Verónica Ortega Cabrera,* Elsa Díaz Ávila,* Miguel Ángel Vargas López*
La cerámica oaxaqueña de Tlailotlacan, Teotihuacán
Resumen: La presencia de cerámica foránea, tanto en la supericie como en múltiples áreas exploradas en Teotihuacán, ha sido consignada por diversos investigadores, quienes la han referido
como evidencia directa de los circuitos de intercambio de amplio alcance geográico en los que
participaba el Estado teotihuacano, así como de la convivencia de personas venidas de diversas
regiones de Mesoamérica en la gran urbe. Sin embargo, poco se ha avanzado en la integración de
catálogos o muestrarios de dichos materiales foráneos, por lo que se habla de ellos de manera
generalizada. En este trabajo presentamos el muestrario completo de la cerámica de procedencia
o apariencia oaxaqueña recuperada en las excavaciones recientes en Tlailotlacan, mejor conocido
como el Barrio Oaxaqueño, con el objetivo de que pueda ser comparado con la cerámica foránea
de otros sitios del Clásico en el Altiplano Central, como Chingú, Acoculco y El Tesoro.
Palabras clave: Teotihuacán, Tlailotlacan, cerámica oaxaqueña.
Abstract: The presence of foreign pottery, both on the surface and in multiple areas explored in
Teotihuacan, has been reported by various researchers, who have referred to this material as direct
evidence of trade networks of a sweeping geographical scope involving the Teotihuacán state,
along with the coexistence of people who came to the great metropolis from different regions in
Mesoamerica. However, there has been little progress in the integration of a ceramic reference
database and samples of these foreign wares, so these materials can only be discussed in general
terms. In this paper we present a complete sample of the ceramics from Oaxaca or pottery that
resembles their appearance, recovered in recent excavations at Tlailotlacan, better known as the
Oaxaca Barrio. The purpose of this work is to provide a reference for comparison and contrast
with other foreign ceramics from Classic period sites in the Central Highlands, such as Chingú,
Acoculco, and El Tesoro.
Keywords: Teotihuacan, Tlailotlacan, Oaxaca pottery.
El hallazgo de cerámica foránea en numerosas y amplias áreas del asentamien-
to prehispánico —realizado durante los recorridos de supericie del equipo del
Teotihuacan Mapping Project en la década de 1960— abrió la discusión académica acerca de la conformación “multiétnica” de la población antigua, así como
de los vínculos culturales, políticos y económicos entre la metrópoli, su periferia
próxima y otras regiones de Mesoamérica.
Pronto se identiicaron grupos cerámicos semejantes a los que caracterizaban
a los valles centrales de Oaxaca, al área maya o a la costa del Golfo de México,
principalmente (Rattray, 1979, 1987, 1993; Paddock, 1972, 1983); además se localizaron contextos funerarios (tumbas) que referían la presencia prolongada de
posibles grupos de inmigrantes avecindados en sitios como Tlailotlacan, un sector asentado al noroeste de la mancha urbana (Millon, 1967).
* Zona Arqueológica de Teotihuacán, INAH.
95
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
Algunos materiales cerámicos de procedencia
foránea fueron localizados en contextos muy tempranos, como en los rellenos de la Pirámide del
Sol, fechados hacia la fase Tzacualli (1-100 d.C.)
(Rattray, 1987: 256); otros formaban parte de
áreas de actividad de las fases intermedias en la
secuencia cronológica teotihuacana (Rattray,
1981, 1987; Spence, 1989), y durante los últimos
años de la ciudad también era posible ubicar objetos y tiestos, lo cual implica que la metrópoli
mantuvo relaciones constantes y permanentes con
mayas, zapotecas y otros grupos a lo largo de su
historia.
Aunque aún no es posible reconstruir los circuitos de intercambio de objetos ni se tienen datos
acerca de los intereses que movieron a los grupos
de inmigrantes a avecindarse en la ciudad, se
cuenta con múltiples referencias de que uno de los
materiales foráneos más abundantes en el sitio es
el oaxaqueño, ya sea mediante la presencia de
objetos importados, o de objetos similares manufacturados en Teotihuacán, es decir, imitaciones
(Gibbs, 2001; Palomares, 2006; Rattray, 1993;
Roldán, 2010; Ortega, 2014).
Investigaciones arqueológicas
realizadas en Tlailotlacan
El Barrio Oaxaqueño, nombrado así por Millon
(1967), Fowller y Paddock (1975) y Rattray (1993),
también conocido como Tlailotlacan (Spence,
1989), se asentó en la ladera sur del Cerro Colorado Chico, una de las elevaciones que delimitan
al Valle de Teotihuacán en su extremo poniente.
Se ubica 3 km al poniente de la Calzada de los
Muertos, abarcando los sectores N1W6 y N2W6.
Tlailotlacan se compone de 10 a 15 conjuntos, por
lo que Michael Spence propuso una nomenclatura basada en anteponer las letras TL seguidas
por el número de conjunto correspondiente al plano de sector, así, el conjunto 1:N1W6 también es
nombrado TL1 (Spence, 1989).
En la década de los años sesenta John Paddock
y René Millon realizaron diferentes aseveraciones
sobre el papel que desempeñó el Barrio Oaxaqueño en Teotihuacán: enfatizaron el vínculo
existente entre la elite teotihuacana y la clase go-
bernante de Monte Albán, y catalogaron al asentamiento como un “enclave”, una “embajada” y
un “barrio étnico”; sin embargo, aún no se ha
identiicado la función o rol que cumplió dentro
del sistema económico y político de Teotihuacán
(Paddok, 1983; Millon, 1967; Rattray, 1987, 1993;
Spence, 1989, 1993, 1998; Palomares, 2007).
Entre 1966 y 1967 John Paddock realizó excavaciones al lado de Evelyn Rattray en el conjunto
TL7, con fondos de la Universidad de las Américas, descubriendo varios cuartos y espacios arquitectónicos de estilo teotihuacano, así como tres
entierros, uno de los cuales estuvo asociado a fragmentos de una vasija eigie de la época Monte
Albán II-IIIA (200-350 d.C.) y tiestos de incensarios teotihuacanos. A inales de 1967 René Millon
y Juan Vidarte excavaron la parte noroeste del
conjunto TL7 y complementaron las investigaciones de Paddock y Rattray al reportar la presencia
de un depósito funerario cuyas características lo
relacionaban con el área oaxaqueña: una tumba
en cuya entrada se localizó una piedra con la inscripción del glifo “nueve movimiento”, perteneciente al sistema de escritura zapoteca; además
registró una vasija eigie de estilo Monte Albán
III-A que había sido rota intencionalmente dentro
de una habitación, en un evento ritual fechado
hacia la fase Metepec (600 d.C.). Los materiales
cerámicos analizados permitieron determinar que
los grupos foráneos ocuparon este sector urbano
entre 300 y 650 d.C. (Millon, 1967: 42-44).
