Manual de Nutrición y Dietética
23.
Nutrición a lo largo de la vida
Gestación
Lactancia
Infancia
Adolescencia
Edad adulta
Postmenopausia
Personas Mayores
Deporte
Las recomendaciones nutricionales que figuran a continuación son meramente informativas
y de carácter general. Antes de llevarlas a cabo, consulte con el especialista.
Gestación
La alimentación previa y durante el embarazo juega un importante papel, no sólo para la madre, sino también
y especialmente para el futuro hijo, para la formación y desarrollo del feto. La dieta de la madre influye en la
salud del bebé, a corto y a largo plazo.
Durante todo el embarazo es importante consumir una dieta variada que incluya alimentos con alta
densidad de nutrientes como lácteos, verduras, hortalizas, frutas y cereales integrales.
En la segunda mitad de la gestación se ven incrementados los requerimientos de energía, proteínas y algunos
micronutrientes, entre los que conviene destacar:
Aporte extra de energía: +250-300 kcal/día, principalmente a base de leche y productos lácteos. Una
mujer embarazada no debe "comer para dos" como siempre se ha dicho. De hecho, sólo en la última
parte de la gestación es necesario aumentar el aporte calórico de la dieta. Una ganancia de peso de unos
12.5 kg (11 -16 kg) en una mujer que antes de quedarse embarazada tenía un peso adecuado, puede ser
un objetivo óptimo para evitar riesgos y complicaciones durante la gestación. La mayor parte de la
energía debe proceder de los hidratos de carbono (55% kcal (unos 400g/día), principalmente complejos
(cereales, legumbres, hortalizas, ...).
Aumentar en 15 g/día los requerimientos habituales de proteína, establecidos en una mujer adulta en
unos 41-43 g/día (total: 56-58 g/día). El consumo de proteínas debe suponer un 12-15% de la energía
total consumida.
Cuidar el aporte de grasa y su calidad. La grasa debe aportar un 25-35% de las calorías de la dieta y debe
ser principalmente monoinsaturada (por ej. aceite de oliva) y poliinsaturada (pescados grasos como atún,
salmón, sardinas, etc.).
Ángeles Carbajal Azcona. Departamento de Nutrición. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid
https://www.ucm.es/nutricioncarbajal/
1
Manual de Nutrición y Dietética
Aporte extra de calcio: +600 mg/día (3-4 raciones de lácteos al día). Las principales fuentes de calcio de
la dieta son la leche y sus derivados (yogur, queso, etc.). Los pescados pequeños, como las sardinas
enlatadas o los boquerones fritos, cuando se consumen enteros (con las espinas), algunas hortalizas y
leguminosas y los alimentos fortificados contienen también cantidades apreciables de este mineral.
Aporte extra de ácido fólico: +200 mcg/día (total 600 mcg/día), en este caso durante toda la gestación y
especialmente en los meses previos a la concepción, para disminuir el riesgo de tener niños con defectos
de cierre del tubo neural como, por ejemplo, espina bífida. Todas las mujeres en edad fértil deberían
cuidar el aporte de este nutriente.
El ácido fólico se encuentra en las verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, …), hígado, legumbres y
cereales fortificados. Hay que tener en cuenta que se destruye fácilmente por el calor y el oxígeno, por
lo que es recomendable minimizar el tratamiento culinario en las verduras. Una buena opción puede ser
la cocción al vapor, tomar las espinacas en ensalada o salteadas ligeramente en la sartén.
Como es difícil aportar los 400 – 600 mcg necesarios únicamente a través de los alimentos, será útil el
uso de suplementos o alimentos fortificados con este nutriente.
Mayores ingestas de hierro: +0,9 mg/día, necesarios para el crecimiento de la placenta y del feto. La falta
de la menstruación, que supone ya un ahorro de este mineral, y la mayor absorción de Fe en esta etapa,
pueden hacer que muchas mujeres no necesiten un suplemento de hierro. Sin embargo, en otras,
especialmente las más jóvenes, la prevalencia de anemia es alta.
En los alimentos, el hierro se encuentra en dos formas:
o
o
o
Hierro hemo en los de origen animal, formando parte de las proteínas hemoglobina y mioglobina.
Este hierro hemo se absorbe mucho mejor que el que se encuentra en los alimentos de origen
vegetal. Tienen cantidades apreciables de hierro hemo: sangre, vísceras (hígado, riñón, corazón,
etc.), carnes rojas, aves y pescados (un 40% del hierro de la mayoría de estos alimentos es hierro
hemo). Como media, un 10% del hierro que diariamente ingiere una persona es hierro hemo, del que
se absorbe más de un 20%.
Hierro no hemo en los alimentos de origen vegetal, principalmente en leguminosas, frutos secos y
algunas verduras. El hierro vegetal se absorbe en muy pequeñas cantidades: sólo se absorbe un 220%, dependiendo de las reservas de hierro y de otros factores dietéticos. Por ejemplo, la vitamina
C de frutas favorece la absorción del hierro de los alimentos de origen vegetal.
Se puede recurrir también al consumo de alimentos fortificados.
Cuidar el aporte de yodo, cinc, magnesio y potasio.
Existen también mayores necesidades de vitaminas, especialmente de las del grupo B. Estas se
encuentran sobre todo en la leche, cereales integrales, pescados, carnes y en algunas verduras.
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Manual de Nutrición y Dietética
Recomendaciones generales
Consumir una dieta variada y con alta densidad de nutrientes. Esta es la mejor garantía de equilibrio
nutricional.
Repartir los alimentos en 5 comidas a lo largo del día (20% de las calorías en el desayuno, 10% media
mañana, 30% comida, 10% merienda y 20% en la cena, por ejemplo).
No picar entre horas.
Cuidar especialmente el aporte de calcio, hierro y fólico.
Cuidar el consumo de fibra, la ingesta líquida y el ejercicio físico para evitar el estreñimiento. Se
recomienda una ingesta de fibra de unos 15 g/1000 kcal, es decir, unos 35 g de fibra al día.
Reforzar el consumo de lácteos, cereales, frutas y verduras.
Usar preferentemente aceite de oliva.
Moderar la ingesta de sal.
Moderar el consumo de azúcares.
Cuidar el consumo de agua y líquidos para conseguir una buena hidratación (2,5 litros/día).
Suprimir el consumo de alcohol y de tabaco.
Evitar las sustancias estimulantes (café, té, ..).
Realizar actividad física diariamente, al aire libre.
Ingestas recomendadas de energía y nutrientes
Energía (kcal)
AF Moderada
AF Baja
Gestación (2ª mitad)
2550
2295
Lactancia
2800
2520
AF: Actividad física
Ca (mg) Fe (mg) I (mcg) Mg (mg)
Gestación (2ª mitad) 1300
18
135
450
Lactancia
1300
18
155
450
Vit. B1
Vit. B2 Eq. Niacina
(mg)
(mg)
(mg)
Gestación (2ª mitad)
1
1,6
17
Lactancia
1,1
1,7
18
* Primera y segunda mitad de la gestación
Gestación (2ª mitad)
Lactancia
Eq Retinol (mcg)
800
1300
Proteínas (g)
AF Alta
3060
3360
Zn (mg)
20
25
Vit. B6
(mg)
1,9
2
Vit. D (mcg)
15
15
56
66
K (mg) P (mg)
3500
700
3500
700
Ac. Fólico
(mcg)
600*
500
Se (mcg)
65
75
Vit. B12
(mcg)
2,2
2,6
Vit. C
(mg)
80
85
Vit. E (mg)
15
17
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Manual de Nutrición y Dietética
Raciones recomendadas para mujeres embarazadas
Grupo de alimentos
Alimentos del grupo
Peso medio de la ración (en
crudo y neto)
Raciones / día o semana
3 – 4 / día
Leche y derivados
Leche
Yogur (2)
Queso fresco
Queso semicurado o curado
Pan, cereales, cereales integrales, arroz, pasta, patatas
Pan
Bollería casera o galletas
Cereales para el desayuno
Arroz, pasta (macarrones, ...)
Patatas
Verduras y hortalizas
Acelgas, espinacas, judías verdes, etc.
Ensaladas (lechuga, tomate, ..)
200 – 250 ml
200 – 250 g
80 – 125 g
40 – 60 g
4 – 5 / día
40 – 60 g
40 – 50 g
30 – 40 g
60 – 80 g en crudo
150 – 200 g en crudo
3–4 rebanadas / 1 panecillo
unidad pequeña / 4-5 galletas
1 bol
1 plato normal
1 grande / dos pequeñas
150 – 200 g en crudo
1 plato de verdura cocida
1 plato de ensalada variada
1 tomate grande, 2 zanahorias
2 - 4 / día
150 – 200 g en crudo
Frutas
Pera, manzana, plátano, naranja, fresas, .
120 – 200 g
Aceite de oliva
Aceite de oliva
Alimentos proteicos
Legumbres
Lentejas, ga a zos, judías, …
Carnes magras, aves, Alternar su consumo
Pescados y mariscos
Huevos
Agua, infusiones, …
Magros y grasos
Agua
1 vaso/taza
2 unidades
porción individual
2 – 3 lonchas
10 ml
60 – 80 g en crudo
100 - 125 g
125 - 150 g
Mediano (53-63 g)
200 ml
2 - 3 / día
1 pieza mediana, 1 taza de cerezas, 2 rodajas de
melón
3 – 6 / día
1 cucharada sopera
2 / día
1 plato normal
1 filete pequeño
1 cuarto de pollo, conejo
1 filete individual
1-2 huevos
4 – 8 / día
1 vaso / botellita
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Manual de Nutrición y Dietética
Grupos de alimentos
Pan, cereales, cereales
integrales, arroz, pasta,
patatas
Peso de cada ración (en crudo y neto)
40-60 g pan
60-80 de pasta, arroz
150-200 g patatas
Medidas caseras
3-4 rebanadas o un panecillo
1 plato normal
1 patata grande o dos pequeñas
Leche y derivados
Verduras y hortalizas
200-250 ml leche
200-250 g yogur
40-60 g queso curado
80-125 g queso fresco
150-200 g
Frutas
120-200 g
Aceite de oliva
Legumbres
Frutos secos
Pescados y mariscos
Carnes magras, aves
10 ml
60-80 g
20-30 g
125-150 g
100-125 g
Huevos
Agua de bebida
Mediano (53-63 g)
200 ml
1 vaso/taza de leche
2 unidades de yogur
2-3 lonchas de queso
1 porción individual
1 plato de ensalada variada
1 plato de verdura cocida
1 tomate grande, 2 zanahorias
1 pieza mediana
1 taza de cerezas, fresas, ..
2 rodajas de melón
1 cucharada sopera
1 plato normal individual
1 puñado o ración individual
1 filete individual
1 filete pequeño
1 cuarto de pollo
1 cuarto de conejo
1-2 huevos
1 vaso o botellita
Dapcich V, Salvador G, Ribas L, Pérez C, Aranceta J, Serra Ll. Guía de la alimentación saludable. Editado por la Sociedad
Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Madrid, 2004.
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Manual de Nutrición y Dietética
Algunos ejemplos de menús para mujeres embarazadas
Desayunos
Leche
Infusiones
Azúcar/miel
Pan / pan integral
Aceite de oliva
Mantequilla/mermelada
Cereales para desayuno integrales
Galletas
Queso
Yogur
Fruta
Zumos
Media mañana y Media tarde
Leche
Infusiones
Azúcar/miel
Pan / pan integral
Galletas
Fruta
Queso
Embutidos magros
Yogur
Zumos
Comidas / Cenas
Primeros platos
Acelgas con patatas
Alcachofas rehogadas
Arroz al horno con garbanzos
Arroz blanco con tomate
Ensaladas de todo tipo
Ensaladilla rusa
Espinacas a la crema
Garbanzos con espinacas
Gazpachos
Judías verdes con patatas
Lentejas guisadas
Macarrones con tomate
Menestra de verduras
Paella, paella de verduras
Pasta
Patatas guisadas
Pisto
Porrusalda
Puré / crema de legumbres
Puré / crema de verduras
Sopas (de fideos, de pescado, etc.)
Verduras cocidas, aliñadas, rehogadas
Guarniciones/Ensaladas/Complementos
Ensaladas
Puré de patata
Verduras y hortalizas cocidas, al vapor, asadas,..
Arroz
Patatas
Segundos platos
Albóndigas
Bacalao en salsa
Bonito con tomate
Calamares en su tinta
Chuletas de cerdo con salsa de tomate
Filetes empanados
Huevos revueltos, al plato, etc.
Merluza en salsa verde
Pechuga a la plancha
Pescado rebozado
Pescados al vapor, horno, plancha, en salsa
Pollo, pavo asado, guisado.
Ragout de ternera
Solomillo a la plancha
Ternera guisada
Tortilla francesa
Tortilla de patatas
Postres
Fruta fresca
Fruta asada, en compota, en almíbar
Arroz con leche
Flan
Natillas
Queso
Yogur
Pan, blanco o integral
Aceite de oliva para cocinar y aliñar
Bebidas: Agua / zumos / infusiones
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Manual de Nutrición y Dietética
Lactancia
La lactancia natural es la mejor manera de alimentar al bebé.
Una dieta adecuada durante al embarazo es la mejor preparación para la lactancia.
Durante la lactancia la mujer necesita mayores cantidades de prácticamente todos los nutrientes (energía,
proteína, todas las vitaminas, calcio, fósforo, magnesio, cinc, cobre y selenio) para la producción de leche.
Esta debe aportar la energía, los nutrientes y el líquido que el bebé necesita.
Es importante:
Aporte extra de energía: + 500 kcal/día. Durante los 3-6 primeros meses la madre suele producir unos
800 ml de leche al día. La energía necesaria para ello procede del aporte extra de calorías a partir de la
dieta, pero también de los almacenes de grasa acumulados durante la gestación y de la energía ahorrada
por cambios en la tasa metabólica y también por una vida más sedentaria.
Este consumo extra de energía, a partir de una dieta variada, garantiza el aporte de minerales y vitaminas.
Un 50-60% de la energía debe proceder de hidratos de carbono y menos de un 30-35% de grasa
(principalmente monoinsaturada, 12-17% kcal).
Aumentar en 25 g/día los requerimientos habituales de proteína, establecidos en una mujer adulta en
unos 41-43 g/día (total: 66-68 g/día). El consumo de proteínas de alto valor biológico debe suponer un
12-20% de la energía total consumida. Para sintetizar 1g de proteína de leche materna se necesitan 2g
de proteína disponible en la dieta.
Aporte extra de calcio: +700 mg/día (4-6 raciones de lácteos al día). Las principales fuentes de calcio de
la dieta son la leche y sus derivados (yogur, queso, etc.).
