caravanas de migrantes

Los espacios transfronterizos son altamente dinámicos, son sensibles a coyunturas y cambios, así como un espacio de interrelación donde se condensan las escalas de lo local, lo regional y lo global. En el texto que aquí presentamos nos enfocamos en el espacio transfronterizo de México con Guatemala y uno de los cambios en las movilidades humanas más recientes, el de las denominadas “caravanas migrantes”. Este fenómeno que representa un caso de agencia por parte de las y los migrantes, evidenciado en una estrategia para la salida, el tránsito, la presión sobre las fronteras, incluyendo el destino, representa un reto para analizar y explicar lo sucedido tanto en términos humanitarios como de política migratoria y reacción social.
En este relato, nos enfocaremos no tanto en las subjetividades de quienes protagonizaron este fenómeno, sino más bien en un análisis de lo que representaron las caravanas en términos de impacto y su significación. Consideramos que el material reunido nos permite reconocer ciertos elementos explicativos para tratar de entender, comprender y explicar lo sucedido. Para ello se han combinado técnicas de observación participante en Tapachula,  en Ciudad Hidalgo-Tecún Umán y en la ruta hacia Arriaga, conversaciones informales con población en situación de movilidad, encuentros con instituciones de gobierno, organizaciones de la sociedad civil, organismos y organizaciones internacionales, revisión de material hemerográfico, videos, literatura gris y académica como el conjunto de técnicas y fuentes que han servido de base a esta contribución.
Nos interesa comprender cuáles han sido los alcances y los límites de este actuar en colectivo, preguntándonos si las “caravanas” constituyeron un hecho de coyuntura, o bien, esta acción novedosa en las formas de migrar, estaría adoptando ciertos rasgos de estabilidad en el mediano plazo. Consideramos, y éste es un planteamiento desde el abordaje teórico metodológico, que el fenómeno de las “caravanas de migrantes”  representó una alteración del patrón de migración histórico en la región, constituyéndose en una forma inédita respecto a lo que hasta entonces habíamos conocido sobre la migración centroamericana y extra continental. Es decir, se pasó de la migración realizada de manera individual o en grupos pequeños de familias o amigos, a hacerlo de manera masiva, constituyéndose esta modalidad en una nueva estrategia para las movilidades humanas. Por ello, las formas de estudiar, abordar y recoger información sobre este fenómeno, representó un reto a la hora de revisar y, en todo caso, replantear los presupuestos sobre los que se han venido trabajado las movilidades humanas en el corredor mesoamericano.

Mucho se ha escrito sobre las “caravanas” de migrantes centroamericanos que recientemente han llegado a la frontera entre México y los Estados Unidos de Norteamérica. Se han analizado los motivos y las rutas de los migrantes. También se ha tocado el tema de la discriminación que los miembros de estas caravanas han sufrido en México. Sin embargo, poco se ha dicho de la manera en qué el tiempo de permanencia de estos migrantes dentro de México transforma cómo son percibidos. En este ensayo se analiza la temporalidad como una de las dimensiones que modifican en qué medida los migrantes son percibidos como merecedores de apoyo por parte de organizaciones no gubernamentales y de la población en general. Utilizando el concepto de “vida nula” de Agamben, analizamos el caso de migrantes centroamericanos en tránsito por Mazatlán, Sinaloa y la manera en que dichos migrantes encarnan el concepto del homo sacer, es decir, un espacio liminal entre la animalidad y la humanidad. Basado en este estudio de caso, argumentamos que el tiempo de permanencia dentro de México, particularmente en Mazatlán, está directamente ligado a percepciones locales con respecto a quiénes son “los verdaderos migrantes”. Según información recopilada durante trabajo de campo en el 2016, vecinos mazatlecas y miembros de organizaciones no gubernamentales distinguen, en base a ciertos elementos espacio-temporales entre “migrantes” y vaquetones—es decir, aquellos que se aprovechan de las personas utilizando una imagen de migrante cuando, en realidad, no tienen el plan de llegar a la frontera. Como resultado, “los verdaderos migrantes” no sólo encarnan la “vida nula” sino que deben de buscar discursos que los presenten como ejemplares de dicho concepto para poder movilizar la economía moral de compasión entre mazatlecos y activistas.

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Ante la apremiante necesidad de responder políticamente a la urgencia que supone el paso de la caravana migrante por México, se ha dejado de lado la discusión en cuanto al marco jurídico que lo regula. En el debate público poco se ha dicho de los fundamentos legales que podrían dar la pauta para diseñar una política de estado que articule de forma coherente las acciones del gobierno federal, de los gobiernos locales, de los órganos autónomos encargados de la defensa de los derechos humanos y su relación con las agencias internacionales y organismos de la sociedad civil nacionales e internacionales.