Veinte años después, en 1987, bajo los auspicios
del Social Sciencies and Humanities Research
Council of Canada, Michael Spence retomó las
investigaciones en Tlailotlacan al intervenir la
sección sur del conjunto TL6, localizado justo al
poniente del TL7 que habían intervenido Millon
y Paddock. Entre 1987 y 1989 puso al descubierto una plaza con altar central rodeada de tres
plataformas, bajo las cuales se hallaron dos tumbas. La presencia de cerámica zapoteca alcanzó
3.3% del total registrado (Spence, 1989: 36) y se
componía de vasijas de tipo utilitario, entre las
que sobresalían los cajetes cónicos, apaxtles y
macetas, así como comales, ollas, jarras, platos,
cajetes zoomorfos, sahumadores, igurillas, vasijas con desgrasante de mica y fragmentos de urnas, todos correspondientes a tipos de la época
96
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
Monte Albán II-IIIA (200-350 d.C.); un dato importante es que la mayoría de esa cerámica es de
arcilla local, es decir, fabricada en Teotihuacán,
aunque existen algunos ejemplares importados
(Spence, 1989: 36).
Durante la década de los noventa el área fue
intervenida a través de excavaciones de salvamento arqueológico, así se intervino parte del conjunto TL1 (Cabrera, 1995), y en 2008 continuaron las
excavaciones a través del Proyecto de Investigación Arqueológica Barrio Oaxaqueño, auspiciado
por el inah y dirigido por Verónica Ortega Cabrera; además de excavar parcialmente TL2, TL9,
TL11 y TL67, amplió la información de TL1 y de
su entorno geográico, con lo cual se logró determinar que la ocupación foránea tuvo lugar desde
momentos muy tempranos, probablemente ya en
las fases Tzacualli-Miccaotli (100-200 d.C.). La
arquitectura es de uso doméstico; los pisos de patios, plazas y pasillos están cubiertos con lajas,
como una característica propia de este sector, y
las habitaciones se distribuyen en torno a esos espacios abiertos, conformando un patrón claro de
unidades habitacionales individuales, integradas
en conjuntos arquitectónicos amurallados. Dentro
del patrón arquitectónico se incluye la tumba, un
recinto funerario construido de manera previa a
las plataformas de los templos domésticos y debajo de los patios y las plazas, lo cual indica que
el diseño de los conjuntos ya incluía la presencia
de ese elemento.
Cerámica importada de Oaxaca
En la década de los ochenta, Evelyn Rattray llevó
a cabo análisis de arcillas mediante activación
neutrónica en diversas muestras de cerámica gris
procedentes de los recorridos de supericie del
Teotihuacan Mapping Project, identiicando tres
grupos: 1) la cerámica gris ina, importada de
Oaxaca, 2) la cerámica gris hecha en Teotihuacán,
que incluye vasijas y igurillas, y 3) las vasijas
eigie de Monte Albán (Rattray, 1993: 35).
La mayoría de los tiestos provenían de diversos
sectores de la ciudad, pues en Tlailotlacan era
escasa la cerámica gris importada (Rattray, 1993:
54-68), situación que fue conirmada por Michael
Spence (1993) con sus análisis de los materiales
del conjunto arquitectónico TL6, donde se percató de que la cerámica importada de Oaxaca pertenecía a formas de uso doméstico como los
cajetes cónicos y los apaxtles, hechos en cerámica gris, así como vasijas elaboradas con pasta
micácea y fragmentos de vasijas eigie.
Con base en nuevos análisis de activación neutrónica, Kevin T. Gibbs reairmó que las cantidades de cerámica de importación eran muy bajas
en Tlailotlacan, con un porcentaje aproximado de
3 a 5% (Gibbs, 2001: 57).
El énfasis en la cerámica gris dejó de lado la
presencia de otros grupos oaxaqueños como el
crema, el café y el naranja, los cuales también han
sido registrados en algunos de los conjuntos arquitectónicos de Tlailotlacan, por lo que haremos
mención de los mismos.
Cerámica oaxaqueña
de Tlailotlacan
Al margen de la procedencia de las arcillas con
que se manufacturaron las vasijas, consideramos
importante establecer cuáles son los grupos y las
formas oaxaqueñas utilizados en Tlailotlacan,
para complementar la información consignada por
Rattray (1993) con la obtenida en las excavaciones
de los conjuntos TL1, TL2, TL6, TL7, TL9, TL11
y TL67 realizadas entre 2008 y 2014 por el Proyecto de Investigación Arqueológica Tlailotlacan,
Teotihuacán del inah (ig. 1).
Para identiicar y clasiicar la cerámica oaxaqueña de Tlailotlacan utilizamos la propuesta
cronológica de Caso, Bernal y Acosta (1967); sin
embargo, aquí se abordan y describen únicamente
los grupos y tipos oaxaqueños presentes en
Tlailotlacan (tabla 1), y si se pretende profundizar
en el tema será preciso consultar la obra referida.
Apaxtle o Apaztle
Son vasijas utilitarias de grandes dimensiones,
con cuerpo cónico y fondo plano, el diámetro
máximo de estas vasijas reportado en Monte Albán es de 76.5 cm.
97
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
Fig. 1 Mapa de ubicación de las excavaciones referidas (modiicado de Rattray, 1993 por Aldo Díaz).
98
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
Tabla 1 Tabla comparativa de los tipos y formas de cerámica importada oaxaqueña identiicados por Rattray
(1993) y los tipos identiicados por Ortega (2008-2014). En cuanto al patrón de la cerámica importada, se
observa una preferencia por la cerámica gris ina, por su abundancia en tipos y formas, comparado con los
barros cafés, cremas y amarillos
Formas cerámicas
Tipos
Rattray 1993
Ortega 2008-2014
G-1
Cajete de paredes bajas o Cajete zoomorfo
G-1
Vaso
G-1
Disco
G-2
Apaxtle
G-3
Jarras u Ollas
G-3
Olla con asa vertedera
G-3
Vaso
G-3
Cajete cónico sencillo
G-3
Florero
G-3
Cajete con soporte
G-4
Cajete simple
G-4
Cajete de fondo plano
G-4
Cajete de base anular
G-12
Cajete cónico con dos líneas incisas
Olla
Vaso
Cajete cónico con dos líneas incisas
G-21
Cajete cónico con decoración en el fondo
G-23
Vaso
G-23
Cajetes tallados e incisos
K-1
Sahumador
K-1
Pichancha
K-1
Grandes vasos o macetas
K-7
Cajete cónico con dos líneas incisas
K-14
Figurillas zoomorfas
K-14
Figurillas antropomorfas
G-1
Figurillas zoomorfas
G-1
Figurillas antropomorfas
C-6
Cajete de paredes bajas o Cajete zoomorfo
C-7
C-8
Sahumador
Cajetes de paredes bajas
A-1
Sahumador
Vasijas Eigie
Vasija Eigie
Representación
Tipo
Conjunto
Referencia
3
Dios Cocijo
G-1?
