ADOLF HITLER:
Del fanatismo común al racismo científico al genocidio
ENGLISH VERSION DOI: 10.5281/zenodo.4411933
DOI EN ESPAÑOL : 10.5281/zenodo.4765280
TRADUCCIÓN DEL INGLÉS AL ESPAÑOL POR: MARÍA SEMIDEY RONDÓN (2021)
Se incluye un capítulo del volumen 1 de la serie de libros The Eugenics Anthology:
“From a ‘Race of Masters’ to a ‘Master Race’: 1948 to 1848”. Este capítulo se separa
debido a que versa sobre un problema específico acerca de la evolución de Adolf Hitler
desde un fanático común a un maníaco genocida. Esta transformación se evidencia en la
cronología de los discursos de Hitler. En lo que respecta al conocimiento de este autor,
nadie más ha tomado nota de este cambio discernible en la retórica de los discursos de
Hitler. Adolf Hitler fue desde un vulgar intolerante dotado con las elucubraciones de un
maniático de a pie a salir de su estancia en la prisión como un maníaco genocida dotado
con el racismo científico de los biólogos de la Ivy League.
Este es un cambio discernible y muy importante en el tipo de racismo de Hitler.
Un estudio de los discursos pre y post-Landberg de Hitler demuestra este cambio en su
retórica. Es notable que Adolf Hitler cambió su retórica racial y pasó de definir a la población
judía como los opresores astutos a caracterizarlos como alimañas débiles. Estas son dos
caracterizaciones diametralmente opuestas e incompatibles. Si bien ambas son
perspectivas de un racista, son polos opuestos del tipo de racismo del cual se derivan y
que representan. El fanatismo común contamina la mente del fanático. El racismo científico
es una herramienta bien afilada para los políticamente arraigados y poderosos, siendo los
últimos mucho más peligrosos que los otros.
Esta divergencia y evolución sólo pueden ser explicadas con la introducción de
Hitler al conocimiento médico y científico. J.F. Lehmann, el editor de Hitler, le trajo libros
sobre el movimiento eugenésico internacional mientras escribía “Mein Kampf” durante su
encarcelamiento en Landsberg. El resultado de esta “educación” fue la transformación del
hombre que no era nada más que un payaso que vomitaba agravios desgastados y
corrientes contra la población judía. El Hitler que emergió de Landsberg estaba dotado con
el repertorio “racialista” mucho más peligroso de los biólogos de la Ivy League y los
economistas de Oxford.
-
A.E. Samaan, 02/ene/2021
Sec. 5 - DE OPRIMIDO A OPRESOR:
El Putsch de Múnich o Putsch de la cervecería, el intento de revolución
violenta por parte de Hitler, fue inspirado por la exitosa Marcha sobre Roma de
Benito Mussolini. Como ya se ha opinado anteriormente en este libro, la
experiencia de Hitler en un juicio y la posterior estancia en prisión fueron
experiencias de aprendizaje críticas e importantes para el dictador en evolución.
Esta transformación de matón fracasado a figura política instruida fue crítica para
la evolución del nacionalsocialismo, puesto que los historiadores también han
señalado que, a partir de entonces, Hitler insistió en ganar, amasar y alcanzar el
poder únicamente por medios legales, o al menos por medios que aparentasen
legalidad. Esto no es casualidad, y debe tenerse en cuenta que este modus operandi
sólo se generalizó luego de que Hitler consolidase el poder político.
Mientras estuvo en Landsberg, Hitler leyó muchos libros. Describía su estancia
en prisión como “educación gratuita a expensas del estado”. El libro entregado en
mano por J.F. Lehman, editor, financiero y simpatizante de Hitler, es de
importancia crítica. “Grundriss der Menschlichen Erblichkeitslehre und
Rassenhygiene,” o en inglés “Principles of Human Heredity and Racial Hygiene”
fue escrito por Eugen Fischer, Fritz Lenz, y Erwin Baur. El mismo detallaba
exhaustivamente la “ciencia” de la eugenesia. Fue publicado en primera instancia
por J.F. Lehmann en 1923, y es casi literalmente el boceto "científico” de las
políticas raciales de Hitler. El libro ha llegado a ser conocido por los historiadores
como el libro “Baur-Fischer-Lenz” o como “Human Heredity”, título dado a la
edición en inglés. La edición de “Human Heredity” fue traducida en 1931 por
Eden y Ceder Paul.
Hitler también es citado por los historiadores afirmando que había “estudiado
con gran interés las leyes de varios estados americanos en cuanto a la prevención de
la reproducción para aquellas personas cuya progenie podría, con toda
probabilidad, no ser valiosa o ser perjudicial para el tronco racial”. 1 El libro “BaurFischer-Lenz” fue la primera fuente de ese estudio. Si bien algunos historiadores
hacen referencia directa al libro “Baur-Fischer-Lenz” como influencia de la
perspectiva de Hitler sobre la eugenesia, el contenido real del libro no ha sido
documentado adecuadamente por los historiadores americanos. El libro está
1
Pág. 37 – “The Nazi Connection: Eugenics, American Racism, and German National Socialism”, Stefan Kuhl, Oxford Univ.
Press, 2002.