Los pescados pequeños, como las sardinas enlatadas o los boquerones fritos, cuando se consumen
enteros (con las espinas), algunas hortalizas y leguminosas y los alimentos fortificados contienen también
cantidades apreciables de este mineral.
Cuidar especialmente el aporte de líquidos: 2,5 - 3,5 litros/día.
Aporte extra de ácido fólico: +100 mcg/día (total 500 mcg/día). El ácido fólico se encuentra en las
verduras de hoja verde (espinacas, acelgas), hígado, legumbres y cereales fortificados. Hay que tener en
cuenta que se destruye fácilmente por el calor y el oxígeno, por lo que es recomendable minimizar el
tratamiento culinario en las verduras. Una buena opción puede ser tomar las espinacas en ensalada o
salteadas ligeramente en la sartén.
Cuidar el aporte de vitamina D. Esta se encuentra principalmente en los pescados grasos, huevos y
lácteos.
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Manual de Nutrición y Dietética
Recomendaciones generales:
Consumir una dieta variada y con alta densidad de nutrientes.
Repartir los alimentos en 4-6 comidas a lo largo del día.
Cuidar el consumo de fibra, la ingesta líquida y el ejercicio físico para evitar el estreñimiento.
Reforzar el consumo de lácteos, cereales, frutas y verduras.
Usar preferentemente aceite de oliva.
Moderar la ingesta de sal.
Moderar el consumo de azúcares.
Controlar el consumo de alimentos que modifican las características sensoriales de la leche
(alcachofas, ajos, cebollas, coles, espárragos, pimientos, puerros, repollo, etc.).
Cuidar especialmente el consumo de agua y líquidos para conseguir una buena hidratación (2,5 - 3,5
litros/día).
Suprimir el consumo de alcohol y de tabaco.
Evitar las sustancias estimulantes (café, té, ..).
Evitar la automedicación.
Realizar actividad física diariamente, al aire libre
Ingestas recomendadas de energía y nutrientes
AF Moderada
Gestación (2ª mitad)
2550
Lactancia
2800
AF: Actividad física
Gestación (2ª mitad)
Lactancia
Energía (kcal)
AF Baja
2295
2520
Ca (mg) Fe (mg) I (mcg) Mg (mg)
1300
18
135
450
1300
18
155
450
Vit. B1
Vit. B2 Eq. Niacina
(mg)
(mg)
(mg)
Gestación (2ª mitad)
1
1,6
17
Lactancia
1,1
1,7
18
* Primera y segunda mitad de la gestación
Gestación (2ª mitad)
Lactancia
Eq Retinol (mcg)
800
1300
Proteínas (g)
AF Alta
3060
3360
Zn (mg)
20
25
Vit. B6
(mg)
1,9
2
Vit. D (mcg)
15
15
56
66
K (mg) P (mg)
3500
700
3500
700
Ac. Fólico
(mcg)
600*
500
Se (mcg)
65
75
Vit. B12
(mcg)
2,2
2,6
Vit. C
(mg)
80
85
Vit. E (mg)
15
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Raciones recomendadas para mujeres lactantes
Grupo de alimentos
Alimentos del grupo
Peso medio de la ración
(en crudo y neto)
Raciones / día o semana
4 – 6 / día
Leche y derivados
Leche
Yogur (2)
Queso fresco
Queso semicurado o curado
Pan, cereales, cereales integrales, arroz, pasta, patatas
Pan
Bollería casera o galletas
Cereales para el desayuno
Arroz, pasta (macarrones, ...)
Patatas
Verduras y hortalizas
Acelgas, espinacas, judías verdes, etc.
Ensaladas (lechuga, tomate, ..)
200 – 250 ml
200 – 250 g
80 – 125 g
40 – 60 g
4 – 5 / día
40 – 60 g
40 – 50 g
30 – 40 g
60 – 80 g en crudo
150 – 200 g en crudo
150 – 200 g en crudo
150 – 200 g en crudo
120 – 200 g
Aceite de oliva
Aceite de oliva
Alimentos proteicos
Legumbres
Le tejas, ga a zos, judías, …
Carnes magras, aves, Alternar su consumo
Pescados y mariscos
Huevos
Agua, infusiones, …
Magros y grasos
Agua
3–4 rebanadas / 1 panecillo
unidad pequeña / 4-5 galletas
1 bol
1 plato normal
1 grande / dos pequeñas
2 - 4 / día
Frutas
Pera, manzana, plátano, naranja, fresas, .
1 vaso/taza
2 unidades
porción individual
2 – 3 lonchas
10 ml
60 – 80 g en crudo
100 - 125 g
125 - 150 g
Mediano (53-63 g)
200 ml
1 plato de verdura cocida
1 plato de ensalada variada
1 tomate grande, 2 zanahorias
2 - 3 / día
1 pieza mediana, 1 taza de cerezas, 2 rodajas de melón
3 – 6 / día
1 cucharada sopera
2 / día
1 plato normal
1 filete pequeño
1 cuarto de pollo, conejo
1 filete individual
1-2 huevos
4 – 8 / día
1 vaso / botellita
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Grupos de alimentos
Peso de cada ración (en crudo y
neto)
40-60 g pan
60-80 de pasta, arroz
150-200 g patatas
Medidas caseras
Verduras y hortalizas
200-250 ml leche
200-250 g yogur
40-60 g queso curado
80-125 g queso fresco
150-200 g
Frutas
120-200 g
Aceite de oliva
Legumbres
Frutos secos
Pescados y mariscos
Carnes magras, aves
10 ml
60-80 g
20-30 g
125-150 g
100-125 g
Huevos
Agua de bebida
Mediano (53-63 g)
200 ml
1 vaso/taza de leche
2 unidades de yogur
2-3 lonchas de queso
1 porción individual
1 plato de ensalada variada
1 plato de verdura cocida
1 tomate grande, 2 zanahorias
1 pieza mediana
1 taza de cerezas, fresas, ..
2 rodajas de melón
1 cucharada sopera
1 plato normal individual
1 puñado o ración individual
1 filete individual
1 filete pequeño
1 cuarto de pollo
1 cuarto de conejo
1-2 huevos
1 vaso o botellita
Pan, cereales, cereales
integrales, arroz, pasta,
patatas
Leche y derivados
3-4 rebanadas o un panecillo
1 plato normal
1 patata grande o dos pequeñas
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Manual de Nutrición y Dietética
Algunos ejemplos de menús para lactancia
Desayunos
Leche
Infusiones
Azúcar/miel
Pan / pan integral
Aceite de oliva
Mantequilla/mermelada
Cereales para desayuno integrales
Galletas
Queso
Yogur
Fruta
Zumos
Media mañana y Media tarde
Leche
Infusiones
Azúcar/miel
Pan / pan integral
Galletas
Fruta
Queso
Embutidos magros
Yogur
Zumos
Comidas / Cenas
Primeros platos
Acelgas con patatas
Alcachofas rehogadas
Arroz al horno con garbanzos
Arroz blanco con tomate
Ensaladas de todo tipo
Ensaladilla rusa
Espinacas a la crema
Garbanzos con espinacas
Gazpachos
Judías verdes con patatas
Lentejas guisadas
Macarrones con tomate
Menestra de verduras
Paella, paella de verduras
Pasta
Patatas guisadas
Pisto
Porrusalda
Puré / crema de legumbres
Puré / crema de verduras
Sopas (de fideos, de pescado, etc.)
Verduras cocidas, aliñadas, rehogadas
Guarniciones/Ensaladas/Complementos
Ensaladas
Puré de patata
Verduras y hortalizas cocidas, al vapor, asadas,..
Arroz
Patatas
Segundos platos
Albóndigas
Bacalao en salsa
Bonito con tomate
Calamares en su tinta
Chuletas de cerdo con salsa de tomate
Filetes empanados
Huevos revueltos, al plato, etc.
Merluza en salsa verde
Pechuga a la plancha
Pescado rebozado
Pescados al vapor, horno, plancha, en salsa
Pollo, pavo asado, guisado.
Ragout de ternera
Solomillo a la plancha
Ternera guisada
Tortilla francesa
Tortilla de patatas
Postres
Fruta fresca
Fruta asada, en compota, en almíbar
Arroz con leche
Flan
Natillas
Queso
Yogur
Pan, blanco o integral
Aceite de oliva para cocinar y aliñar
Bebidas: Agua / zumos / infusiones
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Manual de Nutrición y Dietética
Infancia
La correcta alimentación en la infancia es uno de los pilares básicos de una buena salud a lo largo de la
vida, previniendo muchas enfermedades (obesidad, enfermedad cardiovascular, osteoporosis, etc.)
Hay que comer de todo, consumir una dieta variada que aporte la energía y los nutrientes necesarios
para hacer frente al crecimiento y desarrollo de esta etapa que además se caracteriza por gran
actividad física.
Un adecuado crecimiento es el mejor indicador de una alimentación adecuada.
Es importante fomentar el desarrollo de actividad física al aire libre. Se recomienda realizar
diariamente al menos una hora de ejercicio físico de intensidad moderada.
La infancia es la mejor época para la formación de correctos hábitos alimentarios.
La familia, la escuela, el comedor escolar, los amigos y los medios de comunicación pueden jugar un
importante papel.
Las necesidades de energía, proteínas y prácticamente todos los nutrientes continúan aumentando en esta
etapa para hacer frente al rápido crecimiento y a la mayor actividad física. Hasta los 10 años, edad
aproximada en la que se inicia el desarrollo y maduración sexual, las necesidades nutricionales de niños y
niñas son similares.
Ingestas recomendadas de energía y nutrientes
Edad (años)
4-5
6-9
Edad (años)
4-5
6-9
Edad (años)
4-5
6-9
Energía (kcal)
1700
2000
Ca (mg) Fe (mg) I (mcg) Mg (mg)
1000
9
70
200
1000
9
90
250
Vit. B1
(mg)
0,7
0,8
Edad (años)
4-5
6-9
Vit. B2
(mg)
1
1,2
Eq. Niacina
(mg)
11
13
Eq Retinol (mcg)
300
400
Proteínas (g)
30
36
Zn (mg)
10
10
Vit. B6
(mg)
1,1
1,4
Vit. D (mcg)
15
15
K (mg) P (mg)
1100
500
2000
700
Ac. Fólico
(mcg)
200
200
Se (mcg)
20
30
Vit. B12
(mcg)
1,5
1,5
Vit. C
(mg)
55
55
Vit. E (mg)
7
8
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Manual de Nutrición y Dietética
Si se consume una dieta variada que incluya alimentos con alta densidad de nutrientes, el aporte de todos
ellos puede estar garantizado. La densidad de nutrientes (cantidad de nutriente por 1000 kcal) es un
parámetro muy útil para comparar la calidad nutricional de dietas y alimentos.
Aporte nutricional y densidad nutritiva de leche entera y refrescos
Energía (kcal)
Proteínas (g)
Lípidos (g)
Hidratos de C. (g)
Calcio (mg)
Hierro (mg)
Magnesio (mg)
Cinc (mg)
Sodio (mg)
Potasio (mg)
Fósforo (mg)
Selenio (µg)
Vitamina B1 (mg)
Vitamina B2 (mg)
Eq. niacina (mg)
Vitamina B6 (mg)
Ac. fólico (µg)
Vitamina B12 (µg)
Vitamina C (mg)
Vit. A: Eq. retinol (µg)
Retinol (µg)
Carotenos (µg)
Vitamina D (µg)
Vitamina E (mg)
Aporte nutricional
En 330 mL
Leche entera
Refresco
214
130
11
0
12
0
16,6
35
403
13,3
0,33
0
40
3,3
1
0
167
26,6
500
3,3
306
50
3,3
0
0,13
0
0,6
0
2,7
0
0,13
0
16,6
0
1
0
6
0
153
0
117
0
73,3
0
0,1
0
0,33
0
Densidad de nutrientes
Nutriente/1000 kcal
Leche entera
Refresco
1000
1000
51,2
0
55,9
0
77,6
269
1879
103
1,6
0
186
25,6
4,7
0
776
205
2329
25,6
1429
385
15,5
0
0,62
0
2,8
0
12,4
0
0,62
0
77,6
0
4,7
0
28
0
714
0
543
0
342
0
0,47
0
1,6
0
Las necesidades de energía dependerán del ritmo de crecimiento y de la actividad física desarrollada. Un
niño/a de unos 8 años necesitará aproximadamente unas 2000 kcal diarias. Es imprescindible fomentar la
actividad física para evitar el sobrepeso y la obesidad, un importante problema de salud pública por las
enfermedades y complicaciones que puede producir en la edad adulta (diabetes, enfermedad cardiovascular,
etc.). Se estima que en España un 13.8% de los niños y jóvenes de 2 a 24 años padecen obesidad (SENC,
2004). Además, la actividad física tiene otros muchos beneficios para la salud.
Los requerimientos de proteínas aumentan paralelamente con el crecimiento. Es importante que sean
proteínas de buena calidad (carnes, pescados, huevos, lácteos).
La grasa no debe faltar en la dieta. Según van acercándose a la adolescencia, el aporte calórico no debe ser
mayor del 35% de la energía total consumida.
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Manual de Nutrición y Dietética
Las recomendaciones de hidratos de carbono son similares a las de los adultos: 45-65% de las kcal totales.
Deben proceder principalmente de cereales, pan, arroz, pasta, legumbres, frutas y hortalizas. Controlar el
consumo de azúcares (dulces, caramelos, refrescos,...).
Se recomienda que la ingesta de fibra sea de unos 25 g/día. En niños pequeños se puede estimar de la
siguiente manera: edad del niño/a + 5 g.
Es importante que haya una adecuada ingesta de líquidos: aproximadamente 1 ml de agua por cada kcal
consumida.
Hay que cuidar especialmente la ingesta de calcio, hierro y vitaminas A y D, para que haya un buen
crecimiento y formación de los huesos y dientes (calcio y vitamina D) y para prevenir la anemia (hierro). La
exposición al sol puede permitir una buena síntesis cutánea de vitamina D que junto con la de los alimentos
puede ser suficiente para cubrir las necesidades.
Recomendaciones generales
Es importante comer de todo, variar las comidas, tratar de hacerlas atractivas y disimular inicialmente
los alimentos que el niño rechaza.
Realizar unas cinco comidas diarias: tres principales (desayuno, comida y cena) y dos más ligeras (media
mañana y merienda).
Mantener horarios regulares de comidas
Evitar el picoteo a base de snacks, caramelos, dulces, etc. que sólo aportan calorías y prácticamente
ningún nutriente.
