PLAN WERNER: EL ENSAYO DE LA UNIÓN
ECONÓMICA Y MONETARIA
Manuela Fernández Rodríguez
Universidad Rey Juan Carlos
1. ¿Qué es la Unión Económica y Monetaria?
Hoy en día, cuando pensamos en Unión Económica y Monetaria
–UEM, en adelante- en el contexto europeo, de forma inmediata
visualizamos el euro: una moneda que comparten un buen número de
países de la región -diecinueve estados-. Sin embargo, la una UEM es
mucho más que una moneda común. El término hace referencia a una
fase muy avanzada de un proceso de integración económica, en el que,
además de libre circulación de personas, mercancías, bienes y capitales,
se coordinan las políticas económicas y presupuestarias entre los países
que componen dicha unión, todo ello dentro del marco de la Unión
Europea –UE-.
Respecto al origen de esta UEM, es fácil situarse en la fecha de
puesta en circulación del euro: el 1 de enero de 2002. Sin embargo, es
necesario retroceder en el tiempo para situar el inicio de un plan por
etapas que acabó con la puesta en circulación de una moneda común.
Ese ejercicio de desandar en la Historia lleva a la década de los ochenta
Manuela Fernández Rodríguez
y a la reunión de un comité presidido por el entonces presidente de la
Comisión Europea, Jacques Delors, que elaboró un plan en tres etapas
–Informe Delors- para alcanzar la UEM. Plan cuya última fase incluía
la adopción de una moneda única.
No obstante, aún es posible ir más atrás para rastrear los
antecedentes de la actual UEM: a la década de los sesenta y principios
de los setenta. A esos precedentes, especialmente a la elaboración del
Plan Werner, a lo largo de 1970, se dedican las siguientes líneas, no sin
antes recordar que, como otras muchas cuestiones relacionadas con la
UE, la UEM no es un proceso acabado, sino en permanente evolución.
Acontecimientos recientes, como la crisis internacional de 2008
provocada por la bancarrota de Lehman Brothers, la crisis de deuda
griega de 2009 o la pandemia del Covid-19, en 2020, han tambaleado
los cimientos de la UEM y el proceso de integración europea, al verse
afectadas las cuentas públicas de una mayoría de países que la forman.
En este sentido, los datos de apoyo de la ciudadanía europea al proceso
de construcción europea han sufrido un importante deterioro en la
última década. La salida de Reino Unido de la UE en 2020 es una
muestra de ello1. Sin embargo, a pesar de la lentitud en la respuesta por
Sobre la crisis financiera de 2008 puede verse LÉPINE, F., “L’Union
européenne dans la crise financière: À la recherche d’une gouvernance
économique, L’Europe en formation, 2010/4 nº 358, pp. 173-193. Efectos
actuales de la existencia de una moneda única SACRISTE, G. y VAUCHEZ,
A., “L’Euro-isation de l’Europe. Trajectoire historique “hors les murs” et
nouvelle question démocratique”, Revue de l’OFCE, 2019/4 (164), pp. 5-46.
ROCHA VÁZQUEZ, M., “El futuro de la Unión Económica y Monetaria ¿qué
ha fallado y qué reformas se requieren?”, Documento de Trabajo 54/2010, pp.
1-48. Al respecto de otras crisis que afectaron a aspectos monetarios en la
década de los noventa –aunque los trabajos no abordan únicamente la crisis
sino también el proceso de creación del SME- puede verse: VIDALES
PICAZO, M., “La crisis del Sistema Monetario Europeo y la conveniencia de
establecerse como moneda única”, Boletín Económico del ICE, nº 3059, pp.
39-50. VÁZQUEZ VICENTE, G., “La crisis del Sistema Monetario Europeo
(1992-1993) ¿crisis financiera o crisis de políticas de cooperación monetaria?”,
1
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parte de la UE en las situaciones de dificultad parece que el elemento
de la integración regional menos afectado por el euroescepticismo es,
precisamente, la moneda única, Este fenómeno se ha producido incluso
en aquellos territorios en que la crisis ha tenido peores efectos sobre la
economía 2.
Las crisis han puesto de actualidad un antiguo debate y
aumentando la brecha que se produce entre los países con superávit y
aquellos con déficit, que retoma la existente en su día entre los países
con divisas fuertes -Países Bajos o Alemania-, que coinciden en la
actualidad con los que tiene superávit, y países con monedas débiles.
Los primeros protestan por la falta de disciplina presupuestaria de los
países con déficit, cuyas dificultades económicas no están dispuestas a
compartir, a pesar de que son los países con cifras positivas en su
balanza de pagos los que mayores ventajas extraen de la total apertura
del mercado europeo, consecuencia de la avanzada integración
económica en la que unos y otros están inmersos.
Dicho lo anterior, la Unión Económica y Monetaria, como casi
todo lo que ocurre en la UE, es fruto de un largo proceso de evolución
que arranca en los primeros pasos del proceso de construcción europea 3.
Sobre la coordinación de las políticas macroeconómicas o sobre la
introducción de una moneda única se ha reflexionado a lo largo de toda
la historia de la Unión. Desde la firma de los tratados de Roma se
RUE: Revista universitaria europea, Nº. 6, 2007, págs. 33-82. Sobre el
contexto de las últimas crisis, MARTÍNEZ PEÑAS, L., El elefante en nuestro
lado de la colina. Valladolid, 2019.
2
Esto podría explicarse por el temor a la incertidumbre que provoca la
posibilidad de ruptura del orden monetario europeo. FERNÁNDEZALBERTOS, J., “La ciudadanía europea y el proceso de integración tras la
gran recesión”, CLOSA, C., y MOLINA, I., El futuro de la Unión Europea.
Informe 23. Madrid, 2018, p. 24.
3
Sobre el proceso de construcción europea puede verse FORNER, S. y
SENANTE, H. C. (eds.), La unidad europea: aproximaciones a la historia de
la Europa comunitaria. Alicante, 2016.