repleto de referencias a la leyes anti-mestizaje de los Estados Unidos y a las leyes
eugenésicas Británicas:
En aras de la exhaustividad, debemos observar a los negros fuera de África,
y sobre todo en los Estados Unidos. En la Unión Americana encontramos
un tipo intermedio peculiar que ha sido producido por el cruce
indiscriminado de toda clase de poblaciones negroides, por lo que los
caracteres individuales se entremezclan de manera caótica sin la formación
de una raza genuinamente nueva. No obstante, los negros americanos han
conservado los caracteres típicos de los negroides, sin exceptuar los
mentales. En aquellos lugares donde se les ha dejado prácticamente solos
(como, por ejemplo, en Jamaica), algunos grupos aislados han recaído en
estados de cultura primitiva (fetichismo, vudú, etc.), y se han convertido en
lo que en ocasiones se denomina "Bush Negroes". (Pág. 206, Cap.: The
Inheritance of Talents, "Human Heredity", versión en inglés: Eden & Ceder
Paul, 1931)
“Human Heredity” yuxtapone los estudios de Charles B. Davenport sobre el
mestizaje entre blancos y negros con el estudio de Eugen Fischer sobre los niños
interraciales hotentotes de las colonias alemanas, o los “bastardos de Rehobother”
como fueron etiquetados por Fischer:
F.L. Hoffmann informa que, de acuerdo a su experiencia, los individuos en
los estados del sur de la Unión Americana que contraen matrimonios
mestizos o relaciones ilegales entre blancos y de color, están muy por debajo
de la media de las dos razas. (Pág. 691, Cap.: Racial Psychology, “Human
Heredity,” citando “Race Traits and Tendencies of the American Negro,
New York, 1896; Negro-White Intermixture and Intermarriage, in Eugenics
in Race and State, Baltimore, 1923)
El libro hace referencia al trabajo de Francis Galton al menos 11 veces, y 5
veces al libro “Hereditary Genius” de Galton. Los autores dan crédito a Francis
Galton por ser el padre, no sólo de la “eugenesia”, sino de su iteración alemana, la
“higiene racial”; una corona muy grande Los autores dan crédito a Francis Galton
por ser el padre, no sólo de la "eugenesia", sino de su iteración alemana, la "higiene
racial"; una corona bastante grande otorgada por los líderes intelectuales de las
infames Leyes de Nuremberg de Hitler, así como la prueba de que los principales
científicos de Hitler reconocieron que sus políticas de "higiene racial" tuvieron su
origen en la "eugenesia" anglosajona, precisamente la distinción que la fiscalía
aliada en Nuremberg eludió:
Galton fue el fundador de la higiene racial. De hecho, en el ámbito de la
genética, tenía nociones más claras que su primo Darwin, y puede situarse
junto a Mendel como pionero en el estudio moderno de la herencia. (Págs.
575-576, Cap.: The Inheritance of Talents, “Human Heredity,” English
version: Eden & Ceder Paul, 1931)
El libro cita a Charles B. Davenport en 18 ocasiones distintas, más que Darwin
y Galton. La Oficina de Registro de Eugenesia (Eugenics Records Office) de Cold
Spring Harbor es mencionada 8 veces. Se hace referencia al trabajo de Harry H.
Laughlin al menos 3 veces, concretamente a su libro de 1922 "Eugenic Sterilization
in the United States", donde se publicó por primera vez la "Model Eugenical
Sterilization Law" (modelo de ley de Esterilización Eugenésica) de Laughlin.
Específicamente se refiere al trabajo de Davenport en la biometría de todos los
hombres del Ejército de los Estados Unidos enlistados en la Primera Guerra
Mundial que fue publicado en 1921. 2 De hecho, el libro está basado
sustancialmente en los estudios de pedigrí de las familias, concretamente los
producidos por Charles B. Davenport y Harry H. Laughlin. Uno de los trabajos
citados en relación con la debilidad mental heredada proviene de la publicación de
la Oficina de Registro de Eugenesia de Davenport de 1912, titulada "Hill Folk",
que incluía una mención a los infames estudios de las familias disgenéticas
"Kallikak" y "Jukes". El hecho de que gran parte de la investigación sobre gemelos
del libro provenga de "Influence of the Male in the Production of Human Twins"
de Davenport, que se había publicado previamente en "American Naturalist", Vol.
XXXIV en 1920, es de especial importancia para el estudio del Holocausto y los
infames "estudios sobre gemelos" realizados por el Dr. Mengele en Auschwitz. El
capítulo "Morbific Heredity Factors" de "Human Heredity" trata de los gemelos
y, especialmente, de aquellos con defectos de nacimiento.
La admiración que Adolf Hitler sentía por Henry Ford también había sido
ampliamente documentada por historiadores y, nuevamente, el libro “Baur-FischerLenz” es una fuente probable sobre la que se reforzó esta admiración como racional
y científica. Henry Ford y “El judío internacional” (The International Jew) es
citado por el libro “Baur-Fischer-Lenz” en tres ocasiones distintas, de forma
bastante insultante como autoridad en la psicología de los judíos:
Los teatros, en su mayoría, se encuentran en manos de judíos; en Estados
Unidos exclusivamente, según Henry Ford. Lo mismo ocurre con las
2
Pág. 198 - “Human Heredity,” Eugen Fischer, Fritz Lenz, Erwin Baur, version en inglés: Eden y Ceder Paul, 1931.
películas. Gran parte de los diarios y otras publicaciones periódicas son
publicadas por judíos, editadas por judíos y provistas de artículos por
periodistas judíos. La profesión de abogado casi parece haber sido creada
especialmente para los judíos. (Pág. 668)
CONTINÚA . . .
La posición económica de los judíos es, por lo general, bastante buena en los
lugares donde constituyen una pequeña minoría. Su influencia y su poder
serán inversamente proporcionales a su número. Así lo demuestran Salaman
en el caso de Inglaterra y Ford en el de los Estados Unidos. (Pág. 670,
"Human Heredity", capítulo: Racial Psychology, versión en inglés: Eden &
Ceder Paul, 1931)
Es importante destacar que Nietzsche es citado y referenciado en 9 ocasiones,
en gran medida como ejemplo de la mentalidad del genio, pero también como
referencia filosófica.
