Academia.eduAcademia.edu
Ernesto Lecuona Lecuona’s music was the music of Havana, and you heard it everywhere in those days of the 40s and 50s, but perhaps nowhere more than at our home, where hardly a day went by when our dear Mami didn’t play, at least, “La Comparsa”; the piece that remained her favorite. Except for a few pieces that were not published until much later, I think that by the time I was aware of our mother’s piano playing, she had already learned all the Lecuona pieces that were available to the public. And she had them all memorized, as she memorized, almost instantly, all the pieces that she learned, even the most difficult ones. In Cuba, I clearly remember her playing, Córdoba, Andalucía, Malagueña, Gitanerias, No Hables Más!, Ahí Viene el Chino, Por qué te vas?, En Tres por Cuatro, Lola Está de Fiesta, Danza Lucumí, Danza de los Ñañigos, Danza de Media Noche, ¡Y La Negra Bailaba!, Al Fin Te Vi, El Tanguito de Mamá, Vals en Re Bemol, San Francisco el Grande, Ante al Escorial, La Comparsa….. plus many of his songs for which, if she didn’t have the piano score, she would play by ear, fully instrumentalized. She made recordings of several of these including, the seldom heard “Valse Triste”, which I have totally memorized in my mind. I even know what key it was written in, even though I never saw the score. But despite the joy that our mother experienced when playing all these pieces, her preference was to hear them played by the great maestro who, luckily, had his own show for a while in Cuban television, and later appeared, in almost every episode of the popular show of “Gaspar Pumarejo”, a television entrepreneur of much fame in the early to mid 1950s. I always felt that Lecuona was too good, too illustrious, too much of a national treasure to appear in such an informal setting, although he always appeared very modest and with great dignity. (My only hope was that he got paid very, very well). He wrote and performed the opening and closing theme of this show with a marvelous piano and orchestra piece called “No me niegues el amor” (Don’t deny me your love). Also in those years, Lecuona recorded for RCA Victor two Long Playing albums: “Lecuona plays Lecuona” and “Lecuona play for two”. We owned these albums and, thankfully they are currently available on a 2-CD album of which I have a copy. It was through these records that our mother became acquainted with certain Lecuona works that had not been previously published. For example, “Ante el Escorial” and “San Francisco el Grande”, which she immediately obtained and learned precociously and admirably well. I now play them, but badly. In the late fifties, I miraculously, found a copy of a then recent recording of Lecuona at the piano playing accompaniment to several of his best songs, which were interpreted by the famous Cuban songstresses Xoraida Marrero, Sarita Escarpenter and Tomasita Nuñez. These songs included: “Tus Ojos Azules”, “Celos” and “Te he Visto Pasar”, among others. Lecuona went on to have an important international career, particularly during the 1920s, and impressed many other composers and artists along the way, including Maurice Ravel who “heard in Lecuona’s music the beginning of something new and splendid”, also the pianist Arthur Rubinstein “who couldn’t decide who to admire more, Lecuona the composer, or Lecuona the artist” and then, George Gershwin who, after Lecuona played his Rhapsody in Blue, came up to the stage and embraced him with great emotion. His Palau Brothers Cuban Orchestra was featured in the movie musical “Cuban Love Song” (1931) starring opera star Lawrence Tibbet and costarring Jimmy Durante and Lupe Vele. Other of his movies, in which he appeared, or at least composed the music, were “Carnaval in Costa Rica”, with Dick Haymes, and “Always in my Heart” with Walter Houston. LECUONA, EL GENIO Y SU MUSICA (Selección del libro) Autores: José Manuel Castellano Gil y José Fernádez Fernández Ernesto Lecuona Cuando hablamos de Ernesto Lecuona nos remitimos automáticamente a sus éxitos como pianista o a sus más inmortales composiciones -Siboney, María la O, La Comparsa, Malagueña, etc.- pero aquel que fuera un insigne compositor o un intérprete de los mejores del mundo, era también un hombre marcado por un tiempo y un espacio. Lecuona era a la vez que intérprete de lo mejor del clasicismo europeo, el atrevido artista que supo incorporar la cubanía a la concertística mundial; a la vez que un pianista que como nadie interpretó a los mejores y más difíciles autores de todos los tiempos, el promotor de la raíz de su cultura en una simple canción o en un ritmo que, aunque pareciera intranscendente, sumaba los motivos de su memoria como ser humano. Claro que Lecuona no fue iniciador de las vertientes cubanas de la música. Miguel Faílde, creador del danzón - el Baile Nacional de Cuba - realizó un primer y muy valioso acercamiento a la visión de una música propia. Otros como el propio White o Ignacio Cervantes extenderían el camino un poco más. Y extenderían el camino cada cual con sus pasos, como para que hasta hoy, por ejemplo, las danzas de Cervantes sean de obligada referencia en Cuba. Pero todavía la influencia europea era tan fuerte como para que podamos decir que la auténtica música cubana - que entonces se creaba a golpes de tambor de barracones y de "punto" campesino desperdigado por las guardarrayas-, se hallaban ausente de la gran cultura. O para decirlo en términos modernos, que la dife-rencia entre las culturas centros y las culturas periféricas, en el caso cubano, significaba que lo auténtico era, precisamen-te, lo periférico. Faltaba que el son de Oriente se hiciera presente, que los motivos afro llegaran a la zarzuela y a la música de conciertos, que los pregones y las figuras vernáculas ocuparan un espacio importante y que el mundo de los "salones elegantes" de La Habana aceptara que Cuba y su música estaba, también, más allá de las murallas. Y, en el primer cuarto del siglo XX, surgirían los Grenet, los Simons, los Lecuona, para cubrir esa necesidad de reconocimiento de una parte de la identidad de la mayor de las Antillas. Para nosotros, ese es el principal de los méritos de Lecuona. Cierto que fue la mejor mano izquierda que acariciaba con elegancia y estilo las sensibles teclas del piano, que nadie como él interpretó Rhapsody in Blue, la genial obra de Gershwin, o que Liszt, Chopin, Dvorak y otros grandes autores tuvieron en Ernesto a un intérprete fuera de comparación. Pero él, Lecuona, fue más que eso, fue el autor de lo más inmortal de la música cubana, además de ser el creador de amplia visión de su cultura, capaz de asumir el nacionalismo musical cubano con plena conciencia de ello. Y por si fuera  poco, había en él una buena persona, acaso su mayor cualidad. Nace Un Genio Que Ernesto Lecuona estuviera desde siempre matizado por haber sido un niño prodigio es una verdad absoluta. Aunque muchos de aquellos infantes con habilidades extraordinarias no llegaron nunca a nada y otros virtuosos, por el contrario, pasaron la primera parte de sus vidas sin glorias, para llegar a ser después hombres de talento, en este caso particular, desde niño a adulto, Lecuona pasó siempre por ser el prodigio mismo de la creación y la ejecución de la música. La casa paterna, imbuida de la cultura y la creación, era un lugar ideal para desarrollar las dotes que le llegaron desde siempre. La casa natal del Maestro hoy no existe, fue demolida en 1973 y en su lugar hoy se haya un aparcamiento, pérdida indiscutible para su natal Guanabacoa. Allí, en el número 7 de la calle Cerería (después Estrada Palma), nació Ernesto Sixto de la Asunción Lecuona y Casado . Según uno de sus biógrafos, quien fuera además su amigo, el intelectual Orlando Martínez, recogió una tradición oral guanabacoense que dice que a los cuatro o cinco días de nacido, entró a ver al hermoso niño (pesó al nacer 12 libras, esto es, más de cinco kilogramos) una negra limosnera quien, al pararse delante de su cama dijo: "Dios te bendiga, genio" . Todos asumieron la admiración de la mujer por el tamaño del recién nacido. Con los años, al ser Lecuona el iniciador de la visión auténticamente cubana de los valores afrocubanos en nuestra cultura, se le ha dado a aquella visita otras explicaciones. Nadie sabe, pero lo cierto es que la primera persona que vio un genio en Ernesto Lecuona fue, precisamente, una negra pobre y desamparada de su natal Guanabacoa. Tenía doce años Lecuona cuando estrenó su primera obra, la marcha tow-step "Cuba y América". Hay estudiosos que hablan de los once años que tenía entonces, pero fue en 1908, es decir poco antes de cumplir los 13 años. Estaba influido, al decir de Orlando Martínez, por haber ocurrido en enero de ese año un concurso de bandas de concierto en La Habana. Poco tiempo después fue estre-nada aquella primera pieza compuesta por Lecuona, por parte de la Banda del Cuerpo de Artillería que dirigía el también gran músico cubano José Marín Varona. Después, el propio Marín Varona llevó la obra a los Estados Unidos. Entre las casas editoras musicales de Nueva York, una editó y divulgó la pieza, lo que significó un estímulo al joven talento que se daba cuenta así que su futuro en este campo de las artes no era tan incierto. El niño Ernesto estaba recibiendo una educación valiosa por entonces. La familia, a pesar de la muerte del padre, trataba de ofrecer la mejor instrucción posible al último de los Lecuona. Estudió en el Colegio Hoyo y Junco y después pasó a El Siglo XX, que estaba dirigido por José Joaquín Llerena, en lo que fue su última escuela de educación general. Simultáneamente su hermana le enseñaba música hasta que pasó a estudiar con otros profesores para llevar adelante sus conocimientos en esta especialidad. No cabe duda que también la familia se dio cuenta desde sus primeros pasos que el mejor futuro para Ernesto estaba en el mundo musical. El niño Ernesto tenía razones poderosas para buscarse un futuro desde muy temprano. Cierto que su familia no era de las menos afortunadas económicamente, pero haber quedado huérfano tan tem-prano suponía un problema serio, agravado por el delicado estado de salud de su madre. Debía, entonces, buscar ayuda para la economía de su casa.  Comenzó a trabajar en el cine Fedora, de donde sacó también la precoz afición por este nuevo arte. Con su escasa edad -estamos hablando del año 1907-, dirigía al grupo musical del lugar y en los intermedios hacían instrumentales. Después pasó al Parisién, al Norma y al Turín. Posteriormente, en el cine Testar, musicalizaba películas mudas de la época con ejecucio-nes al piano. Estaba entrando, sin saberlo, en el mundo musical habanero, pues la gente comenzaba a hablar del muchacho, admirando sus habilida-des como músico ejecutante. Tuvo entonces la oportunidad de llevar a la escena del teatro Martí varias comedias musicales de corta duración, con libretos de Fernando Lecuona, su hermano. Las composiciones se nombraban Fantasía tropical, El Banquete del Gallego y Cuadros Nacionales. Este fue el verdadero inicio del Maestro como compositor para el teatro en los años 1908 y 1909. Tenía 16 años. Y llegó el turno a una de sus obras esenciales. La primera ejecución de La Comparsa no fue en La Habana, sino en el Teatro Sauto, de la ciudad de Matanzas, en el propio año de 1912. Años después, esa obra siguió recibiendo la más alta y justa valoración. Según ha escrito Omar Vázquez en el periódico Granma : Con ella, "el piano cubano quedó instaurado representativa y dignamente, en la literatura pianística de connotación universal", según opinión del musicólogo Odilio Urfé. Por entonces, mientras ejecutaba obras de los clásicos y creaba sus propias piezas, Lecuona no dejaba de estudiar bajo las orienta-ciones de Hubert de Blanck. Del Conservatorio Nacional de La Habana se graduaría el 9 de junio de 1913, con Medalla de Oro como se ha dicho, a los 18 años de edad. La música negra, marginada en la sociedad cubana de inicios de siglo, fue llevada a las salas de concierto por Ernesto Lecuona. Fue desde el inicio. El futuro Maestro sabía de su destino y lo percibía cercano a su raíz. Hacer música, para él, sería siempre buscar en los orígenes la forma de hacer prevalecer lo identitario. Dígase lo que se diga, Ernesto Lecuona no sólo debe ser recordado como el gran músico que fue, sino, y esto es algo que no cede en importancia a lo primero, por haber llegado con la cubanía de la mano para hacer clásico lo propio, para dejar la huella de su música como identificativa de Cuba. Esa fue su mejor misión cultural, y la hizo desde sus inicios como artista. Ser del Teatro Años después -n entrevista para el Diario de la Marina concedida a Francisco Meluzá Otero -, Lecuona recordaba sus primeras incursiones en la creación de música para el teatro. Su primera obra de este tipo, según sus propias palabras, fue: "Domingo de Piñata. Se estrenó en el año 1918 en el teatro "Martí", por la compañía de Velasco. El libreto era de Mario Vitoria. Después estrené "La Liga de Señoras", "El Portafolio del Amor" y "Jaque al Rey", opereta en tres actos. Hice la temporada del 1918 al 1919, una de las más felices del gran Velasco, que ahora puso sus manos prodigiosas en el Ballet de las Flores de "Sor Inés". Domingo de Piñata llevó al frente del reparto a la bella triple Rosita Clavería y llegó a representar 200 actuaciones en el Teatro Martí, por entonces La Habana tenía un importante prestigio cultural. Después de este trabajo exitoso, mucho más valorable en un medio en que el joven Lecuona daba pasos importantes para sus 24 años, llegó La Liga de las Naciones , obra en la cual ofreció el papel principal a Eugenia Galindo y gracias a lo cual esta artista llegó a convertirse en una de las vedettes más importantes de su tiempo.  