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pusieron de manifiesto problemas que se vinculaban con la tasa de
cambio de monedas o la devaluación-reevaluación del valor de las
monedas 4; sin embargo, tuvieron que pasar casi cincuenta años para una
moneda común se pusiera en circulación.
2. Cuestiones monetarias en Europa antes del Plan Werner
Al margen de los tratados comunitarios, en la década de los
cincuenta, en el ámbito europeo, sí hubo una cierta concertación
monetaria. El 19 de septiembre de 1950 catorce países europeos
firmaron los acuerdos sobre la Unión Europea de Pagos (UEP)
instaurando la convertibilidad intraeuropea de sus monedas. Ocho años
después, el 27 de diciembre de 1958, aquellos mismos países renovaban
la convertibilidad interna e instauraban la convertibilidad monetaria
externa. Esta decisión supuso la sustitución de la UPE por el Acuerdo
Monetario Europeo (AME) 5.
En el ámbito comunitario, durante la creación de las
Comunidades Europeas -la Comunidad Europea del Carbón y del Acero
(1951) primero y la Comunidad Europea de la Energía Atómica y la
Comunidad Económica Europea (1957) 6, después-, no se prestó apenas
LÉPINE, “L’Union européenne…, p. 174.
ABRAHAM, J. P., LEMINEUR TOUMSON, C. y SANCHIS I MARCO,
M., “Las opciones monetarias europeas 1950-1980”, conferencia sobre
Sistema monetario europeo y reforma monetaria mundial. Brujas, 4 a 6 de
junio de 1981, pp. 227-228.
6
La importancia de estas instituciones fue vital en la futura integración
europea, al permitir superar la rivalidad franco-alemana generada por las
guerras mundiales y, en particular, por el los acuerdos que cerraron la primera.
Al respecto pueden verse MARTÍNEZ PEÑAS, L., “El diktat de Versalles y la
quiebra de la tradición diplomática europea”, en SAN MIGUEL, E., Los
cañones de Versalles. Madrid, 1919; en el mismo libro, ARRAZOLA RUIZ,
S., “La Sociedad de Naciones y Derechos Humanos: la cláusula de igualdad”;
también ARRAZOLA RUIZ, S., “El desmembramiento del imperio austrohúngaro y su relación con la Primera Guerra Mundial y la conferencia de paz”,
4
5
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atención a los aspectos monetarios que afectaban a los intercambios
comerciales que se derivaban de su creación. El motivo de las escasas
referencias monetarias tenía que ver con la falta de necesidad: en aquel
momento, la estabilidad venía determinada por la primacía del dólar,
como moneda de referencia, tras los acuerdos de Bretton Woods que
fijaron los pilares del sistema monetario internacional 7. A pesar de lo
cual se hicieron referencias reiteradas en el tratado de la Comunidad
Económica Europea a la necesidad de aproximar y coordinar las
políticas económicas de los Estados miembros–artículo 2, art. 3, art.
105, art. 145, etc-. Incluso recogió la creación de un Comité monetario
de carácter consultivo 8.
en SAN MIGUEL E., Ajedrez en el Café Museum. Madrid, 2020. En cierto
sentido, puede considerarse un ejemplo de superación transicional de un
conflicto, una materia sobre la que se puede leer ARRAZOLA RUIZ, S., “El
Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia”, en VV. AA,
Análisis sobre Jurisdicciones Especiales. Valladolid, 2017; y, de la misma
autora, La justicia transicional como eje de las relaciones de la Unión Europea
con Serbia y Croacia. Valladolid, 2019.
7
A este respecto puede verse EICHENGREEN, B., La globalización del
capital. Historia del sistema monetario internacional. Barcelona, 1996. Del
economista belga que planteó el Dilema de Triffin puede verse TRIFFIN, R.,
Le Systéme monétaire international, París, 1969.
8
Cuyas competencias, recogidas en el artículo 105 TCEE eran “- seguir la
situación monetaria y financiera de los Estados miembros y de la Comunidad,
así como el régimen general de pagos de los Estados miembros e informar
regularmente al Consejo y a la Comisión sobre esta cuestión y emitir
dictámenes al Consejo o a la Comisión, tanto a instancia de éstos como a
iniciativa propia”. Sobre la construcción del Estado como eje del sistema
internacional, ver MARTÍNEZ PEÑAS, L., “El camino hacia la construcción
del Estado como forma de organización político social”, en Revista Aequitas.
Estudios sobre Historia, Derecho e Instituciones, nº 11, 2018. Sobre cómo el
conflicto afecta a su construcción puede verse FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ,
M., y MARTÍNEZ PEÑAS, L., La guerra y el nacimiento del Estado Moderno.
Valladolid, 2014.
443
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Ni la UEP, ni el AME, ni las referencias monetarias en los
tratados de Roma, manifestaron la necesidad de que establecer una
integración monetaria. La situación empezó a cambiar a principios de
la década de los sesenta, cuando el sistema de Breton Woods dio
muestras de dificultad para asegurar la estabilidad cambiaria, ya que, en
1961, el marco alemán se reevaluó un 5% frente al dólar y
posteriormente lo hizo el florín de los Países Bajos. Ambas
reevaluaciones se hicieron sin consultar a la CEE-9.
Como consecuencia de lo anterior, en 1962 la Comisión, bajo la
presidencia del alemán Walter Hallstein, preparó el conocido como
memorándum Marjolin, en el que se proponía la creación de una unión
monetaria en el seno de las comunidades europeas, con el uso de una
moneda y la adopción de medidas de cooperación monetaria. El apoyo
que obtuvo aquella propuesta fue muy limitado 10, pero acabaría
cristalizando, tiempo después, en la aparición de algunos organismos
de cooperación monetaria, como el Comité de Gobernadores de los
. SAUCEDO, E., Cooperación e integración monetaria: experiencia europea
y perspectivas para América Latina. Tesis doctoral Universidad Autónoma de
Barcelona. 2009, p. 104.