TL-1
Palomares 2007
4
Dios Viejo 6F
Arcilla Teotihuacana
TL-1
Palomares 2007
6
Dios con Máscara Bucal de Serpiente
Arcilla Teotihuacana
TL-1
Palomares 2007
6
Dios Viejo 6F
Arcilla Oaxaqueña
TL-1
Palomares 2007
7
Dios Viejo 6F
Arcilla Teotihuacana
TL-11
Ortega 2014
8
No identiicado
G-4
TL-11
Ortega 2014
9
Dios con Máscara Bucal de Serpiente?
Arcilla Teotihuacana
TL-11
Ortega 2014
10
Tipo acompañante?
G-3
TL-11
Ortega 2014
99
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
Los apaxtles de Tlailotlacan solamente se encuentran elaborados en barro gris del tipo G2 con
desgrasante de arena cuarzosa, son de paredes
muy gruesas, generalmente alisados o pulidos en
el interior y con un acabado de supericie exterior
raspado, dándole una textura áspera; el diámetro
de las vasijas va de 29 a 50 cm (CBA, 1967: 46,
Bernal, 2012: 366, 367). Son vasijas de uso doméstico y se diferencian por la variedad de bordes
que presentan (ig. 2). Todas son de fondo plano y
paredes cónicas, el borde, el grosor de las paredes y la decoración varía según el tipo. Las
proporciones de estas vasijas son variables (Caso,
Bernal y Acosta, 1967: 176).
Barro G21. Es una mezcla que contienen arena
cuarzosa, de color gris, con un tratamiento de
supericie alisado en el interior y raspado al
exterior, su característica principal es la decoración incisa en el fondo interior, formando diseños curvos como de lores o líneas
ondulantes hechos cuando el barro aún estaba fresco, posiblemente con una estaca
(ibidem: 176, 293, 347). En función de sus diseños podemos ubicarlos en la época II-IIIA
(ig. 3).
Barro G12. Barro gris con desgrasante de
arena cuarzosa, pulido por uno o ambos lados,
está decorado al interior con dos líneas incisas
grabadas paralelas al borde, realizadas antes
de la cocción (ig. 4). Son particulares de la
época II pero sobreviven la etapa de transición
y están presentes en la época IIIA (ibidem:
176, 293, 347, Bernal, 2012: 280).
Barro K7. Presenta diorita o arena cuarzosa
como desgrasante, es de color café, los cajetes
de este tipo tienen dos líneas hundidas cerca
del borde, incisas antes de la cocción (ig. 5).
Puede o no presentar pulido (ibidem: 52). Se
trata de un cajete cilíndrico de paredes rectas
muy bajas, de borde redondeado, decorado con
pequeñas placas salientes de líneas hundidas,
que les dan la apariencia de animales —aves,
tortugas y felinos—; las salientes son modeladas y adheridas al pastillaje, con incisiones
hechas cuando el barro aún estaba fresco. Son
de uso ceremonial y se consideran una imitación popular de las vasijas de borde ondulante de época I (ibidem: 157, 208, 358; Bernal,
Fig. 2 Cajete cónico. A) Borde de apaxtle engrosado,
con labio redondeado (TL67). B) Borde de apaxtle
2012: 187, 88).
engrosado con labio biselado (TL67). C) Borde de
Se encuentran en barro del tipo G 1. Este
apaxtle biselado y engrosado hacia el interior (TL67).
barro se distingue por su desgrasante de arena
D) Borde con biselado interior y reforzado, vista
interior y exterior (TL7). E) Borde plano divergente,
cuarzosa y ausencia de pulimento. Las pevista interior y exterior (TL7). F) Borde reforzado con
queñas vasijas encontradas en Tlailotlacan
biselado interior, vista interior y exterior (TL7).
presentan las características cronológicas de
G) Forma completa Apaxtle. Foto: (A, B y C) Aldo
Díaz (D, E y F) Elsa Díaz; dibujo: Elsa Díaz.
época II de Monte Albán (ig. 6).
100
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
Fig. 3 Cajete cónico G21. A) Fondos de cajete cónico G21 decorados con líneas toscamente grabadas por medio de una estaca en forma de círculos más o menos concéntricos o
con líneas ondulantes paralelas (Caso, Bernal y Acosta, 1967: 67). Foto y dibujo: Elsa Díaz.
Fig. 4 A) Bordes de cajete cónico G 12 (TL11,
TL9, TL1). B) Forma completa cajete cónico G12.
(TL 11). Foto y dibujo: Elsa Díaz.
Fig. 5 Cajete zoomorfo. A) Cajete cónico K7.
B) Cajetes con decoración acanalada en el borde
(TL11). Foto: Aldo Díaz.
101
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
Figura 6 Cajete zoomorfo G1 A), B), C) Cajetes
cilíndricos de paredes muy bajas (TL7). Foto:
Aldo Díaz.
Barro C6. Contiene diorita corriente como desgrasante, con un grosor delgado a medio, pulido
y sin más decoracion que un baño que va del café
claro al café rojizo (ig. 7).
lados. La cazuela forma un casquete esférico
perforado en todo el cuerpo, con fondo redondeado, el mango hueco está conectado con la cazuela (ig. 8).
Barro A1. Es de color rosado a café, sin pulir.
Contiene arena cuarzosa como desgrasante. En la
igura 9 se muestra un sahumador de cazuela semiesférica y base redonda, con perforaciones y
mango cilíndrico hueco que conecta con la cazoleta. Presenta un acabado de supericie ligeramente alisado por ambos lados, corresponde a las
épocas IIIA, IIIB-IV (Caso, Bernal y Acosta,
1967: 193, 249, 358).