Desayunar a diario. El desayuno es una de las comidas más importantes del día y debería cubrir un 25%
de las necesidades energéticas del niño. Debe incluir alimentos de al menos tres grupos básicos: lácteos,
cereales y frutas. El desayuno es fuente importante de energía y nutrientes, contribuye a un mayor
rendimiento físico e intelectual y ayuda a mejorar la dieta evitando deficiencias nutricionales.
La comida de media mañana y la merienda son excelentes oportunidades para incluir alimentos de gran
interés nutricional como pan, cereales, lácteos, fruta,...
Es importante supervisar lo que comen fuera de casa para evitar excesos, monotonía y comidas con gran
cantidad de calorías, grasas y baja densidad nutritiva.
Controlar el consumo de aquellos alimentos con alta contenido en azúcar, grasa y sal. No abusar de
dulces, chucherías, snacks y refrescos.
Si el niño come en el colegio es necesario conocer el plan de menús, sobre todo para equilibrar la dieta
con las comidas que se hacen en casa. Dentro de la dieta total, la comida escolar tiene gran importancia
no sólo por el aporte nutricional sino también por ser un buen lugar para la educación nutricional y la
adquisición de buenos hábitos alimentarios. La escuela puede ser un importante lugar de formación
nutricional, sin olvidar que además el niño puede enseñar en el hogar lo que ha aprendido en la escuela.
Controlar el peso corporal adecuado para edad y talla.
No restringir alimentos, ni fomentar el consumo de productos "bajos en calorías o grasa", a menos que
haya una justificación médica o un exceso de peso y, en cualquier caso, siempre bajo la supervisión del
especialista.
Fomentar la actividad física, al menos una hora diaria, y preferiblemente al aire libre. Controlar el tiempo
que pasan los niños sentados viendo la TV, con juegos electrónicos, con el ordenador, etc. Esto no sólo
contribuye de forma significativa a la inactividad física sino que también puede fomentar el consumo de
determinados alimentos muy calóricos y con poca densidad de nutrientes.
Cuidar la higiene bucal.
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Manual de Nutrición y Dietética
Raciones recomendadas (SENC, 2004)
Grupo de alimentos
Leche y derivados
Alimentos
Leche
Yogur
Queso
Pan, cereales, cereales integrales,
Pan
arroz, pasta, patatas
Cereales para el desayuno
Bollería casera o galletas
Arroz, pasta (macarrones, ...)
Patatas
Verduras y hortalizas
Judías verdes, acelgas, zanahoria, etc.
Ensaladas (lechuga, tomate, ..)
Pera, manzana, plátano, naranja,
Frutas
f esas, …
Aceite de oliva
Legumbres
Le tejas, ga a zos, judías, …
Frutos secos
Ca ahuetes, al e d as, avella as, …
Pescados y mariscos
Magros y grasos
Carnes magras y aves (alternar su
Te e a, e do, pollo, o ejo, pavo, …
consumo)
Huevos
carnes y embutidos muy grasos
Mantequilla, margarina y bollería
industrial
Dulces, snacks y refrescos
Sal
Agua
Actividad física
Raciones / día o semana
2 – 4 / día
4 – 6 / día
Al menos 2 / día
Al menos 3 / día
3 – 6 / día
2 – 4 / semana
3 – 7 / semana
3 – 4 / semana
3 – 4 / semana
3 – 4 / semana
Ocasional y moderado
Ocasional y moderado
Ocasional y moderado
Con moderación
4 – 8 vasos / día
Diariamente
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Manual de Nutrición y Dietética
Adolescencia
La adolescencia es una etapa de rápido crecimiento y desarrollo que requiere mayores cantidades de
energía y nutrientes. Los cambios en la composición corporal, que afectan de forma diferente a chicos
y chicas, la distinta velocidad de crecimiento y la aparición de la menstruación en las chicas hacen que
las necesidades nutricionales no sean iguales entre sexos, especialmente las de energía, proteína y
hierro.
El consumo de una dieta equilibrada y variada es garantía de una buena salud en el futuro. Es la mejor
etapa para reafirmar unos buenos hábitos alimentarios.
Es muy importante fomentar el desarrollo de ejercicio físico al aire libre. Se recomienda realizar
diariamente una hora de actividad física de intensidad moderada.
La adolescencia marca un periodo muy crítico de transición entre la infancia y la edad adulta. Aunque es
difícil establecer exactamente su comienzo y final, en general, se inicia cuando aparecen los caracteres
sexuales secundarios: en las chicas a los 10-12 años y en los chicos un poco más tarde, a los 12-14 años.
Finaliza cuando cesa el crecimiento somático, aproximadamente a los 18 años, aunque la masa ósea siga
formándose hasta los 25-30 años.
La adolescencia es una etapa de la vida caracterizada por profundas modificaciones físicas, psíquicas,
emocionales y sociales que condicionan las necesidades nutricionales e influyen en los hábitos alimentarios.
El comportamiento alimentario del adolescente se caracteriza por una cierta anarquía en la elección de los
alimentos y en el ritmo y manera de alimentarse. Y, sin embargo, esta manera algo caótica de nutrirse
contrasta con el hecho de que la adolescencia es el período de mayores necesidades nutricionales, tanto
desde el punto de vista energético como cualitativo y es, además, la etapa en la que resulta más difícil marcar
reglas precisas e iguales para todos, pues las diferencias individuales son extraordinarias.
El comportamiento alimentario del adolescente va a estar determinado por numerosos factores externos
(características familiares, amigos, valores sociales y culturales, medios de comunicación, conocimientos
nutricionales, experiencias y creencias personales, etc.) e internos (características y necesidades fisiológicas,
imagen corporal, preferencias y aversiones en materia de alimentación, desarrollo psico-social, salud, etc.).
Todo ello regido por la necesidad de reafirmar la propia identidad, aunque sea a costa de rechazar la
alimentación familiar y elegir otros tipos de dieta, y esto puede dar lugar a numerosos y frecuentes errores,
preocupantes, especialmente si duran mucho tiempo porque aumentan el riesgo de malnutrición, obesidad
y/o trastornos del comportamiento alimentario (anorexia nerviosa y bulimia).
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Manual de Nutrición y Dietética
Cambios en la composición corporal durante la adolescencia (10 – 20 años)
que condicionan las necesidades de energía y nutrientes
-
Aumenta el peso, la talla y el esqueleto:
o Masa magra (masa muscular):
De 25 a 63 kg en los chicos
De 22 a 42 kg en las chicas
o Masa grasa:
De 7 a 9 kg en chicos
De 5 a 14 kg en chicas
o Calcio corporal:
De 300 g a 1000-1200 g en chicos
De 300 g a 750-900 g en chicas
Necesidades nutricionales
Las necesidades de energía son altas y dependen de la velocidad de crecimiento y de la actividad física
desarrollada por lo que es difícil generalizar.
Aumentan también los requerimientos de proteínas que deben ser de alto valor biológico (huevos,
carnes, pescados, lácteos) para hacer frente al crecimiento y al desarrollo muscular, especialmente en
los chicos. El consumo de proteína debe suponer un 15% aproximadamente de las calorías totales.
La mayor parte de la energía debe proceder de hidratos de carbono complejos (cereales, pan, arroz,
pasta, legumbres, patatas, etc.).
Mantener una buena ingesta de fibra (30-35 g/día) a partir de cereales (preferentemente integrales),
verduras, hortalizas, frutas y legumbres.
Moderar el consumo de grasa saturada.
Usar preferentemente aceite de oliva.
Para un óptimo crecimiento y desarrollo del hueso es imprescindible un adecuado aporte de calcio. El
rápido aumento de la masa ósea en los adolescentes condiciona mayores necesidades de este nutriente.
Cuanto mayor sea el pico de masa ósea alcanzado en la juventud mayor protección se tendrá frente a
una de las enfermedades más prevalentes en la actualidad, la osteoporosis. Es una enfermedad
multifactorial en la que la dieta a lo largo de la vida, la situación hormonal, la herencia genética y el estilo
de vida intervienen de forma conjunta. La mejor prevención de la osteoporosis hay que realizarla en la
infancia y en la adolescencia.
Las principales fuentes de calcio de la dieta son la leche y sus derivados (yogur, queso, etc.), los pescados
pequeños, como las sardinas enlatadas o los boquerones fritos, cuando se consumen enteros (con las
espinas) y algunas hortalizas y leguminosas. Los alimentos enriquecidos contienen también cantidades
apreciables de este mineral.
Durante la adolescencia las necesidades de hierro aumentan para ayudar al crecimiento y al desarrollo
muscular y en las chicas también para reemplazar las pérdidas durante la menstruación. Es importante
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Manual de Nutrición y Dietética
cuidar la ingesta de este mineral pues la prevalencia de anemia por deficiencia de hierro es alta en los
adolescentes, especialmente en las mujeres.
La anemia puede condicionar un mayor riesgo de infecciones, retraso en el crecimiento, cansancio y
menor rendimiento escolar, entre otros síntomas. La dieta debe incluir alimentos ricos en hierro como
carnes rojas, paté, cereales enriquecidos, etc. El hierro de los vegetales se absorbe mejor si
simultáneamente se consumen con cítricos o zumo de naranja, por la vitamina C que contienen.
Los requerimientos de algunas vitaminas del grupo B también son mayores.
Cuidar el aporte de vitamina D, por su papel en el hueso.
Consumir cantidades adecuadas de ácido fólico, especialmente las chicas. Todas las mujeres en edad
fértil deberían cuidar el aporte de este nutriente para disminuir el riesgo de tener niños con defectos de
cierre del tubo neural como, por ejemplo, espina bífida.
El ácido fólico se encuentra en las verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, …), hígado, legumbres y
cereales fortificados. Hay que tener en cuenta que se destruye fácilmente por el calor y el oxígeno, por
lo que es recomendable minimizar el tratamiento culinario en las verduras. Una buena opción puede ser
tomar las espinacas cocidas al vapor, en ensalada o salteadas ligeramente en la sartén. Como es difícil
aportar los 400 mcg necesarios únicamente a través de los alimentos, será útil el uso de alimentos
fortificados con este nutriente, como los cereales para el desayuno enriquecidos.
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Manual de Nutrición y Dietética
Ingestas recomendadas de energía y nutrientes
Chicos
Chicos
Chicos
Edad (años)
10 - 12
13 - 15
16 - 19
Energía (kcal)
AF Moderada
AF Baja
2450
2205
2750
2475
3000
2700
Chicas
10 - 12
Chicas
13 - 15
Chicas
16 - 19
AF: Actividad física
Chicos
Chicos
Chicos
Edad
(años)
10 - 12
13 - 15
16 - 19
Chicas
Chicas
Chicas
10 - 12
13 - 15
16 - 19
2300
2500
2300
AF Alta
2940
3300
3600
Proteínas (g)
43
54
56
2760
3000
2760
41
45
43
2070
2250
2070
Ca (mg) Fe (mg) I (mcg) Mg (mg)
Zn (mg)
K (mg) P (mg)
Se (mcg)
1300
1300
1300
12
15
15
125
135
145
350
400
400
15
15
15
3100
3100
3500
1200
1200
1200
40
40
50
1300
1300
1300
18
18
18
115
115
115
300
330
330
15
15
15
3100
3100
3500
1200
1200
1200
45
45
50
Chicos
Chicos
Chicos
Edad
(años)
10 - 12
13 - 15
16 - 19
Vit. B1
(mg)
1
1,1
1,2
Vit. B2
(mg)
1,5
1,7
1,8
Eq. Niacina
(mg)
16
18
20
Vit. B6
(mg)
1,6
2,1
2,1
Ac. Fólico
(mcg)
300
400
400
Vit. B12
(mcg)
2
2
2
Vit. C
(mg)
60
60
60
Chicas
Chicas
Chicas
10 - 12
13 - 15
16 - 19
0,9
1
0,9
1,4
1,5
1,4
15
17
15
1,6
2,1
1,7
300
400
400
2
2
2
60
60
60
Chicos
Chicos
Chicos
Edad (años)
10 - 12
13 - 15
16 - 19
Eq Retinol (mcg)
1000
1000
1000
Vit. D (mcg)
15
15
15
Vit. E (mg)
10
11
12
Chicas
Chicas
Chicas
10 - 12
13 - 15
16 - 19
800
800
800
15
15
15
10
11
12
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Manual de Nutrición y Dietética
Recomendaciones generales
Consumir una dieta variada y con alta densidad de nutrientes. Esta es la mejor garantía de equilibrio
nutricional.
Repartir los alimentos en 4-5 comidas a lo largo del día.
Desayunar a diario.
Una comida principal debe incluir:
- Primer plato: pasta, arroz, legumbres, patatas o verduras.
- Segundo plato: pescado, carne o huevos con ensalada.
- Postre: fruta.
- Pan.
- Agua.
Mantener horarios regulares de comidas.
Evitar el picoteo a base de snacks, caramelos, dulces, refrescos, etc. que sólo aportan calorías y
prácticamente ningún nutriente.
Moderar la ingesta de sal.
Moderar el consumo de azúcares, dulces y refrescos.
Es importante supervisar lo que los chicos comen fuera de casa para evitar excesos, monotonía y comidas
con gran cantidad de calorías y grasas y baja densidad nutritiva.
No restringir alimentos ni fomentar el consumo de productos "bajos en calorías o grasa", a menos que
haya una justificación médica o un exceso de peso y, en cualquier caso, siempre bajo la supervisión del
especialista. Cuidado con las dietas de adelgazamiento entre las chicas.
Si el adolescente come en el colegio es necesario conocer el plan de menús, sobre todo para equilibrar
la dieta con las comidas que se hacen en casa. Dentro de la dieta total, la comida escolar tiene gran
importancia no sólo por el aporte nutricional sino también por ser un buen lugar para la educación
nutricional y la adquisición de buenos hábitos alimentarios. El chico puede además enseñar en el hogar
lo que ha aprendido en la escuela.
Cuidar el consumo de agua y líquidos para conseguir una buena hidratación (2 litros/día).
No consumir alcohol ni tabaco.
Mantener el peso corporal adecuado.
Realizar actividad física diariamente, al aire libre, al menos durante una hora. Controlar el tiempo que
pasan los chicos sentados viendo la TV, con juegos electrónicos, con el ordenador, etc. Esto no sólo
contribuye de forma significativa a la inactividad física sino que también puede fomentar el consumo de
determinados alimentos muy calóricos y con poca densidad de nutrientes.
Es recomendable mantener y promover la dieta mediterránea que, además de ser sana, nutritiva y agradable
al paladar, ayuda a prevenir muchas de las enfermedades más prevalentes en la actualidad.
Para guiarnos en la planificación de una alimentación correcta debemos tener en cuenta la proporción que
debe existir en el consumo de los distintos grupos de alimentos.