10
Robert Marjolin ya había hecho proposiciones en materia monetaria con
anterioridad. La primera, el 31 de mayo de 1958, con ocasión de la crisis de la
balanza de pagos que sufrió Francia por esa fecha. Por eso su propuesta preveía
un mecanismo de solidaridad que permitiera que los Estados económicamente
más débiles tuvieran acceso al crédito. También el Comité de Acción para los
Estados Unidos de Europa, de Jean Monnet, había promovido la idea de crear
un Fondo de Reserva Europeo financiado por las reservas de los bancos
centrales. La amistad existente entre Monnet, Marjolin y Triffin hace que en
las propuestas de cada uno se aprecie influencia del resto. SEIDEL, K., “Robert
Marjolin: Securin the Common Market through economic and Monetary
Union”, DYSON, K. y MAES, I., Architects of the Euro: Intellectuals in the
Making of European Monetary Union. Oxford, 2016, pp. 86 y ss. Sobre el
papel de la Comisión en el proceso de integración monetaria puede verse
MAES, I., “The Ascent of the European Commission As An Actor In The
Monetary Integration Process In The 1960s”, disponible en
http://aei.pitt.edu/3009/1/MMTEC60art.pdf (visto el 13 de mayo de 2020).
9
444
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Bancos Centrales –puesto en marcha en 1965- o el Comité de Política
Presupuestaria 11. Aquel año, 1965, fue también el año en que la
Comisión abogó, por primera vez, a favor del establecimiento de un
sistema de tipos de cambio fijo. El guante de la Comisión lo recogió el
primer Informe Barre en 1968 12. A pesar de estos tímidos impulsos, la
falta de voluntad por parte de los países miembros de las Comunidades
a ceder competencias en materia monetaria, en aras a una mayor
estabilidad, hizo que la cuestión monetaria quedara estancada13.
2.1. Informe Barre
En los orígenes de la UEM el nombre de Pierre Werner ocupa un
lugar destacado, gracias al Plan que lleva su nombre, aunque otros
muchos políticos, economistas o académicos contribuyeron de forma
destacada. Uno de ellos fue Raymond Barre, político y economista
francés de ideología cristiano-demócrata, que desempeñó la
vicepresidencia de la Comisión Europea entre 1967 y 1973. Barre, en
el seno de la Comisión, elaboró el informe que lleva su nombre,
presentado en el Consejo de Ministros de las Comunidades Europeas el
12 de febrero de 1969, con el objetivo coordinar las políticas
económicas y monetarias de los países miembros14. La elaboración de
dicho plan se relacionaba con el hecho de que los años 1968 y 1969
fueron años de turbulencias monetarias y especulación.
. SAUCEDO, Cooperación e integración …, p. 103.
COMISIÓN EUROPEA, Unión Económica y Monetaria. Luxemburgo,
1996, p. 5.
13
BILBAO, J., “Del mercado único a la Unión Monetaria: ¿hacia una política
económica común?”, Cuadernos Europeos de Deusto, nº 50, 2014, p. 53.
14
HOWARTH, D., “Raymond Barre: Modernizing France through European
Monetary Cooperation”, YSON, K. y MAES, I., Architects of the Euro:
Intellectuals in the Making of European Monetary Union. Oxford, 2016.
11
12
445
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En relación con la situación monetaria en Europa, desde la firma
de los tratados de Roma se mantuvo, conforme al sistema de Bretton
Woods, una alta estabilidad de las monedas implicadas en el proceso de
construcción europeo 15. Sin embargo, desde mediados de la década de
los sesenta se registraron tensiones monetarias cuyo origen estaba en
los altos niveles de déficit de la economía americana y en la
consiguiente subida de los tipos de interés mundial. De esta manera, el
sistema monetario y financiero emanado de Naciones Unidas
comenzaba a mostrar signos de debilidad. Así que empezó a ser
necesario salvaguardar la estabilidad cambiaria entre países europeos 16.
Consecuencia de esa situación fue el informe elaborado por el
vicepresidente de la Comisión Europea.
El informe proponía una coordinación política y monetaria a
través de la concesión de créditos a corto plazo a países de las
Comunidades cuyas balanzas de pagos sufrieran dificultades puntuales,
y de créditos a medio plazo a quienes tuvieran problemas persistentes.
Esto se completaría con la concertación entre los países miembros de
las tasas de crecimiento y la coordinación de planes económicos a
medio plazo.
2. 2. La Cumbre de la Haya y el segundo informe Barre
Los años 1968 y 1969 fueron representativos de la situación de
tensión monetaria, que culminó en la devaluación del franco francés un
12,5% el 8 de agosto de 1969 y la reevaluación del marco alemán un
8,5% el 24 de octubre del mismo año. Por eso, en la agenda de
El proceso de construcción europea avanzaba de forma rápida. En 1968 se
completó la unión aduanera que inicialmente estaba prevista para 1970. Al
respecto puede verse FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, M., “Una unión aduanera
de doce países”, El año de los doce mayos. Valladolid, 2018, pp. 171-188.
16
CONDE FERNÁNDEZ-OLIVA, E. C. y LÓPEZ ROA, A. L., “Las fases de
la Unión Económica y Monetarias: criterios de convergencia. El Euro”.
Cuadernos de estrategia, nº 95, 1998, pp. 37-38.
15
446
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relanzamiento europeo que fue la Cumbre de La Haya, se introdujo la
cuestión de la cooperación monetaria y la creación de un Fondo de
Reserva Europea, siendo Francia y Alemania los principales
protagonistas del debate monetario 17.
Los problemas monetarios franceses llevaron a que aquel país
planteara la creación de un mecanismo que otorgara ayuda financiera a
corto o a medio plazo a países comunitarios con dificultades en sus
balanzas de pago, tal y como había sido plasmado en el informe Barre.