La igura 10 muestra un sahumador de barro
K1 grueso, arenoso y sin pulir. Tiene una cazoleta rectangular sin perforaciones, con mango cilíndrico y hueco que remata en una garra de jaguar
o murciélago (ibidem: 434, 435).
Sahumador
Vasija exclusivamente de uso ceremonial, de cazuela grande y con pequeñas perforaciones circulares bien cortadas, existe una conexión entre la
cazuela y el mango, que suele ser cilíndrico y
hueco.
Sahumadores de la época II
Barro C7. Con desgrasante de diorita corriente.
Este barro puede estar pulido por uno de sus
Fig. 8 A) Fragmento de cazuela C7 con oriicios
hechos antes de la cocción (TL7). B) Fragmento
hueco y cilíndrico de mango de sahumador
(TL67). Foto: Elsa Díaz.
Figura 7 Cajete zoomorfo grupo C6 (procedente
de TL 11). Foto: Aldo Díaz.
Fig. 9 Grupo A1. Sahumador de cazuela semiesférica con perforaciones circulares; el mango
hueco y cilíndrico conecta con la cazuela (TL11).
Foto: Aldo Díaz.
102
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
Fig. 12 A) Disco de barro G1 vista en planta
y peril (TL1). B) Fragmento de vista en planta y
peril (TL1). Foto: Elsa Díaz.
Pichancha
Fig. 10 Sahumador K1 de cazoleta rectangular,
mago que remata en garra de jaguar (TL1).
Foto: Aldo Díaz.
En la igura 11 puede apreciarse una pieza característica de la época II: una vasija utilitaria con
forma de olla globular y cuello pequeño; tiene
fondo plano y dos grandes asas, todo el cuerpo de
la vasija se encuentra perforado por agujeros hechos antes de la cocción. En Tlailotlacan sólo se
han recuperado fragmentos de barro K1 con diorita y arena cuarzosa como desgrasante, sin pulir
(Caso, Bernal y Acosta, 1967: 253).
Discos
Época II
Son planos y de grosor medio, carecen de acabado de supericie. Por lo general se encuentran asociados a contextos funerarios.
Barro G1. Con desgrasante de arena cuarzosa,
no presentan pulimento alguno, son de color café
grisáceo, al parecer no alcanzaron el color gris
por deiciencias en la cocción (ig. 12). Su diámetro va de 20 a 24 cm (ibidem: 362, 436, 253).
Fig. 11 Pichancha grupo K1. A) Fragmentos de
pichancha con pequeñas perforaciones realizadas antes de la cocción (TL7). B) Pichancha
forma completa (tomado de Caso, Bernal y
Acosta, 1967: 253). Foto: Elsa Díaz.
Ollas
Barro G3. De color gris-blanquecino, con desgrasante de diorita, acabado pulido (ig. 13). Corres-
103
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
Fig. 13 Borde de olla grupo G3 (TL67). Foto: Elsa
Díaz.
que el ángulo entre la base y la pared tiende a ser
recto. Son vasijas de uso ceremonial.
Barro G3. Tiene como desgrasante arena cuarzosa, el barro es de grosor medio y se puede encontrar pulido por uno o ambos lados. Los vasos
G3 de Tlailotlacan se encuentran pulidos por fuera y por dentro, algunos son completamente cilíndricos, pero también existe la variante donde el
diámetro del fondo es ligeramente menor al de la
boca (ig. 14).
Barro G1. Estas piezas carecen de acabado de
supericie, de textura burda, con desgrasante de
arena cuarzosa (ig. 15). Los vasos de este grupo
Fig. 15 Vasos grupo G1, procedentes del
conjunto arquitectónico TL6. Foto: Elsa Díaz.
Figura 14 Vasos cilíndricos grupo G3. Algunos
pueden presentar el diámetro inferior mayor al de
la boca, o viceversa (TL1). Foto: Aldo Díaz.
ponde a la época II y se distinguen por tener el
cuerpo globular, el fondo casi siempre es plano
y cuello corto, con bordes ligeramente divergentes y sencillos (Caso, Bernal y Acosta, 1967: 219).
Vasos
Época II-IIIA
Los vasos de silueta cilíndrica, paredes rectas con
borde redondeado y fondo plano, son comunes
para la época II de Monte Albán, aun cuando la
forma se mantiene en la III-A. Se distinguen por-
presentan una altura que llega a ser hasta cuatro
veces mayor que el diámetro, por lo que dan la
impresión de ser tubos con fondo (ibidem: 240,
300, 351, 352).
Grandes vasos o macetas
Grandes vasos de fondo cóncavo, paredes recto
divergentes, de borde sencillo, presentan una
pequeña perforación en el fondo, además de tener en su mayoría dos pequeñas protuberancias
a unos centímetros del borde exterior, a semejanza de asas que pudieron servir para levantar la
vasija con ambas manos.
Barro K1. Es grueso, arenoso y sin pulir, con
diorita o arena cuarzosa como desgrasante. Se
utilizó para fabricar utensilios domésticos como
los grandes vasos o macetas (ig. 16). Aparecen
desde la época I, tienen presencia en la época II
y desaparecen, de hecho, en la época III-A (ibidem: 208, 358).
104
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
ferencias de color por la cocción (Caso, Bernal y
Acosta, 1967: 268-278).
Subtipo I
Fig. 16 Grandes vasos o macetas, grupo K1. A y
B) Provenientes del conjunto arquitectónico TL1;
C) proveniente del conjunto arquitectónico TL7.
D) Dibujo en el que se puede apreciar el detalle
del acabado de supericie exterior (TL7). Foto:
Aldo Díaz, Dibujo: Elsa Díaz.
Cabeza cónica, cejas arqueadas formadas por líneas hundidas que llegan hasta el arranque de la
nariz prominente y aguileña; ojos inclinados y
romboidales, con la órbita hundida y sin marcar
la pupila, boca formada por dos bandas al pastillaje a manera de labios; tocado hecho con dos
bandas alrededor de la cabeza y collar marcado
con incisiones. Pueden estar de pie o sentadas, las
cabezas y el cuerpo son sólidos (ig. 17).
Figurillas antropomorfas
Modeladas y con pastillaje
Esta descripción se basa en el estudio de las representaciones humanas de la época I de Bernal
(2012), quien airma que no hay un cambio estilístico entre las igurillas de época I y II. Nosotros
consideramos las igurillas modeladas para dichas
épocas, ya que las de época III son por completo
distintas y hechas en molde.