Puedes preparar tu dieta siguiendo la tabla de raciones recomendadas. El peso aconsejado de cada ración
tiene carácter orientativo y se ha establecido pensando en facilitar la elaboración de la dieta diaria. Para
modificar el contenido total de calorías, juega con el número de raciones y el tamaño de la ración.
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Manual de Nutrición y Dietética
Raciones recomendadas adaptadas para adolescentes (10-20 años) (SENC, 2004)
Grupo de alimentos
Alimentos del grupo
Peso de cada ración (en crudo y
entero (incluidas partes no
comestibles))
Raciones / día o semana
2 – 4 / día
Leche y derivados
Leche
Yogur (2)
Queso fresco
Queso semicurado o curado
Pan, cereales, cereales integrales, arroz, pasta, patatas
Pan
Bollería casera o galletas
Cereales para el desayuno
Arroz, pasta (macarrones, ...)
Patatas
Verduras y hortalizas
Acelgas, espinacas, judías verdes, etc.
Ensaladas (lechuga, tomate, ..)
250 ml
250 g
80 – 125 g
40 – 60 g
60 – 100 g
40 – 50 g
40 g
70 – 80 g en crudo
150 – 250 g en crudo
150 – 200 g en crudo
150 – 200 g en crudo
Frutas
Pera, manzana, plátano, naranja, fresas,
150 – 200 g
Aceite de oliva
Aceite de oliva
10 ml
Agua
200 ml
Agua
Legumbres
Le tejas, ga a zos, judías, …
70 – 80 g en crudo
Frutos secos
Ca ahuetes, al e d as, avella as, …
20 - 30 g
Pescados y mariscos
Magros y grasos
Carnes magras, aves
175 - 200 g
Alternar su consumo
125 - 150 g
Huevos
Mediano (53-63 g)
Embutidos y carnes grasas
Mantequilla, margarina y bollería industrial
Dulces, snacks y refrescos
Sal
Actividad física
Diariamente
1 vaso/taza
2 unidades
porción individual
2 – 3 lonchas
4 – 6 / día
3–4 rebanadas / 1 panecillo
unidad pequeña / 4-5 galletas
1 bol
1 plato normal
1 grande / dos pequeñas
Al menos 2 / día
1 plato de verdura cocida
1 plato de ensalada variada
1 tomate grande, 2 zanahorias
Al menos 3 / día
1 pieza mediana, 1 taza de
cerezas,
2 rodajas de melón
3 – 6 / día
1 cucharada sopera
4 – 8 / día
1 vaso / botellita
2 – 4 / semana
1 plato normal
3 – 7 / semana
1 puñado o ración
3 – 4 / semana
1 filete mediano
3 – 4 / semana
1 filete mediano
1 cuarto de pollo, conejo
3 – 4 / semana
1-2 huevos
Ocasional y moderado
Ocasional y moderado
Ocasional y moderado
Con moderación
Al menos una hora diaria de actividad moderada
Fuente: Dapcich V, Salvador G, Ribas L, Pérez C, Aranceta J, Serra Ll. Guía de la alimentación saludable.
Editado por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Madrid, 2004.
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Manual de Nutrición y Dietética
La importancia del desayuno
Durante la adolescencia, el modelo dietético empieza a sufrir cambios a veces poco deseables. Con respecto
al desayuno, se observa que son los jóvenes los que con mayor frecuencia no desayunan. Parece que cuando
tienen con quién compartir el desayuno, quién se lo prepare o disponen de alimentos preparados, desayunan
con más frecuencia.
Una alimentación adecuada, necesaria para conseguir un óptimo estado de salud, comienza por un desayuno
completo. El desayuno es fuente importante de energía y nutrientes, contribuye a un mayor rendimiento
físico e intelectual y ayuda a mejorar la dieta evitando deficiencias nutricionales. Desayunar a diario ayuda a
equilibrar la alimentación.
El desayuno debe aportar la cuarta parte de las calorías diarias y debe incluir alimentos de al menos tres
grupos básicos: lácteos, cereales y frutas.
Lácteos (leche, yogur, quesos, ...): son una buena fuente de calcio, proteínas de alta calidad,
riboflavina (vitamina B2), retinol (vitamina A) y vitamina D.
Los cereales son imprescindibles en cualquier dieta por el suministro de minerales, vitaminas y fibra
pero también por su aporte de hidratos de carbono complejos (almidón) pues además de ser una
importante fuente de energía contribuyen a mejorar la calidad nutricional de la dieta. Si los cereales
están enriquecidos, su aporte de minerales y vitaminas ayuda a evitar carencias.
El desayuno también puede ser una excelente ocasión para incluir las frutas cuyo consumo se
recomienda, especialmente, por su alto aporte de vitaminas y otros componentes beneficiosos.
Desayunar de manera óptima y a diario contribuye a una mejor distribución de las calorías a lo largo del día
y esto tiene una repercusión muy positiva en el mantenimiento del peso. Se recomienda realizar 4-5 comidas
al día y que la mayor parte de los alimentos se consuman en las primeras horas, es decir, es conveniente
hacer un buen desayuno y comida y aligerar las cenas. De esta forma es más fácil controlar y mantener el
peso adecuado, tener una situación nutricional correcta y un mejor rendimiento y estado de salud. Aquellas
personas que normalmente realizan un desayuno deficiente pueden desarrollar hábitos incorrectos que
están relacionados con un mayor riesgo de obesidad.
¿Qué ocurre si te saltas el desayuno?
El desayuno forma parte de unos hábitos de vida saludables y su ausencia es un indicio de un menor cuidado
de la alimentación. Es la primera comida después de un ayuno de 10 -12 h. Es el momento de reponer lo
gastado y aportar la energía y nutrientes necesarios para ponernos en marcha.
No desayunar o hacerlo de forma nutricionalmente incorrecta es un hábito poco saludable que:
-
-
Disminuye el rendimiento escolar o laboral.
Compromete el consumo de fibra, vitaminas y minerales y, especialmente, de algunos nutrientes como
el calcio, aportado por los lácteos, que habitualmente se incluyen en el desayuno.
Puede empeorar la calidad de la dieta, especialmente con respecto al aporte de grasa y de hidratos de
carbono. La dieta media española tiene un exceso de grasa y un bajo contenido en hidratos de carbono,
por lo que la omisión del desayuno agrava estos desequilibrios.
Condiciona que se llegue a la comida de media mañana o al almuerzo con mayor voracidad y favorece
que se pique entre horas ante la sensación de hambre.
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Manual de Nutrición y Dietética
-
Puede aumentar la posibilidad de padecer sobrepeso y obesidad por la inadecuada distribución calórica
a lo largo del día y también porque se ponen en marcha mecanismos de adaptación ante el ayuno
prolongado que contribuyen a acumular grasa.
Haz un poco de ejercicio
La actividad física es un importante determinante de la salud. Nutrición y actividad física interactúan
armoniosamente contribuyendo al bienestar general. Sin embargo, la mayor parte de la población de los
países desarrollados tiende al sedentarismo y este estilo de vida se ha relacionado con muchas de las
enfermedades crónicas más prevalentes en la actualidad tales como obesidad, diabetes, enfermedad
cardiovascular, hipertensión arterial, osteoporosis, etc.
Debe existir un equilibrio entre las calorías ingeridas y el gasto para conseguir un óptimo estado de salud. La
actividad física, cualquiera que sea su intensidad, facilita el gasto de energía y, por tanto, ayuda a la dieta en
el mantenimiento del peso corporal. Además, contribuye a mantener la masa muscular y el hueso.
La actividad física ayuda a:
- Mantener el peso adecuado.
- Mantener o aumentar la masa muscular.
- Mantener o aumentar la masa ósea.
- Mantener activas las articulaciones.
Además, el ejercicio físico realizado regularmente:
- Produce mayor sensación de bienestar general.
- Ayuda a controlar el estrés.
- Mejora el estado de ánimo.
Ejemplos:
-
Durante una hora de sueño sólo gastamos 76 kilocalorías.
Si estamos sentados viendo la televisión o con el ordenador el gasto es también muy pequeño:
tan sólo 118 kcal/hora.
Pasear de manera tranquila quema unas 180 kcal/h.
Montar en bicicleta: 450 kcal/h.
Subir las escaleras durante una hora puede llegar a quemar unas 900 kcal/h.
1 hora jugando al tenis, quema 458 kcal; subiendo a la montaña, 617; nadando, 727 o cuidando
el jardín, 361 kcal/h.
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Manual de Nutrición y Dietética
Este sería el gasto aproximado según diferentes actividades:
Actividad
Dormir
Estar tumbado
Estar sentado
Estar de pie
Andar despacio
Andar rápido
Subir escaleras
Trabajo ligero:
Trabajo de oficina, tareas ligeras del hogar, hacer la compra, pasear, baile suave, coser,
cocinar, estudiar, conducir, ...
Trabajo moderado:
Limpiezas a fondo del hogar, caminar rápido, ciclismo de paseo, cuidado del jardín,
jugar al golf, lavar el coche, cuidado de los niños, ...
Trabajo activo:
Correr, bailar, escalar, montañismo, ciclismo de velocidad, jugar al fútbol, tenis,
jogging, esquiar, .....
kcal gastadas/
hora de actividad
50-80
80-100
85-120
100-120
160-230
315-345
800 -900
125-310
315-480
480-625
Consejos para hacer algo de ejercicio
Se recomienda realizar unos 60 minutos diarios de algún tipo de actividad física de intensidad moderada. Si
resulta difícil hacerlo seguido, se puede fraccionar el tiempo, lo importante es acumular a lo largo del día los
60 minutos recomendados.
Hay que buscar actividades físicas que resulten agradables y que se puedan hacer a diario evitando aquellas
que supongan una carga que en pocos días será difícil de cumplir. Es importante convertir la actividad física
en un hábito diario. Si no se puede practicar el deporte favorito, hay que aprovechar las actividades de la
vida diaria.
o
o
o
o
o
o
o
o
Olvídate del ascensor y sube las escaleras andando.
Bájate una parada antes y completa el camino a pie.
Para los trayectos cortos, vete andando.
En el colegio, aprovecha el recreo para hacer ejercicio.
Dedica un rato del fin de semana para pasear, montar en bicicleta, correr, bailar, etc.
Practica algún deporte: natación, gimnasia, tenis, bicicleta, baile, yoga, ...
Si ayudas en las tareas del hogar y en la compra, también haces ejercicio.
Lava el coche a mano.
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Manual de Nutrición y Dietética
Una persona que sustituya 30 minutos/día frente al televisor o jugando con el ordenador por 30 minutos de
caminar ligero puede perder (o no ganar) unos 4-5 kg al año.
Cómo se ganan 100 kcal a partir de alimentos habituales:
100 kcal están en:
11 g de aceite (1 cucharada sopera rasa)
13 g de mantequilla (un paquetito de cafetería)
16 g de frutos secos (una bolsita de avión)
19 g de chocolate con leche (la ración es 25 g)
20 g de galletas de chocolate (2 unidades)
22 g de patatas fritas de bolsa (1/5 de bolsa pequeña, o un bol)
26 g de galletas maría (5 unidades)
28 g de arroz en crudo (la mitad de una ración)
39 g de pan blanco (2 rebanadas grandes)
121 g de yogur (1 unidad)
155 ml leche entera (un vaso mediano)
250 ml zumo envasado (un vaso grande)
365 g de zanahoria (4 unidades medianas)
390 g naranja (2 unidades medianas)
Cómo se gastan 100 kcal en actividades de la vida cotidiana (Tiempo en minutos)
Dormir
Estar sentado viendo TV
Pasear
Nadar
Aeróbic
Jugar al baloncesto
Correr
Bicicleta de montaña
Chicos
84
51
23
17
16
14
12
12
Chicas
99
56
27
21
18
16
14
14
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Manual de Nutrición y Dietética
Edad adulta
La dieta equilibrada y prudente debe cumplir los siguientes requisitos:
Ser sana.
Aportar la energía y los nutrientes necesarios para cubrir las ingestas recomendadas y evitar las
deficiencias nutricionales.
Ser palatable, es decir agradable de comer, apetecible y con una buena elaboración y presentación
gastronómica pues también hay que disfrutar con la comida.
Deberá incluir los alimentos que la persona a la que va destinada esté acostumbrada a comer, pues
incluso por motivos de salud, es muy difícil cambiar los hábitos alimentarios.
Adecuarse a las recomendaciones actuales para ayudar a prevenir enfermedades como obesidad,
enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, osteoporosis, diabetes, etc.
Es decir, debe ser variada, moderada y apetecible.
Dieta variada incluyendo diferentes alimentos en las cantidades adecuadas: cereales, frutas, verduras,
hortalizas, lácteos, carnes, pescados, huevos, azúcares, etc. pues los nutrientes se encuentran
heterogéneamente distribuidos en los alimentos y pueden obtenerse a partir de muchas combinaciones. Por
ejemplo, las naranjas aportan cantidades elevadas de vitamina C, pero no tienen vitamina B12 que, sin
embargo, se encuentra en las carnes. Éstas, a su vez, casi no tienen hidratos de carbono y carecen de fibra,
nutrientes importantes que suministran los cereales. Por tanto, no hay ninguna dieta ideal ni tampoco ningún
alimento completo del que podamos alimentarnos exclusivamente, puesto que ninguno aporta todos los
nutrientes necesarios. Existen múltiples dietas o combinaciones de alimentos que pueden considerarse
adecuadas. Gracias a la gran diversidad de nuestros hábitos alimentarios y a la gran riqueza gastronómica de
nuestro país, disponemos de muchas opciones para alcanzar una alimentación óptima. La dieta Mediterránea
es un buen ejemplo.
Hoy se sabe, además, que los beneficios de la dieta equilibrada no se limitan a su contenido en nutrientes.
Tiene también que aportar otros factores de protección –no nutrientes- biológicamente activos, contenidos
especialmente en los alimentos de origen vegetal.
La moderación en las cantidades consumidas para mantener el peso estable y dentro de los límites
aconsejados, equilibrando la ingesta con lo que se gasta mediante la realización diaria de ejercicio físico, es
otra recomendación básica.
También ha de existir un adecuado balance o proporcionalidad entre todos los alimentos para que el
consumo excesivo de uno de ellos no desplace o sustituya a otro también necesario que contenga un
determinado nutriente o componente.
La variedad es la mejor garantía de equilibrio nutricional.