"El cultivo del sufrimiento, del gran sufrimiento, ¿sabéis que esto y nada más
que esto ha conducido hasta ahora a todo el avance de la humanidad?"- Así
escribe Nietzsche. (Pág. 618, "Human Heredity", capítulo: Talent and
Psychopathy, versión en inglés: Eden & Ceder Paul, 1931)
¿Cuál es la importancia del libro "Baur-Fischer-Lenz" en la línea de tiempo
que conduce al Holocausto? J.F. Lehmann consiguió que Adolf Hitler pasara del
racismo de un típico soldado de infantería inculto, que se sentía víctima y
"apuñalado por la espalda" por las poderosas fuerzas judías, a un Hitler que ahora
se veía a sí mismo como parte de la élite, justificado por la ciencia en su racismo y
su deseo de una sociedad racialmente pura. J.F. Lehmann convirtió a Adolf Hitler
en un eugenista y un racista científico al entregarle el libro "Baur-Fischer-Lenz" en
el preciso momento en que Hitler estaba reconciliando todos sus puntos de vista
en "Mein Kampf". J.F. Lehmann proporcionó a Hitler un libro sobre legalismos
eugenésicos precisamente en la coyuntura en la que Hitler estaba replanteando su
estrategia revolucionaria de violenta a legal. El secretario de Asuntos Exteriores,
Ernst Hanfstaengl, educado en Harvard, notó un cambio en el antisemitismo de
Hitler en esta coyuntura crítica, aunque lo atribuyó a la influencia de los
compañeros de celda de Hitler en Landsberg:
Parecía haber salido de Landsberg con todos sus peores prejuicios
consolidados. Estoy seguro de que este es el punto en el que empezaron a
cristalizar sus tendencias radicales latentes, a pesar de que aún faltaban años
para que se convirtiera en el fanático inabordable, irracional e inaccesible que
el mundo conoce de sus días en el poder. El año que pasó en Landsberg, en
lugar de darle tiempo para sentarse y ampliar su visión de los problemas
políticos, sólo dio a los que estaban encarcelados con él la oportunidad de
reducir su mente dentro de sus propios límites. Su antisemitismo había
adquirido matices raciales aún más específicos. Entre ellos, habían llenado su
mente de furia por el uso de tropas senegalesas por parte de los franceses en
el Ruhr durante la ocupación, y no estoy del todo seguro de que esto no
fuera el punto de partida de las leyes de pureza racial que los nazis finalmente
desarrollaron. Tomaban estas ideas y las adornaban y, para reforzar sus
argumentos, incluso citaban a fuentes tan respetadas como Bernard Shaw,
que no era reacio a defender la necesidad de criar a los seres humanos de
acuerdo con las normas que hemos desarrollado en el mundo de los animales
domésticos. (Págs. 120-121, "Hitler: The Memoir of the Nazi Insider Who
Turned Against the Fuhrer", 1957, reeditado por Arcade Pub., 2011)
Si Hanfstaengl está en lo correcto, entonces la idea de "criar seres humanos"
fue adquirida por Hitler como resultado de su educación en la cárcel. Esto no es
una revelación menor. Es una observación crítica que debe hacerse si se pretende
entender cuándo y dónde Hitler hizo la importantísima conversión de fanático
cotidiano a déspota genocida. A su vez, es importante preguntarse de dónde
obtuvieron Baur, Fischer o Lenz información tan detallada acerca de las políticas
eugenésicas estadounidenses y británicas. Paul Lombardo da la respuesta:
A finales de 1920, Erwin Baur escribió a la ERO (Oficina de Registro de
Eugenesia) solicitando información sobre las prácticas americanas de
esterilización que pudiera distribuir a "su comité de asesores eugenésicos
para el gobierno alemán". Davenport remitió la consulta a Harry Laughlin,
un reconocido experto en esterilización que recién había concluido un
artículo sobre la eugenesia nacional en Alemania que aparecería en la
Eugenics Review de Londres. En él, Laughlin elogiaba la "estirpe teutónica"
y sus instintos de autoconservación plasmados en una nueva constitución.
Creía que había llegado el momento de "desarrollar una política eugenésica
nacional [alemana]" y dijo a Davenport que estaría "especialmente
interesado en el éxito que tuviera el comité del Dr. Baur en el desarrollo del
interés eugenésico en Alemania". Entre los corresponsales de Laughlin se
encontraba prácticamente el quién es quién de la eugenesia alemana. Además
de Baur, Ploetz y Rüdin, conocía a Fritz Lenz, coautor del influyente texto
sobre eugenesia. Lenz se dirigió a Laughlin en 1928 para solicitar permiso
para reimprimir un artículo de Laughlin sobre la esterilización en una revista
de eugenesia alemana. Eugen Fischer fue el tercer coautor de dicho volumen,
y entabló una relación particularmente amistosa con Laughlin. Fischer y
Laughlin tradujeron en más de una ocasión los artículos del otro para
publicarlos tanto en Alemania como en Estados Unidos. (Pág. 200, "Three
Generations No Imbeciles: Eugenics, the Supreme Court, and Buck v. Bell",
Johns Hopkins University Press, 2008)
Hitler se nutrió del conocimiento que había sido el proyecto de larga data de
gente como Davenport, Laughlin, Galton, Pearson y Darwin, y el resultado supuso
un cambio fundamental en la revolución de Hitler. El revolucionario que entró en
la celda era más conocido por aprovechar el mito de la "puñalada por la espalda",
que pintaba una imagen de un pueblo alemán supuestamente victimizado por la
"judería internacional". El Hitler que surgió fue un profeta de la superioridad aria.
Reflexionemos sobre las drásticas diferencias entre estos dos conceptos. Son dos
visiones drásticamente diferentes y diametralmente opuestas del pueblo alemán; la
superioridad y la condición de víctima no pueden compaginarse.
Los historiadores deben tomar nota de este cambio fundamental, que sólo
puede ser atribuido al "adoctrinamiento" de Hitler en el credo eugenésico. Además
de la observación de Hansftaengl, este cambio puede verificarse en la mentalidad
de Hitler rastreándolo en sus discursos. Hitler se apoyaba en gran medida en sus
discursos para alcanzar el poder, por lo que los temas cambiantes de estos discursos
son la mejor manera de trazar un cambio en su pensamiento. De acuerdo con
Norman H. Baynes, editor del libro de 1942 "The Speeches of Adolf Hitler", el
primer discurso de Hitler fue el 12 de abril de 1922. En estos primeros discursos,
Hitler adoptó los temas de la "esclavitud de intereses" y los "criminales de
noviembre", que era una referencia directa al mito de la "puñalada por la espalda"
que aludía a la traición de los judíos alemanes de tinte político bolchevique a los
soldados alemanes en la Primera Guerra Mundial:
El "capitalismo cristiano" está prácticamente destruido, el capital de la Bolsa
judía internacional gana en la misma proporción con la que el otro pierde
terreno. Sólo el capital bursátil y crediticio internacional, el llamado "capital
supraestatal (überstaaliche)", se ha beneficiado del colapso de nuestra vida
económica, "el capital que recibe su carácter de la única nación supraestatal
que es en sí misma nacional hasta la médula, que se imagina a sí misma por
encima de todas las demás naciones, que se sitúa por encima de otras
naciones y que ya gobierna sobre ellas". (Pág. 7, "Speeches of Adolf Hitler:
April 1922-August 1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute
of International Affairs de Inglaterra, 1942)
El 18 de septiembre de 1922, Hitler continuó con el tema de "La revolución
bursátil de 1918", ilustrando que la economía local era un asunto secundario
respecto al mayor conflicto que veía en juego en el escenario mundial: la influencia
judía del igualitarismo democrático y la igualdad. Obsérvese de nuevo el énfasis en
lo "internacional":
Actualmente, la internacionalización sólo significa judaización. En
Alemania hemos llegado a esto: que un pueblo de sesenta millones de
personas vea su destino a merced de unas pocas docenas de banqueros judíos.