Posteriormente, el joven maestro ofreció El Portafolio del Amor, con libreto de Chamaco Longoria, y después Jaque al Rey. Lecuona fue un "hombre de teatro", tanto por lo que aportó al universo de la música escrita especialmente para la escena, como por la influencia recibida de ese medio. Cierto es que, en una época en que la televisión no existía y el cine era algo que se iniciaba, el teatro asumía un criterio de éxito muy codiciado por los creadores. Pero, de todas formas y durante toda su vida, el Maestro dedicó a las tablas obras que están en lo mejor de su creación. En 1924 el joven compositor Ernesto Lecuona, en muchas ocasiones, era valorado más como compositor que como intérprete. Esto tiene un gran significado, pues era muy conocido por sus dotes pianísticas en la interpretación de grandes obras del patrimonio musical internacional. Que fueran consideradas sus composiciones a un nivel superior que sus ejecuciones al piano, era gran un mérito. Así comentaba Tomás Júztiz en una crítica para el periódico habanero La Noche : Lecuona como compositor es en nuestro modo de sentir y  apreciar más genial que como ejecutante, a pesar de ser grande y perfecto ejecutante, en cuanto cabe en lo humano; porque el maestro ha logrado darle forma a lo que estaba en la mente de todos nosotros, a lo que todos sentíamos y nos hacía palpitar de emoción sin poderlo muchas veces exteriorizar. "Se fue", "La Comparsa", y tantas otras composiciones de Lecuona son trozos de la vida nuestra llevados al pentagrama (.). Llevar Música A Otras Tierras Lecuona siempre dejó clara su posición acerca de lo que pensaba sobre la defensa de su cultura. No era sólo, y estas palabras lo demuestran, un buen músico sino ya una personalidad de la cultura de su país y de Latinoamérica, orgulloso de sus raíces y promotor de su arte. El 25 de octubre de 1931, el periódico Heraldo de Cuba daba la noticia de que la Danza Lucumí, de Lecuona sería interpretada por la Armco Concert Band en la estación radial WLW de los Estados Unidos, en un homenaje que sería ofrecido al Maestro. La nota indicaba lo siguiente : Ernesto Lecuona, el inspirado compositor y maravilloso pianista cubano será objeto de un merecido homenaje por parte de la Armco Concert Band, perifoneadora de la American Rolling Mill Company, de Midletown, Ohio, en los Estados Unidos, en un concierto por radio que ofrecerá en la noche del 26 de octubre, o sea el próximo lunes. La "Danza Lucumí", una de las inspiradas composiciones del maestro, será interpretada por la muy conocida organización musical citada, en su audición de radio por la estación WLW, de Cincinatti, Ohio, que como dejamos dicho tendrá efecto el próximo lunes día 26 de Octubre, comenzando el programa a las 9 de la noche, hora estándard oriental, o sean las 9.30 de la noche, hora cubana. Estos conciertos se trasmiten regularmente a la misma hora todos los lunes por la noche. La obra que habrá de interpretar la Armco Concert Band es extraordinariamente distintiva de la música moderna. Está basada "dicen los comentaristas" en un tema de ayer, del pasado. Hace años, "agregan", los negros esclavos eran importados a Cuba de un territorio africano llamado Lucumí. Inspirado por las extrañas danzas nativas de esos esclavos, que han perdurado a través del tiempo, el maestro Lecuona ha escrito una notable y cadenciosa composición rítmica. Y es que en la presencia de su Guanabacoa natal en su obra, llena de los encantos afro de la cultura cubana y como representación de un universo mayor dado en toda la Isla, se encuentran muchos de los elementos distintivos del arte de Lecuona. Un valor más, sin dudas, para su obra la de hacer que, en un tiempo de brutales segregaciones raciales -tanto en Cuba como en Estados Uni-dos-, las élites de la cultura tuvieran que asumir como válidas las notables propuestas de un cubano pionero que llevó a los grandes medios, hasta entonces y aún después, la marginada y esencial herencia africana; herencia, por demás, capaz de ser incorporada al clasicismo desde su propia raíz mar-ginal.  Varios años después, en entrevista al Diario de la Marina, el propio Lecuona hablaría sobre este tema con el periodista Fran-cisco Meluzá Otero. Y lo haría con el conocimiento del músico, del teórico, no sólo del que se sentía influido como artista, sino también del que había estudiado profundamente el tema y por tanto capaz de emitir juicios de valor. Aquellas palabras, dichas en época temprana y cuando muchos no se atrevían a enfrentar prejuicios propios de un tiempo infeliz para la cultura cubana, realzan la figura intelectual de Lecuona . Nuestra charla - indica el periodista- va hacia la música negra. Entonces (... ) En aquella época se prohibía a los cantantes cantar otra cosa que no fuera de Puccini o Donizetti. Lo mismo que ahora se dice a un alumno de piano que toca a Cramer: " ¡ No vaya usted a tocar la Damisela Encantadora !" -¿Existe la influencia de la música negra? -No hay tal influencia. Hay una raíz negra, que dio origen a la música afrocubana. Y hacemos la música afrocubana porque la sentimos, porque está en el pueblo, porque se oye bien. - Existe una raíz india. ¿Verdad? - Indio, o mejor dicho, Siboney, no hay casi nada. Mi "Siboney" es fruto de mi fantasía, más que del hallazgo y del estudio. En 1939 realizó otra salida al exterior, para actuar en Puerto Rico. Allí lo hizo en el teatro Paramount y en el hotel Condado..En el año 1941, Ernesto Lecuona terminó su zarzuela La de Jesús María, lo que ocurrió en una situación muy especial. A causa de un accidente automovilístico- ocurrido el 1 de junio-, y al tener una fractura en el brazo derecho, Lecuona sufría por las conse-cuencias que ello pudiera traer para su trabajo. Estando ingresa-do en la clínica La Inmaculada, en El Vedado, y bajo los cuidados del médico Luis Iglesias, terminó la obra. Por suerte se recuperó estrenó aquel año dicha zarzuela. En 1941-1942 Lecuona realizó varias exitosas giras internacionales. Sumaba a sus ya exitosas actuaciones en Chile, Uruguay, Puerto Rico, Brasil, Venezuela, Colombia y Centroamérica, otras presentaciones, cada vez con mayor fama y mejores condiciones para expandir la música cubana por nuestra América. Los Tiempos Finales Apuntemos que el carácter de Lecuona no era variable. Los años lo hicieron, natural-mente, más maduro, pero en ninguna forma le privaron de su nobleza, de sus deseos de ayudar a los demás. Era, con la fama ya en el bolsillo, enemigo de las multitudes y prefería las reuniones íntimas, con los amigos o con personas que pudieran aportar algo a la inteligencia. Con su familia lograba la mejor comunicación, de aquel apoyo se enorgulleció siempre. Pero Lecuona era más que eso. Su carácter afable y sus maneras calladas de andar, sencillez inusual en las estrellas, le hacía tener la admiración de muchos y, como es normal, la envidia de los menos. Por este tiempo de inicios de la década de 1950, ya el Maestro era imprescindible al hablar de la música cubana. Pero él, en vez de homenajes - que los tuvo -, se dedicaba a trabajar. Porque Ernesto Lecuona era un incansable trabajador, esa era su cualidad más visible. Comenzaban los años cincuenta para el Maestro, quien ya contaba 55 años. En ese tiempo estuvo en el Teatro Principal de la Come-dia de Madrid y después, a su regreso a Cuba, realizó otra gira por el interior. Al año siguiente, el 3 de septiembre de 1951 murió su hermana Ernestina, quien fuera su primera maestra de piano y, quizás, la que mejor viera su futuro entre toda la familia. El deceso, ocurrido en La Habana, llenó de tristeza el corazón de Lecuona, tan apegado como estaba a su hermana mayor. Podemos afirmar que de las pérdidas de su hermana Ernestina, la de su madre y la de su amigo Sánchez Galarraga, estuvieron entre las que más le afectaron. En 1952 Lecuona era referente obligado entre los compositores de la Isla - como ejecutor de sus obras ante los públicos del mundo y con la consiguiente popularidad, obtenida desde muchos años atrás - era alguien que disfrutaba de un sólido prestigio que lo hacía tener ascendencia sobre otros artistas y, lo más importante, estimulaba a los talentos más jóvenes y los ayudaba a salir adelante. El 20 de enero de 1952, Ernesto Lecuona recibió un muy merecido homenaje nacional. Patrocinó la idea el entonces Ministro de Educación Félix Lancís. En un artículo, enviado desde Madrid por Joaquín Aristiguetta, y citado por Orlando Martínez, se decía lo siguiente : Cuba debía este homenaje a su músico máximo del último cuarto del siglo, por cuanto Lecuona paseó por todas las fronteras el nombre de su patria. Lecuona hizo cantar al mundo con acentos cubanos. Los que vivimos ausentes, sabemos como las melodías de Lecuona has conquistado para Cuba los corazones ajenos. Yo, que estoy en España, puedo decir que por las melodías de Lecuona se ha entrado Cuba en el corazón de los españoles al punto de que hoy no se concibe un solo espectáculo lírico en que no figure algún número "guaracha", o "conga", "son", o "rumba", en imitaciones de Lecuona. Y si, como bien decía Eça de Queiroz, "un soneto puede salvar a un pueblo del olvido", también una frase del pentagrama que prenda en el sentimiento de los demás, puede dar vida perdurable al pueblo feliz que tuvo al poeta capaz de producir el imán poético del pensamiento musical. Y si Lecuona tuvo genio para hacer que se amara a su patria desde todos los pueblos lejanos, bien ganado tiene que Cuba lo pague, a su vez, con el más grande amor. Por eso, sumo el mío al de todos los cubanos, en ocasión de este homenaje que se le debía. En 1953, de nuevo en Madrid, llevó a aquella plaza El Cafetal y María la O, donde fueron recibidas de una manera extraordinaria. Ya la capital española esperaba por sus obras, por las que eran tradicionales en su repertorio y por las nuevas que pudiera crear. Es que Lecuona, después de su cubanía defendida a toda costa, era en España donde mejor se imbricaba social y artísticamente. El 1 de agosto de 1954, el Maestro celebró sus "Bodas de Oro" con el piano y la música, con un gran espectáculo en el Teatro Payret. El acto, desarrollado a las 10 de la mañana, tuvo un programa con obras de figuras señeras de la música cubana, entre ellas, Sindo Garay, Jorge Ankerman, Antonio María Romeu, Eliseo Grenet y Eduardo Sánchez de Fuentes. Dirigió la orquesta Gonzalo Roig, quien, además, estrenó su bolero Nunca te lo diré, en la voz de Esther Borja. Lecuona, por su parte, hizo la primera presentación de su obra Preludio en la noche. En 1955, Lecuona, junto a Gonzalo Roig como máximos impulsores, creó la Sociedad Nacional de Autores de Cuba. Ernesto tenía la Secretaría de Relaciones Exteriores y era consejero de esta agrupación que firmó ventajosos convenios con instituciones similares de España, Estados Unidos, Argentina, Alemania y otros países. Debemos, a estas alturas de la vida de Lecuona analizar que, como músico, a la vez que como persona, evolucionó, sin dejar nunca al pairo sus cualidades humanas. Aunque enormemente fiel a sí mismo y a su obra, no era el mismo de joven que de mayor. Es apreciable que la frescura de la juventud, aplicada a obras como La Comparsa o María la O, no es la misma que años después, aunque en temas de calidad fue el más uniforme de los creadores. Sus compositores favoritos, por ejemplo, eran al final de su vida Beethoven, Chopin, Debussy y Gershwin. Sin embargo, en épocas tempranas sentía una atracción enorme por Gottschalk, Ernky, Grieg y otros. Quizás el que estuvo entre sus favoritos desde siempre fue Debussy, pero esto es casi una conjetura. Lo cierto es que en su aventura vital, trató de estar cerca de lo mejor, de sumar a sí mismo la herencia universal más valiosa y de apor-tar a aquella lo propio. Respecto a lo que decimos, su biógrafo Orlando Martínez establece tres épocas para clasificar su creación: 1) De los comienzos a 1930; 2) De 1930 a 1940 y; 3) De este año al final de su vida. Y abunda que a lo largo de su carrera hizo canciones de gran belleza, pero en las dos primeras etapas escribió joyas cuyos méritos especiales no repitió después con tanta abundancia. Este juicio de Martínez es una gran verdad. Es que el oficio en el arte lleva implícito que, a través del tiempo, supere a los elementos de inspiración del creador. Muchas veces oficio y creación se enemistan y las obras tardías del artista con puras extensiones de su vida fértil. Claro que en el caso de Lecuona, su fertilidad musical fue de las más amplias . El nuevo tiempo Al triunfo revolucionario de 1959 Lecuona, quien veía con pesar los desafueros de la dictadura batistiana -aunque siempre se consideró una persona apolítica-, regresó a Cuba desde los Esta-dos Unidos y organizó en el teatro Auditórium tres conciertos los días 23, 27 y 30 de mayo de ese año. En junio de 1959, la Productora para realizar una película que llevaría el título de Malagueña, y que trataría sobre la vida de Ernesto Lecuona. Este, como siempre, dio calor a la iniciativa y viajó a los Estados Unidos para hacer gestiones a fin de abaratar los derechos de sus obras de cara a poder realizar el proyecto. Al descubrirse que eran agentes del gobierno del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo tres funcionarios de la Mutual internacional que impidió la realización del film. Según Orlando Martínez, el cineasta Walfredo Piñera, asesor cinematográfico del Banco Agrí-cola e Industrial de Cuba, fue uno de los más entusiastas colaboradores en aquella importante y frustrada idea. Por ese tiempo, además, el naciente Gobierno Revolucionario puso en circulación un sello de correos con la cara de Lecuona y la partitura de La Comparsa. Y es que, precisamente la idea de hacer de lo cubano algo trascendente, se venía convirtiendo en ideal del desarrollo de la cultura cubana desde entonces. Respecto a la participación de Lecuona en los eventos políticos vertiginosos vividos en Cuba desde 1952 y hasta su muerte, ha dicho su amigo el músico y, ya citado, biógrafo Orlando Martínez : Ernesto Lecuona nunca disfrutó de ayuda de gobierno alguno. Ni en su hogar ni en sus visitas al extranjero, permitió jamás que en su presencia se mencionaran temas políticos de su país. En tiempos de la Dictadura de Machado- y solo con un fin artístico-, compuso en la