Resumen: Desde, al menos, 2011 las personas migrantes centroamericanas y sus aliadas en México han realizado caravanas, en las que combinan el acompañamiento humanitario con las protestas políticas para proteger a las personas en su caminar y exigir el respeto a sus derechos en el territorio mexicano. En 2018 y 2019, este fenómeno tomó una nueva dimensión cuando miles de personas migrantes, en su mayoría hondureñas, se organizaron en caravanas que empezaron en Centroamérica por primera vez. En el presente artículo, como dos antropólogas que hemos acompañado distintas caravanas en la última década, exploramos la naturaleza de éstas como protesta política y social, que desafía los límites de los procesos migratorios. Nos enfocamos en la hípervisibilidad de la migración que reivindica los derechos de las personas migrantes, al ser la caravana no sólo una exigencia por pasar por el territorio

Depuis octobre, « la caravane de migrants » fait régulièrement la une de l'actualité au Mexique, aux États-Unis et plus largement dans le monde entier : « J'ai même vu des journalistes chinois ! Il y a aussi des Allemands, des Colombiens, des Italiens qui sont là pour nous soutenir et toi, de France. C'est incroyable » remarquait avec étonnement un Hondurien participant à cette mobilisation arrivée dans la capitale mexicaine, le dimanche 4 novembre 2018. De quoi parle-ton actuellement ? Cette note vise à présenter de façon synthétique quelques éléments de contexte sur les caravanes qui traversent actuellement le Mexique en direction des États-Unis, les réactions politiques et sociales qu'elles suscitent de part et d'autre des frontières… Un prochain document présentera plus spécifiquement ce que j'ai pu observer du 5 au 8 novembre au stade « Palillo » Martinez, lors du séjour de la caravane dans la capitale mexicaine.

O artigo aborda a agência política de crianças em ações coletivas e movimentos sociais na América Latina. Analisamos a participação infantil no Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST), no Brasil, e na Caravana de migrantes “Pueblo sin fronteras”, no México, buscando fornecer dados empíricos para complexificar a discussão sobre participação política nos campos dos estudos da infância e da ciência política. Ainda que tais coletivos apresentem objetivos e formas de organização distintas, as crianças constroem uma identidade de participantes de um coletivo através da participação nas mobilizações de luta por melhorias nas condições de vida.

Depuis l’intégration du Mexique à l’Espace de libre-échange nord-américain, la question migratoire est devenue centrale dans ses relations avec les États-Unis, dans une perspective de plus en plus sécuritaire. Sa frontière méridionale constitue le point de convergence des migrations des pays du sud vers les pays nord-américains. Les caravanes de migrants, qui traversent son territoire depuis la fin 2018, traduisent une façon de rompre avec la clandestinité autant qu’une protection contre les périls de la traversée ; elles sont aussi l’expression d’une geste politique.

Hace unos días Pablo, que había huido de su país dejándolo todo por la violencia y al que, a las pocas semanas, por la misma razón, se sumaron su mujer y sus cuatro hijos, quienes en conjunto hoy viven en Tapachula esperando obtener el refugio para poder seguir, me decía: “nosotros en nuestro país dejamos todo, porque… de que me sirve estar allá si iba a perder la vida, entonces mejor aquí que no tengo nada, pero tengo la vida”.
Esta frase resume y condensa la realidad de muchas y muchos centroamericanos que, sobre todo de Honduras y El Salvador, en menor medida, de Guatemala, y recientemente, de Nicaragua, han llegado, y continúan haciéndolo, a la frontera sur de México en forma de migración forzada. Este “dejar todo” es mucho más que las cosas materiales, es dejar también, lugares, espacios y territorios con los que se tienen relaciones afectivas que forman parte de la identidad, el “de donde soy”. Pero también es dejar amigos, conocidos, familias que se llevan en la memoria y se reviven en la preocupación de habérseles dejado viviendo la misma violencia, amenazas y riesgos de los que se huyó. Porque la gente sale así, en forma de huida, a veces con lo puesto, con lo poco que puede recoger en el breve tiempo que tiene para salvarse. El resultado de ese “todo” dejado, es la vida misma, la cotidianidad encarnada en proyectos, en sueños, en vivencias que se tiene que asumir que ya no se van a poder concretar o, que para que se den, entonces hay que irse, buscar otro lugar donde ese futuro soñado sea posible.

El artículo aborda las distintas nociones locales sobre la “población flotante”, captadas en los discursos y las prácticas de los habitantes de Ciudad Hidalgo, Chiapas, México. En sus discursos, se enuncia “población flotante” como sinónimo de habitantes temporales, cuyo origen se supone es Centroamérica, y como representación de una “otredad” problemática. Mediante el análisis de los discursos locales, configuración urbana y el mercado laboral de esta ciudad fronteriza, se demuestra que la “población flotante” encarna una paradoja: por una parte, se denomina así por su temporalidad no definida y por su otredad y se le atribuye la inseguridad y la deficiente infraestructura urbana, pero por otra, se incorpora a la vida laboral como mano de obra barata y flexible, que contribuye al flujo mercantil tanto global como local. Evidenciamos que su característica de “ser flotante”, vista como condición de actor, incide en la nueva dinámica urbana del contexto fronterizo.

Los recientes cambios en las dinámicas y perfiles de personas migrantes en México ha puesto en evidencia la necesidad repensar los mecanismos con los que hasta ahora se han gestionado las denominadas emergencias o crisis migratorias. No es que el estado mexicano no posee normatividad, programas o acciones para hacer frente a estos fenómenos, el tema es que se desconocen, su aplicación puede ser limitada y el enfoque punitivo. La presente propuesta busca generar una reflexión y propuesta que abra paso a una discusión más amplia que ayude a generar respuestas más eficaces y eficientes para atender estas problemáticas.