Esto ha sido posible sólo porque nuestra civilización ha sido judaizada
primero. El debilitamiento de la concepción alemana de la personalidad por
medio de eslóganes había comenzado mucho antes. Ideas como
"Democracia", "Mayoría", "Conciencia del mundo", "Solidaridad
mundial", "Paz mundial", "Internacionalidad del arte", etc., desintegran
nuestra conciencia de raza, engendran cobardía, y así hoy estamos obligados
a decir que el simple turco no es más hombre que nosotros. - No hay
salvación posible hasta que el portador de la desunión, el judío, se haya vuelto
impotente para hacer daño. (Pág. 42, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922August 1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of
International Affairs de Inglaterra, 1942)
Desde un principio, Hitler aclaró que no era un hombre de la "izquierda", a
la que identificaba como deudora del comunismo "internacional" o del capital
"internacional", ni tampoco era un hombre de la "derecha", que según él explotaba
a la clase obrera. Los condenaba a todos por igual y los culpaba a ambos de ayudar
a los judíos a oprimir a gente como él:
Había judíos que, en política, se ponían del lado de la derecha: estaban allí
para que la gente no abriera los ojos. . . . Este era su único motivo para unirse
a la derecha; en su mayor parte actuaban como "líderes del proletariado"
para las clases trabajadoras. ---- La culpa de los judíos reside en el hecho de
haber "agitado" a las masas hacia esta locura de noviembre. Cuando miramos
a los partidos vemos en la izquierda la mentira y el engaño por parte de los
dirigentes, la fe ciega por parte de los dirigidos y todo ello al servicio de un
único objetivo: destruir este Estado, robar a este pueblo su libertad, esclavizar
su fuerza de trabajo. En la derecha vemos que las masas reconocen en parte
la verdadera posición, pero entre los dirigentes hay una incapacidad sin
límites. No hay más que dos alternativas: o "quedarse callados y convertirse
en esclavos", o resistir. Y si se deciden por la resistencia ¿quién los dirigirá?
"¿La izquierda? Primero: no quiere hacerlo; y segundo, no puede
hacerlo. Porque sus líderes de la izquierda siguen siendo los mismos que los
que los azotaron en esta miseria... El mismo judío que, ya sea como socialista
mayoritario o como independiente, los dirigió en su momento, los sigue
dirigiendo: ya sea como independiente o como comunista, se llame como se
llame, sigue siendo el mismo..." (Págs. 8-9, "Speeches of Adolf Hitler: April
1922-August 1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of
International Affairs de Inglaterra, 1942)
Hitler manifiesta en su discurso público que identifica al judío con el
bolchevismo o el comunismo "internacional":
Mientras que ahora en la Rusia soviética millones de personas se arruinan y
mueren, Chicherin -y con él un personal de más de 200 judíos soviéticosviaja en tren expreso por Europa, visita los cabarets, ve actuar a bailarinas
desnudas para su placer, vive en los mejores hoteles y se desenvuelve mejor
que los millones a los que una vez pensaron que debían combatir como
"burgueses". Los 400 comisarios soviéticos de nacionalidad judía no sufren,
los miles y miles de subcomisarios no sufren. No, todos los tesoros que el
"proletario", en su locura, tomó de la "burguesía" para luchar contra el
llamado capitalismo, han ido a parar a sus manos. --- Pero el pan está en
manos de la Organización Central del Estado y ésta en manos de los judíos:
así que todo, todo lo que el hombre común creía ganar para sí, vuelve a fluir
hacia sus seductores. ( Págs. 9-10, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922August 1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of
International Affairs de Inglaterra, 1942)
Hitler opinaba que los intereses de la comunidad judía "internacional"
residían en mantener una revolución comunista continua e interminable, para seguir
cosechando los beneficios descritos anteriormente por él. Hitler caracteriza la
"Revolución" soviética como la " tierra de leche y miel", que es la tierra prometida
según las escrituras del Antiguo Testamento:
Y ahora, mis queridos compatriotas, ¿creen que estos hombres, que van con
nosotros por el mismo camino, acabarán con la Revolución? Ellos no desean
el fin de la Revolución, porque no lo necesitan. Para ellos la revolución es
leche y miel. ( Págs. 9-10, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August
1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of International
Affairs de Inglaterra, 1942)
Desde los primeros discursos, Hitler afirma claramente que la "derecha" estaba
confundida y se aferraba a lo que él consideraba modelos políticos conservadores
y tradicionales anticuados y pasados de moda:
Y existe otro error fundamental: nunca han comprendido que existe una gran
diferencia entre el concepto de "nacional" y la palabra "dinástico" o
"monárquico". No entienden que hoy en día es más necesario que nunca en
nuestro pensamiento como nacionalistas evitar cualquier cosa que pueda
hacer pensar al individuo que la Idea Nacional es idéntica a las opiniones
políticas cotidianas. (Pág. 12, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August
1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of International
Affairs de Inglaterra, 1942)
Hitler detestaba igualmente la tendencia de la "derecha" conservadora a
depender de la "democracia judía" para gobernar. Hitler anunció su odio a la
"democracia" en su discurso al instituir inmediatamente el "Principio de
Liderazgo" y abandonar cualquier tipo de sistema parlamentario de comités y
votaciones por mayoría dentro del Partido:
Y la derecha ha olvidado totalmente que la democracia no es
fundamentalmente alemana: es judía. Ha olvidado por completo que esta
democracia judía, con sus decisiones mayoritarias, ha sido siempre, sin
excepción, tan sólo un medio para la destrucción de cualquier liderazgo ario
existente. (Pág. 13, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August 1939",
Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of International Affairs de
Inglaterra, 1942)
También fue en estos primeros discursos donde Hitler definió el aspecto
colectivista y socialista de su movimiento. En su discurso pronunciado el 27 de
abril de 1923, sobre "El paraíso del judío o el Estado del pueblo alemán", Hitler
insistió en el tema socialista de línea dura del ataque a la propiedad privada.