Las igurillas oaxaqueñas casi siempre están
de pie, las piernas se encuentran muy abiertas y
forman un arco entre ellas, los brazos son cortos,
cónicos y divergentes; en las representaciones femeninas los pechos son pequeños, indicados por
bolitas de cerámica adheridas, el ombligo está
bien marcado por un punto inciso. El sexo también
se indica; todas están desnudas. Los ojos son ligeramente inclinados con forma de rombo, la pupila puede o no estar indicada con un punto. Las
cejas son unas líneas incisas que siempre llegan
hasta el entronque de la nariz, que se representa
prominente y aguileña. La boca, las orejas, el cabello, el tocado y las orejeras están hechos con
pastillaje, complementados con incisiones. Generalmente están elaboradas en barro gris, con di-
Fig. 17 Figurillas antropomorfas subtipo I. A y B)
proveniente del conjunto arquitectónico TL1, C)
Conjunto TL7. Foto: Aldo Díaz.
Subtipo II
Diiere del subtipo I en que las caras son más
alargadas, los ojos son inclinados y romboidales
pero si tienen pupila, las orejeras son redondas, el
tocado es más elaborado y a veces forma un trenzado o una banda en puntos; la cabeza es sólida,
el collar está hecho por puntos y no por líneas
(ig. 18).
Subtipo III
Cabezas sólidas, anchas y gruesas, cejas en forma
de arco hechas por medio de incisiones que llegan
hasta el arranque de una nariz prominente; ojos
inclinados romboidales, la pupila del ojo se indica
con un punto y la boca con dos bandas colocadas
al pastillaje; tienen orejeras redondas y a veces se
indica el cabello (ig. 19).
105
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
Fig. 18 Subtipo II. Fragmento de igurilla antropomorfa, conjunto TL7. Foto: Aldo Díaz.
Fig. 20 Subtipo IV. Torso de igurilla antropomorfa, conjunto arquitectónico TL1. Foto: Aldo Díaz.
Fig. 21 Subtipo V. Cabezas de igurillas antropomorfas procedentes del conjunto TL1. Foto: Aldo
Díaz.
Fig. 19 Subtipo III. Cabezas de igurilla procedentes del conjunto TL1. Foto: Aldo Díaz.
Subtipo IV
Cabezas anchas y bastante planas, cejas en forma
de línea hundida que llegan al arranque de la nariz, siempre tienen orejeras redondas; ¿el pelo es
liso o en trenzas, algunas tienen un collar de cuentas hecho por pastillaje (ig. 20).
Subtipo V
Cabeza de forma cónica con una especie de cuerno que sale del centro de la frente, cejas arqueadas
formadas por líneas hundidas que llegan hasta la
base de la nariz; ojos de forma romboidal, nariz
aguileña, boca formada por dos bandas al pastillaje, orejas con hendiduras que pueden tener orejera (ig. 21). En los laterales superiores muestran
salientes planas en las que se hicieron dos o tres
incisiones (Bernal, 2012: 126-129).
Figurillas zoomorfas
Perros
Aparecen a partir de la época III-A, pues no se
realizan en Monte Albán antes de ese periodo, por
lo que se les considera un rasgo nuevo. Estas igurillas están toscamente hechas en un barro sin
pulir y parecen objetos de arte popular. Los ojos
106
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
pueden estar señalados por pastillaje o incisiones
tubulares (Caso, Bernal y Acosta, 1967: 360, 361;
Bernal, 2012: 291, 292, 367).
Se elaboran en pasta café o gris; los primeros
pueden presentar variaciones, la cabeza es triangular en planta, con ojos circulares y lineales,
puden estar hechos con incisión o con un instrumento hueco tipo caña. La boca se señala por una
línea incisa horizontal; el torso puede ser plano
cóncavo, plano convexo, rectangular o cuadrado,
las extermidades son redondas en corte (ig. 22).
Los de pasta gris se caracterizan por tener las
patas muy abiertas, la cabeza levantada y las orejas paradas; en planta la cabeza es triangular, el
hocico generalmete no está indicado, y cuando lo
está es abierto con una línea incisa horizontal; la
mayoría no tiene nariz, pero en caso de tenerla
está indicada con una línea incisa vertical, las
orejas son altas y forman una “V” entre ellas. Los
torsos pueden ser rectangulales, planos y cuadrados, las extremidades son abiertas y tubulares con
forma de “U” (Martínez y Winter, 1994: 115-134).
Ranas
Son igurillas toscas, de barro gris-cremoso o
café. Fueron elaboradas por modelado, con deco-
ración incisa y punzonada, algunas exhiben variaciones en el color. La cabeza puede ser
tringular o circular, la boca se señala con una
incisión horizontal profunda, los ojos son abultados, con una línea incisa o modelados al pastillaje (ig. 23). Su torso es plano y ligeramente
convexo, pueden estar o no decorados, las extremidades son cónicas y pueden presentarse extendidas o lexionadas (Martínez y Winter, 1994:
110-114) (ig. 23).
Vasijas-eigie
Hasta la fecha se han recuperado diez vasijaseigie en Tlailotlacan (Millon, 1967; Rattray,
1993; Palomares, 2007 y Ortega 2009, 2014). Estos objetos se encuentran asociados sobre todo a
contextos de carácter ritual, como entierros, altares en plazas y algunas habitaciones en los conjuntos domésticos. Javier Urcid (1992, 2003,
2005) menciona que dichos objetos fueron utilizados en dos tipos de contextos: los dedicados al
culto funerario y como ofrendas al inicio de la
construcción de un ediicio. Para su análisis nos
hemos basado en el trabajo de Caso y Bernal
(1952), quienes plantean que las eigies adheridas
a los vasos representan dioses o sacerdotes con
Fig. 22 Fragmentos de cánidos elaborados de manera burda. Algunos presentan aplicaciones al pastillaje
para resaltar rasgos como las orejas, ojos o nariz; estos atributos se indican por incisiones (conjuntos TL1,
TL2, TL6, TL7, TL9, TL11, TL67). Foto: Aldo Díaz.
107
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
Vasija-eigie núm. 3
Mide 22 cm de alto por 15 cm de ancho. Fue localizada en un contexto funerario, el personaje
representa al dios Cocijo, quien se encuentra sentado con las piernas cruzadas y las manos sobre
las rodillas. De acuerdo con los análisis de activación neutrónica, se determinó que fue elaborada en los valles centrales de Oaxaca (Palomares,
2007: 108).