Los alemanes, por su parte, no se oponían a la creación de un Fondo de
Reserva Europeo, aunque ponían el acento en la necesidad de
coordinación de las políticas económicas de los miembros. Del
resultado de estas discusiones emanó la idea de crear una UEM 18. Sin
embargo, a pesar del impulso dado a aquella idea por el eje francoalemán, protagonista indiscutible de la reunión, en el ámbito interno, es
decir, en el gobierno de cada uno de los dos países, el consenso no era
firme en torno a los planes económicos y monetarios europeos. El
canciller de la República Federal alemana, Willy Brandt, no tenía un
sólido apoyo de su ministro de economía, que dudaba de la viabilidad
de la idea de UEM. En Francia, por su parte, fue el presidente de la
República, Georges Pompidou, quien mantuvo una postura más
escéptica frente al ministro de Economía y Finanzas, Valéry Giscard
d’Estaing. El jefe del Estado, sucesor de Charles de Gaulle no solo en
HIEPEL, C., Willy Brandt et Georges Pompidou. Le politique européenne
de la France et de l’Allemagne entre crise et renoveau. Villeneuve d'Ascq,
2016, p. 17. Sobre el papel del mundo galo y germánico en la construcción
histórica de los sistemas internacionales pueden verse los trabajos de Leandro
Martínez Peñas Y lo llamarán paz. Valladolid, 2018; El invierno. Madrid,
2019; y Nolite te bastardes. Historia del Derecho y Relaciones
Internacionales. Valladolid, 2019.
18
COFFEY, P. y PRESLEY, J. R., European Monetary Integration. Palgrave
Macmillan, 1971, pp. 35-36.
17
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el cargo 19, temía estar dando un paso grande hacia la creación de una
Europa federal 20.
Pierre Werner, como primer ministro de Luxemburgo, también
participó en la cumbre de La Haya de diciembre de 1969 y, como otros
países, se pronunció a favor de la cooperación monetaria aludiendo a
aspectos que posteriormente formarían parte del conocido como Plan
Werner.
En un primer momento, Werner aludió a las turbulencias
financieras que afectaron a Europa:
“ […] Certains mouvements monétaires récents, ainsi que
leurs conséquences et répercussions sur la politique agricole
commune notamment, ont prouvé que toute politique commune
est menacée de précarité à tout moment, aussi longtemps que les
Etats membres n'auront pas effectué des pas décisifs vers une
coopération monétaire et l'harmonisation de leurs politiques
financières.
Igual que Alemania, Werner hizo hincapié en la necesidad de
coordinar las políticas económicas, permitiendo, por supuesto la
autonomía nacional:
La réalisation des conditions d'une union économique
suppose un développement parallèle de la programmation
économique et de la coordination des politiques de conjoncture.
On considère souvent la réalisation de ces derniers objectifs
Sobre la dimisión de Charles De Gaulle puede verse FERNÁNDEZ
RODRÍGUEZ, M. “Adieu, mon general”, en VV.AA, Más allá de la última
frontera. Valladolid, 2019.
20
RÜCKER, K., “La plan Werner, le système monétaire européen et
l’européanisation dans les années 1970: Quelques réflexions sur les échecs et
les réussites de l’intégration européenne”, L’Europe en Formation, nº 353-354
(2009), p. 118.
19
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Manuela Fernández Rodríguez
comme le préalable chronologique de l'intégration monétaire.
[…] J'ajoute que la coordination communautaire dans ce
domaine laissera un champ de manœuvre suffisamment large
pour la politique économique de chaque Etat, lui permettant de
réaliser ses objectifs nationaux. Car l'Union économique et
monétaire, loin de vouloir uniformiser et régler toutes les
modalités d'une politique définie, devrait essentiellement se
baser sur l'acceptation de disciplines fondamentales,
garantissant la prise en considération des intérêts communs à
tous les partenaires.
Además, en opinión de Werner y en contra de las tendencias
opuestas a la cesión de soberanía nacional, avanzar hacia una UEM no
implicaba minar la soberanía estatal, pues la moneda no era una de las
consideradas competencias regalianas del Estado:
L'histoire des confédérations et fédérations montre à
suffisance que le dernier bastion de la souveraineté nationale
n'est pas la monnaie, mais l'impôt en tant que distributeur du
revenu national.
El luxemburgués alude a los proyectos de creación de uniones
económicas o monetarias existentes y recoge las diversas fases por las
que habría que avanzar para alcanzar la unión:
Il existe diverses propositions d'approche plus ou moins
audacieuses.
[…+ on ne peut manquer de passer par les étapes
intermédiaires suivantes : a) Renforcement des mécanismes de
consultations réciproques et définitives des opérations sujettes
à consultation préalable; b) Organisation d'un système de
tirages réciproques plus élaboré à partir de la proposition
Barre; c) Maintien de parités quasi fixes par des mécanismes
d'intervention appropriés; d) Changements de parités soumises
à des procédures d'approbation communautaires; e)
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Consécration de l'unité de compte inscrite dans le Traité
comme dénominateur commun des transactions entre les Six.
f) Mise sur pied d'un fonds de coopération monétaire européen
destiné à gérer les opérations de concours mutuel, et les crédits
monétaires consentis par la Communauté à des pays tiers.
Gestion en commun des droits de tirages spéciaux sur le Fonds
Monétaire International à propos desquels notre Communauté
peut dégager une attitude commune. g) Fusion des quotas au
Fonds Monétaire International
Para finalizar, Werner lanzó al aire la cuestión del plazo
necesario para implementar la unión económica y monetaria y muestra
la favorable postura de la delegación luxemburguesa:
Une décennie serait-elle de trop pour réaliser un tel
programme ? ou ne serait-il pas indiqué de réduire les étapes et
d'aller droit au but ? Quoi qu'il en soit, la délégation
luxembourgeoise serait heureuse de voir figurer dans notre
communiqué l'allusion à la volonté de réaliser une union
monétaire endéans une période à fixer par la mise en place
successive d'arrangements, de mécanismes ou d'organismes
appropriés, s'appuyant sur la coordination des politiques
économiques qu'ils sont appelés à stimuler 21.
