación: lámparas excavadas, que brindan una iluminación indirecta muy sugerente. Salón y comedor se conectan a través del grafiti de Vermelho Steam, inspirado en el teatro de muñecas del siglo XIX y que decora el tabique separador por ambas caras. La mesa Decameron Design y la silla de Loja Teo y Dpot son el escenario para las comidas de domingo con amigos y familiares. Precisamente para que se sienta muy acogedor, las paredes tienen peso y se han decorado como si se tratara de un tesoro, con elementos contemporáneos de artistas como Calu Fontes.
La cocina es una extensión de la naturaleza que rodea esta casa de campo gracias al pantone verde que predomina. No pierde la esencia rústica con detalles como los tiradores de los muebles pero es funcional y práctica y se abre al comedor, por lo que es posible disfrutar desde este espacio del grafiti mural. Precisamente, Meirelles aceptó este proyecto por "el desafío de desarrollar una casa narrativa, combinando elementos antiguos y reunidos por los propietarios, con elementos contemporáneos", confiesa.
En el piso superior se encuentran las habitaciones, cada una con una decoración propia y diferente. Se ha personalizado cada dormitorio con muebles y accesorios específicos, manteniendo el ambiente campestre del resto de la casa de base. Tal es el nivel de personalización que las camas fueron hechas a medida como las duchas de los baños. Destaca una estancia concebida como un spa, un baño con varias duchas y una gran bañera, todo en blanco.
En este nivel también es posible disfrutar del exterior a través de unas terrazas que se pierden en el verde horizonte, ideadas para relajarse, incluso, con un jacuzzi.
Desde el salón, a través de puertas correderas se conecta todo el área interna con el exterior y es posible así que la transición sea fluida, como si no existieran límites. Fuera, el mobiliario combina funcionalidad y diseñadores icónicos, como la silla Paola Lentti. Todo el porche -protegido del sol con un efecto sol-sombra de listones de madera- se concibe como una estancia más para vivir al aire libre con cocina, comedor y zona de estar.
Si hay un material que destaca en este proyecto es el cemento quemado y los hidráulicos, precisamente un mix que enfatiza ese concepto de aunar lo antiguo y lo nuevo en la casa. La fachada exterior es básicamente roja porque conectado con las casas rurales españolas, un detalle que señala la vida de los propietarios, que vivieron en Barcelona durante 10 años. "En el interior, la idea era utilizar cemento para aportar una imagen moderna", señala Meirelles. "El desafío principal era cómo equilibrar estos elementos".
Los propietarios participaron durante el proceso de remodelación de esta casa, ayudando a encontrar y elegir cada objeto y mueble. "Fue un proceso agradable en el que personalizamos todos los elementos y espacios de diseño", explican desde el estudio.