"No hay alimentos buenos o malos. Hay buenas o malas dietas" (Buss y col., 1985)
"Tan importante es lo que se come como lo que se deja de comer" (Willett, 1999)
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Manual de Nutrición y Dietética
Ingestas recomendadas de energía y nutrientes
Hombre
Hombre
Hombre
Edad (años)
20 - 39
40 - 49
50 - 59
Energía (kcal)
AF Moderada
AF Baja
3000
2700
2850
2565
2700
2430
Mujer
20 - 39
Mujer
40 - 49
Mujer
50 - 59
AF: Actividad física
Hombre
Hombre
Hombre
Edad
(años)
20 - 39
40 - 49
50 - 59
Mujer
Mujer
Mujer
20 - 39
40 - 49
50 - 59
2300
2185
2075
18
18
10
Proteínas (g)
54
54
54
2760
2622
2490
41
41
41
2070
1966,5
1867,5
Ca (mg) Fe (mg) I (mcg) Mg (mg)
1000
10
140
350
1000
10
140
350
1000
10
140
350
1000
1000
1200
AF Alta
3600
3420
3240
110
110
110
Zn (mg)
15
15
15
330
330
300
15
15
15
K (mg) P (mg)
3500
700
3500
700
3500
700
3500
3500
3500
Se (mcg)
70
70
70
700
700
700
55
55
55
Hombre
Hombre
Hombre
Edad
(años)
20 - 39
40 - 49
50 - 59
Vit. B1
(mg)
1,2
1,1
1,1
Vit. B2
(mg)
1,8
1,7
1,6
Eq. Niacina
(mg)
20
19
18
Vit. B6
(mg)
1,8
1,8
1,8
Ac. Fólico
(mcg)
400
400
400
Vit. B12
(mcg)
2
2
2
Vit. C
(mg)
60
60
60
Mujer
Mujer
Mujer
20 - 39
40 - 49
50 - 59
0,9
0,9
0,8
1,4
1,3
1,2
15
14
14
1,6
1,6
1,6
400
400
400
2
2
2
60
60
60
Hombre
Hombre
Hombre
Edad (años)
20 - 39
40 - 49
50 - 59
Eq Retinol (mcg)
1000
1000
1000
Vit. D (mcg)
15
15
15
Vit. E (mg)
12
12
12
20 - 39
40 - 49
50 - 59
800
800
800
15
15
15
12
12
12
Mujer
Mujer
Mujer
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Manual de Nutrición y Dietética
Consejos para comer equilibradamente
Disfrutar con la comida
Consumir una dieta variada y con moderación.
Repartir los alimentos en 4 - 5 comidas diarias, incluyendo alimentos de todos los grupos.
Actividad física diaria: Más de 30 minutos/día
Se puede preparar la dieta usando la tabla de raciones recomendadas (SENC, 2004). El peso aconsejado de
cada ración tiene carácter orientativo. Para modificar el contenido total de calorías, se puede jugar con el
número de raciones y con el tamaño de la ración.
Raciones (*) recomendadas para la población adulta española (SENC, 2004, Ruiz y col., 2010)
Grupos de alimentos
Frecuencia recomendada
Peso de cada ración
(en crudo y neto)
200-250 mL leche
200-250 g yogur
40-60 g queso curado
80-125 g queso fresco
40-60 g pan
60-80 de pasta, arroz
Leche y derivados
2-4 raciones/día
Pan, cereales, cereales
integrales, arroz, pasta,
patatas
4-6 raciones/día
(aumentar formas
integrales)
Verduras y hortalizas
Al menos 2 raciones/día
150-200 g patatas
150-200 g
Frutas
Al menos 3 raciones/día
120-200 g
Aceite de oliva
Legumbres
3-6 raciones/día
2-4 raciones/semana
10 mL
60-80 g
Frutos secos
3-7 raciones/semana
20-30 g
Pescados y mariscos
Carnes magras, aves
125-150 g
100-125 g
Huevos
Embutidos y carnes grasas
3-4 raciones/semana
3-4 raciones/semana
Alternar su consumo
3-4 raciones/semana
Ocasional y moderado
Dulces, snacks, refrescos
Ocasional y moderado
Margarina, mantequilla,
Bollería
Agua de bebida
Vino/cerveza
Ocasional y moderado
10 g de azúcar
50 g de patatas chips
12,5 g de mantequilla
60-80 g bollería
200 mL
Vino: 100 mL
Cerveza: 200 mL
* “e e tie de po a ió
España .
la a tidad de u ali e to e
4-8 raciones/día
Consumo opcional y
moderado en adultos
Mediano (53-63 g)
50- 60 g
udo y eto
Medidas caseras
1 vaso/taza de leche
2 unidades de yogur
2-3 lonchas de queso
1 porción individual
3-4 rebanadas o un panecillo
2 puñados o 1 plato normal
de arroz cocinado
1 patata grande o 2 pequeñas
1 plato de ensalada variada
1 plato de verdura cocida
1 tomate grande, 2
zanahorias
1 pieza mediana
1 taza de cerezas, fresas, ..
2 rodajas de melón
1 cucharada sopera
2 puñados o 1 plato normal
de legumbre cocinada
1 puñado pequeño o 18-20
avellanas o almendras
peladas
1 filete pequeño
1 filete pequeño
1 cuarto de pollo, de conejo
1huevo
10-12 rodajas de chorizo,
salchichón o salami
2 cucharadas de postre rasas
1 bolsa pequeña
1 porción de cafetería
1 unidad mediana
1 vaso o botellita
1 copa
1 botellín (1/5)
ue se o su e ha itual e te e
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Manual de Nutrición y Dietética
Planificación del menú saludable
La estructura tradicional de nuestros menús se basa en:
Primeros platos o entrantes:
Suelen estar elaborado a partir de alimentos del grupo de los cereales y farináceos (pasta, arroz, legumbres,
patatas, etc.) o bien del grupo de las verduras o la combinación de ambos grupos.
-
-
Cereales:
o Arroz: en paellas, horno, sopas, ensaladas, etc.
o Pasta (fideos, macarrones, espaguetis, lasaña, canelones, etc.): con tomate, en ensalada,
sopa, etc.
Legumbres:
o Lentejas, judías, garbanzos, guisantes, habas.
Tubérculos y verduras:
o Patatas: guisos, ensaladillas, en tortilla, asadas.
o Verduras y hortalizas cocidas.
o Verduras y hortalizas crudas.
Segundos platos:
Habitualmente se componen de un alimento del grupo de la carne, el pescado o huevos, junto con una
guarnición que para equilibrar el menú debe contener verduras o farináceos en función del grupo de
alimentos predominante en el primer plato. La cantidad de alimento proteico del 2º plato debe ser
adecuada a las necesidades y no excesiva.
-
Pescados (azul o blanco): al horno, papillote, plancha, frito, guisos, rebozado, en ensalada.
Huevos: cocidos, tortilla, revueltos, fritos.
Carnes: aves (pollo, pavo, etc.), cerdo, ternera, cordero, conejo, etc.: plancha, fritas, horno, asadas,
hervidas, estofadas, etc.
Guarniciones:
-
Ensaladas: zanahoria, lechuga, escarola, tomate, aceitunas, maíz, cebolla, remolacha, espinacas, etc.
Patatas, cereales (arroz, pasta) y legumbres.
Otros: verduras y hortalizas cocidas: hervidas, asadas, rebozadas, vapor, etc.
Plato único:
Con alimentos de diferentes grupos. (Ejemplo: paella de arroz con pescado o carne o albóndigas en la sopa
o puré.)
Postres:
-
Frutas: frutas frescas, frutos secos, macedonias, frutas en almíbar.
Otros: lácteos: leche fermentada, yogur, queso, natillas, cuajada, arroz con leche.
Bebidas:
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Manual de Nutrición y Dietética
-
Agua: al menos 1,5 litros/día (unos 8 vasos)
Aguas con gas
Bebidas refrescantes
Zumos
Bebidas alcohólicas de baja graduación: vino, cerveza, cava (consumo opcional y moderado. Sólo
adultos)
Pan
No olvidar el aceite usado para guisar, aliñar, etc.
-
Es conveniente que en cada comida principal se consuma una verdura y una fruta cruda (ensalada,
gazpacho, fruta natural o zumo de fruta, .....).
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Manual de Nutrición y Dietética
Postmenopausia
La menopausia es una situación fisiológica que se produce en la mujer a una edad media de unos 50 años.
Alrededor de los 45-50 años, la producción ovárica de estrógenos desciende gradualmente hasta su completa
desaparición. Con ello se inicia una etapa, muy variable de una mujer a otra, con múltiples cambios
biológicos, sociales y emocionales que marcan física y psíquicamente la vida de la mujer.
La menopausia se define como aquella situación en la que cesa de forma permanente la menstruación y se
reconoce como tal si han transcurrido 12 meses consecutivos con amenorrea. Inicialmente aparecen
irregularidades en el ciclo menstrual y pueden presentarse trastornos vasomotores como sofocos, mareos,
sudoración, calambres, palpitaciones, ansiedad, cansancio físico y mental e insomnio. Después llega el cese
de la menstruación y aparecen, debido a la deficiencia de estrógenos, cambios orgánicos que al principio se
manifiestan sobre todo en la mucosa de los genitales, en el aparato urinario y en la piel. La vejiga pierde
elasticidad y contractibilidad con riesgo de incontinencia. El grosor de la piel disminuye, aparecen arrugas y
se alteran funciones tales como la capacidad de retención de agua y la de recuperación frente a las heridas.
Se producen:
Modificaciones en la conducta alimentaria.
Cambios en el metabolismo óseo, lipídico y de los hidratos de carbono.
Cambios en la composición corporal con pérdida de masa magra (muscular) e incremento de peso y de
los depósitos de grasa y cambios en su distribución con un incremento del depósito central de grasa.
Algunos estudios indican que la disminución de la masa muscular y de la masa ósea podría ser
consecuencia de una menor actividad física.
Algunos de estos cambios pueden producir alteraciones en la salud, disminuir la calidad de vida y aumentar
el riesgo de enfermedades como obesidad, diabetes, osteoporosis o enfermedad cardiovascular. Diversos
estudios han puesto de manifiesto la existencia de numerosos factores que pueden prevenir y retrasar estas
alteraciones. Entre ellos, cabe destacar, el mantenimiento de un estilo de vida saludable, incluyendo unos
adecuados hábitos alimentarios, la práctica habitual de ejercicio físico o una actitud positiva hacia esta nueva
etapa de la vida.
El ejercicio físico moderado y realizado diariamente se ha asociado con descensos significativos de colesterol
total, triglicéridos, LDL-colesterol y de presión arterial. La inactividad tiene también un demostrado efecto
sobre la pérdida de masa ósea.
Durante la menopausia y la postmenopausia, el mantenimiento de un buen estado
nutricional es fundamental para la promoción de la salud y la prevención de
enfermedades asociadas.
La dieta mediterránea, un buen ejemplo de dieta prudente y saludable, también ha servido de base para
establecer la mayoría de las recomendaciones dietéticas actuales en las mujeres postmenopáusicas. Se
recomienda aumentar el consumo de cereales, verduras, hortalizas, legumbres, frutas y lácteos y moderar el
de alimentos de origen animal.
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Manual de Nutrición y Dietética
Algunas consideraciones
Las ingestas recomendadas de energía para las mujeres españolas entre 40-50 años con una actividad
física moderada se han establecido en unas 2200 kcal.
Es conveniente distribuir la alimentación total diaria en 4 o 5 comidas ligeras. Hacer comidas irregulares
y dejar pasar demasiado tiempo entre ellas produce hipoglucemia que podría ser una de las causas de
los sofocos.
Si no existen complicaciones o enfermedades asociadas durante este periodo, la distribución del
contenido energético de la dieta debe seguir las mismas recomendaciones que en el resto de la población
adulta:
o 50-60% de la energía total debe proceder de hidratos de carbono, en torno al 15% de las kcal de
proteína y hasta un 30-35% de grasas.
o Mono y disacáridos (es decir, azúcares sencillos, excepto los de lácteos, frutas y verduras) no
deben aportar más del 10% de la energía total, especialmente si existen problemas de obesidad,
diabetes o dislipemias.
Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (cereales integrales, arroz, pasta, pan integral,
patatas) deben constituir la base de la alimentación.
Las frutas y las verduras deben consumirse diariamente, ya que aportan cantidades apreciables de
vitaminas, minerales y fibra, lo que contribuye a mantener un buen estado nutricional.
Es muy importante cuidar la calidad de la grasa:
o Reducir el consumo de grasa saturada que abunda en embutidos, bacon, mantequilla, nata,
productos de pastelería, galletería, bollería, etc.
o Potenciar el consumo semanal de pescado azul, rico en ácidos grasos poliinsaturados omega-3.
o Los frutos secos son también alimentos ricos en grasa insaturada.
o Los ácidos grasos monoinsaturados del aceite de oliva tienen cualidades muy beneficiosas para
la salud.
El calcio juega un papel fundamental en la prevención de la osteoporosis postmenopáusica. La principal
fuente en nuestra alimentación son la leche y sus derivados: leche entera, semi y desnatada, yogur,
quesos, ... Por ello, es recomendable tomar diariamente tres/cuatro raciones de leche o derivados. Los
alimentos "enriquecidos con calcio" deben mostrar una etiqueta con la cantidad de calcio que contienen.
Algunos pescados pequeños que se consumen enteros como por ejemplo sardinas o boquerones fritos o
enlatados, son también una fuente importante de calcio, por su contenido en las espinas.
La vitamina D abundante en los pescados grasos, en los lácteos enteros y en el huevo y es imprescindible
para fijar el calcio en los huesos. Una adecuada exposición al sol o actividades al aire libre pueden
favorecer la síntesis cutánea de esta vitamina.
En la postmenopausia el mecanismo de la sed empieza a ser menos eficaz por lo que es fundamental
cuidar la correcta hidratación: se recomienda consumir al menos dos litros diarios de líquido (agua de
bebida, infusiones, caldos de verduras, zumos de frutas, etc.).
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Manual de Nutrición y Dietética
Pautas dietéticas y de estilo de vida generales
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
Evitar el sobrepeso y la obesidad y reducir la obesidad abdominal.
Promover la actividad física realizada regularmente.
Consumir alimentos con alta densidad de nutrientes, cuidando especialmente la ingesta de calcio,
magnesio, potasio, fósforo, vitaminas y minerales antioxidantes, folatos y vitaminas B6, B12, D y K.
Aumentar la ingesta de fibra dietética (25-30 g/día) y de hidratos de carbono complejos (50-60% kcal
totales).
Controlar la ingesta de grasa total y grasa saturada.
Consumir aceite de oliva y alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 (pescados y frutos secos).
Moderar la ingesta de sodio (< 2600 mg/día).
Moderar la ingesta de alcohol.
Vigilar la ingesta de líquidos.
Si es necesario, consumir suplementos de calcio, vitamina D y folatos.
Evitar el tabaquismo.