clandestinidad el bellísimo Himno del Partido A.B.C., que compite en calidad con el similar de Amadeo Roldán. Como es sabido, Lecuona fue un producto del genio y esfuerzo propio. Por esta razón, y por su edad, no era sensato ni presumible que cambiara su sentido de la vida ni que renunciara a sus ideas religiosas... Al momento de su muerte, el periódico tinerfeño La Tarde informaba que : Desde su partida de Cuba a consecuencia de la situación política de aquel país, pasó a Nueva York, luego a España, a la cual consideró siempre como su segunda patria, y fijó más tarde su residencia en Tampa, Florida. Respecto a las posiciones políticas, o, mejor, a las lecturas políticas que se han querido hacer de la personalidad y la obra de Ernesto Lecuona, bien que pasadas por alto a veces y otras exacerbadas, vale la pena hacer algunas apreciaciones, sólo para no dejar a este trabajo en el campo de la oscuridad en este tema. Sucede que, para ser fiel al legado del Maestro en este aspecto, se debe tener en cuenta que Lecuona no fue un hombre político. El mismo lo decía a sus amigos. Ni aún en los más tristes momentos de las tiranías de Machado o Batista se proyectó con fuerza en los temas políticos. Acaso cuando más cerca estuvo de esto fue cuando creó - y valórese que lo hizo principalmente mediante su obra artística -, un himno dedicado al Partido ABC en tiempos de la lucha antimachadista. Por sus opiniones artísticas cercanas al rescate de lo patrimo-nial cubano y su proyección en tanto que identidad de la nación, es posible acercarlo -no sin un esfuerzo de análisis-, a co-rrientes tendientes a la izquierda. Pero esto no significa iden-tificación con postulados de ninguna clase en el contexto de las luchas políticas cubanas en este convulso siglo XX. Más bien, y precisamente por lo que decíamos, fue su gran valor en el campo político llegar a criticar la no asistencia estatal a las artes en alguna que otra entrevista, específicamente en la década de 1950. Nada más. Su arte fue la expresión de su personalidad. La política no estaba entre sus intereses, como tampoco cedió a presiones de tipo alguno para apuntalar a alguna figura del mundo del poder, ni solicitó u obtuvo ayuda estatal para ninguna de sus iniciati-vas culturales. Antes bien, puso su prestigio en función de ayudar a los artistas que se iniciaban, a las buenas ideas de elevación del arte y la identidad cubanos, esas fueron sus características esenciales y fueron buenos motivos de cubanía, acaso los mejores que tuvo para legar su figura como intelectual imprescindible para la cultura de hoy en la mayor de Lecuona no fue un "exiliado político anticastrista" como se ha dicho en algunos trabajos acerca de su figura. El nunca hizo declaraciones agresivas en contra de la Revolución Cubana que triunfó en 1959. Las ideas acerca de esto las dijeron otros y las pusieron en su boca. Según una sobrina suya, casada con el crítico y periodista ex-iliado Arturo Ramírez, Ernesto había pedido que se le enterrara en su amada Cuba, cuando fuera libre de nuevo ; según el periódico Revolución, editado en La Habana, Lecuona había pedido ser enterrado en Cuba, a secas. Como se ve las partes encontradas en el acontecer político protagonizado en torno a Cuba desde 1959 tienen opiniones encontradas acerca de las posiciones del maravi-lloso músico. Pero él no hizo estas declaraciones, en ninguno de los sentidos citados, aunque, por su manera de ser, es casi seguro que pidiera que sus restos fueran llevado a su país, al que amaba por encima de consideraciones políticas. Por demás, nada tenía que agradecer a los gobiernos pre-revolucionarios, como no fuera la desatención a su obra que, incluso en el cincuentenario de la República (en 1952), cuando acaso por única vez Lecuona pidió ayuda oficial para llevar a escena su opera El Sombrero de Yarey, esta le fue negada por las autoridades de turno, tanto las salientes del gobierno de Prío, como las entrantes " a la fuerza" del gobierno dictatorial del Fulgencio Batista. De otra parte en el análisis está su propia vida, Ernesto Lecuona era, al momento de triunfar la Revolución de Fidel Castro, una figura del arte mundial, como no existía otra en Cuba. Regresó, como se ha dicho, y realizó actuaciones en La Habana. Pero él, a estas alturas, tampoco necesitaba nada del recién inaugurado poder . No podía pensar, por otra parte, que a partir de entonces muchas de las cosas que había pensado en el campo de la educación artística se harían realidad. El Maestro tenía su propia vida, sus pensamientos y métodos con los cuales no podía romper, ni quería hacerlo. Sus ideas reli-giosas - era católico practicante - sus amigos del arte que gozaban de prestigio, sus relaciones en el seno de la sociedad habanera que, por fuerza, conocía, todo lo hacía no ser un hombre a llevar a las nuevas condiciones que se instauraban en Cuba. Por demás, no le interesaba entrar a la vorágine revolucionaria, pues, como hemos indicado, la política nunca le interesó para nada y él era para ese entonces alguien marcado por una vida larga y exitosa con relaciones en intercambios, contratos, com-promisos contraídos fuera de Cuba y necesidades artísticas que no entraría de manera natural en los nuevos tiempos con el vigor de otros que comenzaban. Lecuona vivía viajando, nadie podía a esta altura negarle lo que había hecho hasta entonces, incluso residir en el extranjero o donde quisiese. Tenía amigos, colegas y derechos de autor logrados con su trabajo que le permitían ir, trabajar, estrenar, en fin, hacer de su vida, ya en la cúspide de la gloria creativa, lo que mejor estimase. Y no se le acosó, como se ha dicho a veces, ni existieron contradicciones serias entre el poder nuevo y el músico. Al momento de su muerte, un amigo suyo, quien lo había conocido años atrás en La Habana, el periodista "isleño" Felipe Lorenzo hablaba de Lecuona : ...no hacía tantos días nos dimos un abrazo en Tenerife. El Maestro venía de Florida, con emoción de exiliado voluntario... Indicaba el autor que Hablamos de algunas cosas. Evocamos otras que nos hicieron revivir horas gratas. Saltó Cuba con el gante que la envuelve y la locura que la asalta... Lorenzo, evidentemente, dio su opinión acerca de la conversación sostenida con el Maestro. Dadas sus características personales, es posible que haya conversado de estos temas con el periodista, pero no para ser publicado, lo cual sólo se hizo, precisamente por la muerte del artista. Lecuona, persona de educación y trato afable, de interioridades grandes y pocas revelaciones exteriores, es poco probable que se dejara llevar a temas no interesantes para él. Pero todo esto, lo que ahora decimos y lo que se dijo en su momento, está en el campo de la especulación, así que no vale la pena abundar en ello. De todas formas, Ernesto Lecuona estaba por encima de la políti-ca. Su obra, iniciada en el tan lejano año de 1912 - como compo-sitor - sus tiempos vivenciales amarrados a todo tipo de hura-canes vistos en su tierra caribeña y en otras riberas le confirmaron siempre que su mejor papel era, precisamente, hacer de lo cubano su forma superior de ver el arte, para universalizar las propuestas de la cultura antillana, más allá cualquier opinión política que, para él, no tenía mayor interés. Lecuona se resiste a morir En 1963 falleció el maestro Ernesto Lecuona en Santa Cruz de Tenerife (Canarias). Si su padre nació y murió en aquella ciudad canaria, con una rica vida realizada en Cuba, este gran músico comenzó en la Perla de las Antillas su aventura vital y la terminó en el mismo lugar que su progenitor. Pero su obra, genial como pocas, ha hecho una colosal resistencia al olvido. Los últimos momentos del Maestro eran previsibles. Fumador durante una gran parte de toda su vida, ya por este tiempo su salud estaba quebrada. En mayo de 1963 en la ciudad floridana de Tampa, Lecuona enfermó gravemente, pero rebasó la crisis. Después pasó a España por consejo médico. Fue a Santa Cruz de Tenerife y después pasó a Málaga, cuya Alcaldía le obsequió una casa en la playa de Torreledones, en gratitud por su obra Malagueña que tanto de espíritu expresó de aquella zona andaluza. Fue declarado también "Hijo Adoptivo" de Málaga. En correspondencia a aquellos gestos, donó a la ciudad una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre y logró que se diera una misa en la iglesia por las víctimas del ciclón Flora, que azotó a Cuba en aquel tiempo. Después regresó a la ciudad natal de su padre, Santa Cruz de Tenerife y se hospedó en el Hotel Mencey. Allí mejoró su salud, pero sólo fue momentáneo. Según refiere Orlando Martínez : A las 11.30 de la noche del viernes 29 de noviembre de 1963, el corazón que tan cercano a España había latido, se detuvo para siempre en aquella tierra de embrujo. Por una rara coincidencia, en esa fecha se cumplían treinta y un años del sepelio de Hubert de Blanck, el maestro inolvidable. Según el certificado médico la causa inicial de la muerte de Lecuona fue bronconeumonía, y la causa directa asistolia por fibrilación ventricular. Al morir Lecuona, junto a él se encontraban Armando de la Torre, su secretario particular; Gaspar Adomal (su médico de cabecera); Arturo Alquízar y el enfermero Jesús Martí-nez. El 3 de diciembre, ante el cadáver, se le ofreció una misa de "corpus insepultos", en la iglesia del cemente-rio de Santa Lastenia, en Santa Cruz de Tenerife, ofrecida por el Círculo de Bellas Artes y el Conservatorio de Música de Santa Cruz, en la que actuó la coral sacra del Círculo de la Amistad. El día 6, también ante los restos mortales, se le cantó una imponente misa en la iglesia de Santa Bárbara, organizada por la Sociedad de Autores de España. Oficiaron doce sacerdotes ante cuarenta y ocho candelabros. Actuó la Orquesta Sinfónica de Madrid, con un coro de doscientas voces. El féretro estaba envuelto en la bandera cubana. El acto fue presidido por grandes personalidades de la cultura española, como Calvo Sotelo, Moreno Torroba, Fernández Shaw, José María Pemán y toda la directiva de la Sociedad de Autores españoles. Aquella misma noche el cadáver de Lecuona - embalsamado con una técnica nueva que garantiza su efecto, por lo menos treinta y cinco años-, salió en viaje directo hacia Nueva York, en avión especial, acompañado por sus sobrinos. Allí fue tendido en la funeraria Campbell. Durante todo el tiempo se escucharon tenuemente discos de buena música cubana y del propio Lecuona, interpretada por él mismo. El 13 de diciembre los restos mortales fueron inhumados en el cementerio de Westchester, en el estado de Nueva York... APENDICES I-  OBRAS DE ERNESTO LECUONA A- OBRAS PARA PIANO TENDENCIA ESPAÑOLA Suite Andalucía Córdova Andaluza Alhambra Gitanerías Guadalquivir Malagueña San Francisco El Grande Ante El Escorial Zambra Gitana Aragonesa Granada Valencia Mora  Aragón  VALS  Si menor (Rococó)  La bemol  Apasionado  Crisántemo  Vals Azul  Maravilloso  Romántico  Poético  MUSICA INFANTIL  Buenos días (o Estampas Infantiles)  El baile de la muñeca  Carrousel  Bacanal de muñecos  TENDENCIA CUBANA  Zapateo y Guajira  Rapsodia Negra  Canto del Guajiro  La Habanera OTRAS OBRAS Tres miniaturas Polichinela Bell Flower Cajita de música Mazurka en glissado Preludio en la noche Diario de un niño    B- DANZAS PARA PIANO Yumurí Zenaida Benilde  No me olvides  Melancolía  Orquídeas  La primera en la frente  La Comparsa  El tanguito de mamá (también llamada A la antigua)  La danza interrumpida  La mulata  Arabesque  Ella y yo  La Cardenense  Al fin te vi  Impromptu  Los Minstrels  Gonzalo, ¡no bailes más!  ¡Que risa me da!  Mi abuela bailaba así  ¡No hables más!  No puedo contigo  ¡Echate pa'llá María!  Ahí viene el chino  ¿Por qué te vas?  Lola está de fiesta  En tres por cuatro  Danza Lucumí  ¡Y la negra bailaba!  La conga de medianoche  Danza de los Ñáñigos  Yo soy así  Pensaba en ti  Dame tu amor  Amorosa  Mis tristezas  Como baila el muñeco  Futurista  Burlesca  Mientras yo comía maullaba el gato  La 32  ¡Y sigue la lloviznita!  El miriñaque PARA CANTO Y PIANO Eres tú el amor Andar  Muñequita Tú serás Negrita Aquí está Melancolía Lloraba en sueños Negra Mercé La negra Lucumí La conga se va   C- OBRAS PARA TEATRO CON MÚSICA DE LECUONA     OBRA AÑO ESTRENO AUTOR DEL LIBRETO Domingo de piñata 1919 Mario Vitoria El recluta del amor 1919 Gustavo S. Galarraga La caravana 1919 Gustavo S. Galarraga y Valeriano Ruiz La Liga de las Naciones 1919 Eugenia Galindo Arco Iris 1919 - El segundo de la suerte 1919 - Don 19 1919 - El triunfo de Virulilla 1919 Medina-Vitoria Una noche en el Maxim 1920 Armando Pereda Diabluras y Fantasías 1922 Carlos Primelles Jaque al rey 1922 Carlos Primelles La carrera del amor 1922 Carlos Primelles Es mucha Habana 1923 José López Ruiz Radiomanía (*) 1924 Mario Vitoria Levántate y anda (*) 1924 Torres-Varela Al caer la nieve (Originalmente Rosalina) (**) 1924 Antonio Paso Malvarrosa 1925 - La revista sin trajes(*) 1925 - La revista del Eslava (*) 1925 - Niña Rita (o La Habana en 1830) (***) 1927 Riancho-Castell La tierra de Venus  1927 Carlos Primelles La revista femenina 1927 José López Ruiz La liga de las señoras 1927 Castell Alma de raza 1929 Gustavo S. Galarraga y Elías Herrera El Cafetal 1929 Gustavo S. Galarraga El Batey  1929 Gustavo S. Galarraga La Flor del sitio 1929 Gustavo S. Galarraga María La O 1930 Gustavo S. Galarraga El Maizal 1930 Gustavo S. Galarraga El Calesero  1930 Gustavo S. Galarraga El amor del guarachero 1930 Gustavo S. Galarraga La guaracha musulmana 1932 Gustavo S. Galarraga Rosa la china 1932 Gustavo S. Galarraga Julián el gallo 1935 Gustavo S. Galarraga Lola Cruz 1935 Gustavo S. Galarraga El torrente 1935 Víctor Reyes Sor Inés 1937 Francisco Meluzá Otero La de Jesús María  1941 Agustín Rodríguez La Cubanita  1942 Agustín Rodríguez Cuando La Habana era inglesa 1942 Castell-Meluzá Otero La Plaza de la Catedral 1944 Francisco Meluzá Otero Tropicana (****) 1957 - _________________________________________ (*)  - Estrenada en Madrid (**)  - Estrenada en Valencia (***) -La música de esta obra fue realizada entre Lecuona y Eliseo Grenet. (****) - Estrenada en Barcelona. II-ALGUNAS OPINIONES ACERCA DE LECUONA 1931 El compositor mejicano Mario Talavera, escribió en febrero de este año, una muy auto-rizada opinión acerca de Lecuona: Ernesto Lecuona es, en mi concepto, el pianista más grande que ha dado Cuba. Como compositor, tiene obras de técnica asombrosa; siendo uno de los que más ha ennoblecido la música de su Patria. 