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Meditación: ¿Cómo le explico a un niño lo que es meditación? Es un trabajo de imaginación y como tal tiene infinitas posibilidades.  ¿Que se trabaja? aprendemos a estar en el presente desarrollamos la intuición mejoramos memoria y concentración frenamos la mente y descubrimos el valor del silencio aumentamos la sensibilidad hacemos surgir cualidades como compasión, solidaridad, etc. nos conectamos con nuestra fuerza y poder personal conseguimos el bienestar controlamos la ansiedad y mejoramos el sistema inmunitario adquirimos un tono muscular más distendido   ¿Cómo se lleva a cabo? Hay varias formas y tipos de meditación: sentados, caminando, acostados, en movimiento creativo, sin y con atención a la respiración, guiadas por voz, música, con y sin estímulo visual, etc. Creación del mandala: Dejamos a los niños que pinten como quieran, sin intervenir ni inducir nada, que sigan su corazón y expresen su contenido. Con música suave de fondo o en total silencio. Es su momento de creación y un trabajo libre. El mandala se trabajará después de la meditación. El niño puede inspirarse en la experiencia vivida. Si realmente uno está inspirado, se supera a sí mismo en su actividad preferida y a la mayoría de los niños les encanta dibujar y colorear. Es una actividad de concentración. Disfrutarán expresándose a través de colores y formas. C. Espinosa Manso, Walter Maverino, Noemi Paymal "Los niños y jóvenes del tercer milenio" Phoebe Louren "El niño de las estrellas" libros de Maureen Garth: "Jardin interior", "Luz de estrellas", "Rayo de luna", "Rayo de sol", "Luz de la tierra". "Reiki para niños" Isabel Ramos Sola N.A. Chappell "Compartiendo Reiki con los niños" Will Glennon "La inteligencia emocional de los niños" Fred Rogers, Fred "Vamos a jugar" Andrea Erkert ""Islas de relajación" Thich Nhat Hanh "Un guijarro en el bolsillo", "A la sombra del manzano rosal" Carlos González "Bésame mucho", Cómo crian a tus hijos con amor Mª Luisa Ferrerós "Inteligencia musical" Masaru Emoto: Mensajes del Agua Libros de Louise L. Hay Cómo iniciar a los niños en la meditación Propón la meditación como un ejercicio familiar o conjunto, al principio. No hay edad para comenzar a meditar, pero debes dejar que el niño sea quien decida cuándo comenzar con la actividad, sin obligaciones ni presiones. Invita al pequeño a sentarse cómodamente, con ropa confortable y despojado del calzado. En las primeras sesiones sólo quédense allí sentados, con los ojos cerrados y respirando lenta y profundamente. Enséñale a escuchar su respiración, los latidos de su corazón, a concentrarse en su cuerpo, su mente, y no en los estímulos ajenos o pensamientos fugaces. Cuando el niño ya se sienta a gusto con la técnica, podrás comenzar a realizar meditaciones guiadas. Propón escenarios fáciles de imaginar por el niño, libre de distracciones: una pradera con el cielo azul y el sol brillante, un río calmo, una cascada con grandes rocas. Los paisajes a visualizar deben ser ajenos a la ciudad, sin otras personas, sin animales, sin elementos que los inviten a la imaginación exagerada. Usando tu voz calmada y serena, enséñale a visualizarse a sí mismo en estos escenarios, y luego cuenta como si fuese una historia alguna de las técnicas de meditación guiada. Meditación guiada para niños: liberar malas energías La técnica de meditación guiada de liberación de malas energías (tensión, angustia, miedos, penas, enojos) es una de las de mayor éxito con los niños. Guíalo para visualizarse en un sitio tranquilo en donde, llevando su mano al bolsillo, tome un gran globo. Haz que imagine cómo infla ese globo no con aire, sino con esa angustia, con ese miedo, con las malas energías. Con cada soplido, el globo se irá llenando de estas malas energías que están abandonando su cuerpo. Luego, dile que imagine atar el globo y soltarlo en el aire, mientras lo observa alejarse más y más, hasta desaparecer. Cuando lo haya perdido de vista, las malas energías lo habrán abandonado por completo. Meditación guiada para niños: aliviar dolores y molestias Para aliviar dolores y molestias, la meditación para el niño consiste en visualizarse de cuerpo completo, de la manera en la que él prefiera, en una habitación vacía o en un paisaje calmo. Dile que observe su cuerpo como uno brillante, de luz, lleno de energía, y que note dónde hay energías negativas. El niño imaginará la zona adolorida en otro color, oscuro, como si este dolor fuese una mala energía dentro de su cuerpo. Invítalo a concentrarse en ella, respirando lentamente, y que conforme vaya liberando el aire irá empujando esta energía hacia la punta de la extremidad más cercana. Simplemente respirando la liberará, y al llegar a los dedos de las manos o de los pies, abandonará el cuerpo, dejando el espacio libre para que la buena energía, positiva pura y blanca, complete el espacio vacío, ahora sin dolor.