La cumbre de La Haya, por tanto, llevó a la elaboración de un
segundo plan Barre, presentado el 4 marzo de 1970, y, posteriormente,
a encargar a un grupo de expertos el estudio de la posibilidad de
establecer una UEM. Lo que se buscaba con la unión monetaria era
favorecer el comercio intracomunitario y suprimir los márgenes en los
tipos de cambio, que no favorecían la estabilidad e incrementaban el
La Conférence des Chefs d'Etat ou de Gouvernement à La Haye.
Déclarations de Monsieur Pierre Werner, Ministre d'Etat. Président du
Gouvernement. GRAN-DUCHÉ DE LUXEMBOURG, Bulletin de
documentation. Nº 14, 5 décembre 1969, pp. 3-5.
21
450
Manuela Fernández Rodríguez
coste del presupuesto comunitario, especialmente, como nombraba
Werner en su intervención, en relación con la Política Agrícola Común
(PAC), que era la política que absorbía una parte mayor de aquel 22.
La PAC ejemplifica muy bien los problemas relacionados con las
monedas. Con fluctuaciones ligeras de los tipos de cambio entre
monedas, la PAC –que utilizaba una unidad de cuenta vinculada al
dólar, a veces denominada dólar verde- funcionaba sin graves
problemas. Sin embargo, con grandes alteraciones cambiarias las
consecuencias eran nefastas: las modificaciones de los precios internos
tenían efecto sobre la rentabilidad de las explotaciones agrarias, la
inflación o incluso movimientos especulativos, ya que se cobraban
ayudas en monedas de alto valor para cambiarlas luego a monedas de
menor valor 23.
Si el dólar siguiera siendo una moneda de reserva internacional
estable no habría problema, pero la moneda norteamericana perdía
gradualmente la confianza internacional y, con el tiempo se alzaron
voces, como la de Jean Monnet o el economista belga Robert Triffin,
que evidenciaban la debilidad de un sistema basado en la confianza en
la moneda de un solo país 24.
LÉPINE, “L’Union européenne…, p. 175. Al respecto de la política agrícola
común toda modificación no concertada de la paridad de una de las monedas
nacionales de los seis países altera el equilibrio general de las concesiones
hechas por los socios comunitarios. Intervención hecha por Pierre Werner
sobre la Unión Monetaria Europea. GRAN-DUCHÉ DE LUXEMBOURG,
Bulletin de documentation. Nº 1, 28 février 1970, p. 7.
23
REQUEIJO, J., El euro y la economía española. Esperanzas, inquietudes y
realidades. Marcial Pons, 2009, p. 25. Sobre cómo las devaluaciones y
reevaluaciones monetarias de franco y marco afectaron a los productos
agrícolas puede verse HIEPEL, Willy Brandt et …, pp. 17 y ss.
24
Ambos, Monnet y Triffin, llevaban trabajando sobre un proyecto de creación
de un fondo de reserva europea a escala europea. HIEPEL, Willy Brandt et…,
p. 38.
22
451
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3. Designación de Pierre Werner al frente del grupo de
expertos
La figura de Pierre Werner se vincula con algunos de los
episodios clave de la historia de la construcción europea, como la crisis
de la silla vacía y el posterior compromiso de Luxemburgo. También
tuvo una intervención destacada en la elección de la ciudad de
Luxemburgo como sede de algunas de las instituciones comunitarias: la
Alta Autoridad de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero o del
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas 25.
El Plan de creación de una UEM no se materializó hasta 1970;
sin embargo, Werner, basándose en la experiencia de la Unión
Económica Belgo-Luxemburguesa (UEBL), se había mostrado
favorable a la idea de una moneda europea desde la década de los
cincuenta 26. Desde entonces había realizado intervenciones públicas en
DANESCU, E., “Une relecture du plan Werner de 1970 à la lumière des
archives familiales Pierre Werner”, Projet de recherche CVCE «Pierre Werner
p.
3.
et
l’Europe»,
https://www.cvce.eu/obj/elena_danescu_une_relecture_du_plan_werner_de_
1970_a_la_lumiere_des_archives_familiales_pierre_werner-fr-568dfa562815-4707-a73e-3ef5c58296ef.html (visto el 28 de abril de 2020).
26
La Unión Belgo-Luxemburguesa se creó por una duración de cincuenta años
tras la firma de un tratado por ambas potencias en 1921 que entró en vigor en
1922. La alianza implicaba que las monedas de ambos países: el franco belga
y el luxemburgués tuvieran la misma paridad y pudieran ser utilizadas
indistintamente en ambas naciones. El Banco Nacional de Bélgica establecía
la política monetaria de ambos Estados, de tal forma que la cooperación
monetaria fue asimétrica. Sobre esta cuestión pueden verse VAN
MEERHAEGHE, M. A. G. “The Belgium-Luxemburg Economic Union”, en
F. P. LANG y R.OHR (eds.), International Economic Integration, Heidelberg,
1995. La posterior unión aduanera y económica con Países Bajos –BENELUXtambién permitió que el franco belga y el florín holandés fueran moneda legal
en el territorio de los tres países que formaban la unión. V. “La aproximación
económica de los Países Bajos (Benelux)”, Revista de Estudios Políticos, nº
45, mayo/junio 1949, p. 270. Otras uniones monetarias en Europa fueron la
25
452
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ese sentido. Por ejemplo, en otoño de 1967, durante una reunión de los
ministros de finanzas, había manifestado la necesidad de revisar los
márgenes de fluctuación de las monedas europeas. Un año después, en
1968, presentó en la tribuna del Europaforum, en Sarrebruck, un plan
de cinco puntos para alcanzar la UEM 27.