Por su relación con el metabolismo del calcio se debe limitar el consumo de café. La cafeína tiene un
efecto diurético que estimula la eliminación de calcio por la orina.
Raciones recomendadas
Cereales, derivados (pan, arroz, pasta, galletas) y patatas: 6 - 8 raciones/día (ración = 30 - 70 g en
crudo).
Verduras y hortalizas: 3 - 5 raciones/día. Una de las raciones consumida cruda en forma de ensalada
(ración = 150 - 200 g en crudo).
Frutas: 2 - 4 raciones/día (ración = 100 - 150 g).
Legumbres: 2 - 3 raciones/semana (ración = 50 - 70 g en crudo).
Leche y productos lácteos: 3 - 4 raciones/día. Pueden usarse productos semi y desnatados cuando
haya que controlar el aporte de grasa saturada y de energía (ración de leche = 200 - 250 ml; yogur =
125 g; queso curado = 40 - 60 g; queso fresco = 60 - 80 g).
Carnes, pescados y huevos: 2 - 3 raciones/día. Se recomienda el consumo de carnes magras (ración
= 100 - 150 g en crudo).
Grasas y aceites: consumir con moderación (menos de 60 g/día). Se recomienda usar aceite de oliva.
Dulces y azúcar: con moderación (menos del 10% de las calorías totales), especialmente cuando sea
necesario controlar la ingesta de energía o cuando haya que administrar una dieta con alta densidad
de nutrientes.
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Manual de Nutrición y Dietética
Ingestas recomendadas de energía y nutrientes en postmenopausia
40-49 años
50-60 años
AF: Actividad física
Proteína (g)
Calcio (mg)
Hierro (mg)
Cinc (mg)
Magnesio (mg)
Tiamina (mg)
Riboflavina (mg)
Eq. Niacina (mg)
Vitamina B6 (mg)
Folato (g)
Vitamina B12 (g)
Vitamina C (mg)
Vit.A: Eq. Retinol (g)
Vitamina D (g)
Vitamina E (mg)
Energía (kcal)
AF Moderada
AF Baja
2185
1966,5
2075
1867,5
España
(Dpto Nutrición, 2013)
40-49 años
50-60 años
41
41
1000
1200
18
10
15
15
330
300
0.9
0.8
1.3
1.2
14
14
1.6
1.6
400
400
2.0
2.0
60
60
800
800
15
15
12
12
AF Alta
2622
2490
FAO/WHO
(2001)
50-61 años
1300
9
4.9
220
1.1
1.1
14
1.5
400
2.4
45
500
10
7.5
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Manual de Nutrición y Dietética
Personas Mayores
Lo
ás du o y difí il de a epta ua do u o se ha e ayo , es el he ho de ue ot a pe so a te ga ue
ha e te la o p a Encuestado participante en el estudio SENECA, 1991
Los jóve es de e sa e ue algú día se á viejos
(G Marañón. 1956. Entrevista en RNE)
De ha e sa ido ue i a a vivi ta to tie po, e hu ie a uidado ás
Eubie Blake al cumplir los 100 años (Kirkwood, 2000)
Nu a es ta de pa a e peza
(Carbajal, 2013)
It is important for policy makers and the public to know that prevention through maintaining a favourable
lifestyle is eve too late (O'Doherty y col., 2016) -- CHANCES -- Chancesfp7.eu
A propósito de la edad y de la terminología
En este capítulo, en concordancia con otros países y organismos internacionales, utilizamos la definición
demográfica (aunque arbitraria) de personas mayores, incluyendo a todas aquellas con 65 o más años
cumplidos, frontera que convencionalmente se ha establecido en función de la edad de jubilación. Hay
que resaltar, sin embargo, que la edad cronológica no es un marcador preciso de los cambios que se
producen con el paso del tiempo y actualmente la mayor esperanza de vida y la mejora en el estado de
salud de la población que llega a esa edad obligan a replantearse esta frontera pues se llega más tarde al
umbral de la vejez y se sufren menos las limitaciones físicas delatoras de la proximidad de la vejez. A
diferencia de otras etapas de la vida, ésta no tiene una duración determinada, pues si bien su final –la
muerte– lo fija estadísticamente la esperanza de vida de mujeres y hombres propia de cada época y lugar,
su inicio varía ampliamente entre unas personas y otras –por razones genéticas y conductuales–, de forma
que establecer una edad promedio de entrada en la vejez tiene mucho de artificioso.
Por otro lado, la terminología también es ambigua y diversa. Se ha querido sustituir el término vejez, viejos,
por otras expresiones más neutras, como personas de edad avanzada, mayores, ancianos, tercera edad,
edad dorada, adulto mayor, gent gran, maiores, adinduen, etc. Siguiendo las recomendaciones de
Na io es U idas e plea e os el té i o personas mayores pa a efe i os a las pe so as de este
grupo.
Uno de los mayores logros del siglo XX ha sido doblar la esperanza de vida de la población en los países
desarrollados. En la actualidad, los españoles tenemos una de las más altas expectativas de vida: 76 años en
hombres y 83 años en mujeres, sobrepasando el objetivo de la OMS salud para todos establecido en 75
años. Hoy en día, una mujer de 65 años tiene todavía una media de otros 18 años de vida, cifra que se estima
en otros 11 años más, en el caso de un hombre.
Esto está provocando un cambio demográfico sin precedentes en la historia moderna, con un alto
envejecimiento de la población que se acelerará en el siglo que hemos empezado. En nuestro país un 16%
aproximadamente de la población son personas de más de 65 años y dentro del grupo el que ha
experimentado un mayor incremento es el más viejo, el de más de 80 años, el más vulnerable. El principal
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objetivo es que esta mayor expectativa de vida vaya acompañada de una mayor esperanza de salud y calidad
de vida.
Una vez que se ha alcanzado una determinada edad biológica, las modificaciones producidas son
irreversibles, pero a través de diversas medidas se puede, al menos en parte, aminorar el proceso de
envejecimiento. Hay tres grandes grupos de factores que influyen en la mayor o menor esperanza de vida:
los genéticos, los ambientales y otros relacionados con el estilo de vida. No cabe duda de la influencia decisiva
de los primeros, pero también de la importancia de los segundos, entre los que hay que destacar el
mantenimiento de un adecuado estado nutricional a través de la dieta, que llega a ser un determinante crítico
para la salud.
Mediante una adecuada nutrición se pueden aminorar los cambios relacionados con el propio proceso de
envejecimiento, mejorar la calidad de vida del anciano, reducir la susceptibilidad a algunas de las
enfermedades más frecuentes y contribuir a su recuperación y de esta manera, ayudar a mantener, durante
el mayor tiempo posible, un estilo de vida independiente para permanecer más tiempo en el ambiente propio
de cada uno. Comer es una necesidad, pero también un placer que persiste en las personas de edad y la
expresión de una determinada herencia socio-cultural. El desafío con el que nos encontramos es fijar las
condiciones dietéticas y de estilo de vida que mejor preserven las funciones corporales y minimicen las
enfermedades crónicas en las personas de edad.
En los países desarrollados, los ancianos son uno de los grupos más heterogéneos y vulnerables de la
población con un mayor riesgo de sufrir desequilibrios, carencias y problemas nutricionales. Esto es debido,
por un lado, a que las necesidades de algunos nutrientes pueden ser mayores que en etapas anteriores y,
por otro, a su menor capacidad para regular todos los procesos relacionados con la ingesta de alimentos
como consecuencia del progresivo deterioro de casi todas las funciones biológicas. Otros factores como los
numerosos cambios físicos, psíquicos y sociales que acompañan al envejecimiento y la mayor prevalencia de
enfermedades crónicas, también contribuyen a esta situación.
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Manual de Nutrición y Dietética
Grupo vulnerable:
• Las necesidades de algunos nutrientes pueden ser mayores.
• Menor capacidad para regular procesos relacionados con ingesta de alimentos.
• Numerosos cambios físicos, psíquicos y sociales.
• Mayor prevalencia de enfermedades crónicas.
Al menos 1/3 presenta deficiencias nutricionales
Diversos estudios han puesto de manifiesto la baja densidad de nutrientes en la dieta de los ancianos y el
riesgo de ingestas inadecuadas y de malnutrición proteico-energética, uno de los trastornos más comunes.
Esta situación de malnutrición puede ser, a su vez, un factor de riesgo en muchas enfermedades, entrando
en un círculo vicioso del que es difícil salir. Pero las consecuencias son también importantes cuando se trata
de una malnutrición por una excesiva ingesta, especialmente de energía. Las personas obesas tienen un
mayor riesgo de sufrir otras alteraciones asociadas (enfermedad coronaria, diabetes, hipertensión arterial,
osteoartritis, menor movilidad, ..) que pueden agravar la situación de partida.
Algunos de los problemas de salud de esta población podrían ser solventados, o al menos paliados, mediante
una adecuada intervención nutricional. El consejo dietético dirigido a las personas de edad debe de ser un
componente básico dentro de las actividades de promoción de la salud con el fin de aumentar sus
conocimientos y modificar sus actitudes en los aspectos relacionados con la alimentación y, para ello, los
profesionales de la salud están en una posición óptima. Cualquier intervención dietética debe basarse en un
adecuado conocimiento de la situación y debe evaluarse periódicamente para comprobar la tolerancia a la
misma. Es importante, por tanto, saber qué factores modifican sus necesidades y cuál es el estado nutricional
de esta población.
Existen múltiples factores (físicos, fisiológicos, psíquicos y sociales) relacionados con el envejecimiento que
determinan cambios en las necesidades nutritivas de las personas de edad y que pueden afectar a su estado
nutricional, convirtiendo a este grupo en uno de los más vulnerables de la población. Entre ellos, cabe
destacar los cambios en la composición corporal, en los sentidos del gusto, olfato, ...., los problemas de
masticación, los cambios gastrointestinales, metabólicos, neurológicos, en el sistema cardiovascular, función
renal, función inmune; las enfermedades y sus secuelas o la medicación y las interacciones fármaconutriente, entre otros.
Cambios físicos y fisiológicos
- Deterioro general de funciones fisiológicas
- Cambios sensoriales: gusto, olfato, oído y vista
- Cambios en el aparato gastrointestinal. Alteraciones en masticación, secreciones, motilidad.
- Menor capacidad de absorción y metabólica
- Disminución de la sensación de sed
- Falta de apetito
- Cambios metabólicos, neurológicos, en el sistema cardiovascular, función renal, función inmune.
- Cambios en la composición corporal
- Menor actividad física
- Minusvalías, inmovilidad, discapacidad, debilidad muscular, falta de coordinación
- Enfermedades crónicas y sus secuelas. Pluripatología. Dolor crónico
- Dietas restrictivas, regímenes por enfermedad
- Polimedicación. Interacción fármaco-nutriente. Efectos secundarios de los fármacos
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Manual de Nutrición y Dietética
Factores psicosociales, emocionales y económicos
- Abandono de actividad laboral, sensación pérdida de productividad desinterés y apatía
- Bajos ingresos, pobreza
- Soledad, marginación, dependencia o isió o idas o e solo , o i a pa a u o solo
- Ingreso en instituciones.
- Depresión, confusión, ansiedad hiperconsumo / anorexia / desinterés por la comida o por
cocinar
- Creencias, mitos y tabúes en alimentación. Hábitos alimentarios poco saludables arraigados y
rígidos
- Falta de información y asesoría para preparar dietas equilibradas y/o terapéuticas agradables y
asequibles
- Dificultad para hacer la compra
- Poca habilidad en la cocina monotonía en la dieta, comidas fáciles de preparar o ya preparadas,
omisión de comidas
- Inadecuadas comodidades para almacenar alimentos y cocinar
- Uso de técnicas culinarias que favorecen pérdida de nutrientes
- Dificultad para comer.
- Tabaquismo, consumo de alcohol, etc.
- Vivie das si as e so , p o le as o el t a spo te, ….
En conjunto, todos ellos pueden condicionar las necesidades y la ingesta de energía y nutrientes, afectando
al estado de salud de los ancianos.
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Recomendaciones dietéticas
Las personas mayores deben prestar especial atención a su alimentación, pues los problemas nutricionales
son frecuentes y sus repercusiones mucho más graves que en otras etapas de la vida. Las Recomendaciones
dietéticas para preparar una dieta saludable se resumen a continuación:
Disfrutar con la comida y comer en compañía.
Repartir los alimentos en 3 – 5 comidas diarias, haciendo más de una comida caliente al día.
Consumir una dieta variada con alta densidad de nutrientes, incluyendo especialmente alimentos de
origen vegetal (cereales, frutas, verduras, leguminosas) por su aporte de hidratos de carbono, fibra,
minerales, vitaminas y una plétora de otros componentes no nutritivos que parecen tener un efecto
protector en muchas enfermedades crónicas.
Fomentar la moderación para mantener el peso estable y dentro de los límites aconsejados, equilibrando
la ingesta de energía con lo que se gasta mediante la realización diaria de ejercicio físico. Evitar tanto el
bajo peso como la obesidad. Un ligero sobrepeso puede ser un factor de protección en los ancianos, al
contrario de lo que ocurre en jóvenes, como han puesto de manifiesto diversos estudios. La pérdida
involuntaria de peso debe ser una señal de alarma.
Realizar diariamente algún tipo de actividad física para aumentar las necesidades de energía y el consumo
de alimentos. Además, previene la obesidad, mantiene la masa ósea, la independencia y la movilidad,
reduce el riesgo de caídas y favorece la exposición al sol, contribuyendo a un adecuado estatus en
vitamina D.
Preservar el compartimento proteico para evitar una mayor pérdida de masa muscular. Las proteínas
tienen que ser de alto valor biológico, de alta calidad.
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Manual de Nutrición y Dietética
Cuidar el aporte de calcio. No conviene suprimir los lácteos de la dieta pues son los principales
suministradores de calcio, con la alternativa de poder usar los desnatados para aquellas personas que
tengan que cuidar la ingesta de grasa. En las personas con intolerancia a la lactosa que tengan molestias
tras la ingestión de leche, se recomienda el consumo de yogur y leches fermentadas.
El consumo de lácteos en este grupo de edad tiene numerosas ventajas:
Alto aporte de proteína, calcio, vitamina B2 y retinol
Contienen cantidades apreciables de vitamina B1, ácido fólico, niacina, vitamina B12, vitamina D,
magnesio, cinc y fósforo
Previenen la desmineralización ósea
Fácil uso y conservación
Fácil masticación, en general
Algunos tienen un alto contenido de agua (80%)
La leche descremada es uno de los alimentos con mayor densidad de nutrientes
Moderar el consumo de sal y de alimentos salados, si existen otros factores de riesgo, a menos de 2400
mg de sodio al día (menos de 6 g de sal). La sal es esencial para la vida pero los productos frescos
contienen la cantidad necesaria.
