Los ODS y las ‘cleantech’, aliados para cuidar y conservar los océanos
Al menos cinco Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impactan en el cuidado de los océanos. El objetivo 13 pretende frenar la huella del cambio climático en los mares; el objetivo 14 busca reducir la contaminación, proteger los ecosistemas marinos y regular la explotación pesquera. Y los ODS 7, 9 y 10 apuestan por infraestructuras y transportes sostenibles. En esta realidad, las tecnologías limpias (‘cleantech’) juegan un papel protagonista.
Un icono verde y un mensaje: “Ahorra un 20% de gasolina”. Desde 2021, los usuarios de Google Maps pueden encontrar la opción menos contaminante cada vez que buscan una ruta en la ‘app’. Poco a poco, y gracias a iniciativas como esta, la idea de realizar trayectos más sostenibles va ganando peso a la hora de planificar los viajes de personas de todo el mundo.
¿Y si en el futuro la sostenibilidad fuese el criterio de más peso a la hora de trazar una ruta? Este es uno de los planteamientos de GreenNavigation. Esta empresa española ha sido bautizada como “el Google Maps eco-friendly de los mares”. Su objetivo es optimizar las rutas de navegación marítima usando información en tiempo real para ahorrar combustible y reducir, así, las emisiones de efecto invernadero de las embarcaciones.
Con sus soluciones tecnológicas novedosas, GreenNavigation contribuye a la consecución de dos de los ODS de Naciones Unidas que buscan conservar los océanos: el ODS 14 (Vida submarina), y el 13 (Acción por el clima). Hacemos un repaso de los ODS que más impactan en la salud de los océanos y, también, de iniciativas innovadoras que desarrollan ‘cleantech’ y otras tecnologías destinadas a cuidarlos.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU marca la hoja de ruta para lograr un mundo más equitativo, justo y responsable con las personas y con el medioambiente. En otras palabras, una hoja de ruta para lograr el mundo al que aspiramos. Esta agenda incluye 17 objetivos, que a su vez suman 169 metas y 232 indicadores que se relacionan entre sí.
De estos objetivos, el número 14 se centra muy directamente en la salud de los océanos: Vida submarina. Pero hay muchos otros que, de forma más o menos directa, también buscan mejoras que impactarían muy notablemente en la vida de los ecosistemas oceánicos.
ODS 14: Vida submarina
Entre las nuevas especies marinas descritas en 2023, destaca un pequeño calamar pigmeo que se lleva todo el protagonismo. Mide apenas un centímetro de longitud, tiene una glándula adhesiva a la espalda que le permite pegarse a diferentes superficies y pasar desapercibido cuando se ve amenazado y adopta unas posturas de defensa que recuerdan a un arte marcial. Por todo esto, fue bautizado a nivel científico como ‘Kodama jujutsu’, un nombre que hace referencia a los Kodama, espíritus del bosque en la cultura japonesa, y el ‘jiu-jitsu’.
De acuerdo con el World Register of Marine Species (WoRMS), cada año se describen unas 2.000 especies nuevas sólo procedentes de los océanos. Sin embargo, este registro calcula que el 91% de las especies que habitan en los mares aún son desconocidas para la ciencia y que el 80% de la superficie de los océanos está sin explorar.
Los océanos son una fuente de conocimiento y riqueza fundamentales, y su correcto funcionamiento es vital para el equilibrio del planeta. “La existencia humana y la vida en la Tierra dependen de unos océanos y mares sanos. Proporcionan recursos naturales clave como alimentos, medicinas, biocombustibles y otros productos; ayudan a descomponer y eliminar los residuos y a reducir la contaminación y sus ecosistemas costeros contribuyen a reducir los daños causados por las tormentas. También constituyen el mayor sumidero de carbono del planeta”, explican desde la ONU.
Sin embargo, el equilibrio de los océanos se está viendo afectado por la acción humana. La subida de las temperaturas debido al cambio climático, la contaminación o la sobrepesca son algunas de las causas que más impactan en la vida y en el estado de los mares. El ODS 14 busca revertir esta situación y encontrar soluciones para “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”. Entre sus metas, está:
- Prevenir y reducir la contaminación marina.
- Gestionar y proteger los ecosistemas marinos y costeros, fortalecer su resiliencia y adoptar medidas para restaurarlos a fin de restablecer su salud y su productividad.
- Establecer reglas de explotación pesquera eficientes y poner fin a la pesca excesiva.
- Apoyar la ciencia y la investigación.
ODS 13: Acción por el clima
El ODS 13 busca adoptar medidas para combatir el cambio climático y sus efectos. Unos efectos que se notan en los océanos: en marzo de 2024, estos acumulaban 12 meses consecutivos de récords en las temperaturas superficiales, algo que afecta de forma importante (y que puede tener consecuencias desconocidas) en la vida marina.
“El calentamiento de los océanos está alcanzando niveles récord, lo que provoca olas de calor marinas generalizadas, amenaza sus ricos ecosistemas y destruye los arrecifes de coral de todo el mundo”, señalan desde la ONU, para recordar que contar con unos océanos sanos es, a su vez, fundamental para hacer frente al cambio climático: absorben alrededor del 23% de las emisiones anuales de dióxido de carbono (CO2) generadas por la actividad humana y el 90% del exceso de calor.
Estas son las metas que plantea el ODS 13 y que, de conseguirse, tendrían un impacto positivo en los océanos:
- Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, las estrategias y los planes nacionales.