Por su prestigio político y sus reflexiones previas en materia de
cooperación monetaria, el 6 de marzo de 1970 Pierre Werner fue
designado como presidente del grupo de expertos al que se aludió en la
Cumbre de La Haya 28. No está claro quien le propuso para su
nombramiento. Danescu recoge en su trabajo tres posibilidades. Una
primera, a la que alude el propio Werner en sus memorias, indica que
fueron el barón Snoy, ministro belga de Finanzas, y su homólogo
francés, Valéry Giscard d’Estain, quienes propusieron a Werner 29. Una
segunda versión refiere que fue Raymond Barre quien pensó en Werner
y, aunque aquel se lo comentó al barón Snoy, no fue el belga, sino el
ministro de economía alemán, Karl Schiller, quien hizo la propuesta. La
tercera versión señala que fue Gaston Thorn quien, como ministros de
Asuntos Exteriores de Luxemburgo, propuso a su compatriota en la
reunión del Consejo de Ministros de Exteriores que se celebró en
Bruselas el 27 de enero de 1970 30.
A pesar de las dudas que existen respecto a su designación, donde
sí hay acuerdo es en la consideración de Werner como un hombre de
consenso, a quien acompañaba la fama de haber contribuido de forma
importante a hacer posible el Compromiso de Luxemburgo, poniendo
fin a una importante crisis del proyecto europeo, la de la silla vacía.
Unión Monetaria entre Reino Unido e Irlanda o la Unión Monetaria
escandinava, al respecto puede verse REQUEIJO, El euro y…, pp. 21-22.
27
DANESCU, “Une relecture du plan…, pp. 7-11.
28
DANESCU, “Une relecture du plan… p. 4.
29
Esta versión apoya HIEPEL, Willy Brandt et …, 2016, p. 38.
30
DANESCU, E., “Pierre Werner: A Visionary European and Consensus
Maker”, DYSON, K. y MAES, I., Architects of the Euro: Intellectuals in the
Making of European Monetary Union. Oxford, 2016.
453
Manuela Fernández Rodríguez
Todo hacía indicar que Werner era la persona adecuada para que las
Comunidades Europeas salieran del estancamiento y para el
relanzamiento del progreso común 31.
Además del presidente del gobierno luxemburgués, el Comité de
expertos estuvo formado por el barón Hubert Ansiaux -gobernador del
Banco de Bélgica y presidente del Comité de gobernadores de bancos
centrales de la Comunidad Económica Europea 32-, G. Brouwers director de presupuesto del ministerio de Finanzas de los Países Bajos
y presidente del Comité de política económica-, Bernard Clappier Subgobernador de la Banca de Francia y presidente del Comité
Monetario-, J. B. Schollhor -Secretario de Estado alemán de Economía
y presidente del Comité político económico a medio plazo-, G.
Stammati -Inspector General del Tesoro italiano y presidente del
Comité político presupuestario-, U. Mosca -Director General de asuntos
económicos y financieros de la CEE- y, por último, G. Morelli,
funcionario de la Comisión de las Comunidades Europeas. Con la
designación de ese equipo se incluía a los presidentes de los cinco
comités consultivos de expertos de la CEE33.
4. Gestación del Plan Werner
Werner fue quien proporcionó el esquema del plan que
conduciría a la UEM, pero no fue el único en aportar ideas. Entre la
celebración de la cumbre La Haya y el comienzo de los trabajos del
comité Werner, se presentaron varias proposiciones para la puesta en
marcha de una UEM. Destacan la propuesta belga de 27 de enero de
DANESCU, “Une relecture du …, p. 8.
Con él, Pierre Werner tenía gran cercanía debido a la unión monetaria
existente entre Luxemburgo y Bélgica. Sobre el personaje puede verse
ANSIAUX, Souvenirs de Hubert Jacques Nicolas baron Ansiaux, 1908-1987.
Bruselas, 1990.
33
GRAN-DUCHÉ DE LUXEMBOURG, Bulletin de documentation. Nº 6, 26
octobre 1970, p. 3.
31
32
454
Manuela Fernández Rodríguez
1970, conocida como memorando Snoy. Denominación que se
corresponde con el apellido del ministro de Finanzas belga que presentó
el proyecto. En él se aspiraba a alcanzar la UEM en tres etapas, a
desarrollar entre 1971-1977. Una segunda propuesta fue la alemana de
12 de febrero de 1970, conocida como plan Schiller, que ponía el
acento, como ya había ocurrido durante la cumbre de diciembre de
1969, en la necesidad de que convergieran los datos macroeconómicos
de los países como condición para establecer un tipo de cambio fijo y
una moneda única. La propuesta alemana aspiraba a alcanzar sus
objetivos en un período de diez años, divididos en cuatro etapas 34. Por
último, el 23 de febrero de 1970, se hizo público el plan luxemburgués,
que aspiraba a alcanzar la UEM en siete fases, flexibles en cuanto a su
orden y duración, con un plazo de implementación que oscilaría de siete
a diez años 35.
Al día siguiente de la presentación del plan luxemburgués, el 24
de febrero de 1970, en una reunión del Consejo de ministros de
Finanzas en Paris, se analizaron las tres propuestas junto al previo plan
Barre. Todos los proyectos coincidían en la puesta en común de las
reservas monetarias de los seis países miembros de las Comunidades
Europeas y en la creación de un banco central a escala comunitaria 36.
La elaboración Plan Werner se desarrolló en un ambiente de
confidencialidad a lo largo de quince reuniones oficiales. Una gran
mayoría de ellas, diez, entre las que se encontraron las reuniones clave,
se desarrollaron el Luxemburgo. Las otras cinco se repartieron entre
HIEPEL, Willy Brandt et…, p. 39.
DANESCU, “Une relecture du plan…, p. 10.
36
La idea de creación de un banco central a escala europea deriva de lo esencia
de la función de los bancos centrales como instituciones reguladoras de la
economía y en el caso que nos ocupa debido a su función esencial de
implementar la política monetaria, mantener y administrar la reserva oficial de
divisas. Sobre el BCE el origen y su comparación con otras instituciones de
funciones semejantes puede verse LE HÉRON, E., “Fed versus BCE, l’histoire
d’un enjeu démocratique”, L’Economie politique, nº 61, 2014, p. 95.