1932 El gran musicólogo Adolfo Salazar (1890- 1958) se refirió en varias ocasiones a la obra de Lecuona. En el año que referimos, publicó en El Sol, de Madrid lo siguiente: En Ernesto Lecuona se aúna un intenso amor a la canción criolla, a la música de rico pasado nacional, con un palpitante interés por los ritmos cubano o afrocubanos. Su técnica es una oportuna combinación de lo tradicional con lo más netamente moderno. Lo que Lecuona consigue es un tipo de obra que participa de lo popular y del arte de concierto, en hábil proporción... 1933 El intelectual Jorge Mañach dijo acerca de Ernesto Lecuona: Desde su pretensión sencilla, desde su actitud apática, Lecuona marca tal vez en esa conjugación de lo primitivo y lo culto, el camino por donde nuestro arte puede llegar a encontrar su propia fisonomía de tierra americana. 1942  Arturo Ramírez acerca de la música de Lecuona. "Y mientras el crepúsculo desciende y una penumbra dulce gravita sobre todos sus dedos, brujos de la armonía, pueblan el aire de sonidos. Toda la latitud del tiempo se esfuma, y parece como que se detienen las horas, en el sortilegio de esa música rica de sugerencias, tan plástica a ratos y a veces tan vigorosa de idealismo".  1966 Posee M. Valdés Rodríguez, gran figura de nuestra prensa, crítico teatral y cinematográfico del periódico El Mundo, escribió sobre Lecuona en 1966. No es novedad afirmar que Lecuona fue un músico excepcionalmente dotado. Inclusive en el orden físico, porque la dimensión de sus manos le permitían una ejecución que podemos llamar libérrima por encima de todo canon pianístico. Cabría decir que era un músico natural, o por naturaleza. Y esa señaladísima riqueza de facultades fue factor decisivo en su carrera, condición afirmativa y lastre a la vez porque estuvo en la raíz de su insólita capacidad como compositor y como intérprete y ejecutante y determinó que tomara la vía fácil de la composición y la improvisación. 1987 Acerca de la genial obra La Comparsa para el patrimonio musical cubano ha dicho el musicólogo Odilio Urfé: con esa obra, Ernesto Lecuona creó la línea llamada afro - cubana que en la década siguiente (se refiere a los años posteriores a 1912, cuando fue creada esta obra) fue tratada en la música sinfónica, de cámara y operística por Alejandro García Caturla - gran amigo de Lecuona -, Amadeo Roldán, Angel Reyes Camejo, Pedro San Juan, Pedro Menéndez y otros compositores cubanos y extranjeros, como es el caso de Silvestre revueltas.  III- LA MUSICA DE LECUONA Y EL CINE Desde bien temprano Lecuona estuvo vinculado al cine. Haber puesto música al piano a los primeros films silentes que llegaban con mucha fuerza a La Habana donde el joven Lecuona daba sus primeros paso en la música fue un primer factor de acercamiento. Por demás, el hecho de ser un "hombre del teatro", natural medio donde drama y música se unían en el hecho artístico sirvió de preparación para poder crear piezas usables en el nuevo medio artístico que marcaría el siglo XX. Lecuona se interesó por el cine desde siempre. Sabía de la calidad de su obra y de la posibilidad de esta para ser usada en películas de distintos géneros. El hecho de llegarle la fama en tiempos en que comenzaba el cine y, aún más, de ser quizás el autor latino más destacado cuando el cine sonoro fue un hecho, lo convirtieron en el autor de nuestras latitudes más usado en la industria de Hollywood. Desde muy temprano los éxitos de Ernesto Lecuona y su música hicieron interesarse a las productoras más importantes de Estados Unidos. Se cree que como referencia, su música ha estado presente en más de un centenar de films producidos en Hollywood. Fue contratado numerosasa vesces y su música aparece en numerosas películas, entre ellas algunas de temas latino-americanos: -Hell Harbor (Su título  aparece también como Hell Harbor ) (MGM-1930 ) -Under cuban skies. (MGM- 1931). -Free soul (MGM- 1931). -Susana Lenox (MGM- 1931) -Fronteras de amor (1934) -Payasadas de la vida(1934) -The cross and the sword (MGM- 1934). -De México llegó el amor (1940) -Mamá Gloria. (1941) -Siboney (1942) -Always in my heart (Warner Brothers- 1942). -It comes up Loves(1943) -Conga Roja (1943) -Song of México (1945) -Cuban Pete (1946) -Daughter of Rosie O'Grady (1950) -Mariachi Desconocido (1953) -Ricochet Romance (1954) -Mécico de las Locas(1955) -Locura musical (1956) -Tropicana(1956) -Bambalinas (1957) -Nacida para amar( 1958) -Quiero ser artista(1958) Además de esto, varias obras de Lecuona fueron nominadas a los Premios Oscar, en varias ediciones de los mismos. Lecuona es el cubano que en más ocasiones ha sido nominado a aquellos premios y, gracias a su música, la primera película cubana nominada fue La Ultima Melodía. Otras nominaciones fueron para la música de los films: - One more tomorrow (Warner Brothers- 1946). - Carnival in Costa Rica (20th Century Fox- 1947). - María la O (Film mexicano-1948). - Adiós Buenos Aires (film argentino-  ).   IV-APROXIMACIÓN GENEALOGICA A LA FAMILIA LECUONA   -Ernesto Lecuona Ramos (Santa Cruz de Tenerife, 1834 -Santa Cruz de Tenerife, 1901) era hijo de José Lecuona Domínguez y de Dolores Ramos Castro. -Elisa Casado Bernal (Matanzas 1862- La Habana, 1931), era hija de José Casado y María de la Trinidad Bernal.  Ambos contrajeron nupcias en la Ciudad de Matanzas, el 7 de noviembre de 1885 y tuvieron 7 hijos: 1- Luis E. Lecuona Casado, quien casó con Emelina Amespil y tuvieron 3 hijas: Elda, Elena y "Cuca". 2- José Lecuona Casado, quien tuvo 2 hijos: Marta y Luis E. 3-  Elisa Lecuona Casado, quien casó con Paulino Rosete y tuvie-ron 1 hijo: Paulino. 4-  Ernestina Lecuona Casado, quien casó con Juan Bautista Brower y tuvieron 4 hijos: Julieta,  Angel, Juan Bautista y Elisa. Juan Bautista Brower Lecuona casó con Mercy Mezquida y tuvieron por hijo al gran músico contemporáneo cubano Leo Brower.   5-  Fernando Lecuona Casado, que tuvo 5 hijos: Esther, Juan E., Ilba, Rafael y Fernando. 6-  Teodoro Lecuona Casado, quien casó con Aurora Pérez y tuvieron 3 hijos: Luis, Miguel A. y Julio C.   7-  Ernesto Lecuona Casado, sin descendencia. Murió soltero. Canarios en Cuba Árbol genealógico de la familia Lecuona   José Lecuona Domínguez Dolores Ramos Castro Ernesto Lecuona Ramos (1834 - 1901) Matrimonio: 7 de noviembre de 1885         Luis E. Lecuona Casado Emelina Amespil Elda Lecuona Amespil Elena Lecuona Amespil "Cuca" Lecuona Amespil José Lecuona Casado Marta Lecuona Luis E. Lecuona Elisa Lecuona Casado Paulino Rosete   Paulino Rosete Lecuona José Casado Elisa Casado Bernal (1862- 1931) Ernestina Lecuona Casado Juan Bautista Brower   Julieta Brower Lecuona Ángel Brower Lecuona Elisa Brower Lecuona María de la Trinidad Bernal                   Juan B. Brower Lecuona Leo Brower Mezquida Mercy Mezquida Fernando Lecuona Casado   Esther Lecuona Juan E. Lecuona Ilba Lecuona Rafael  Lecuona Fernando Lecuona Teodoro Lecuona Casado Aurora Pérez   Luis Lecuona Pérez Miguel A. Lecuona Pérez Julio C Lecuona Pérez Canarios en Cuba Ernesto Sixto de la Asunción Lecuona Casado Principales hechos y acontecimientos Árbol genealógico familiar   Aproximación genealógica a la Familia Lecuona Este maravilloso viaje entre Canarias y Cuba lo iniciamos con una prestigiosa familia de nuestro Archipiélago y lo haremos a partir del año 1834 pues ese día nace, en Santa Cruz de Tenerife Ernesto Lecuona Ramos quien era hijo de José Lecuona Domínguez y de Dolores Ramos Castro.  Ernesto, al igual que sus ascendientes inmediatos fue un hombre laborioso; ejerció el periodismo como colaborador del semanario El Ensayo, y fue director de El Sol de Nivaria, suplemento del diario literario La Imprenta; posteriormente, como era norma habitual de aquella época de pobreza y de caciquismo exacerbado, marcha para Cuba y allá continúa ejerciendo su actividad periodística en Matanzas, ciudad cubana fundada por naturales de La Laguna de Tenerife, llegando a ocupar la dirección los periódicos, La Aurora del Yumurí, El Buscapié, El Conservador y el Constitucional. En Matanzas conoce a Elisa Casado Bernal y el 7 de noviembre del año 1885 contraen matrimonio. Recién casado en Matanzas se traslada a La Habana donde continuará con su notable labor periodística, fundamentalmente como director del diario EL COMERCIO, POLÍTICO Y MERCANTIL. De la unión de Ernesto y de Elisa nacerían 7 hermanos – Luis, José, Elisa, Ernestina, Fernando, Teodoro y el personaje de quien hoy hablaremos: Ernesto Lecuona Casado. Ernesto Sixto de la Asunción Lecuona Casado nació el 6 de agosto de 1895 en el número 7 de la calle Cerería (después Estrada Palma), en la Villa de Guanabacoa, en La Habana, Cuba y pesó al nacer 12 libras, esto es, más de cinco kilogramos.  Uno de sus biógrafos, quien fuera además su amigo, el intelectual Orlando Martínez, recogió una tradición oral de la Villa de Guanabacoa que dice que a los cuatro o cinco días de nacido, entró a ver al hermoso niño una negra limosnera quien, al pararse delante de su cama dijo: "Dios te bendiga, genio" . Todos asumieron la admiración de la mujer por el tamaño del recién nacido. Con los años, al ser Lecuona el iniciador de la visión auténticamente cubana de los valores afrocubanos de su cultura, se le ha dado a aquella visita otras explicaciones. Lo cierto es que según esta versión, la primera persona que vio en Ernesto Lecuona un “genio” fue aquella negra pobre y desamparada de su natal Guanabacoa.  Y en efecto, Ernesto fue un caso claro de precocidad musical; su talento musical e interpretativo se manifestó desde su más tierna edad, llegando a ser considerado "niño prodigio" y resaltadas sus cualidades por la publicación del libreto El Fígaro. A los 5 años, el pequeño Ernesto ya interpretaba sin vacilar diversas partituras.   La brillante carrera del Maestro Lecuona, que como veremos ha alcanzado fama universal, precisaría de más espacio que el que en este programa nos vemos obligados a resumir, ya que su composición abarcó géneros como Opera, Zarzuela, Revistas Musicales, obras para piano, canto y piano, y otras muchas más.  En 1908 publica su primera obra musical - la marcha tow-step "Cuba y América"- tenía 12 años de edad. En 1913, a los 18, se gradúa, con Medalla de Oro, en el Conservatorio Hubert de Blanck en La Habana.  En agosto de 1916 marchó a Estados Unidos, donde inició su carrera musical. Desde entonces y para siempre, Lecuona se convierte en un viajero infatigable, que llevó nostálgico y apasionado el nombre de Cuba por todas partes.  Entre 1918 y 1919 crea sus Obras de teatro: Domingo de piñata; El recluta del amor; La caravana; La Liga de las Naciones; Arco Iris; El segundo de la suerte; Don 19; El triunfo de Virulilla.  En 1920 estrena su obra “Una noche en el Maxim” y en 1922 sus Obras de teatro fueron: Diabluras y Fantasías; Jaque al rey y La carrera del amor  En 1923 estrenó “Es mucha Habana” y en 1924 estrena en Madrid “Radiomanía” y "Levántate y anda"; mientras que "Al caer la nieve" la pone en Valencia.  En 1925 continúa sus éxitos en Madrid con las obras de teatro: Antonio Paso Malvarrosa; La revista sin trajes y La revista del Eslava   Ernesto Lecuona fue el creador del verdadero Teatro Lírico Cubano al estrenar en 1927 la zarzuela “Niña Rita o La Habana en 1930”, obra que compuso junto al destacado músico cubano Eliseo Grenet. Otras Obras de teatro de ese año fueron La tierra de Venus; La revista femenina y La liga de las señoras.  En el año 1928 Lecuona actúa como pianista en París  y en un Concierto con la Orquesta Sinfónica de Los Ángeles interpretando “Rhapsody in Blue” cuyo autor George Gershwin, se encontraba presente en el teatro.  En 1929 sus obras de teatro fueron Alma de raza; El Cafetal; El Batey y Flor del sitio.  En 1930 compone las obras de teatro: María La O; El Maizal; El Calesero y El amor del guarachero.  Hay un aspecto que ahora queremos subrayar: la utilización de la música de Lecuona en el cine. Y un hecho muy singular y bastante desconocido: varios filmes que emplearon su música fueron nominados a un Oscar, precisamente por su música. En este mismo año de 1930 su música se recoge en una primera película, se trata de Hell Harbor (Su título aparece también como Hell Harbor ) filme de la Metro Goldwyn Mayers.  