Vigilar la ingesta de líquidos para evitar la deshidratación. Tomar unos dos litros al día. Los ancianos
deben saber que tienen que beber agua a intervalos regulares aunque no tengan sed. Deben colocar a la
vista la cantidad de agua que tienen que tomar diariamente.
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Manual de Nutrición y Dietética
Moderar el consumo de bebidas alcohólicas. Si existe consumo de alcohol, se recomienda no superar los
30 g de etanol/día. El alcohol puede deprimir el apetito, desplazar a otros alimentos de la dieta y puede
interaccionar con diversos nutrientes (vitaminas B1, B2, B6, E, ...) o con los fármacos.
Cuidar la dentadura y la higiene bucal para poder masticar bien y no tener que suprimir ningún alimento
de la dieta. Cuanto mayor sea la restricción mayor será el riesgo de desequilibrios o deficiencias.
Reducir el tabaquismo.
En algunas situaciones será necesario recomendar el consumo de suplementos de minerales y vitaminas
(vitamina D, B12, folatos, potasio, etc.) para mejorar el estado nutricional de los malnutridos o prevenir
deficiencias en los que están a riesgo.
La dieta debe incluir:
Cereales, derivados (pan, arroz, pasta, galletas, ..) y patatas deberán ser la base de la alimentación del
anciano: 6 – 8 raciones/día (ración = 30 – 70 g en crudo).
Verduras y hortalizas: 3 – 5 raciones/día. Conviene que una de las raciones se consuma cruda en forma
de ensalada variada. Si existen problemas de masticación pueden prepararse en forma de purés,
gazpacho, zumos (ración = 150 – 200 g en crudo).
Frutas y zumos de frutas: 2 – 4 raciones/día. Las frutas se pueden consumir enteras, cocidas, asadas, en
forma de macedonia o de zumos. Deberán estar maduras y bien lavadas (ración = 100 – 150 g).
Legumbres: 2 – 3 raciones/semana. Si existen problemas de masticación, pueden prepararse en forma
de purés (ración = 50 – 70 g en crudo).
Leche y productos lácteos: 3 – 4 raciones/día. Pueden usarse productos semi y desnatados cuando haya
que controlar el aporte de grasa saturada y de energía (ración de leche = 200 – 250 ml; yogur = 125 g;
queso curado = 40 – 60 g; queso fresco = 60 – 80 g).
Carnes, pescados y huevos: 2 – 3 raciones/día. Se recomienda el consumo de carnes magras usando
preparaciones culinarias de fácil masticación (ración = 100 – 150 g en crudo).
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Grasas y aceites: consumir con moderación (menos de 60 g/día). Se recomienda usar aceite de oliva.
Moderar el uso de las frituras que, para algunas personas, pueden suponer una cantidad excesiva de
energía o dificultar los procesos de masticación.
Dulces, golosinas y azúcar: con moderación (menos del 10% de las calorías totales) cuando sea necesario
controlar la ingesta de energía o cuando haya que administrar una dieta con alta densidad de nutrientes.
Importancia del agua en las personas de edad
Las necesidades de agua varían dependiendo de la dieta, de la actividad física realizada, de la temperatura
ambiental, de la humedad, etc. por lo que es difícil llegar a establecer recomendaciones generales. De
cualquier manera se recomienda consumir unos 2 litros al día. La ingesta líquida, además de agua, puede
incluir zumos, refrescos, infusiones, sopas, leche y aguas minerales. El alcohol y las bebidas con cafeína no
deberían incluirse en esta recomendación debido a su efecto diurético.
Para muchas personas, especialmente las personas ancianas, este objetivo es a veces difícil de conseguir por
su incapacidad física que dificulta el acceso al agua, por enfermedades crónicas, demencia, por la menor
sensación de sed. Otros evitan consumir líquidos por miedo a la incontinencia o para evitar las urgencias de
tener que ir al baño cuando están fuera de casa. Hay que avisar a la gente mayor de la necesidad de ingerir
bebidas a intervalos regulares de tiempo, incluso aunque no tengan sed y así lo indican las recomendaciones
actuales. La ingesta extra de líquidos puede realizarse por la mañana temprano, evitando, las personas que
padecen incontinencia, el consumo de bebidas por la noche.
Con la edad se producen cambios en la función renal y una importante disminución de la sensación de sed y
estas alteraciones están muy relacionadas con los problemas de deshidratación y de termorregulación en las
personas de edad. A los 70 años, la capacidad de los riñones de filtrar y eliminar sustancias de desecho es
aproximadamente la mitad que a los 30 años. Las personas mayores pierden demasiada agua por la orina,
aunque ésta no elimine muchos materiales de desecho. Una persona mayor necesitará más agua para
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excretar la misma cantidad de urea o sodio. Estos cambios en la capacidad homeostática se modifican
también por la presencia de algunas enfermedades como hipertensión arterial, enfermedades cardio y
cerebro-vasculares o por el consumo de fármacos.
También la sensación de sed disminuye con la edad. Es una observación clínica común que el anciano no
parece tener sed incluso en situaciones de obvia necesidad fisiológica de agua. Mientras en una persona
joven, el desarrollo de una determinada actividad física incrementa el deseo de beber, en las personas
mayores es menos frecuente que la misma actividad física envíe señales de sed. Tras una hora de privación
de agua, un joven puede ingerir hasta 10 mL de agua por kg de peso; sin embargo, una persona mayor sólo
consumirá 3 mL/kg.
La deshidratación se asocia con hipotensión, aumento de la temperatura corporal, confusión mental, dolor
de cabeza e irritabilidad. Además, la falta de líquido puede ser el principal contribuyente del estreñimiento,
muy común entre las personas mayores y cuyo tratamiento incluye un mayor consumo de líquidos que
estimulan físicamente el peristaltismo. Por otro lado, el incremento en la ingesta de fibra dietética hace
también imprescindible un aporte adicional de agua.
En las personas mayores el agua se convierte en una verdadera necesidad a la que hay que prestar especial
atención y en muchos casos es incluso necesario prescribir su consumo como si de un medicamento se
tratase, es decir, recetar: "beber más de 8 vasos de agua al día".
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Deporte
"...... No puede el ser humano mantenerse sano sólo con la comida, sino que debe además practicar
ejercicios. Presentan efectos opuestos las comidas y los ejercicios pero se complementan con vistas a la
salud. Porque los ejercicios físicos producen naturalmente un gasto de lo acumulado, mientras que los
alimentos y bebidas restauran lo gastado y evacuado"
Concepto de "salud positiva". Hipócrates (480 aC).
Desde la antigüedad el hombre ha tratado de mejorar el rendimiento físico mediante la alimentación. Pero
sólo en los últimos 25 años la investigación ha demostrado claramente la importancia de la nutrición en el
deporte y esto ha aumentado la preocupación entre los deportistas por conseguir un estado nutricional
óptimo que, junto con el adecuado entrenamiento, les permita alcanzar el máximo rendimiento. Pero
además, la selección de una dieta adecuada es algo imprescindible para conseguir el mejor estado de salud,
pensando no sólo en el momento de la competición sino también en etapas posteriores de la vida.
Los atletas representan uno de los pocos estratos de la población de los países desarrollados,
sustancialmente sedentaria, cuyo gasto energético es muy elevado. Para hacer frente a esta mayor demanda
energética es necesario aumentar cuantitativamente el consumo de alimentos, pero, ¿de qué tipo? Esto,
lógicamente, dependerá de muchos factores: del deportista, del tipo e intensidad del deporte realizado, del
momento deportivo (entrenamiento, descanso,...), etc. Es importante mantener un buen estado nutricional
y unas óptimas condiciones de reserva de energía y nutrientes que permitan afrontar con garantía el
momento de la competición.
La nutrición adecuada debe:
Garantizar la realización de un esfuerzo físico de cierta intensidad y duración.
Optimizar y preservar las reservas de glucógeno muscular.
Optimizar el metabolismo aeróbico.
Equilibrar las pérdidas energéticas e hidroelectrolíticas, mediante el aporte externo al inicio, durante y
después del ejercicio.
Facilitar la recuperación.
Aunque se trata de un grupo muy heterogéneo, en general, la correcta alimentación del deportista no difiere
demasiado de la del resto de la población y sigue los mismos principios:
-
Cuidar el incremento de la ingesta calórica según el deporte realizado.
Mantener las proporciones de proteínas, hidratos de carbono y lípidos.
Cuidar la variedad en los alimentos consumidos para garantizar el aporte de minerales y vitaminas.
Si la dieta es nutricionalmente correcta no parece necesario, en principio, el consumo de suplementos
nutricionales, salvo para aquellos deportistas que realizan deportes que requieren un esfuerzo elevado y
continuado.
La primera prioridad nutricional del atleta es cubrir adecuadamente las necesidades energéticas.
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La ingesta calórica óptima es aquella que, cubriendo el gasto, permite mantener el peso corporal ideal,
siendo este equilibrio energético necesario para que el atleta pueda competir adecuadamente ya que tanto
un balance de energía positivo como negativo puede comprometer el rendimiento máximo. Además,
ingestas energéticas bajas pueden dar lugar a pérdida de masa muscular y ósea, a alteraciones menstruales,
a mayor riesgo de fatiga o a enfermedad.
Las necesidades energéticas asociadas al deporte son difíciles de establecer pues dependen de muchos
factores: sexo, peso corporal, intensidad, frecuencia y duración del ejercicio, etc. y para la misma actividad
varían según las distintas fases de entrenamiento y/o competición. Por ejemplo, un deportista que entrene
una hora y media al día puede necesitar unas 2800 - 3000 kcal/día. Sin embargo, durante una etapa de
montaña de una vuelta ciclista, el corredor puede llegar a gastar hasta 10.000 kcal. Cada hora de actividad
física intensa puede suponer un incremento de 500 a 1000 kcal.
El perfil calórico (porcentaje de calorías que suministran proteínas, grasas e hidratos de carbono con respecto
a la energía total consumida) de la dieta de los atletas ha de ser similar al de las personas menos activas, con
la salvedad de que cualquier cantidad extra de energía para hacer frente a una mayor actividad física debe
proceder de hidratos de carbono y no de grasas o proteínas.
Se recomienda, por tanto, que:
Los hidratos de carbono aporten un 55 - 60% de las calorías consumidas; en periodos de mayor
entrenamiento pueden aportar hasta un 70% kcal.
Las proteínas, entre un 10 y un 15% kcal y
Los lípidos o grasas menos de un 30% kcal.
Los hidratos de carbono (almacenados en el músculo en forma de glucógeno), las grasas y las proteínas, en
menor medida, son utilizados como combustibles durante el ejercicio, pero el tipo y la duración de la
actividad desarrollada condicionan que se use preferentemente un combustible u otro. Por ejemplo, las
actividades atléticas cortas y de gran intensidad (sprint, saltos, lanzamientos,...) dependen de fuentes
anaeróbicas (glucógeno muscular, sin presencia de oxígeno).
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Sin embargo, en actividades de mayor duración y menor intensidad como el ciclismo, el maratón o el esquí
de fondo, se usan fuentes aeróbicas (hidratos de carbono y grasas, en presencia de oxígeno). En otras
actividades como el fútbol o el baloncesto que combinan periodos de alta intensidad con otros de menor
intensidad, el organismo recurre a las dos fuentes de energía. El uso de oxígeno por el cuerpo es un factor
clave a la hora de determinar el combustible a usar y la eficacia del rendimiento.
Los hidratos de carbono (glucógeno) son el único combustible que puede ser metabolizado tanto
aeróbicamente como anaeróbicamente. Las grasas y las proteínas sólo lo hacen por rutas aeróbicas. En los
primeros minutos (<2 min) de un ejercicio, la principal fuente de energía es el metabolismo anaeróbico.
Cuanto más intenso es el ejercicio, más contribuyen los hidratos de carbono aunque su uso está limitado por
la cantidad de glucógeno (reserva de glucosa) del músculo. Sin embargo, a medida que progresa el ejercicio
(>10 min) las reservas de glucógeno se van agotando y entonces la producción de energía depende
únicamente de las reservas de grasa y del metabolismo aeróbico. Cuanto más dura el ejercicio, más
dependencia hay de la grasa. Los hidratos de carbono y las grasas son la principal fuente de energía, mientras
que las proteínas sólo contribuyen con 5-10% al final de actividades físicas muy prolongadas y extenuantes
como en un ultramaratón (100 km).
Hidratos de carbono
Los hidratos de carbono (azúcares y almidón) son la fuente de energía más rápidamente disponible; sin
embargo, la capacidad de almacenamiento es pequeña y, por tanto, las posibilidades de que se agoten
(produciéndose fatiga) son muchas si no se cuenta con un aporte externo continuo y adecuado. Se almacenan
en forma de glucógeno en el músculo y en el hígado y son necesarios para mantener los niveles de glucosa
en sangre durante el ejercicio y para reponer los almacenes de glucógeno después del mismo.
El glucógeno del hígado regula la concentración de glucosa en sangre y es esta glucosa la que alimenta al
cerebro de forma constante (el cerebro no dispone de reservas y sólo puede utilizar glucosa como fuente de
energía). Si el cerebro está bien alimentado funciona correctamente, lo que garantiza la capacidad de
concentración y un buen estado de ánimo. Por su parte, el glucógeno muscular debe abastecer las
necesidades energéticas del músculo para llevar a cabo el trabajo derivado del desarrollo de la actividad
deportiva.
Una alimentación y un programa de entrenamiento adecuados permiten optimizar los almacenes
musculares de glucógeno, mejorar el rendimiento y evitar la fatiga temprana. Una dieta rica en
hidratos de carbono complejos ayuda a mejorar sensiblemente las reservas de glucógeno.
La cantidad recomendada de hidratos de carbono depende del gasto energético total, del sexo, del tipo de
deporte, de las condiciones ambientales, … pero, en general, las necesidades oscilan entre 5 y 7 gramos por
kg de peso y día, aumentando hasta 10 g/kg y día durante el entrenamiento de resistencia. La mayor parte
deben ser complejos (cereales integrales, pan, pasta, arroz, legumbres) y en menor cantidad azúcares
sencillos (a ser posible preferentemente de frutas y lácteos que aportan también otros muchos nutrientes).
Como es sabido, los hidratos de carbono complejos, de absorción lenta, suministran además fibra, minerales,
vitaminas y otros componentes bioactivos (ej. antioxidantes), constituyendo una ventaja frente a algunos
azúcares sencillos como la sacarosa, que por sí misma sólo aporta energía, y que puede suponer un aporte
elevado por el abundante uso de bebidas azucaradas, snacks o dulces durante los entrenamientos y pruebas.