Claramente, era un mensaje destinado a advertir a la "derecha" de las intenciones
económicas de los nacionalsocialistas de confiscar la propiedad privada:
Y la tierra (Grund und Boden), hemos de insistir, no puede ser objeto de
especulación. La propiedad privada sólo puede ser lo que un hombre ha
ganado para sí mismo, lo que ha ganado con su trabajo. Un producto natural
no es propiedad privada, es propiedad nacional. Por lo tanto, la tierra no es
objeto de negociación. - Además, debe haber una reforma en nuestra ley.
Nuestra ley actual sólo contempla los derechos del individuo. No considera
la protección de la raza, la protección de la comunidad del pueblo. Permite
ensuciar el honor y la grandeza de la nación. Una ley que está tan alejada de
la concepción de la comunidad del pueblo precisa de una reforma. (Pág. 65,
"Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August 1939", Oxford Univ. Press
junto con el Royal Institute of International Affairs de Inglaterra, 1942)
Los primeros discursos también ayudan al esclarecimiento de otros conceptos
esenciales del hitlerismo. La afirmación de Hitler de estar simultáneamente en
contra del "capitalismo" y del "comunismo" ha sido una verdadera fuente de
confusión para los historiadores, ya que es una aparente contradicción si se entiende
en la política polarizada de hoy. En primer lugar, se trata de una interpretación
simplista, producto en su mayor parte del sistema bipartidista polarizado de la
Guerra Fría en Estados Unidos, que ve la izquierda frente a la derecha como
"capitalismo" frente a "comunismo". Olvida que el "nacionalsocialismo", tal
como fue creado por Edward Bellamy, y luego seguido por los fabianos británicos
y los progresistas estadounidenses, fue concebido como una "tercera vía". Hitler
entendía que "nación" era lo mismo que "raza", y que cualquier cooperación o
coordinación socialista era más natural cuando se producía entre personas que
compartían un origen étnico, en contraposición a las distinciones de clase
económica de los marxistas. La posición de Hitler se explica en estos primeros
discursos:
Toda idea genuinamente nacional es, en última instancia, social, es decir,
quien está dispuesto a adoptar la causa de su pueblo de manera tan íntegra
que realmente no conoce ningún ideal más elevado que la prosperidad de este
-su propio- pueblo, quien ha asumido de tal manera el significado de nuestra
gran canción "Deutschland, Deutschland über alles", que nada en este
mundo es para él más elevado que esta Alemania, pueblo y tierra, tierra y
pueblo, ¡es un socialista! (énfasis mío, pág. 35)
Y nuevamente:
Y uno puede ver de manera constante cómo cooperan maravillosamente el
judío de la Bolsa y el líder de los trabajadores, cómo cooperan el órgano
judío de la Bolsa y el diario de los trabajadores. Ambos persiguen una política
común y un único objetivo. Moisés Kohn, por un lado, anima a su asociación
a rechazar las demandas de los trabajadores, mientras que su hermano Isaac,
en la fábrica, incita a las masas y grita: "¡Mírenlos! ¡Sólo quieren
oprimirlos! Sacudan sus grilletes...' Su hermano se encarga de que los
grilletes estén bien forjados. (Pág. 29, "Speeches of Adolf Hitler: April
1922-August 1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of
International Affairs de Inglaterra, 1942)
Para destacar aún más el aspecto socialista del "nacionalsocialismo", Hitler
pronunció un discurso en la fiesta del 1º de mayo de 1923, en el que prometió que
el 1º de mayo, fiesta socialista, sería una fiesta anual en el Tercer Reich:
Así pues, el 1° de mayo sólo puede ser una glorificación de la voluntad
creativa nacional frente a la concepción desintegradora internacional, de la
liberación del espíritu de la nación y de su perspectiva económica de la
infección del internacionalismo. - Nuestra voluntad es ser nacionalsocialistas
-no nacionales en el sentido actual de la palabra-, no nacionales a medias.
Somos fanáticos nacionalsocialistas, no bailarines en la cuerda floja de la
moderación. (Pág. 68, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August
1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of International
Affairs de Inglaterra, 1942)
Para Hitler, el Estado era el "carácter esencial del pueblo". La economía era
secundaria, siempre y cuando el Estado fuese la "fusión" de aquellos que "todavía
tienen un corazón alemán y un amor por su pueblo en la lucha contra el enemigo
hereditario común de los arios”. 3 Nada de esto significaba que la “tercera vía” de
Hitler fuese, de ninguna manera, el partido de los independientes o el partido del
compromiso medio. El “socialismo” descrito por Hitler fue radicalizado por su
racismo. Su intención claramente era usurpar las ideas “socialistas” y radicalizarlas
a lo largo de las fronteras “nacionalistas” que se trazaban sobre la etnicidad. Hitler
propone la alternativa al bolchevismo soviético y a la ineptitud y la corrupción de
los conservadores, precisamente proponiendo un socialismo radicalizado por un
nacionalismo racial, profetizando que sería “un día desafortunado para ellos
cuando esta idea socialista sea captada por un movimiento que la una con el más
alto orgullo nacionalista, con la rebeldía nacionalista”. 4
De hecho, ese primer discurso del 12 de abril de 1922 en el cual Adolf Hitler
da su explicación más coherente de lo que era precisamente el concepto de
nacionalsocialismo:
1. 'Nacional' y 'social' son dos conceptos idénticos. Sólo el judío logró,
pensando en falsificar la idea social y convertirla en marxismo, no sólo
divorciar la idea social de la nacional, sino representarla como totalmente
contradictoria. Ese objetivo lo ha conseguido, de hecho. --- Nos dijimos que
ser "nacional" significa, ante todo, actuar con un amor ilimitado y absoluto
por el pueblo e incluso morir por él, si fuera necesario. Y, del mismo modo,
ser "social" significa construir el Estado y la comunidad del pueblo de tal
manera que cada individuo actúe en beneficio de la comunidad del pueblo y
esté tan convencido de la bondad, de la honrosa rectitud de esta comunidad
del pueblo como para estar dispuesto a morir por ella. (Pág. 14)
2. Y entonces nos dijimos: las clases no existen: no pueden existir. Clase
significa casta, y casta significa raza. Si existen castas en la India, bien; allí es
posible, pues antiguamente había arios y aborígenes oscuros. Así fue en
Egipto y en Roma. Pero con nosotros, en Alemania, donde todos los que
son alemanes tienen la misma sangre, tienen los mismos ojos y hablan la
3
Pág. 12 - “Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August 1939”, Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of International
Affairs de Inglaterra, 1942.
