Nació en Valparaíso en el año 1817; hijo de José Ignacio Taforó y María Jesús Zamora y Astorga.
Hizo sus estudios en el convento de Santo Domingo y en el Seminario de Santiago, del cual fue más tarde, profesor de Latín; se ordenó de presbítero en julio de 1839.
Sus primeros pasos en el sacerdocio los dió como misionero en Atacama y fue vicario foráneo de dicha ciudad. En Copiapó estableció una casa de ejercicios, el Colegio San Luis Gonzaga y reedificó la iglesia y el Convento de los Franciscanos. Fundó una escuela para pobres y fue también cura de esta ciudad. Profesor del Seminario de La Serena.
Regresó a Santiago en 1847 y fue nombrado miembro de la Facultad de Teología y Ciencias Sagradas de la Universidad de Chile; escribió un "Compendio de Historia Sagrada" adoptado por el gobierno como libro de enseñanza para los colegios. Fue rector y catedrático del Liceo Santiago y formó parte del consejo directivo de la Sociedad de Instrucción Primaria, para lo cual redactó un "Catecismo de la Doctrina Cristiana" adoptado por la Universidad y que fue traducido al francés y reimpreso en Paris.
En el año 1849 se inició en la vida política como miembro del partido Liberal y fue elegido diputado por el departamento de Linares para el período de 1849 a 1852; integró la Comisión Permanente de Negocios Eclesiásticos.
Recorrió Europa y algunos países de América desde 1851 a 1855. Estando en Arequipa tuvo que intervenir a favor de la paz, en la revuelta del general Vivanco contra el presidente general Echenique. Regresó a Chile en el año 1855 y llegó a los más altos puestos en la Iglesia Metropolitana hasta llegar a arcediano en 1887.
En 1874 fue nombrado consejero de Estado, siéndolo también en las administraciones de Federico Errázuriz Zañartu, de Aníbal Pinto, de Domingo Santa María y de José Manuel Balmaceda.
En el año 1876 hizo un nuevo viaje a Europa. Regresó a Chile y cooperó a la fundación del Cuerpo de Bomberos y atendió a los enfermos de los lazaretos.
Fue atacado por la prensa católica, por sus ideas liberales y por revelarse contra la autoridad eclesiástica.
En el año 1878 fue propuesto para suceder a monseñor Valdivieso en el Arzobispado, pero la propuesta no fue aceptada por el Papa, lo que originó conflictos entre el Papado y Chile. El gobierno propuso al Papa su nombramiento de arzobispo de Santiago, pero el clero de Santiago le presentó una fuerte e implacable oposición, por lo que rogó al gobierno que prescindiera de él para este puesto, produciéndose una de las más serias dificultades entre Gobierno e Iglesia. El señor Taforó presentó al gobierno la renuncia irrevocable de su candidatura, con lo cual se produjo un impasse que se vino a solucionar sólo nueve años más tarde con el nombramiento de monseñor Mariano Casanova. En el intertanto, se desempeño como vicario, a cargo de la Diócesis, Joaquín Larraín Gandarillas.
En su testamento declaró que era católico y que jamás había pertenecido a la masonería, como habían asegurado los que se opusieron a su consagración arzobispal.
Falleció en Santiago, el 27 de enero de 1889.