En el mes de mazo de 1931 llega a México, donde triunfa con sus excelentes interpretaciones bajo la supervisión de Elisa Casado. Estando en México le sorprende en lamentable hecho: la muerte de su madre. Tras el fallecimiento, Lecuona dirige un espectáculo de música cubana integrado por músicos y artistas cubanos, entre ellos su hermana Ernestina Lecuona. También ese año se estrenan Filmes con su música; se trata de Under cuban skies; Free soul y Susana Lenox, las tres de la Metro Goldwyn Mayers. En 1932 nuestro músico Embarca para España y debuta en el Teatro Lara de Madrid. Inicia después una gira por diversas ciudades como Vigo, Gijón, Zaragoza y San Sebastián, entre otras. De ese año son sus obras de teatro: La guaracha musulmana y Rosa la china. En el año 1934 nuevos filmes con su música; se trata de Fronteras de amor; Payasadas de la vida y The cross and the sword, todas de la Metro Goldwyn Mayers. En 1935 crea en México, utilizando versos del Héroe Nacional de Cuba, hijo de la también canaria Leonor Pérez Cabrera, y a quien en su momento dedicaremos un programa de esta serie, “Siete Composiciones con versos de José Martí”. También las obras de teatro: Julián el gallo; Lola Cruz y El torrente. En el 1937, crea en La Habana, “Cinco Canciones con versos de Juana de Ibarbourou”, utilizando textos de la famosa poetisa; así como su obra de teatro: Sor Inés. En 1939 continúa cosechando éxitos por el mundo y viaja a Puerto Rico, actuando en el Teatro Paramount y en el Hotel Condado; mientras que al año siguiente, 1940 su música aparece en otro filme: De México llegó el amor. En 1941 sufre un accidente automovilístico e ingresado en la Clínica La Inmaculada, en La Habana, termina la zarzuela La de Jesús María. Ese mismo año, nuevo filme con su música: Mamá Gloria. A partir de ese año y durante el siguiente, 1942 realiza varias giras internacionales con gran éxito. Viaja a Chile, Uruguay, Puerto Rico, Brasil, Venezuela, Colombia y Centroamérica. En el propio 1942 estrena sus obras de teatro: La Cubanita y Cuando La Habana era inglesa y su música de recoge en nuevos filmes: Siboney y Always in my Heart, de la Warner Brothers. En 1943, nuevos filmes con su música, en esta ocasión: It comes up Loves y Conga Roja. En 1944 estrena su obra de teatro: La Plaza de la Catedral y en 1945 otro filme con su música: Song of México. En el año 1946 dos filmes recogen su música: Cuban Pete y One more tomorrow. Este último de la Warner Brothers, es el primer filme que utilizando su música es nominado a un Oscar. Posteriormente, en 1947 el filme Carnival in Costa Rica, de la 20th Century Fox, también sería nominada a un Oscar por su música; al igual que en el siguiente año de 1948 lo fue el filme Mexicano María la O; que significó tres años consecutivos de nominaciones para un Oscar por su obra musical. En 1950 actúa en el Teatro Principal de la Comedia de Madrid y posteriormente regresa a Cuba donde realiza una gira por el interior del país. Ese año los filmes con su música fueron: Daughter of Rosie O’Grady. El 3 de septiembre de 1951, otro golpe adverso de la vida: muere su hermana Ernes-tina, quien fuera su primera maestra de piano. El 20 de febrero de 1952, recibe en Cuba un muy merecido homenaje nacional. En 1953 lleva a Madrid, donde son recibidas de una manera extraordinaria, sus obras El Cafetal y María la O. Y otro filme con su música es estrenado: Mariachi Desco-nocido. En 1954 celebra sus "Bodas de Oro" con el piano y la música, con un gran espectáculo en el Teatro Payret, en La Habana, mientras se estrena otro filme con su música: Ricochet Romance. En el año 1955 junto al destacado músico cubano, el maestro Gonzalo Roig, crea la Sociedad Nacional de Autores de Cuba, mientras un nuevo filme recoge su música: Médico de las Locas. En 1956, más filmes con su música: Locura musical y Tropicana En el año 1957, estrena en Barcelona Tropicana; mientras, su música se recoge en el filme Bambalinas 1958: nuevos filmes con su música: Nacida para amar y Quiero ser artista. En mayo de 1959 se producen sus últimas actuaciones en Cuba: los Festivales en el Teatro Auditórium. En el mes de junio, la Productora Fílmica Continental SA., le propone realizar una película sobre los temas "Malagueña" y "María la O" y el 6 de junio del siguiente año, parte para los Estados Unidos. Llega el aciago año de 1963. En el mes de mayo gravemente enfermo y obedeciendo prescripción facultativa, parte para Santa Cruz de Tenerife, la tierra de su padre, cuatro meses más tarde. El 29 de noviembre a las 11:30 de la noche, su corazón se detiene para siempre. Según el certificado médico la causa inicial de la muerte es bronconeumonía, y la causa directa asistolia por fibrilación ventricular. El 3 de diciembre se le ofrece una misa de "corpus insepultos", en la iglesia del cementerio de Santa Lastenia, en Santa Cruz de Tenerife; fue ofrecida por el Círculo de Bellas Artes y el Conservatorio de Música de Santa Cruz y en ella actuó la coral sacra del Círculo de la Amistad; el día 6 ante su féretro envuelto en la bandera cubana, se le canta una imponente misa en la iglesia de Santa Bárbara; fue organizada por la Sociedad de Autores de España. Oficiaron doce sacerdotes ante cuarenta y ocho candelabros. Actuó la Orquesta Sinfónica de Madrid, con un coro de doscientas voces. Sus restos mortales descansan hoy en el cementerio de Westchester en Nueva York. Ernesto Lecuona Como suele ocurrir con los talentos dispuestos parasica, el de Lecuona sesde muy joven poseyó la facultad de la inspiración Unidos ese mismo año. Como en los casos de Chopin, Liszt y Rachmaninov, el virtuosismo del Lecuona pianista estuvo aparejado con esa fértil vena de compositor que produjo obras tan notables como sus danzas cubanas, género en el que fue continuador de Ignacio Cervantes, "el músico más importante del sigio XIX cubano", según el criterio de Alejo Carpentier. Una de estas danzas, La Comparsa, es pieza mundialmente célebre, al igual que lo son La Malagueña (de la Suite Andalucía) y Canto Siboney , conocida abreviadamente como Siboney , página vocal de su zarzuela La tierra de Venus . En este género del teatro lírico que los cubanos hicieron suyo como herencia española, la producción de Ernesto Lecuona fue abundante y de primera magnitud por su calidad, junto con la de sus contemporáneos Gonzalo Roig y Rodrigo Prats. Puede decirse que él fue quien fundó en Cuba el género de la zarzuela grande con Niña Rita o La Habana en 1830 , compuesta y estrenada en 1927 con la colaboración de Eliseo Grenet. Y más tarde creó al menos tres obras antológicas que han pasado la prueba del tiempo: El cafetal, María la 0 y Rosa la China . El catálogo del compositor no se agota con lo registrado hasta aquí, pues incluye un gran número de canciones y otras muchas piezas para piano además de las danzas ya mencionadas. En conjunto, una producción de muy alto nivel técnico y artístico, en la que resaltan su inspiración melódica y la riqueza de una herencia múltiple, con raíces en la música española y en los ritmos afrocubanos. La obra del maestro Lecuona, definitivamente arraigada en la cultura nacional, es una página imprescindible de la historia de la música cubana, iberoamericana y universal. Pedro García Albeta Ernesto Lecuona 1895 -1963 Ernesto Lecuona y Casado was born on August 6, 1895 in Guanabacoa, a village near Havana, Cuba. His oldest sister, Ernestina, introduces him early to the piano, an instrument which Ernesto shows astonishing talent for. At just 7 years old, the sudden disappearance of his father, director of the periodical “El Comercio”, forces him to help contribute to his family’s income by playing piano in the fi rst silent theatres of the capital. However, from 1904 to 1907, he attends the “Conservatory of Carlos A. Peyrellade”, where he strikes up a strong friendship with the young Rita Montaner, who would soon become a central figure of Cuban poetry. The following year he publishes his first work, a two-step titled Cuba y America. Next he studies for several months with Antonio Saavedra, disciple of Ignacio Cervantes, and between 1908 and 1909 he works at the Teatro Martì. Here, particularly attracted to the opera, he puts on his first musical comedy, Fantasia Tropical. In 1910, he becomes the pupil of Joaquin Nin and later of Hubert de Blanck, the Dutch composer who migrated to Havana, and who in 1885 had founded the “Conservatorio Nacional” in the capital. In 1912 he composes his first ballet, La Comparsa, which marks the beginning of his most original musical pursuits. His teacher, de Blanck, takes strong interest in Ernesto and convinces Ernesto’s mother to keep him far from the responsibilities that could have taken him away from a musical career. In 1913, eighteen years old, Lecuona receives his piano teacher’s diploma and solfeggio at the “Conservatorio Nacional” receiving the gold medal in his class and public praise from his teacher, who declared to the “El Figaro of Havana” that: “Lecuona is an extraordinarily brilliant student, highly gifted with a perfect temperament.” Olga de Blanck, daughter of the master teacher, stated: “My father said that Ernesto Lecuona was exceptional because he possessed an absolutely natural relaxation and flexibility at the piano; he had no idea what it meant to be rigid.” Along with his study obligations, Lecuona also manifested an interest in popular music and organized a little orchestra that performed in the first cinemas and dance halls. Nevertheless, in 1916, he left Cuba and moved to New York, where a year later he recorded his fi rst record, which included Vals España, and other ballets among which were La comparsa. In 1917, he made his debut at the Aeolian Hall with his personal compositions and those by other masters. In 1918, having returned to Cuba, he opened the “Instituto Musical de La Habana”. In 1919, he wrote his first professional opera, Domingo de Piñata, which was performed at the Teatro Martì with lyrics by Mario Vitoria. In the same year, he presented En recluta del amor, written together with the poet Gustavo Sánchez Galarraga, who would also become his great friend and collaborator. In 1923, Lecuona performed the Concierto Típico Cubano for the first time at the “Teatro Nacional”. Two years later he went to Madrid for some concerts in which he introduced, among others Levánate y Anda, a distinct piece destined to be performed over 1,000 times. Starting in 1927, his ideas about the opera entered into a more mature phase: the themes are more articulated, the choral songs are more numerous, and the libretto is no longer a mere succession of songs. With Rita Montaner as the principal performer, Lecuona presented nine pieces, among which were Es Mucha Haban, La Revista Femenina and above all Niña Rita, extracted from a song by Grenet, with which began the golden era of Cuban opera and the rise of Rita Montaner. In 1928, invited to Paris as a pupil of Joaquin Nin, he performed some of his ballets in a private recital in the “Gaveau Hall”, an exclusive space for famous composers and performers among which included Maurice Ravel, with whom Ernesto studied for a brief period. His first important composition, Malagueña, successfully presented at the Roxy Theatre of New York in 1927, was received by Ravel with this comment: “I feel that Malagueña is more beautiful and melodic than my Bolero.” Also Siboney, published in 1929, immediately declared it a classic of Latin music, performed everywhere by numerous artists and big bands. From that moment on, Ernesto Lecuona was nicknamed “the Cuban Gershwin”. Following the great success of the “Havana Casino Orchestra”, the first big Latino group to play in the USA, Lecuona formed his own ensemble, the “Orquestra cubana”. Curiously, he wasn’t the pianist in the group (he limited himself to only playing his personal works): the role was entrusted to Armando ‘Fichin’ Oréfiche (1911, Havana), together with whom Lecuona wrote various popular melodies played by the group. In 1934, during a tour in Spain, Lecuona was forced to withdraw from the Orquestra and return to Cuba for health reasons. So the group changed its name to “Lecuona Cuban Boys” and, under the direction of Oréfi che the trombone player Ernesto “Jaruco” Vàzquez, did resumed an extraordinary European tour that lasted until the start of World War II (Armando Oréfi che and his brother, Adalberto Chiquito, later left the group due to internal disputes and founded the “Havana Cuban Boys”). Ernesto Lecuona rarely played in public after the war. He chose to live in his farmhouse in Havana, where he dedicated himself to gardening and to breeding tropical birds. Even if he earned a lot of money, he preferred a simple lifestyle: he didn’t drink alcohol but was a big coffee drinker, and he was willing to travel endless miles in order to avoid taking an airplane. He was proud of his roses and of his fruit trees, and he was also a passionate poker player. He detested politics but was notoriously generous: he organized and fi nanced, with his own money, various artists’ associations lacking in public fi nancing. In 1955, together with the maestro Gonzalo Roig, he founded the Sociedad Nactional de Autores de Cuba, devoted to protecting copyrights of local musicians. When Fidel Castro came into power, Lecuona left Cuba for good. He settled in Tampa, Florida. On vacation to visit his father’s native country, he died on November 23, 1963 in Santa Cruz de Tenerife, in the Canary Islands. His death was caused by an asthma attack, a disorder which had persecuted him his entire life. He was buried in the Westchester cemetery, in New York State. Ernesto Lecuona wrote more than 400 songs, 176 pieces for the piano, 50 theatrical pieces, 31 orchestral works, 11 soundtracks for the cinema, 5 ballets, one trio and an opera. But it is above all the hundreds of interpretations of pieces such as Siboney, Para Vigo Me Voy (Say Si Si), Canto Karabali (Jungle Drums), Maria my Own (Maria La O), La Comparsa and Malagueña that helped him achieve his international popularity. Musically, his work for the piano introduces elements of remarkable originality despite having dealt in a non-avant-garde ambient (which Lecuona did not like, despite actively having supported the initiatives of contemporary music played in Havana. To the influences of the “refi ned” music of the first half of the century, he adds a re-evaluation of the Spanish tradition, and additionally Cuban, in a classical key. His attempt, certainly achieved, at integrating rhythms and traditional melodic expressions with the structures of the late-Romantic writing for the piano, is of absolute interest. The movements of dance, always present, mix themselves with the classical forms of the prelude, that echo the influences of Debussy (very evident, for example, in Ante el Escorial). Similar hints at the piano compositions of Chopin are again found in the formulas that accompany the Waltz, while in frequent virtuoso passages, typically lisztiane ideas are recognized. The melodic expressions are surprisingly concise. It’s often a matter of measures that do not exceed one or two beats and, markedly in the Cuban inspired pieces, the density reached is almost extreme. It’s a precise aesthetic choice: they are not works to dance to but to listen to, and they make one think of the synthetic compositions of Bartok, inspired by Balkan rhythms. Not be undervalued