34
35
455
Manuela Fernández Rodríguez
Bruselas -dos- París, Roma y Copenhague. A mayores, se producirían
un sinfín de encuentros informales. Por medio de estos últimos -actos
protocolarios, reuniones en instancias internacionales- los miembros
del comité Werner tuvieron ocasión de conocer las opiniones de
embajadores, políticos, expertos internacionales, académicos,
funcionarios, etc., sobre la idea de formar una UEM europea 37. Eso hizo
que la acogida del plan fuera positiva tanto en medios políticos como
por los agentes sociales, sindicatos, académicos, etc. Eso sí, cada uno
de estos grupos ponía el acento sobre alguna cuestión concreta del
mismo: la necesidad de convergencia económica, las implicaciones
políticas de la UEM, las reformas institucionales, el gradualismo de las
fases, la irreversibilidad...
El 20 de mayo de 1970, el Comité Werner envió un primer
borrador de informe de creación de una UEM por etapas tanto al
Consejo de Ministros como a la Comisión. En las reuniones del 8 y 9
de junio 1970, el Consejo respaldó las conclusiones presentadas en el
informe provisional. Pero no fue hasta el 7 de octubre de ese mismo año
cuando se finalizó el informe definitivo. Al día siguiente fue aprobado
unánimemente por todos miembros del comité. De forma oficial, el 26
de aquel mes el texto se entregó al presidente del Consejo y se envió a
los gobiernos de los países miembros de las Comunidades Europeas 38.
5. Claves del plan Werner
Los logros a los que aspiraba llegar la UEM eran que la toma de
decisiones de política económica se hiciera a nivel comunitario, a través
de la puesta en marcha de un centro de decisión de la política económica
que respondiera ante el Parlamento europeo y de un sistema
comunitario de bancos centrales, que se encargaría de establecer los
DANESCU, “Une relecture du plan…, pp. 12-13.
La Réalisation par Etapes de l'Union Economique et Monétaire Européenne.
GRAN-DUCHÉ DE LUXEMBOURG, Bulletin de documentation. Nº 6, 26
octubre 1970, pp. 3-5.
37
38
456
Manuela Fernández Rodríguez
tipos de cambio e intervenir en el sistema monetario internacional.
También pretendía fijar la convertibilidad total e irreversible de las
monedas, la eliminación de los márgenes de fluctuación de los tipos de
cambio, la instauración irrevocable de las relaciones de paridad y la
liberación total de los movimientos de capital. El objetivo a largo plazo
era la adopción de una moneda única que convertiría el proceso en
irreversible 39.
Para lograr todo ello, la primera etapa, se centraba
fundamentalmente en la coordinación de las políticas económicas,
presupuestarias y monetarias y se concretaba como sigue:
- El Consejo, la Comisión y el comité de gobernadores de los
bancos centrales se consultarán mutuamente en relación con la política
económica a corto y medio plazo, la política presupuestaria y la política
monetaria.
- El Consejo se reunirá al menos tres veces al año para decidir, a
propuesta de la Comisión, las líneas principales de la política
económica a nivel comunitario. Una vez al año, en otoño, se publicará
un informe sobre la situación económica de la Comunidad.
- Representantes de los gobiernos y los bancos centrales pueden
ser consultados de forma previa a la adopción de decisiones.
- Antes de la adopción de directrices generales para la política
económica, se realizarán consultas entre la Comisión y los agentes
sociales.
- Las políticas presupuestarias de los Estados miembros se
ajustarán a los objetivos comunitarios y se sincronizarán los
procedimientos presupuestarios.
39
La Réalisation par Etapes …, p. 5.
457
Manuela Fernández Rodríguez
- El comité de gobernadores de bancos centrales jugará un papel
central en la coordinación de la política monetaria y crediticia,
definiendo las directrices generales de la Comunidad en ese ámbito y
emitiendo opiniones y recomendaciones para los bancos centrales y
para el Consejo y la Comisión.
- Se invita a los bancos centrales a limitar las fluctuaciones de los
precios entre las monedas comunitarias.
- Durante la primera etapa se realizarán las modificaciones
necesarias al Tratado de Roma para implementar la UEM, si bien los
primeros pasos permitían iniciar el camino sin modificar los tratados
comunitarios existentes 40.
- Se convocará una conferencia intergubernamental antes del
final de la primera etapa, para adoptar en ella las modificaciones
necesarias para las siguientes fases 41.
- Se aspiraba a la creación de un fondo para la estabilización de
las divisas, un fondo europeo de cooperación monetaria cuyas
competencias serían detalladas en el futuro42.
El paso a las siguientes fases dependería de los logros alcanzados
con anterioridad, de modo que habría que analizar los resultados
obtenidos y convocar una conferencia intergubernamental antes de fijar
el calendario posterior y fijar los logros concretos a alcanzar después de
1973 43. A medida que se avanzaba por las diversas fases, el grado de
interdependencia sería mayor, pues la UEM se convertiría al final en un
proceso irreversible, dada la convertibilidad irrevocable entre monedas,
la libre circulación del capital, la fijación definitiva de los tipos de
La Réalisation par Etapes …, p. 5.
La Réalisation par Etapes …, p. 6.
42
La Réalisation par Etapes …, p. 4.
43
La Réalisation par Etapes …, p. 4.
40
41
458
Manuela Fernández Rodríguez
cambio y, por último, la sustitución de las monedas comunitarias por
una sola.
La segunda y tercera etapa se caracterizarían por continuar las
acciones de la primera, pero con un desarrollo más profundo y exigente
en la fijación de orientaciones económicas globales. Así, la segunda
etapa puede calificarse como una etapa de transición entre la primera y
la tercera fases. Ahora bien, en ella la coordinación de las políticas
económicas, presupuestarias y monetarias sería mucho más estrecha.