El tocado muestra el glifo “C”, decorado con
dos cintas que cuelgan a los lados. Porta una capa
que le cubre los hombros y el antebrazo, decorada
con vírgulas y representaciones de cuentas circulares. Sellen (2007: 262) propone que estos elementos se tratan de una variante del glifo
“horquilla”, que es típico en representaciones de
Cocijo y del complejo del maíz de las vasijaseigie (ig. 24). Su estilo corresponde a la época
Monte Albán Transición II-IIIA, lo cual es conirmado por Javier Urcid (1992, 2005).
Vasija-eigie núm. 4
Tiene una altura de 19 cm por 17 cm de ancho, los
rasgos del personaje iconográicamente pertene Fig. 23 A) Fragmentos de ranas con el torso
decorado mediante líneas incisas, algunas
presentan incisión y punzonado; provenientes del
conjunto arquitectónico TL1. B) Fragmentos de
ranas con el torso decorado por medio de líneas
incisas. En la pieza completa de la parte inferior
se muestra la boca y los ojos pegados al
pastillaje, dándole una apariencia abultada.
Provenientes del conjunto arquitectónico TL11.
Foto: Elsa Díaz.
vestimenta de dioses (Caso, 2003: 149); sin embargo, aclaran que en su propuesta existe un tipo
de vasija —denominada “acompañante”— que no
parece representar a algún dios.
En virtud de que las vasijas eigie localizadas
por Millon y Rattray ya han sido descritas en otras
publicaciones, presentamos las recuperadas más
recientemente, con el objetivo de contar con el
corpus completo (tabla 2).
Fig. 24 Características generales de la vasija- eigie
núm. 3, conjunto arquitectónico TL1. Dibujo de
Miguel Ángel Vargas.
108
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
Tabla 2 Vasijas eigie de Tlailotlacan, Teotihuacán (Miguel Ángel Vargas)
Vasija-eigie no. 1
Conjunto arquitectónico TL7
Vasija eigie no. 6
Conjunto arquitectónico TL1
(Millón, 1973)
(Palomares, 2006)
Vasija eigie no. 2
Conjunto arquitectónico TL7
Vasija eigie no. 7
Conjunto arquitectónico TL11
(Rattray, 1993)
(Ortega, 2014)
Vasija eigie no. 3
Conjunto arquitectónico TL1
Vasija eigie no. 8
Conjunto arquitectónico TL11
(Palomares, 2006)
(Ortega, 2014)
Vasija eigie no. 4
Conjunto arquitectónico TL1
Vasija eigie no. 9
Conjunto arquitectónico TL11
(Palomares, 2006)
(Ortega, 2014)
Vasija eigie no. 5
Conjunto arquitectónico TL1
Vasija eigie no. 10
Conjunto arquitectónico TL11
(Palomares, 2006)
(Ortega, 2014)
109
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
parte de la iconicidad teotihuacana (ig. 26).
Vasija-eigie núm. 6
Mide 22 cm de altura,
tiene forma tubular con
diámetro de 5 cm. El personaje se encuentra sentado con las piernas cruzadas
y las manos sobre las rodillas. Su vestimenta es
sencilla, conformada por
elementos circulares en
muñecas y empeines. Sobre el pecho lleva un pectoral en forma de nudo. Su
Fig. 25 Elementos que componen la vasija-eigie núm. 4, procedente del
conjunto arquitectónico TL1, Tlailotlacan, Teotihuacán. Dibujo de Miguel
estilo está asociado a la
Ángel Vargas.
fase Monte Albán II (Palomares, 2007: 106) y reprecen a la categoría del “Dios viejo llamado 5 F”
senta al “Dios viejo 5 F” (Caso y Bernal, 2003),
(Caso y Bernal, 2003), mientras Urcid (2001) depues los rasgos iconográicos propios de esta deiine a los mismos elementos como el glifo X. Se
dad son el glifo mismo, conformado por el rostro
muestra sentado, con las piernas cruzadas y las
del personaje, y una gran cabeza de ave con pico
manos sobre las rodillas, posición característica
ancho y encorvado que cubre la parte superior del
de estas piezas. Fue elaborada en el Valle de Teorostro, pero deja libre la nariz y la boca (Caso y
tihuacán (Ortega, 2014: 182) y su estilo corresponde a la época de transición II-IIIA de Monte Albán
(ig. 25).
Vasija-eigie núm. 5
Mide 24 cm de altura, el cuerpo está compuesto
por una vasija tubular a la cual se adhirieron elementos para componer el personaje representado.
Porta orejeras circulares y un tocado de tipo sombrero (Caso y Bernal, 2003), ya que fue trabajado
aprovechando la forma tubular de la vasija. El
barro para su manufactura procede del Valle de
Teotihuacán y su estilo corresponde a la fase
Monte Albán II.
En su tocado muestra un posible glifo aún no
identiicado, ya que los elementos que lleva no son
característicos en las representaciones de vasijaseigie de Oaxaca, por lo que es posible que se
trate de elementos locales, es decir, que formen
Fig. 26 Desglose de los elementos que conforman la vasija-eigie núm. 5. Dibujo de Miguel
Ángel Vargas.
110
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
Fig. 27 Esquema de la vasija-eigie núm. 6. Se muestran los elementos que la componen. Dibujo de
Miguel Ángel Vargas.
Bernal, 2003: 436), rasgos visibles en esta pieza
(ig. 27).
Vasija-eigie núm. 7
La vasija fue elaborada con forma tubular y se le
adhirieron los elementos que conforman al personaje. Se encuentra sentado con las piernas cruzadas y las manos sobre las rodillas, su vestimenta
es compleja, pues consta de un gran tocado que
descansa sobre un turbante acolchado —quizá
haya sido de algodón— y una capa que lo envuelve desde los hombros hasta las manos; la capa
tiene una serie de tiras decoradas con cuentas alrededor; debajo de esas tiras se observa una serie
de placas escalonadas que Caso y Bernal (2003)
identiican como el glifo de cerro o montaña, muy
característico de la iconografía zapoteca.
Sus rasgos estilísticos la relacionan con la fase
Monte Albán III-A, en la categoría de “Dios viejo 5 F”, ya que se aprecian importantes elementos
iconográicos, como la forma de ave de pico ancho
en el tocado y las tiras con adornos circulares que
cuelgan en torno al rostro (ig. 28).
Fig. 28 Esquema que muestra los elementos que
componen a la vasija-eigie núm. 7. Dibujo de
Miguel Ángel Vargas.
Vasija-eigie núm. 8
De esta vasija-eigie sólo se cuenta con tres fragmentos hallados en un contexto funerario. Corresponden al tocado, las piernas y una de las orejeras
del personaje, quien se encuentra sentado con las
piernas cruzadas y las manos sobre las rodillas,
111
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
Fig. 30
Fragmento de
vasija-eigie.