is his important infl uence as a musical composer for the cinema: typically “Hollywoodian” harmonies, such as the Preludio a la Noche or the central part of Ante el Escorial, attest to the versatility and the openness of his compositional style. Nevertheless, Ernesto Lecuona can be legitimately included in the diversifi ed group of Spanish language composers that, from the popular tradition, derive an intense repertoire of ideas which enrich the music of the elite, along the course already en route at the beginning of the modern era of composers such as Oritz or Soler, without overlooking the Spanish by adoption, Scarlatti and Boccherini. Lecuona was also an enchanting pianist and the live recordings of his performances remain an extraordinary testimony to his talent. The collection, “The Ultimate Collection” (1954) presents the best of his work and the 14 tracks of his second disk, recorded at the end of the 1920s, are extraordinarily fascinating due to their dynamism, inner rhythm and expressive scale of sound. The experts were impressed by the ability of his left hand, that seemed to touch the piano keyboard almost as though caressing the skin of a drum. When Arthur Rubinstein heard him play Malagueña, he exclaimed: “I don’t know whether or not to admire the genius pianist or the sublime composer”. And when, with the Symphony Orchestra of Los Angeles, he played Rhapsody in Blue in the presence of the composer, George Gershwin embraced him with great emotion in front of an enthusiastic audience. His Latino style profoundly impressed both European and American listeners and was an immediate fascination for many big bands. The American pianist Thomas Tirino has contributed to his revival in recent years. Tirino, who with considerable effort conducted his piano rolls and the first recordings by the composer, has managed to reconstruct the authentic versions of many of his original pieces. Ernesto Lecuona Birth:   1896, Cuba Death:   1963, USA   Famed Cuban composer. Search Amazon.com for Ernesto Lecuona   Burial: Cemetery of the Gate of Heaven Hawthorne Westchester County New York, USA   Record added: Nov 10 2002 By: edmund donovan Added by: Cristian Italia   HUBERT DE BLANCK Por Dra. María Dolores Ortíz, Presidenta de la Sociedad Cubana de Amigos del Libro. El comentario de esta semana está dedicado a un libro, que es un ensayo biográfico, acerca de un personaje que todos conocemos y del que sin embargo, sabemos muy poco, aunque una de las más importantes salas de teatro de La Habana lleva su nombre. Algunos lo conocen por sus estudios musicales, aunque muchas personas no saben quién fue exactamente Hubert de Blanck. Y nuestro libro es precisamente un ensayo sobre este músico, escrito por los Doctores Marta Guzmán Pascual y Rolando Álvarez Estévez. Sobre los autores le diré que Marta Guzmán es Doctora en Ciencias en la especialidad de Relaciones Internacionales, ejerció como Embajadora de la República de Cuba en el Reino de los Países Bajos, y tiene varias publicaciones, entre ellas Holanda y Cuba apuntes para un mayor conocimiento, que abarca los siglos del XVII al XIX y Holanda, crónicas y japoneses en Cuba. Por su parte Rolando Álvarez, es un conocidísimo historiador cubano, también Doctor en Ciencias e Investigador titular, que fue Vicepresidente de la Academia de Ciencias en Cuba y que tiene una numerosa bibliografía, entre la que encontramos, Isla de Pinos y el Tratado Hell-Quesada; La emigración cubana en Estados Unidos, en los diez años que abarca la Guerra grande del 68 al 78; Azúcar e inmigración, un estudio que abarca entre 1900 y 1940; y Huellas francesas en el Occidente de Cuba, que abarca los siglos del XVI al XIX. Pues estos dos autores, que además conforman un feliz matrimonio, aprovecharon mucho su estancia en Holanda para realizar importante investigaciones. El resultado de una de ellas es este libro publicado recientemente por la Editorial Letras Cubanas, y que constituye un rescate de estos autores para nuestra historiografía musical, tanto un valioso testimonio gráfico, a través de fotografías de Hubert de Blanck, de sus familiares y amigos, como una recopilación de curiosos detalles, algunos desconocidos de la trayectoria artística de este destacado músico holandés-cubano, que a los veinte años se enamora de Ana Menocal, una joven que pertenecía a una distinguida familia cubana, luego se casó con ella y vino para Cuba en los años 80 del siglo XIX. Aquí se estableció, hizo una familia que también ha dado importantes nombres a la cultura cubana, como fue el caso de Olga de Blanck, y se convirtió en un cubano más, sin olvidar su origen holandés. En el libro encontramos un dato interesante, y es que en 1881 de Blanck era profesor del colegio de música College of Music de Nueva York donde ganó por oposición, una bacante que había sido dejada por un pianista y pedagogo de origen húngaro, y a partir de ese momento tendría a su cargo la Cátedra de piano. Cuando llega a Cuba, su primera presentación en el teatro fue un gran acontecimiento, como lo reflejó la prensa de la época, - a través de datos que se pueden encontrar en el libro- y grandes figuras como fue Nicolás Ruiz Espadero e Ignacio Cervantes. Pero Hubert de Blanck decide establecerse en Cuba y crear un conservatorio de música, el Conservatorio Nacional de Música Hubert de Blanck, cuyas partituras y lecciones se usaban en todo el país. Un dato interesantísimo, que muchas personas que conocen la obra de este compositor, no conocen, es que estuvo preso, durante la guerra del 95 porque pertenecía a la Junta Revolucionaria de La Habana, y el cónsul holandés tuvo que intervenir para que los españoles no adoptaran contra él, medidas más violentas como hubiera sido tal vez deportarlo a islas o a prisiones donde su estado de salud, su constitución física no le hubieran permitido resistir. En el libro de habla de su amistad con patriotas como Manuel Sanguily, y de su designación como tesorero de la Junta Revolucionaria de La Habana bajo el seudónimo 209 y de cómo luego de su prisión, fue deportado a Estados Unidos. Yo les recomiendo que lean este libro que es muy interesante, es la historia de un holandés que viene a vivir a Cuba y adopta nuestra Patria como propia, y esto no basta, además se convierte no solo en una personalidad cultural, sino también en un patriota cubano. Hubert De Blanck 1856 - 1932 One of the first important opera composers in Cuba was an expatriate Dutchman, Hubert De Blanck. De Blanck visited Cuba in 1883, and settled there. He wrote three operas, of which only the second was produced. Patria consisted of a prelude and two tableaux - the prelude and second tableau was performed in Havana in 1889, but the full work was not to be seen till 1905. Among his other accomplishments was the founding of the first Cuban conservatory, which he directed till his death. MURALLA DE MÁRTIRES Antonio Abdala Benitez Bienvenido Abreu Julio Acosta Ruiz Andres Agramonte Pedro Aguila Perez Rigo Aguilera Onelio Aguilera Gil Pedro Alcia Armando Alejandre, Jr. Alvarez Alejo Alfredo Alemán Carlos Alemán Roberto Alemán Eufrasio Alemán Aleman Elio Alemán Armenteros Celio Alfonso Estanislao Alfonso Rafael Alfonso Delio Almeida Heriberto Almeida Plácido Almenda Arturo Álvarez Concepcion Álvarez Lister Álvarez Luis Álvarez Rios Justo Álvarez Pérez Pedro Amaro Abreu Antonio Amaro Diaz Roberto Amorín Sotelo Carlos Ariza García Leo Francis Baker Hubert de Blanck Benito Blanco Cruz Manuel Blanco Navarro José Borrás Gutierrez Rafael Brunet Luís Bueso José Caballero Julio Caballero Gonzalez Francisco Cabrera Gervasio Cabrera Mumo Cabrera Ulises Cabrera Ramon Insua Calviño Urbano Calzada Floro Camacho José Camacho Alfaro Norberto Camacho Guerra Ovidio Camejo Lopez Benito Campos Rafael Campos Gutiérrez José Martí Campos Linares Chicho Campos Linares Angel Campos Ojeda Rolando Cañizares Armando Cañizarez Gamboa EXPEDICIÓN DEL «CORYNTHIA» Por Miguel Echagarrúa El 19 de Julio de 1957, del yate "Corynthia", capitaneado por Calixto Sánchez White y 27 destacados combatientes Auténticos, integrantes del brazo armado del PRC(A) la Organización Auténtica(O/A), desembarcaron en Cabonico, un puerto al Norte de la Provincia de Oriente, y el lugar mas apropiado para alcanzar la Sierra Cristal, donde se estableceria un el Cuartel General del frente de combate contra la tirania de Batista. En la marcha hacia la Sierra cruzaron el rio Brazo Grande, algunos de los expedicionarios se quedaron rezagados, al fin se pudieron incorporar al resto y a peticion de Jose Aguirre y Cornillot se juramentaron a no entregarse nunca y continuaron la marcha. Mientras tanto el Tte.Cnel. Fermin Cowley Gallegos, Jefe del Distrito Militar No.9 (Holguin), puesto sobre aviso inicio operaciones contra expedicionarios, tropa al mando del Cnel. Cowley, un Capitan miembro de la masoneria, y un Tte. de apellido Chirino. Sorprendidos los expedicionarios, se inicio un dialogo entre en capitan -mason- y Calixto Sanchez, que tambien lo era. Utilizando el codigo masonico se acordo la rendicion de 17 de los combatientes. Se les trato como a criminales comunes, amarrados con sogas de jarcia son conducidos un caserio y los alojan en un local social de los vecinos. El Cnel. Cowley se comunica con el General Francisco Tabernilla, Jefe del Estado Mayor Conjunto, quien le informa a Batista sobre lo acontecido. Batista ordena el asesinato de los capitulados. El capitán que intervino en la rendicion se niega a cumplir la orden de Batista. Investigaciones posteriores demoxtraron que el Tte.Chirino y soldados bajo su mando ejecutaron la orden dada por Batista. Fueron ametrallados con ametralladores Thompson. De los capturados se escapo uno, que fue entregado a Cowley por el jefe de correos del pueblo donde trato de conectarse con La Habana. Este tambien fue asesinado pero su cadaver jamas aparecio. Posteriormente Fermin Cowley Gallegos fue ejecutado en Holguin pro un grupo de patriotas. La cantidad de asesinatos cometidos por el gobierno de Batista y la generalizada corrupcion que establecio entre el y el crimen organizado internacional, tuvieron como secuela la endemoniada tirania de Fidel Castro, que ha convertido a Cuba en el pais mas hambriento del mundo, donde no existen leyes ni derechos humanso. Cuba convertida en la hacienda personal, sus esclavos lo proclaman uno de los gobernantes mas rico del mundo, y con sus mentiras corrompe a los gobernantes que les temen. Calixto Sanchez White. Joaquin Ferrer de Blanck Gustavo Ferrer de Blanck Hubert de Blanck. Cleto Collado del Cueto Luis Vazquez Lopez. Ernesto Ceballos Baeza Pedro Pablo Gonzalez Mir Roberto Martinez Riveron Juan Fornes Pina Sergio Sierra Cabrera Saul Delgado Duarte Humberto Vinat Aguero Jorge Prieto Ibarra Jorge Suescon Gutierrez Jesus Miguel Iglesias *Miguel Echagarrua ,durante la lucha contra la tirania batistiana fue Jefe Militar de la O/A en Cuba. Dr. Armando J. Coro de la Cruz (Viñales, enero 9 de 1901), fue profesor de Fisiología durante diez años (1924-1934) y Ministro de Salubridad y Asistencia Social (1955); casado con la notable pianista Margot de Blanck Martín, hija del internacionalmente conocido maestro Hubert de Blanck. Lekuona LEKUONA Lekuona means Good Place (Leku=place, ona=good). There are two caserios with this name in the Valley of Oiarzun (in Gipuzkoa). They are called Lekuona Garaikoa (that of above) and Lekuona Azpikoa (that of below). Other branches extend from there to Legazpia and other places in Gipuzkoa. There are many proofs of nobility recorded for this surname in Azkoitia, Oiarzun, Elgoibar, Fuenterrabia, Irun, Donostia, Eskoriaza, Mondragon, Bilbao, in the Juntas Generales of Bizkaia and in the Real Chancilleria of Vallodolid. Looking in another book (also by J. Kerexeta as was the previous), we find other caserios Lekuona in Irun (Barrio of Behobia) and in Ondarribia (Barrio of Montania). There must have been another house Lecunoa in Legazpia since before 1520. It is recorded that a branch of this surname was established in Ecuador. Today, it is extended throughout Bizkaia and Gipuzkoa. In Mungia, there is a pastry shop that is named Lekuona. User Contributed Notes /Basque/Surname/L/lekuona.html   add a note mlecuona_3m at yahoo dot com dot mx 21-Feb-2005 15:31   Hi my name is Miguel Lecuona Beltran im 21 yeras old, im the second more young taht have this glorious first name, im the third generation of lecuonas in mexico, The fisrt Generation of Lecuonas arrives in the 1900´s my Grand Father Miguel Lecuona Ortiz comes from Santader, and married with the most beautiful woman from San Sebastian, her name Elvira Alejo I only Know that my Grand Father die too young, but before he has 4 childs my fatehr and my 3 uncles, his names the major Alberto Lecuona ALejo, Julio Lecuona Alejo, Miguel Lecuona Alejo and finnaly the most young ALejandro Lecuona ALejo, I only know another cousin named Adolfo Lecuona, and my first cosuins obvious there are only 4 lecuons of the thirsd genration and i knew that adolfo lecuona has a child of 6 years, but i dont know that child because is a so far cousin im toooooooo proud about my name, all lives in mexico city since 1900 thats all if you want to know something else please contact me. sincerelly Luis Miguel Lecuona Beltran. miguel at lecuona dot org 16-Mar-2005 17:03   Bienvenidos a todos los Lecuonas y Lekuonas! I am Miguel Rafael Lecuona, son of Rafael Argelio Lecuona (born 1928, Havana Cuba). I was born in 1962, in the United States (State of Florida) and live in Texas. My wife, Gretchen, is from Texas. I have one brother, Mark, and he has two children, one boy and one girl. We have a number of uncles and cousins from my father's sister and brother, and they all live in the United States. Our family is directly related to the great Maestro Ernesto Lecuona -- he was the youngest brother of my father's father, Fernando Lecuona. While no one in our family will ever again play piano like el Gran Maestro, we all do enjoy playing piano or el bongo with the