- Otorgar a los países más desfavorecidos mecanismos para aumentar su capacidad de mitigar y gestionar el cambio climático.
- Aumentar el nivel de educación y sensibilización sobre el problema.
La importancia de los demás objetivos para la salud marina: ODS 7, 9 y 10
Lograr las metas de los ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), 9 (Industria, innovación e infraestructuras) y 10 (Producción y consumo responsables) también supondría una mejora importante para la salud de los océanos. Utilizar energías limpias y contar con infraestructuras y transportes sostenibles contribuiría a reducir el cambio climático y los niveles de contaminación, mientras que contar con una producción y un consumo más responsables reduciría la sobrepesca evitando esquilmar los mares. Estas son algunas de las metas que plantean:
- Mejorar la infraestructura y la tecnología necesarias para prestar servicios energéticos sostenibles en los países en vías de desarrollo.
- Modernizar la infraestructura y las industrias para que sean sostenibles.
- Lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales.
El papel de las ‘cleantech’ en la conservación de los océanos
“Las ‘cleantech’ juegan un papel muy importante para lograr el desarrollo sostenible de los océanos. Por ejemplo, a la hora de aplicar soluciones para contribuir a la descarbonización”, señala José Manuel Fedriani Castro, coordinador de la incubadora de alta tecnología Incubazul. Esta aglutina proyectos ligados a la economía azul, muchos de los cuales se centran en el desarrollo sostenible y el respeto por el medio marítimo.
“Nuestros proyectos tienen un componente tecnológico y, evidentemente, por su carácter de startups, también tienen un componente destacado de innovación. Buscan soluciones para mejorar o contribuir al desarrollo económico respetando los océanos y, en general, el medioambiente. Este es uno de los pilares en los que se sustenta el proyecto Incubazul”, explica Fedriani.
“Las ‘cleantech’ juegan un papel muy importante para lograr el desarrollo sostenible de los océanos”.
Actualmente, las tecnologías limpias que ponen su mirada en los océanos se centran en el desarrollo de energías renovables, en el turismo costero sostenible, en la navegación con combustibles alternativos o en la acuicultura, entre otras muchas opciones. “Hay varios proyectos que buscan minimizar el impacto en el medioambiente mediante tecnologías de control de las emisiones de CO2, y también tenemos ejemplos de otros que buscan la reutilización de los desechos obtenidos del mar, fundamentalmente plásticos, para elaborar otros productos de consumo. Pura economía circular”, ejemplifica Fedriani.
Un ejemplo lo encontramos en GreenNavigation, “el Google Maps eco-friendly de los mares” que optimiza las rutas de navegación marítimas con criterios medioambientales. De acuerdo con la propia empresa, una embarcación de gran tamaño que utiliza su tecnología durante un año ahorra una media de 230.000 dólares y 350 toneladas de combustibles fósiles, y evita la emisión de 1.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. Lo equivalente a sacar 265 coches de las carreteras.
En México, la empresa Aquosmic ha desarrollado un sistema para monitorizar y analizar la calidad de la superficie del océano y otras masas de agua gracias a la tecnología satelital y la inteligencia artificial (IA). Esto permite conocer la presencia de contaminantes o el nivel de calentamiento del agua, entre otras opciones.
Acústica Marina, por otro lado, es una iniciativa chilena que desarrolla tecnología hidroacústica con Inteligencia Artificial (IA) para solucionar diferentes problemas que se dan en el entorno acuático. Su tecnología sirve para realizar estudios de impacto ambiental, llevar a cabo monitoreos de la fauna marina y establecer sistemas de vigilancia de actividades ilícitas, por ejemplo. Además de contribuir a los ODS 9, 13 y 14, favorece también la consecución del 5 (Igualdad de género) ya que es una startup liderada principalmente por mujeres.
Desde Incubazul destacan también Black Sand Marine, una empresa que crea catamaranes no tripulados que funcionan como drones y que pueden utilizarse para impulsar la monitorización de los mares y la investigación científica. A estos se suman muchos otros proyectos que pueden mejorar la calidad de los océanos de forma indirecta. Por ejemplo, favoreciendo la utilización de energías limpias, lo que contribuiría a alcanzar los retos de los ODS 13 (Acción por el clima) y 7 (Energía asequible y no contaminante).
Otro ecosistema en el que las ‘cleantech’ pueden tener un impacto muy relevante es el de la acuicultura sostenible, necesario para alimentar una población mundial que no para de crecer. De acuerdo con The Ocean Foundation, el 42 % de los productos del mar que consumimos actualmente no se pescan en el mar, sino que se cultivan.
Existen múltiples iniciativas orientadas a diseñar tecnologías de acuicultura de precisión para hacer este cultivo más sostenible. Un ejemplo es InnovaSea, que utiliza soluciones basadas en cámaras de última generación, Big Data o IA (entre otras herramientas) para monitorear, gestionar y controlar las operaciones en base a datos en tiempo real.
Entre los objetivos de estas empresas y de otras muchas iniciativas de ‘cleantech’ está contribuir a la consecución de los ODS. “La generación de todo un ecosistema empresarial ligado a la economía azul busca concienciar a la sociedad de la importancia de cuidar nuestros mares y océanos como fuente de recursos y de actividad económica”, concluye Fedriani. “Incubazul aporta su granito de arena para apoyar los proyectos de emprendedores que buscan aportar soluciones para mejorar la relación de la economía y la sociedad con el mar”.