Foto: Aldo
Díaz.
Fig. 29 Fragmentos de la vasija-eigie núm. 8,
procedente del conjunto arquitectónico TL11.
Foto: Aldo Díaz.
Fig. 31
Fragmentos de
la vasija-eigie
núm. 10. Foto:
Aldo Díaz.
en sus empeines se reconocen adornos circulares
(ig. 29). Según Ortega (2014), la arcilla para manufacturar esta vasija es del grupo G4 oaxaqueño,
por lo cual podría datarse en la época de transición II-IIIA, pues el tocado corresponde al tipo
sombrero o “pantalla”, muy común entonces.
Vasija-eigie núm. 9
Sólo se cuenta con un fragmento de 11.5 cm de
largo por 8 cm de ancho. Se trata de un rostro
antropomorfo de estilo zapoteca y ojos almendrados, en cuya parte superior lleva una tira de arcilla a manera de tocado, con dos líneas incisas que
corren lateralmente. La arcilla es de origen teotihuacano (ig. 30). Probablemente la deidad representada sea el “Dios con máscara bucal de
serpiente”, ya que los ojos almendrados son distintivos de esa deidad.
Vasija-eigie núm. 10
Fueron recuperados seis fragmentos de esta vasija, manufacturada en los Valles Centrales de Oaxaca con barro tipo G3 (Ortega, 2014: 186). El
rostro del personaje, del cual sólo se tiene la mitad
izquierda, recuerda los rasgos de las igurillas teotihuacanas. Otra pieza, identiicada como parte
de este personaje, es un fragmento de placa decorado con tiras a manera de plumas y chalchihuites
(ig. 31). Es difícil asignarle una cronología porque
112
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
su tipo de barro no es adecuado para fechamiento,
ya que se utiliza desde las etapas tempranas de
Monte Albán hasta Monte Albán III-B (Caso,
Bernal y Acosta, 1967: 24).
En resumen, las vasijas eigie de Tlailotlacan
representan por los menos cuatro categorías: 1)
dios Cocijo, 2) dios con máscara bucal de serpiente, 3) Dios viejo 5 F y 4) acompañantes. Su
estilo corresponde al periodo comprendido entre
las fases Monte Albán II y Monte Albán III A
(tabla 3).
Discusión
El análisis del material cerámico de Tlailotlacan
proporciona una visión más amplia sobre la variedad de objetos que componían la vajilla foránea
—y en particular la oaxaqueña—, presente en la
ciudad. Esto ha sido posible gracias a un estudio
integral de la evidencia arqueológica, producto de
excavaciones extensivas en los diferentes conjuntos arquitectónicos que componen el vecindario.
Esos trabajos atestiguan una participación
constante de los habitantes de ese sector urbano
en los circuitos de intercambio de objetos cerámicos oaxaqueños, así como una continua fabricación de esos objetos en los talleres cerámicos
teotihuacanos, debido a la demanda existente por
parte de una comunidad que se identiicaba con
ellos y los consumía de manera cotidiana.
A diferencia de lo que argumentan autores
como Millon (1973), Rattray (1993) Spence (1993,
2002) y Gibbs (2001), al proponer que los migrantes oaxaqueños llegaron a Teotihuacán en un solo
momento —pues no se observaban cambios en la
vajilla importada, ubicándola especíicamente en
la fase Monte Albán transición II-IIIA—, nosotros hemos identiicado un cambio estilístico en
el complejo cerámico oaxaqueño de Tlailotlacan,
que se relaciona con el de los Valles Centrales de
Oaxaca. Ejemplo de ello son los sahumadores de
coladera, cuyos rasgos corresponden a las épocas
II, II-IIIA y IIIA, además de formas diagnósticas
de fases tardías como los cajetes cilíndricos de
paredes bajas, los cajetes cónicos y los vasos Monte Albán II-IIIA y III A.
La cerámica de pasta gris ina fue el principal
indicador utilizado por esos autores para plantear
un aparente “congelamiento” en el complejo cerámico de la vajilla oaxaqueña en Tlailotlacan,
pues desde los recorridos de supericie realizados
por el TMP en la década de 1960 y hasta los estudios de Kevin Gibbs en 2001, se identiicaron
al menos cuatro tipos y doce formas de cerámica
gris ina procedente de la región oaxaqueña (tabla
1). Nuestro análisis permite ampliar la muestra de
tipos cerámicos oaxaqueños, lo cual incluye ahora la cerámica café (K1, K7 y K14), amarilla (A1)
y crema (C6 y C7), además de otros tipos de cerámica gris como el G1 y el G2.
Por otra parte, la presencia de vasijas-eigie en
Tlailotlacan permite reforzar nuestra argumentación, dado que esos objetos son buenos marcadores cronológicos por el cambio estilístico que
maniiestan a lo largo del tiempo. Contamos con
piezas cuya cronología va de la fase Monte Albán
II hasta Monte Albán IIIA, reconociendo las variables en la iconografía de cada una de ellas. Un
buen ejemplo es la vasija-eigie número 7 del conjunto arquitectónico TL11, que presenta elementos
característicos del Dios viejo 5F típicos en la fase
Monte Albán III A, según el estudio de Caso y
Bernal (2003).
Los contextos en que se recuperó el material
importado oaxaqueño corresponden a las fases
Tlamimilolpa (250 d.C.-450 d.C.), y Xolalpan
(450 d.C.-600 d.C.), relacionadas con las fases y
formas asignadas para los Valles Centrales de
Oaxaca (Monte Albán II-IIIA y Monte Albán
IIIA), con lo que se reairma la evidencia de una
continua interacción entre las población de Teotihuacán y la oaxaqueña.
Bibliografía
• Bernal, Ignacio
2012. La cerámica preclásica de Monte Albán; La
cerámica de Monte Albán IIIA. En Eduardo Matos
Moctezuma (ed.), México, El Colegio Nacional
(Obras 1).
• Cabrera Castro, Rubén
1995. Informe técnico de las excavaciones de
salvamento arqueológico en el drenaje de San Juan
Tabla 3. Correspondencia cronológica de las vasijas-eigie de Tlailotlacan, de acuerdo con sus rasgos estilísticos (tomada de Rattray, 2009: 54)
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
113
114
ARQUEOLOGÍA
51 • diciembre 2016
Evangelista (mecanoescrito entregado al Consejo de
Arqueología inah. Archivo Técnico del Acervo
Documental del Centro de Estudios Teotihuacanos.