Estas recomendaciones son a veces difíciles de poner en práctica y muchos atletas necesitan ayuda para
planear una dieta hipercalórica y rica en hidratos de carbono complejos, ya que requiere el consumo de
grandes cantidades de los alimentos que los aportan.
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Grasas
Son menos rentables energéticamente que los hidratos de carbono pero el organismo tiene una mayor
disponibilidad, ya que se almacenan en gran cantidad. Esta energía se utiliza una vez agotada la procedente
de los hidratos de carbono. Las grasas, además, son vehículo de ácidos grasos esenciales y de vitaminas
liposolubles, aportan energía para mantener el peso corporal y confieren palatabilidad a la dieta. Por ello,
deben estar presentes en las cantidades recomendadas (<30% de las kcal totales). Es necesario controlar las
proporciones de ácidos grasos ya que los deportistas tienden a consumir elevadas cantidades de carne, con
el consiguiente aumento en la ingesta de grasa saturada que en la actualidad se recomienda reducir (<10%
kcal). Es preferible consumir preferentemente ácidos grasos mono y poliinsaturados (aceite de oliva,
pescados, etc.).
Proteínas
Las personas que desarrollan una actividad física elevada de forma habitual tienen mayores necesidades de
proteínas con respecto a las personas sedentarias, ya que como consecuencia del ejercicio intenso, en su
organismo existe una mayor destrucción y formación de proteínas. Esta mayor necesidad se ve, además,
justificada por otros aspectos como, por ejemplo, el crecimiento de la masa muscular que se produce en
atletas que practican deportes de máxima potencia, pues las proteínas participan en la formación del
músculo. La relativa frecuencia con que se produce la llamada "anemia del deportista" y las situaciones de
ansiedad y estrés que sufren los atletas en las competiciones podría también justificar este incremento de
las necesidades. Los requerimientos dependen del tipo y duración del ejercicio. En ejercicios de resistencia
aeróbicos (ej. maratón) puede ser necesario ingerir hasta 1.2 - 1.4 g de proteína por kg de peso y día. En
deportistas de fuerza (ej. culturista), velocidad o que trabajan en condiciones anaeróbicas las necesidades
pueden ser mayores: 1.6 - 1.7 g/kg y día.
Sin embargo, la dieta consumida en la mayor parte de los países desarrollados aporta cantidades más que
suficientes de este nutriente, normalmente duplicando las recomendadas, por lo que es incluso suficiente
para los deportistas. Cualquier individuo sedentario viene consumiendo la cantidad de proteína necesaria
para los deportistas. Por ejemplo, en España, según datos del último Estudio Nacional de Nutrición y
Alimentación (ENNA-3), la ingesta media de proteína es de 93.5 gramos/persona y día (para un consumo
energético medio de 2634 kcal/día), cifra que duplica la cantidad necesaria. Por ejemplo, una persona con
un peso de 70 kg, estaría consumiendo 1.3 g/kg y día. Por ello, un deportista con el mismo tipo de dieta
tendría cubiertas con creces las necesidades incrementadas de este nutriente y no sería necesaria ninguna
suplementación adicional.
A pesar de ello, suele ser frecuente en muchos deportistas, especialmente entre levantadores de pesas y
culturistas, un consumo masivo de suplementos de proteínas, con el fin, en la mayoría de los casos, de
contribuir al desarrollo de la musculatura, pues existe la creencia de que "a mayor ingesta de proteína, mayor
desarrollo muscular". En este sentido, es necesario aclarar que el principal factor que interviene en dicho
desarrollo es el exceso de trabajo al que se somete al músculo, realizado además de una forma continuada,
es decir, haciéndolo trabajar varias veces a la semana a un rendimiento equivalente al 70% de su capacidad
máxima; de otro modo, el exceso de proteína se almacenaría en forma de grasa y sólo contribuiría a ganar
peso, pero no a desarrollar tejido muscular.
Por otra parte, en algunas personas, un consumo excesivo de proteínas podría tener efectos indeseables
contribuyendo a la deshidratación y forzando el trabajo del aparato renal, especialmente si dicho consumo
se realiza de forma crónica. Igualmente, el exceso de proteínas podría aumentar las pérdidas urinarias de
calcio y de esta manera contribuir a la desmineralización ósea.
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Minerales y vitaminas
En general, entre los atletas, no deberían ser frecuentes las deficiencias de vitaminas y minerales ya que al
tener que cubrir un gasto calórico alto, siempre que consuman una dieta variada y equilibrada, ésta será
suficiente para aportar todos los nutrientes necesarios. Sin embargo, en algunas modalidades deportivas en
las que el mantenimiento del peso condiciona ingestas energéticas bajas, pueden aparecer deficiencias por
ingesta inadecuada. Es también importante prestar especial atención a aquellos atletas que presenten
hábitos alimentarios poco adecuados, dietas monótonas, alto consumo de calorías "vacías", etc. En muchos
casos, la nutrición del deportista está basada en la mitificación, y el capricho y el afán por conseguir un
rendimiento máximo puede llevar a errores, por lo que los deportistas constituyen un grupo especialmente
vulnerable.
En algunas ocasiones puede ser necesario cuidar la ingesta de hierro, calcio, cinc, magnesio, vitaminas del
grupo B (por su activa implicación en el metabolismo energético, en la síntesis de glóbulos rojos, en la síntesis
proteica y en la reparación tisular) y vitaminas y minerales antioxidantes (vitamina C, E, carotenos, selenio)
bien porque aumenten las necesidades o porque haya mayores pérdidas. De cualquier manera, aunque está
claro que una deficiencia de micronutrientes puede comprometer el rendimiento, no está demostrado que
el consumo de suplementos por encima de las ingestas recomendadas en una persona bien nutrida sea
beneficioso para el ejercicio.
Una dieta variada con suficiente cantidad de calorías puede cubrir las necesidades de vitaminas y
minerales de prácticamente todos los atletas.
El hierro requiere especial atención ya que su deficiencia afecta no sólo al rendimiento físico por reducir la
capacidad aeróbica, sino a la salud en general. Las necesidades del atleta pueden verse incrementadas por la
mayor síntesis de hemoglobina, mioglobina y enzimas oxidativas, por una menor absorción, un aumento de
la eliminación a través del sudor y por posibles pérdidas gastrointestinales de sangre. Las bajas ingestas de
hierro pueden agravar la llamada "anemia del deportista" observada principalmente entre atletas de fondo.
En estos casos es necesario controlar periódicamente los niveles séricos de hierro con el fin de detectar
posibles deficiencias pudiendo ser necesario un aporte suplementario.
Las ingestas recomendadas de calcio pueden oscilar entre 1200 y 1500 mg/día. En las mujeres atletas puede
haber mayor riesgo de osteoporosis, a pesar de que el ejercicio físico es un factor de protección que aumenta
la densidad ósea. En aquellas que realizan ejercicio intenso en actividades que además exigen un control del
peso (gimnastas, bailarinas, patinadoras, etc.) se pueden producir cuadros de amenorrea que reducen la
densidad ósea. El síndrome se ha denominado la "triada de la mujer atleta" y se caracteriza por la existencia
de trastornos del comportamiento alimentario, amenorrea y osteoporosis.
La producción de radicales libres por el elevado recambio energético, consumo de oxígeno e intenso
metabolismo provocado por el ejercicio, hace que las necesidades de antioxidantes se vean incrementadas
(vitamina C, E, carotenos, selenio).
También el magnesio, cuya ingesta en los países desarrollados con frecuencia es inferior a la recomendada,
puede ser deficitario ya que se excreta en mayor medida durante el ejercicio. La sintomatología clínica de la
deficiencia de magnesio se caracteriza por una hiper-excitabilidad neuromuscular.
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En cuanto al cinc, dado que bajos niveles pueden afectar negativamente a la fuerza muscular y a la resistencia
y que sus niveles podrían verse alterados ligeramente en atletas de alto nivel especialmente de resistencia,
los requerimientos para ellos podrían ser superiores.
Resumiendo puede decirse que las necesidades de micronutrientes no son muy diferentes de las de
individuos sedentarios. Cuando la dieta sea insuficiente, pueden ser necesarios los suplementos, pero hay
que señalar que según los conocimientos actuales ninguna suplementación sin deficiencia previa ha
demostrado tener alguna efectividad, pudiendo asociarse, sin embargo, a efectos indeseables cuando son
consumidos en exceso, por ejemplo, interfiriendo en el metabolismo normal de otros nutrientes o con los
efectos terapéuticos de algunos medicamentos.
Las ayudas ergogénicas nutricionales deben usarse con precaución y sólo después de evaluar el
balance riesgo vs beneficio respecto a su seguridad y eficacia.
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Agua y electrolitos
El cuidado de la hidratación y la administración de electrolitos es una prioridad en la práctica del
ejercicio, antes, durante y después de la actividad física.
La reposición de líquidos debe ser una de las principales preocupaciones de los deportistas y de sus
preparadores físicos, ya que pérdidas de agua superiores al 2% del peso corporal aumentan la fatiga, la
temperatura corporal y dan lugar a alteraciones en la coordinación.
El agua es necesaria en cualquier modalidad deportiva como vehículo de transporte de nutrientes, para
eliminar sustancias de desecho y para enfriar el cuerpo. Durante el ejercicio, la eliminación de agua a través
del sudor es una eficaz manera de regular la temperatura corporal. La capacidad para disipar el calor
generado durante el ejercicio está condicionada por el grado de hidratación del deportista y por las
condiciones ambientales.
Aunque el sudor es una forma muy eficaz para eliminar calor y regular la temperatura corporal, puede
dar lugar, cuando es prolongado, a una excesiva pérdida de agua que si no se reemplaza puede causar
graves problemas.
Si los líquidos no se reponen adecuadamente, la cantidad de agua perdida puede ser lo suficientemente
importante como para llegar a la deshidratación. Por ejemplo, en un ejercicio intenso realizado en un clima
moderado, la pérdida de agua es de aproximadamente 1-1.5 litros/hora (ej. en fútbol a 10-20ºC). En
condiciones de reposo es, sin embargo, de tan sólo 50 ml/hora.
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La deshidratación extrema puede poner en peligro la vida del deportista que debe anticiparse y beber en
abundancia antes, durante y después del ejercicio, especialmente si éste es de larga duración e intensidad y
si se realiza a elevadas temperaturas.
El organismo necesita equilibrar, mediante la ingestión de líquidos, las pérdidas de agua producidas para
poder seguir manteniendo la capacidad de regular la temperatura corporal. Cuando las pérdidas de sudor
exceden peligrosamente a la ingesta, el sistema circulatorio no es capaz de hacer frente a la situación y se
reduce el flujo de sangre a la piel. Esto da lugar a su vez, a una menor sudoración y, por tanto, a una menor
capacidad para perder calor. En estas condiciones se produce un aumento de la temperatura corporal que
puede tener consecuencias fatales. De ahí la importancia de cuidar la adecuada hidratación antes, durante y
después del ejercicio.
Además, hay que tener en cuenta que el ejercicio físico retrasa la sensación de sed y cuando ésta aparece
ya se ha podido perder una gran cantidad de líquido. Durante el ejercicio intenso se recomienda beber al
menos 3.5 litros diarios.
Si existe una sudoración extrema es conveniente administrar, junto con el agua, sales de sodio, calcio,
magnesio, fósforo y potasio, este último especialmente si existen calambres. Además de las bebidas
diseñadas para deportistas, las frutas pueden ser buenas suministradoras de agua y minerales.
Con el sudor no sólo se pierde agua, sino también sodio, potasio y otros minerales
importantes para la salud.
Dos horas antes del ejercicio se deben beber unos 400-600 ml de líquido; durante el ejercicio de 150 a 350
ml cada 15-20 minutos, dependiendo de la tolerancia y después del ejercicio, el atleta debería beber
suficiente cantidad de líquido para reponer las pérdidas por el sudor. Un deportista necesita beber unos 450
a 675 ml por cada medio kilo de peso perdido durante el ejercicio.
Recomendaciones dietéticas
La educación nutricional y el consejo dietético del especialista son imprescindibles también en los
Deportistas.
Dieta variada y equilibrada, cuidando el aporte de energía, hidratos de carbono, micronutrientes,
líquidos y electrolitos.
Para guiarnos en la planificación de una alimentación correcta debemos tener en cuenta la proporción que
debe existir en el consumo de los distintos grupos de alimentos. Puedes preparar tu dieta siguiendo la tabla
de raciones recomendadas. El peso aconsejado de cada ración tiene carácter orientativo y se ha establecido
pensando en facilitar la elaboración de la dieta diaria. Para modificar el contenido total de calorías, juega con
el número de raciones y el tamaño de la ración.
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Raciones recomendadas para personas con actividad física
Grupo de alimentos
Alimentos del grupo
Peso de cada ración (en crudo
y entero (incluidas partes no
comestibles))
Raciones / día o semana
3 – 4 / día
Leche y derivados
Leche
Yogur / cuajada / leche fermentada
Queso fresco
Queso semicurado o curado
Pan, cereales, cereales integrales, arroz, pasta, patatas,
legumbres y frutos secos
Pan
Bollería casera o galletas
Cereales para el desayuno
Arroz, pasta (macarrones, ...)
Patatas
Le tejas, ga a zos, judías, …
Ca ahuetes, al e d as, avella as, …
Verduras y hortalizas
Acelgas, espinacas, judías verdes,
etc.
200 - 250 ml
125 g
80 – 125 g
40 – 60 g
1 vaso/taza
1 unidad
porción individual
2 – 3 lonchas
6 – 12 / día
60 – 100 g
40 – 50 g
40 g
70 – 80 g en crudo
150 – 250 g en crudo
70 – 80 g en crudo
20 - 30 g
3–4 rebanadas / 1 panecillo
unidad pequeña / 4-5 galletas
1 bol
1 plato normal
1 grande / dos pequeñas
1 plato normal
1 puñado o ración
3– 6 / día
150 – 200 g en crudo
1 plato de verdura cocida
Ensaladas (lechuga, tomate, ..)
150 – 200 g en crudo
Pera, manzana, plátano, naranja,
fresas,
150 – 200 g
1 plato de ensalada variada
1 tomate grande, 2 zanahorias
3– 5 / día
1 pieza mediana, 1 taza de
cerezas,
2 rodajas de melón
3 – 6 / día
1 cucharada sopera
2 – 3 / día
1 filete mediano
1 cuarto de pollo, conejo
1 filete mediano
1-2 huevos
Frutas
Aceite de oliva
Aceite de oliva
Carnes, aves, pescados y huevos
10 ml
Carnes
125 - 150 g
Pescados magros y grasos
Huevos
175 - 200 g
Mediano (53-63 g)
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