Respecto a la política monetaria el avance era evidente: si en la primera
etapa se limitaban las fluctuaciones de los tipos de cambio entre
monedas, en la segunda se eliminarían gradualmente. Con esa misión
se establecería un Fondo Europeo de Cooperación Monetaria, si no se
hubiera establecido durante la primera fase 44. Lo mismo ocurría en el
ámbito presupuestario: si en la coordinación inicial se establecía que las
políticas presupuestarias de los Estados miembros se ajustarían a los
objetivos comunitarios, en las sucesivas las instituciones europeas
intervendrían en las condiciones de financiación del déficit así como en
el modo de utilización del superávit.
En las previsiones de la segunda etapa y tercera etapa eran
evidentes los cambios institucionales necesarios para desarrollar la
UEM. Aunque el Plan Werner afectaba fundamentalmente a cuestiones
económicas, presupuestarias y monetarias, la transferencia de
competencias nacionales en materia monetaria a instituciones europeas
que preveía el plan tenía una relevancia fundamental, ya que suponía
un avance no solo en la UEM sino también en el ámbito de la
cooperación política 45.
La Réalisation par Etapes …, p. 6.
WERNER, P., “Du plan Werner au Système monétaire européen (SME)”,
Studia diplomática, nº 3, vol. 33, 1980, p. 249.
44
45
459
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5.1. Ventajas de la UEM
Con el establecimiento de la UEM se aspiraba a la estabilidad
monetaria mediante el uso de una moneda única fuerte, lo cual no solo
ayudaría a los países con monedas menos robustas, sino que redundaría
en tipos de interés más bajos, mayor inversión de capital y en un
incremento del comercio impulsado por la desaparición de la
incertidumbre en los tipos de cambio y la mayor estabilidad de los
precios. Esa menor incertidumbre provocaría también un aumento de la
competencia comercial y una mayor seguridad respecto de los ahorros
de la ciudadanía. A su vez, la ausencia de tipos de cambio reduciría los
costes de las transacciones bancarias, al desaparecer los gastos
aparejados a la conversión de monedas. La cara b de esto último era que
se reducirían los ingresos de la banca y entidades dedicadas al cambio,
pero podían compensar esa rebaja con otras comisiones o gravámenes
a operaciones bancarias 46.
Todo lo anterior redundaría, a medio y largo plazo, en un mayor
crecimiento económico, lo que tendría un impacto positivo sobre los
niveles de empleo en Europa 47. Con la UEM también se aspiraba a que
el mercado común se consolidase y desplegase todos sus efectos, siendo
también un primer paso hacia una paulatina armonización fiscal48.
46
MUNS, J., “Del Plan Werner al euro o la historia de la larga marcha hacia la
Unión Monetaria Europea” MUNS, J., España y el euro: riesgos y
oportunidades. Barcelona, 1997, p. 27-29.
47
MUNS, “Del Plan Werner…”, p. 29.
48
OLLER-ARIÑO, J. L., “Dimensiones políticas de la unión monetaria”,
MUNS, J., España y el euro: riesgos y oportunidades. Barcelona, 1997, p. 186.
Sobre la coordinación de las políticas fiscales en la Unión Económica y
Monetaria puede verse: BOSCÁ, J. E., DOMÉNECH, R. y TAGUAS, D., “La
política fiscal en al Unión Económica y Monetaria”, Moneda y crédito, Nº 208,
1999, pp. 267-302. Un estudio empírico a este respecto puede verse: DÍAZ
ROLDÁN, C., MONTEAGUDO CUERVA, C., RUBIO REGUERO, J. J., “La
política fiscal en Uniones Monetarias: implicaciones para el sector exterior”,
Papeles de trabajo del Instituto de Estudios Fiscales. Serie economía, Nº 7,
2014, pp. 7-28.
460
Manuela Fernández Rodríguez
Desde un punto de vista político, el establecimiento de una
moneda única, el elemento más visible de la UEM, supondría dar un
paso más en el proceso de integración europeo, lo que repercutiría en
una mayor unidad entre sus miembros y en el fortalecimiento de la
identidad europea 49.
5. 2. Fracaso en la implementación del Plan Werner
Debido al apoyo con que contó la UEM ideada por el comité
Werner, en 1971 se dio comienzo a su implementación. Sin embargo,
la crisis monetaria que se produjo entre ese año y 1973 dio al traste con
el intento. Un factor fundamental del fracaso fue la decisión del
presidente norteamericano, Richard Nixon, de poner fin a la
convertibilidad automática en oro del dólar estadounidense. Esa
decisión provocó una inestabilidad monetaria que en Europa destacó
por producir importantes variaciones en los tipos de cambio, al acabar
con el sistema de paridades fijas respecto al dólar. Aquello era justo lo
contrario de lo que se pretendía conseguir en la primera fase del plan
Werner: la limitación de las fluctuaciones de los precios entre las
monedas comunitarias.
Hay autores, sin embargo, que no consideran que la crisis
monetaria internacional fuera, por sí sola, motivo suficiente para el
fracaso en la implementación de la UEM. Es el caso de Rücker, quien
considera que fueron razones políticas las que hicieron que no se
volcaran todos los esfuerzos posibles en el éxito del plan. En su opinión,
el eje franco-alemán se mostró de acuerdo en la profundización
comunitaria a través de la UEM solo de cara a la galería. Para ambos
países, la ampliación y la cesión de soberanía que suponía la UEM,
clave del proceso de relanzamiento europeo diseñado en La Haya, no
era deseable. Prueba de ello es que años más tarde, en 1979, no se
OTERO IGLESIAS, M., “El pilar fundamental de la integración: la Unión
Económica y Monetaria, y la política”, CLOSA, C., y MOLINA, I., El futuro
de la Unión Europea. Informe 23. Madrid, 2018, p. 44.
49
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retomó la idea de la UEM, sino que se puso en marcha el Sistema
Monetario Europeo, un mecanismo mucho menos ambicioso que el del
plan Werner, ya que solo aspiraba a la creación de una zona, europea
de mayor estabilidad monetaria 50.
50
RÜCKER, “Le plan Werner…, pp. 119-130.
462