4
Pág. 11 – Ibid.
misma lengua, aquí no puede haber ninguna clase, aquí sólo puede haber un
único pueblo y fuera de él nada más... (Págs. 15-16)
3. Y en tercer lugar nos quedó claro que esta concepción particular se basa
en un impulso que surge de nuestra raza y de nuestra sangre. Nos dijimos
que las razas se diferencian entre sí y, además, que cada raza, de acuerdo con
sus exigencias fundamentales, manifiesta externamente ciertas tendencias
específicas, y estas tendencias quizá puedan rastrearse más claramente en su
relación con la concepción del trabajo. El ario considera el trabajo como la
base para el mantenimiento de la comunidad del pueblo entre sus miembros,
el judío considera el trabajo como el medio para la explotación de otros
pueblos. (Págs. 16-17)
4. Y, en cuarto lugar, nos persuadieron además sobre el hecho de que la
prosperidad económica es inseparable de la libertad política y que, por lo
tanto, esa casa de mentiras, el "internacionalismo", debe derrumbarse
inmediatamente. ( Págs. 17-18, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922August 1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of
International Affairs de Inglaterra, 1942)
Hitler concluye identificando al "judío internacional" como los "criminales
de noviembre" o, en otras palabras, los responsables de "apuñalar" al soldado
alemán por la espalda:
Y, finalmente, fuimos también los primeros en señalar al pueblo a gran escala
un peligro insinuado entre nosotros, un peligro del cual millones no se
percataron y que, sin embargo, nos llevará a todos a la ruina: el peligro judío.
(Pág. 19, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August 1939", Oxford
Univ. Press junto con el Royal Institute of International Affairs de
Inglaterra, 1942)
Visto de manera global, el primer discurso de Hitler presenta una concepción
bien formada de aquello en lo que se convertiría el "nacionalsocialismo", y fue así
como Göring y Brandt definieron al Partido cuando fueron interrogados en los
Juicios de Nuremberg. También fue la descripción del movimiento por parte de
aquellos que sobrevivieron a él para relatarlo en retrospectiva, como hizo Albert
Speer al escribir sus memorias. Esta también es la concepción del movimiento
descrita por Joseph Goebbels en su diario, y la descripción del movimiento que
recogen los informes de inteligencia de la OSS estadounidense.
La evidencia encontrada en las memorias de sus colaboradores cercanos
también apunta al adoctrinamiento de Hitler en el campo de la eugenesia. Hitler
ya había sido encarcelado anteriormente. Dos años antes, en 1922, hubo un
encarcelamiento improductivo de cuatro semanas entre el primer y el segundo
discurso de Hitler. Hitler se dedicó a la investigación y a la redacción de "Mein
Kampf" durante su segunda condena, mientras se encontraba en la prisión de
Landsberg. El encarcelamiento de 1924 en Landsberg, que produjo "Mein
Kampf", debe compararse con el encarcelamiento improductivo de 1922, puesto
que la ausencia de desarrollos políticos es importante para entender con exactitud
cuándo y dónde se adoptaron estas políticas. Analizar el contenido de estos
primeros discursos es esencial para responder a la pregunta de cuándo se convirtió
Hitler en genocida. Por ejemplo, Hitler salió de ese primer encarcelamiento de
cuatro semanas para pronunciar un discurso el 28 de julio de 1922, en el que
cualquier política de genocidio o asesinato en masa brillaba por su ausencia:
En todas partes -en Rusia, en Italia, en Francia y en Inglaterra- vio una vasta
batalla en curso entre los ideales de los nacionalistas y los de la Internacional
supraestatal. "Es una batalla que inició hace casi 120 años, en el momento
en que el judío obtuvo derechos de ciudadano en los Estados europeos. La
emancipación política de los judíos fue el comienzo de un ataque de delirio.
Pues con ello se otorgaron plenos derechos ciudadanos e igualdad a un
pueblo que era mucho con mayor claridad y definitivamente una raza aparte
de todas las demás, y que siempre ha formado y formará un Estado dentro
del Estado. (Pág. 21, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August 1939",
Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of International Affairs de
Inglaterra, 1942)
Hitler relacionó su ideada debacle de la civilización con el éxodo del campo a
la ciudad, donde la influencia judía se dejó sentir en la "monetarización" de la
nación:
Especialmente en Inglaterra, una multitud de trabajadores agrícolas, hijos de
agricultores, o incluso los propios agricultores arruinados, acudieron a las
ciudades y allí formaron un nuevo cuarto estado (Stand). Pero aquí hay un
hecho más importante de lo que estamos acostumbrados a admitir: esta
Inglaterra, al igual que Francia, tenía relativamente pocos judíos. Y la
consecuencia de ello fue que las grandes masas, concentradas en las ciudades,
no entraron en contacto inmediato con esta nación extranjera. (Págs. 22-23)
Hitler continuó este primer discurso con su desdén por el "autogobierno" y
la "democracia":
Como todos sabemos, este sistema recibe el nombre de "autogobierno de un
pueblo". Además, siempre encontramos dos grandes palabras clave,
'Libertad' y 'Democracia', que se utilizan, podría decir, como carteles.
Libertad": se entiende bajo este término, al menos entre las autoridades a
cargo del gobierno, la posibilidad de un saqueo incontrolado de las masas
del pueblo al que no puede oponerse ninguna resistencia. Las propias masas
creen, naturalmente, que bajo el término "libertad" tienen derecho a una
libertad de movimiento bastante peculiar: libertad para mover la lengua y
decir lo que quieran, libertad para moverse por las calles. ¡Un amargo engaño!