México.
• Caso, Alfonso, Ignacio Bernal y Jorge Acosta
1967. La cerámica de Monte Albán. México,
inah-sep (Memorias, XIII).
• Caso, Alfonso e Ignacio Bernal
2003. Urnas de Oaxaca. México, El Colegio
Nacional (Obras 3, Mixtecas y zapotecas).
• Fowller, William y John Paddock.
1975. “Nexos Teotihuacan-Monte Albán vistos en la
cerámica”. En XIII Mesa Redonda. Arqueología II
(pp. 163-177). México, Sociedad Mexicana de
Antropología.
• Gibbs, Kevin.
2001). “Time and Ethnicity in the Oaxaca Barrio,
Teotihuacan: The TL6 Ceramics”. Tesis de maestría.
Universidad de Western Ontario, Londres, Ontario.
• Martínez López, Cira y Marcus Winter
1994. Figurillas y silbatos de cerámica de Monte
Albán. México, inah.
• Millon, René
1967. “Urna de Monte Albán IIIA encontrada en
Teotihuacan”. Boletín del INAH, 29: 42-44.
1973. Urbanization at Teotihuacan, Mexico The
Teotihuacan Map (Vol. 1, Part One). Austin,
University of Texas Press.
• Ortega Cabrera, Verónica
2009. “Proyecto de Investigación Arqueológica
Barrio Oaxaqueño Tlailotlacan, Teotihuacán.
Informe técnico de excavación, restauración y
análisis de materiales arqueológicos. Temporada
2008” (mecanoescrito). Consejo de Arqueología.
inah, México.
2014. “La presencia oaxaqueña en la ciudad de
Teotihuacán durante el Clásico”. Tesis doctoral.
ffyl-unam, México.
• Paddok, John
1972. “Relación de la sección sobre la extensión de
la cultura teotihuacana”. En Teotihuacán. XI Mesa
Redonda de la SMA (pp. 325-327), México, Sociedad
Mexicana de Antropología.
1983. “The Oaxaca Barrio at Teotihuacan (Topic
52)”. En K. Flannery y J. Marcus (eds.), The Cloud
People: Divergent Evolution of the Zapotec and
Mixtec Civilizations (pp. 170-175), Nueva York,
Academic Press.
• Palomares Rodríguez, Ma. Teresa
2003. “Informe técnico: Excavaciones en San Juan
Evangelista, Teotihuacán de Arista”, Departamento
de Protección Técnica y Legal de la Zona de
Monumentos Arqueológicos de Teotihuacán.
Teotihuacán, Estado de México, inah.
2006. “Ocupación zapoteca en Tlailotlacan, Teotihuacan. Un estudio de identidad y adaptación en la
unidad doméstica TL1”. Tesis de licenciatura en
arqueología, enah-inah, México.
• Rattray, Evelyn C.
1979. “La cerámica de Teotihuacan: relaciones
externas y cronológicas”. Anales de Antropología,
XVI: pp. 51-70.
1979a. “The Oaxaca-Teotihuacan Interaction”
(mecanoescrito).
1981. “Anaranjado Delgado: cerámica de comercio
de Teotihuacan”. En Evelyn Rattray, J. Litvak y C.
Díaz (eds.), Interacción Cultural en México Central
(pp. 55-80), México, iia-unam.
1987. “Los barrios foráneos de Teotihuacan”. En
Emily McClung de Tapia y Evelyn Rattray (eds.).
Teotihuacan: nuevos datos, nuevas síntesis y nuevos
problemas (pp. 243-273). México, iia-unam.
1991. “Fechamientos por radiocarbono en Teotihuacan”. Arqueología (2ª. época), 6: 3-18. inah, México.
1993. The Oaxaca Barrio at Teotihuacan. México.
Puebla, Instituto de Estudios Avanzados Universidad
de las Américas (Monografías Mesoamericanas, 1).
2009. “Nuevos fechamientos por radiocarbono en
Teotihuacán y sus correlaciones con otras regiones
de Mesoamérica”. En Annick Daneels (ed.), Cronología y periodización en Mesoamérica y el Norte de
115
LA CERÁMICA OAXAQUEÑA DE TLAILOTLACAN, TEOTIHUACÁN
México. V Coloquio Pedro Bosch Gimpera
(pp. 139-147). Méxco, iia-unam.
• Roldán Olmos, Luz María
2010. “Identidad, política y arqueología: Teotihuacán y Tlailotlacan a través de la cerámica gris”.
Tesis de doctorado en arqueología. enah-inah,
México.
• Sellen, Adam Temple
2007. El cielo compartido: deidades y ancestros en
las vasijas-eigie zapotecas, México, unam.
• Spence, Michael
1989. “Excavaciones recientes en Tlailotlacan, el
Barrio Oaxaqueño de Teotihuacán”, Arqueología, 5:
82-104, inah, México.
1993. “Tlailotlacan: A Zapotec Enclave in Teotihuacan”. En Janet Catherine Berlo (ed.), Art, Ideology,
and the City of Teotihuacan (pp. 59-88), Washington
D.C., Dumbarton Oaks Easearch Librarr and
Collection.
1998. “La cronología de radiocarbono de Tlailotlacan”. En Rosa Brambila y Rubén Cabrera (eds.), Los
ritmos de cambio en Teotihuacan: relexiones y
discusiones de su cronología. (pp. 283-296). México,
inah (Cientíica, Serie Arqueología).
2002. “Chapter 6. Domestic Ritual in Tlailotlacan,
Teotihuacan”. En Patricia Plunket (ed.), Domestic
Ritual in Ancient Mesoamerica (pp. 53-66). Los
Ángeles, The Cotsen Institute of ArchaeologyUniversity of California (Monography, 46).
• Urcid Serrano, Javier
1992. “Zapotec Hieroglyphic Writing”. Tesis de
doctorado, Departamento de Antropología-Universidad de Yale, New Haven.
2001. Zapotec Hieroglyphic Writing. Washington,
D.C., Dumbarton Oaks Research Library and
Collection (Studies in Pre-Columbian Art and
Archaeology, 34).
2003. “Las urnas del barrio zapoteca de
Teotihuacan”. Arqueología Mexicana, XI (64):
54-57.
2005. “La escritura zapoteca. Conocimiento, poder y
memoria en la antigua Oaxaca” (mecanoescrito).
Departamento de Antropología-Universidad de
Brandeis. Recuperado de http://www.famsi.org/
spanish/zapotecwriting/zapotec_text_es.pdf