family. Also, my father recently translated into English a book titled, "Ernesto Lecuona, the Genius and His Music". One of the authors is Dr Jose Castellano of the Canary Islands. Last year, my father presented the book at a special event in Santa Cruz de Tenerife, and visited at the Hotel Mencey, where Tio Ernesto died in 1963. There, he also learned more of our ancestry, and we are proud to be associated with all Lecuonas in the Canary Islands, Basque country, Argentina, Mexico, and throughout the world. We are also grateful, and humbled, by the many recordings of Ernesto Lecuona's music, as put forth by such a prolific talent as Thomas Tirino (who we met with and celebrated his recitals at the Festival Lecuona in Costa Rica in March 2000), Huberal Herrera, and recent beautiful efforts by Carole Farley and Enrique Chia. We enjoy them all. Saludos a todos! Miguel Lecuona   add a note Last updated: Wed, 16 Mar 2005 - 17:04:00 This page is part of Buber's Basque Page and is maintained by Blas Uberuaga ([email protected]). Please report any problems or suggestions to Blas. Eskerrik asko! TAMIU's Lecuona to Receive Professor Emeritus Title This summer, Dr. Rafael A. Lecuona, professor of political science, will retire after having given Texas A&M International University more than 30 years of service. In recognition of his commitment and contribution to TAMIU and its predecessors, the The Texas A&M University System Board of Regents has named him Professor Emeritus. The honor will be presented at the University's Spring Commencement Excercises, Saturday, May 11. Dr. Lecuona's involvement with the University began in 1970 when Texas A&I University at Kingsville opened a two-year, upper-level 'Center' of higher education in Laredo. This soon became officially known as Laredo State University, precursor to Texas A&M International University. As one of the original founding faculty, Lecuona shared with his colleagues the burden of teaching and building what has become today a full-fledged, four-year university within The Texas A&M University System. At that time, Lecuona was the sole Ph.D. in political science and offered all the essential courses within his area of expertise required for students to earn a Bachelor of Science in education, business, or liberal arts. Lecuona's involvement with the University and the surrounding community has been extensive. As a faculty member and coordinator of the arts and sciences division for several years, he was an active participant in the development of most of the University's basic and innovative policies and programs such as faculty evaluation by peers, students, and administrators, faculty post-tenure revision procedures, the development of the political science Master's degree program, and the current Latin American Studies program. Lecuona has also been a strong and active advocate of what is now the Western Hemispheric Trade Center. TAMIU President Dr. Ray Keck said the University is grateful for Lecuona's commitment to the growth of both Laredo and the University. " Dr. Lecuona's rare combination of hard work, energy, intelligence, and good humor made him an invaluable member of this faculty. He and his wife Diana have been stalwart and steady forces for good in this institution for a very long time. Repeatedly, Dr. Lecuona's dean turned to him to head difficult tasks and complex committee assignments. His service was always stellar. We wish him well, and hope to see him often," said Keck. Lecuona, a citizen of the United States, was born in Cuba and has been a U.S. resident since 1953. He traveled widely as a member of three Olympic gymnastics teams, two Pan American teams, and three Central American teams, and won many Pan-American and state championships. He received his Ph.D. in political science from Florida State University as well as his M.S. in international affairs and B.S. in business. Lecuona's interest in international studies and political economy led him to serve as a faculty advisor to the University's foreign student body. "I am particularly proud of having been asked, and at their request, having served, as faculty advisor and sponsor of the Chinese Student's Association, the Malaysian Students Association, the African Students Association, and their umbrella organization, the International Students Association," said Lecuona. His involvement with the Laredo community included many years as a Little League coach and the creation of a successful swimming program for which he acted as head coach. "These activities not only contributed to the improvement of the city's quality of life, but also helped build the University's image as an institution whose faculty were very much a part of the Laredo community," indicated Lecuona. He said his public outreach included inviting outstanding Laredo public figures such as judges, consuls, U.S. foreign service officers, Texas Border Patrol members, and business persons to visit and lecture in his classes, strengthening the bonds between the University, its students, and the people of Laredo. Lecuona is a prolific author and has published numerous research papers in such academic journals as the International Journal on World Peace. He has been included in scholarly works such as Irving Louis Horowitz' Cuban Communism, and Khosrow Fatemi's International Trade and Finance: A North American Perspective. Lecuona says his research has covered a wide area and he has been pleased that the passage of time has proved his analysis correct in many cases. "I've researched a great variety of subjects such as international law, Latin American and United States of America political systems, ethnic politics, the ruling of elites, political thought and ideologies, and international trade and economics, among others. In fact, in an analytical research paper published in 1989 dealing with the idea of a North American Common Market, I was unequivocally correct in predicting Mexico's inevitability in joining, in 1994, the United States and Canada in the establishment of what today we know as NAFTA or North American Free Trade Area," said Lecuona. He also enjoys writing short stories, most of them fiction, including a published work entitled En Busca de Castro. Lecuona says he is looking forward to retirement but will continue reading and writing, while enjoying a less demanding life of traveling in the company of his wife, Diana. Lecuona indicated that he will still maintain close ties to TAMIU. Lecuona is proud of the Emeritus title granted to him by the Texas A&M University System Board of Regents and of the support received from his TAMIU faculty colleagues and administrators. "Without their approval and recommendation, such honor could not have been vested on me," he said, "To each and all of the outstanding Board members and University faculty and staff participating in the process I am eternally grateful for their trust and consideration, and I will carry the Emeritus title with the pride, the dignity and the honor that it entails." For more information, please contact the Office of Public Affairs and Information Services at 326.2180, visit offices in the Sue and Radcliffe Killam Library, room 268 or email [email protected]. University office hours are 8 a.m. to 5 p.m., Monday through Friday. Journalists who need additional information or help with media requests and interviews should contact the Office of Public Affairs and Information Services at [email protected] Arte y Cultura Festival de Guitarra de La Habana Por María de La Soledad [email protected] Este año el XII Concurso y Festival Internacional de Guitarra de La Habana tuvo ambiente de fiesta de cumpleaños.  Y es que estuvo dedicado a celebrar el natalicio 65 de su fundador y presidente, el guitarrista y compositor Leo Brower. Brower nació en La Habana en 1939 con brillante  antecedente musical en la familia: su tío abuelo era el gran músico cubano Ernesto Lecuona, del que declara tener dos influencias, la forma material de componer “con las partituras en abanico sobre la mesa” y el haber” sustituido el triunfo de la interpretación musical por la composición” (Granma Internacional, 2 de mayo de 2004).  Efectivamente, Lecuona priorizó su labor como compositor a su trabajo como pianista, que se considera brillante, y su sobrino nieto ha dejado de tocar la guitarra desde hace unos años, para dedicarse sobre todo a componer y a dirigir orquestas. Después de haber ganado una beca a finales de los 50 en la prestigiosa Julliard School de Nueva York, a principios de los 60 estudió en La Habana con el maestro por excelencia de la guitarra en Cuba, Isaac Nicola.  Fue impulsor del Teatro Musical de La Habana,(que ya no existe, lamentablemente,) con el hoy famoso director mexicano de cine Alfonso Arau y el reconocido pianista cubano Chucho Valdés, y también fue estrecho colaborador de Chucho en la fundación de la orquesta Irakere, elementos éstos que evidencian la fusión que se da en un artista de la talla de Brower entre lo culto y lo popular.  En 1969 funda y dirige el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (el Instituto Cubano de Cine) con músicos que hoy son iconos y entonces comenzaban sus carreras.  Es el caso de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.  Pero además, su ejecutoria como instrumentista clásico llegó a la mayor relevancia, al punto de que ha sido considerado uno de los principales guitarristas del mundo.  Su labor como compositor no es menos brillante, al punto de que varias de sus obras son obligatorias en casi todos los principales concursos de guitarra del mundo.  En el campo sinfónica, es director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, de Cuba y de la Orquesta Sinfónica de Córdoba, España.  Con una trayectoria así, como no iba a ser homenajeado, quien tanto placer ha proporcionado al público. En esta fiesta habanera de la guitarra, entre los homenajes a Broker, han estado la publicación de su libro Gajes del Oficio, el lanzamiento de su CD Homo Ludens, y una exposición de fotos y partituras del músico, que lleva también el título Homo Ludens,( Hombre que juega) que es como Brower ha querido definirse en este cumpleaños cerrado. Por supuesto, el plato fuerte de la celebración ha sido el Concurso y Festival de Guitarra en su doceava edición,  que fue llamado Leo Brower, nombre que llevará en lo adelante.  En el Concurso participaron 19 países, entre ellos México, Brasil, Venezuela, El Salvador, Israel, España, Grecia e Italia.  En el Festival han tomado parte guitarristas reconocidos a nivel mundial, como Costas Cotsiolis, de Grecia, Eduardo Fernández, de Uruguay, Ishi Fukuda, de Japón, Víctor Pellegrini, de Argentina, Egberto Gismonti, de Brasil y Joaquín Clerch, de Cuba. Momento especialmente señalado fue la Gala de Apertura, donde se estrenó el Concierto de Perugia, de Broker, para guitarra, coro y orquesta, que fue interpretado por el guitarrista  chileno Marcelo de la Puebla, dirigiendo la Orquesta Sinfónica Nacional el propio autor. Viendo al maestro, sobrio y emocionado, recibir el cariñoso homenaje del público, evoqué un recuerdo de mi propia vida, vinculado con él, sin él saberlo.  La ocasión en que una amiga común, pianista ahora, adolescentes ella y yo entonces, me pidió prestada mi guitarra, para que un amigo que estaba de visita en su casa, la tocara.  Al día siguiente, al devolvérmela, me dijo “Ponle un letrero que diga: esta guitarra la tocó Leo Brower”  Entonces él apenas empezaba, casi nadie, fuera del mundo de los iniciados,  lo conocía.  Mi amiga, pichona de músico entonces, ya lo admiraba, y el letrero…no se lo puse al instrumento, pero nunca olvidé sus palabras.  A mi hijo, que heredó mi guitarra, se lo dije el día que se la regalé.  Seguro que él tampoco lo olvidó. Curriculum Vitae Various Concerto Appearances 10-2003 Santa Monica Symphony Orchestra Allen Gross, Conductor LISZT: Piano Concerto #2 09-2003 San Francisco Conservatory Symphony Orchestra Simon Streatfeild, Conductor LISZT: Piano Concerto #2 11- 2000 National Symphony Orchestra of Cuba Ivan del Prado, Conductor SAINT-SAENS: Piano Concerto No. 2 11-28-1999 National Symphony Orchestra of Cuba Leo Brower, Conductor BEETHOVEN: Piano Concerto Ernesto Lecuona y Casado 1895-1963 Ernesto Leucona y Casado was born on August 6, 1895 in Guanabacoa, a village near Havana, Cuba. His oldest sister, Ernestina, introduces him early to the piano, an instrument which Ernesto shows astonishing talent for. At just 7 years old, the sudden disappearance of his father, director of the periodical “El Comercio”, forces him to help contribute to his family’s income by playing piano in the fi rst silent theatres of the capital. However, from 1904 to 1907, he attends the “Conservatory of Carlos A. Peyrellade”, where he strikes up a strong friendship with the young Rita Montaner, who would soon become a central figure of Cuban poetry. The following year he publishes his first work, a two-step titled Cuba y America. Next he studies for several months with Antonio Saavedra, disciple of Ignacio Cervantes, and between 1908 and 1909 he works at the Teatro Martì. Here, particularly attracted to the opera, he puts on his first musical comedy, Fantasia Tropical. In 1910, he becomes the pupil of Joaquin Nin and later of Hubert de Blanck, the Dutch composer who migrated to Havana, and who in 1885 had founded the “Conservatorio Nacional” in the capital. In 1912 he composes his first ballet, La comparsa, which marks the beginning of his most original musical pursuits. His teacher, de Blanck, takes strong interest in Ernesto and convinces Ernesto’s mother to keep him far from the responsibilities that could have taken him away from a musical career. In 1913, eighteen years old, Lecuona receives his piano teacher’s diploma and solfeggio at the “Conservatorio Nacional” receiving the gold medal in his class and public praise from his teacher, who declared to the “El Figaro of Havana” that: “Lecuona is an extraordinarily brilliant student, highly gifted