- Y lo mismo ocurre con la democracia. (Pág. 24, "Speeches of Adolf Hitler:
April 1922-August 1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute
of International Affairs de Inglaterra, 1942)
Hitler no escatima esfuerzos para promover los conceptos popularizados por
Henry Ford mediante "Los protocolos de los sabios de Sión" y " El judío
Internacional". Los temas son plagiados y poco originales. Preñados como estaban
de la más ácida retórica de odio hacia los judíos, es importante destacar que estos
discursos sólo identificaban por qué y cómo los judíos habían llegado a ser
considerados por Hitler como los enemigos permanentes de sus amados
"arios". Pretenden profetizar una gran colisión entre el "internacionalismo" en
forma de "capitalismo judío", "comunismo bolchevique" y su
"nacionalsocialismo". No obstante, estos discursos se inclinan hacia una postura
defensiva, cuando no a demonizar abiertamente al "judío internacional" como
supuesto agresor, y al ario, no como "amo", sino como víctima:
En un punto no debería haber dudas: no permitiremos que los judíos nos
corten la garganta sin defendernos. Hoy en día, en Berlín, quizá ya estén
organizando sus cenas festivas con los verdugos judíos de la Rusia soviética,
pero aquí nunca lo harán". (Pág. 39, "Speeches of Adolf Hitler: April 1922August 1939", Oxford Univ. Press junto con el Royal Institute of
International Affairs de Inglaterra, 1942)
Las reparaciones de guerra de Versalles que los Aliados impusieron a los
alemanes se fundamentaron en la "culpa de guerra", o en otras palabras, en quién
era responsable de la instigación de la Primera Guerra Mundial:
"¿Quiénes", preguntó, "eran los verdaderos gobernantes de Alemania en
1914 a los que podía atribuirse la culpa de la guerra: no el Kaiser, no los
panalemanes, sino los señores Ballin, Bleichröder, Mendelssohn, etc., toda
una prole de hebreos que conformaban el Gobierno no oficial". Y en 1914
el verdadero gobernante del Reich era Her Bethmann-Hollweg, "un
descendiente de una familia judía de Frankfurt, el artículo genuino, y en cada
uno de sus actos el filósofo yiddish en su totalidad". ( Págs. 54-54,
"Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August 1939", Oxford Univ. Press
junto con el Royal Institute of International Affairs de Inglaterra, 1942)
El 20 de abril de 1923, Hitler habló sobre "Política y raza: ¿por qué somos
antisemitas?", estableciendo un paralelismo con lo que los estadounidenses de esta
época divulgaban como el "peligro amarillo" de la inmigración china, y
menospreciando esas preocupaciones frente al "peligro judío" de los alemanes:
El pueblo alemán fue una vez de pensamiento claro y sencillo: ¿por qué ha
perdido estas características? Cualquier renovación interior sólo es posible si
uno se da cuenta de que se trata de una cuestión de raza: América prohíbe a
los pueblos amarillos establecerse allí, pero éste representa un peligro menor
que el que extiende su mano sobre el mundo entero: el peligro
judío. Muchos afirman que los judíos no son una raza, pero ¿hay un segundo
pueblo en todo el mundo que esté tan decidido a mantener la suya? (Pág. 59,
"Speeches of Adolf Hitler: April 1922-August 1939", Oxford Univ. Press
junto con el Royal Institute of International Affairs de Inglaterra, 1942)
Para ser más precisos, pedir la exclusión cultural de los judíos fue lo más cerca
que estuvo Hitler de los conceptos eugenésicos o genocidas en los primeros
discursos, pero lo hizo explícitamente alegando que los judíos influyentes dejarían
de ahogar las voces alemanas si se les segregaba:
¡Eliminen a los judíos! Nuestro propio pueblo tiene ingenio suficiente; no
necesitamos hebreos. Si pusiéramos en su lugar inteligencias provenientes
del gran cuerpo de nuestro pueblo, entonces habríamos recuperado el puente
que conduce a la comunidad del pueblo. - Por último, necesitamos una
reforma en la esfera del arte, la literatura y el teatro. El Gobierno debe velar
por no envenenar a su pueblo. Hay un derecho superior basado en el
reconocimiento de lo que es perjudicial para un pueblo, y lo que es
perjudicial para un pueblo debe ser eliminado. (Pág. 66, "Speeches of Adolf
Hitler: April 1922-August 1939", Royal Institute of International Affairs
de Inglaterra, 1942)
Tenemos una visión retrospectiva de la historia, pues la analizamos en función
de los últimos acontecimientos históricos. Esta es nuestra perspectiva: un Hitler
blanco-supremacista que consideraba que los judíos eran inferiores a los humanos,
y que eran apenas tan formidables como una especie pestilente. Al leer los discursos
pronunciados entre 1920 y 1924, llama la atención el tema recurrente del
victimismo alemán y la agresividad y astucia judías, que es lo diametralmente
opuesto a las opiniones blanco-supremacistas que Hitler propagaría
posteriormente. Esta es una distinción muy importante que debe entenderse si se
quiere comprender las raíces de los actos genocidas que vendrían después. Resulta
bastante llamativa la ausencia de una política de aniquilación de los judíos o de
cualquier elemento que Hitler y sus secuaces identificaran posteriormente como
indeseable para su comunidad "nacionalsocialista". Los historiadores discuten
sobre el momento en que apareció el racismo de Hitler durante su vida y, como ya
se ha dicho, es una pregunta equivocada. El racismo siempre ha existido y siempre
existirá. La pregunta más importante es cuándo Adolf Hitler convirtió el racismo
mezquino en un plan de aniquilación y genocidio. La identificación del "judío
internacional" como enemigo estaba presente de manera clara en su primer
discurso, pero no hay ninguna mención o alusión a cómo abordar los avances de
este supuesto enemigo. Por ello, la pregunta más adecuada es cuándo la política de
Hitler se convirtió en asesina, y cuándo su "estado ideal" se convirtió en el
mecanismo y motor de la destrucción de porciones enteras tanto de arios como de
judíos.
Si queremos dar una respuesta adecuada a esta contundente pregunta, es
imprescindible señalar que el cambio más importante en la estrategia es el cambio
inconmensurablemente importante de la caracterización de los arios como la
nación oprimida y derrotada de humildes trabajadores por una astuta y formidable
embestida del "judío internacional", a la de los alemanes como una raza superior
cuya superioridad biológica y cultural sólo podía verse disminuida por la inclusión
del supuestamente inferior, pestilente, oprimido y enfermo judío. Este cambio sólo
puede ser atribuido a la supremacía blanca inherente al credo eugenésico y a la
"ciencia" y la ley documentadas en el libro "Baur-Fischer-Lenz" que fue entregado
a Hitler durante su encarcelamiento en Landsberg en 1924. Este cambio del alemán
derrotado y vencido a una arrogante supremacía blanca es de suma importancia, ya
que es la justificación "científica" de las leyes de Nuremberg que se aplicaron en
1933 y 1935. Esta fue la justificación para el programa de eutanasia T4 que
aniquiló a medio millón de "arios" y cuya tecnología y personal fueron transferidos
posteriormente a los campos de exterminio para llevar a cabo la Solución Final.
Estas leyes consideraban que el matrimonio con razas supuestamente inferiores o
degeneradas suponía un peligro inminente para la reserva genética alemana. Y lo
que es más importante, ninguna de estas leyes podría haberse implementado con
fuerza o autoridad si hubiesen tratado de impedir el matrimonio o la procreación
entre culturas consideradas iguales, o peor aún, el matrimonio entre el judío
victorioso y el oprimido y humilde trabajador alemán, como Hitler caracterizó el
conflicto de manera previa al estudio de la eugenesia. El "judío internacional" tenía
que ser subordinado y degradado para que esas leyes tuvieran algún sentido.
La supremacía blanca derivada de la jurisprudencia estadounidense y de la
"ciencia" de la Ivy League fue también una premisa necesaria para reclutar a toda
una nación para cometer los crímenes del Holocausto. Los historiadores deben
destacar que no se trataba del fanatismo brutal de los estados del Sur, sino de la
élite intelectual de Estados Unidos. En efecto, Alfred Ploetz lo dijo de manera
explícita en un famoso y agrio debate entre Ploetz y Max Weber. Ploetz ejemplificó
lo que había asimilado de las relaciones raciales en Estados Unidos durante la tarde
del 21 de octubre de 1910, en la primera reunión de la Sociedad Alemana de
Sociología en Frankfurt. El polémico debate versó sobre la ponencia presentada
por Ploetz sobre "Los conceptos de raza y sociedad". Ploetz había pasado más de
cuatro años en Estados Unidos, y eran los "eruditos" y los "yanquis" de élite los
que, según Ploetz, impedían que los negros entraran en las universidades
americanas y se mezclaran con la raza blanca. 5 Ploetz interpretaba que se trataba
de la opinión de hombres cultos y que, por tanto, sus razones debían estar
justificadas por la lógica y los hechos.
Ploetz acertaba en un aspecto. Fueron en realidad los jefes de Harvard, Yale,
Stanford, Johns Hopkins y Cal. State quienes lideraron toda segregación eugenésica
en los Estados Unidos, y fue esta élite la que correspondió y colaboró de manera
activa con los líderes de la eugenesia alemana como Ploetz y Rüdin. Fueron los
iconos del progresismo norteamericano quienes los convirtieron en sus socios.
Fueron los prestigiosos Rockefeller y Carnegie los que se mostraron deseosos de
financiar un movimiento que gozaba de la reputación de ser una "ciencia" seria
valiéndose de la reputación de Charles Darwin.
Evidentemente, una "dictadura" judía dista ampliamente de la representación
de los judíos como los pobres inferiores y roedores de los barrios bajos y los guetos,
tal y como lo retratarían posteriormente las películas de propaganda eugenésica del
Tercer Reich. Los historiadores deben tomar nota de la ausencia de políticas
eugenésicas o genocidas en la diatriba de Hitler cuando subió al estrado para su
juicio en 1923, y contrastarla con su repentina aparición tras su estancia en la
cárcel. Existe un cambio de pensamiento que sólo puede ser atribuido a la
influencia de los eugenistas, y una perspectiva histórica honesta revelaría la
fidelidad de Hitler a las políticas que ya habían sido desarrolladas y maduradas por
Alfred Ploetz, Leonard Darwin, Harry H. Laughlin y Charles B. Davenport. La
ciencia no estaba pervertida, como se suele afirmar. Cualquier lectura honesta de
los trabajos de los eugenistas demuestra que Hitler fue fiel a los objetivos y deseos
que la élite científica había estado clamando durante décadas.
Partiendo de estas revelaciones, podemos afirmar con cierta convicción que
los historiadores han atribuido demasiada importancia a la Conferencia de
Wannsee de 1942 como punto de inflexión hacia la "Solución Final" y el
Holocausto. Nos gustan los acontecimientos históricos grandiosos y puntuales, y
el hecho anticlimático de que un editor entregue algo tan aparentemente inocuo
como un libro a un recluso en una cárcel puede no parecer importante frente a una
conferencia de los mandos intermedios del Tercer Reich celebrada en una lujosa
finca.
5 Págs. 311-312 – “Max Weber, Dr. Alfred Ploetz, & W.E.B. DuBois: Max Weber on Race and Society II”, Sociological Analysis,
Vol. 34, No. 4, Winter 1973, Págs. 308-312.
No obstante, los hechos demuestran que la Solución Final fue el resultado de
esa transferencia aparentemente inocua de conocimientos del editor al autor
encarcelado. Los historiadores deben reconsiderar la importancia de Wannsee
frente a la absorción de las políticas de "Baur-Fischer-Lenz" en "Mein Kampf" y
la política nacionalsocialista. Han concedido demasiada importancia a Adolf
Eichmann, y muy poca a Fritz Lenz, Ernst Rüdin, Eugen Fischer, Erwin Baur,
Alfred Ploetz y Wilhelm Schallmayer. Adolf Eichmann no es más que un
chupatintas y un administrador, comparado con estos líderes intelectuales. Por
mucha importancia que pudiera tener en la logística diaria, todo el programa, la
Solución Final, había sido digerido, formalizado, madurado y consagrado en la
legislación alemana antes de la llegada de Eichmann y la Conferencia de Wannsee.
Siendo realistas, Adolf Eichmann era un subordinado de los maestros eugenésicos
de Ploetz, Rüdin, Lenz, Verschuer, Fischer y Baur. De hecho, la contribución de
Eichmann palidece en comparación con la de extranjeros como Harry H. Laughlin,
Charles B. Davenport, Julian Huxley y Leonard Darwin. Irónicamente, reconocer
que todo lo que hizo Eichmann en realidad fue "seguir órdenes" es la mejor manera
de caracterizar su contribución.
ORIGEN DEL EXTRACTO:
Este artículo se deriva de la investigación llevada a cabo para los dos primeros volúmenes de
The Eugenics Anthology. Amplía el contenido de los libros, pues consideré que se salía de su ámbito.
Traducción del inglés al español por: María Semidey Rondón (2021)
Contacto:
[email protected]
From a ‘Race of Masters’ to a ‘Master Race’: 1948 to 1848:
Distribuido por Library Without Walls, LLC
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VOL. #1
The Eugenics Anthology
From a ‘Race of Masters’ to a ‘Master Race’: 1948 to 1848