with a perfect temperament.” Olga de Blanck, daughter of the master teacher, stated: “My father said that Ernesto Lecuona was exceptional because he possessed an absolutely natural relaxation and fl exibility at the piano; he had no idea what it meant to be rigid.” Along with his study obligations, Lecuona also manifested an interest in popular music and organized a little orchestra that performed in the first cinemas and dance halls. Nevertheless, in 1916, he left Cuba and moved to New York, where a year later he recorded his fi rst record, which included Vals España, and other ballets among which were La comparsa. In 1917, he made his debut at the Aeolian Hall with his personal compositions and those by other masters. In 1918, having returned to Cuba, he opened the “Instituto Musical de La Habana”. In 1819, he wrote his first professional opera, Domingo de Piñata, which was performed at the Teatro Martì with lyrics by Mario Vitoria. In the same year, he presented En recluta del amor, written together with the poet Gustavo Sánchez Galarraga, who would also become his great friend and collaborator. In 1923, Lecuona performed the Concierto Tipico Cubano for the fi rst time at the “Teatro Nacional”. Two years later he went to Madrid for some concerts in which he introduced, among others Levánate y Anda, a distinct piece destined to be performed over 1,000 times. Starting in 1927, his ideas about the opera entered into a more mature phase: the themes are more articulated, the choral songs are more numerous, and the libretto is no longer a mere succession of songs. With Rita Montaner as the principal performer, Lecuona presented nine pieces, among which were Es Mucha Haban, La Revista Femenina and above all Niña Rita, extracted from a song by Grenet, with which began the golden era of Cuban opera and the rise of Rita Montaner. In 1928, invited to Paris as a pupil of Joaquin Nin, he performed some of his ballets in a private recital in the “Gaveau Hall”, an exclusive space for famous composers and performers among which included Maurice Ravel, with whom Ernesto studied for a brief period. His first important composition, Malagueña, successfully presented at the Roxy Theatre of New York in 1927, was received by Ravel with this comment: “I feel that Malagueña is more beautiful and melodic than my Bolero.” Also Siboney, published in 1929, immediately declared it a classic of Latin music, performed everywhere by numerous artists and big bands. From that moment on, Ernesto Lecuona was nicknamed “the Cuban Gershwin”. Following the great success of the “Havana Casino Orchestra”, the first big Latino group to play in the USA, Lecuona formed his own ensemble, the “Orquestra cubana”. Curiously, he wasn’t the pianist in the group (he limited himself to only playing his personal works): the role was entrusted to Armando ‘Fichin’ Oréfiche (1911, Havana), together with whom Lecuona wrote various popular melodies played by the group. In 1934, during a tour in Spain, Lecuona was forced to withdraw from the Orquestra and return to Cuba for health reasons. So the group changed its name to “Lecuona Cuban Boys” and, under the direction of Oréfi che the trombone player Ernesto “Jaruco” Vàzquez, did resumed an extraordinary European tour that lasted until the start of World War II (Armando Oréfi che and his brother, Adalberto Chiquito, later left the group due to internal disputes and founded the “Havana Cuban Boys”). Ernesto Lecuona rarely played in public after the war. He chose to live in his farmhouse in Havana, where he dedicated himself to gardening and to breeding tropical birds. Even if he earned a lot of money, he preferred a simple lifestyle: he didn’t drink alcohol but was a big coffee drinker, and he was willing to travel endless miles in order to avoid taking an airplane. He was proud of his roses and of his fruit trees, and he was also a passionate poker player. He detested politics but was notoriously generous: he organized and fi nanced, with his own money, various artists’ associations lacking in public fi nancing. In 1955, together with the maestro Gonzalo Roig, he founded the Sociedad Nactional de Autores de Cuba, devoted to protecting copyrights of local musicians. When Fidel Castro came into power, Lecuona left Cuba for good. He settled in Tampa, Florida. On vacation to visit his father’s native country, he died on November 23, 1963 in Santa Cruz de Tenerife, in the Canary Islands. His death was caused by an asthma attack, a disorder which had persecuted him his entire life. He was buried in the Westchester cemetery, in New York State. Ernesto Lecuona wrote more than 400 songs, 176 pieces for the piano, 50 theatrical pieces, 31 orchestral works, 11 soundtracks for the cinema, 5 ballets, one trio and an opera. But it is above all the hundreds of interpretations of pieces such as Siboney, Para Vigo Me Voy (Say Si Si), Canto Karabali (Jungle Drums), Maria my Own (Maria La O), La Comparsa and Malagueña that helped him achieve his international popularity. Musically, his work for the piano introduces elements of remarkable originality despite having dealt in a non-avant-garde ambient (which Lecuona did not like, despite actively having supported the initiatives of contemporary music played in Havana. To the influences of the “refi ned” music of the first half of the century, he adds a re-evaluation of the Spanish tradition, and additionally Cuban, in a classical key. His attempt, certainly achieved, at integrating rhythms and traditional melodic expressions with the structures of the late-Romantic writing for the piano, is of absolute interest. The movements of dance, always present, mix themselves with the classical forms of the prelude, that echo the influences of Debussy (very evident, for example, in Ante el Escorial). Similar hints at the piano compositions of Chopin are again found in the formulas that accompany the Waltz, while in frequent virtuoso passages, typically lisztiane ideas are recognized. The melodic expressions are surprisingly concise. It’s often a matter of measures that do not exceed one or two beats and, markedly in the Cuban inspired pieces, the density reached is almost extreme. It’s a precise aesthetic choice: they are not works to dance to but to listen to, and they make one think of the synthetic compositions of Bartok, inspired by Balkan rhythms. Not be undervalued is his important infl uence as a musical composer for the cinema: typically “Hollywoodian” harmonies, such as the Preludio a la Noche or the central part of Ante el Escorial, attest to the versatility and the openness of his compositional style. Nevertheless, Ernesto Lecuona can be legitimately included in the diversifi ed group of Spanish language composers that, from the popular tradition, derive an intense repertoire of ideas which enrich the music of the elite, along the course already en route at the beginning of the modern era of composers such as Oritz or Soler, without overlooking the Spanish by adoption, Scarlatti and Boccherini. Lecuona was also an enchanting pianist and the live recordings of his performances remain an extraordinary testimony to his talent. The collection, “The Ultimate Collection” (1954) presents the best of his work and the 14 tracks of his second disk, recorded at the end of the 1920s, are extraordinarily fascinating due to their dynamism, inner rhythm and expressive scale of sound. The experts were impressed by the ability of his left hand, that seemed to touch the piano keyboard almost as though caressing the skin of a drum. When Arthur Rubistein heard him play Malagueña, he exclaimed: “I don’t know whether or not to admire the genius pianist or the sublime composer”. And when, with the Symphony Orchestra of Los Angeles, he played Rhapsody in Blue in the presence of the composer, George Gershwin embraced him with great emotion in front of an enthusiastic audience. His Latino style profoundly impressed both European and American listeners and was an immediate fascination for many big bands. The American pianist Thomas Tirino has contributed to his revival in recent years. Tirino, who with considerable effort conducted his piano rolls and the first recordings by the composer, has managed to reconstruct the authentic versions of many of his original pieces. LECUONA, Ernesto (b 7 Aug. 1896, Guanabacoa, Cuba; d 29 Nov. '63, Canary Islands) Pianist, bandleader, the most successful Cuban composer, said to have written about 600 songs. A prodigy, initially taught piano by an older sister; first public performance at age five; wrote first compositions at eleven; started playing piano in silent movie houses around the age of eleven to twelve; concluded studies at National Conservatory at 17, winning first prize and the gold medal in his course; played recital in NYC '17. His Palau Brothers Cuban Orchestra was featured in movie musical Cuban Love Song '31, starring Jimmy Durante, opera star Lawrence Tibbett, Cuban/Hollywood star Lupe V‚lez; title song and score by Jimmy McHugh/Dorothy Fields, but also 'El Manicero' ('The Peanut Vendor'), an international hit that year (not Lecuona's song). Formed a popular band Orquesta Cubana '32, but never actually played with them; classically trained pianist/composer/arr. Armando 'Fichin' Or‚fiche (b '11, Havana, Cuba) filled piano chair; at concerts Lecuona played his own solo piano pieces and the band performed popular Cuban tunes mostly penned by Or‚fiche and himself. He retired from touring with band '34 for health reasons and returned to Cuba; eleven-piece band was renamed Lecuona Cuban Boys co-led by Or‚fiche and trumpeter/guitarist/composer/arr. Ernesto 'Jaruco' V zquez; they successfully toured Europe until WWII, during which they toured Latin America (tracks collected in five CD vols of Lecuona Cuban Boys '89--94 on UK Harlequin label). Following a leadership wrangle, Or‚fiche and his brother tenor saxist/bongosero Adalberto 'Chiquito' Or‚fiche split to organize the Havana Cuban Boys '46: eponymous CD '95 on Harlequin compiles some of their recordings. The Lecuona Cuban Boys based in NYC '46--60 continued to tour until the mid-'70s; Lecuona kept in touch via correspondence and telephone. He wrote cantatas, musical shows etc but is best known for songs covered hundreds of times, incl. standard 'Siboney' '29 ('31 hit by Alfredo Brito; recorded '53 by quartet with Dizzy Gillespie and Stan Getz, etc), 'Para Vigo Me Voy' ('Say Si Si') (recorded '33 by Xavier Cugat; a hit with English lyrics by Al Stillman for Glenn Miller, the Andrews Sisters '40, later for the Mills Bros, etc), 'Canto Karabali' ('Jungle Drums'), 'La Comparsa', 'Malague¤a' '27 etc. Some were intended as light classical pieces; darkly dramatic orchestral arr. of 'Malague¤a' was lead track on Andre Kostelanetz LP Lure Of The Tropics early '50s, while 'Andaluc¡a' '30 became no. 1 hit by Jimmy Dorsey '40 with vocal by Bob Eberly as 'The Breeze And I' (lyrics by Stillman). Maurice Ravel admired 'Malague¤a', and Lecuona was called the Cuban Gershwin. Lecuona's daughter Ernestina sang with both the Lecuona Cuban Boys and Havana Cuban Boys; his niece, mezzo-soprano Margarita (b '10, Havana), made records incl. an album on Montilla, but had her name on others as the writer of songs, particularly 'Tabu' and 'Babal£': Lecuona Cuban Boys made the first recording of the former; Miguelito Vald‚s (aka 'Mr Babal£' because he recorded and performed the song so often) and Desi Arnaz were famous for 'Babal£' (though Arnaz's version was not considered very authentic); both songs were covered almost as often as any of Ernesto's. He left Cuba '60, lived in Tampa FL, then in Spain. Bis Records released the first of several albums of Lecuona's complete music for solo piano and piano with orchestra '96, with pianist Thomas Trino and Polish National RSO, Michael Bartos cond. Ernesto Lecuona Birth:   1896, Cuba Death:   1963, USA   Famed Cuban composer. Search Amazon for Ernesto Lecuona   Burial: Cemetery of the Gate of Heaven Hawthorne Westchester County New York, USA   Record added: Nov 10 2002 By: edmund donovan Added by: Cristian Italia   Added by: David Zipperer   Cemetery Photo Added by: David Zipperer   Photos may be scaled. Click on image for full size. Your Music Expressed Such A Passion, Which Will Live Forever! - Cal Rains  Added: 8/12/2005 VIVA CUBA Caramba! gracias por ese trabajo tan bello que nos habeis dejado ahora descansa en paz,seguimos adelante con fe. Ricardo Verdecia un Cubanito en Ca. -Anonymous  Added: 8/9/2005  - Roberto Garcia-Touza  Added: 5/11/2005 There are 9 more notes not showing... Click here to view all notes... Do you have a photo to add? Click here Flowers left for Ernesto Lecuona VIVA CUBA Caramba! gracias por ese trabajo tan bello que nos habeis dejado ahora descansa en paz,seguimos adelante con fe. Ricardo Verdecia un Cubanito en Ca. -Anonymous  Added: 8/9/2005 TAMIU Professor Lecuona - Invited to Canary Islands LAREDO - A retired Texas A&M International University professor has found that you can indeed go home, no matter the distance. Dr. Rafael Lecuona, professor emeritus and long-time professor of political science at TAMIU for over 30 years before his retirement in 2002, has been invited to return to the Canary Islands, ancestral homeland of his uncle, the famed Cuban composer Ernesto Lecuona. Last year, Dr. Lecuona completed an introduction and translation to English for a book penned by José M. Castellano Gil and José Fernández Fernández, Ernesto Lecuona: the Genius and his Music. The authors are historians who share a common interest in Lecuona's music that bridges time and distance. Dr. Castellano is from Tenerife, Canary Islands while Dr. Fernández is from Matanzas, Cuba. Cuba was a common place for Canarians to emigrate, and ties between the two islands continue to bind generations. Dr. Castellano invited Lecuona to visit the Canary Islands as part of a national promotion for the book about the much-revered Cuban composer of such classics as: "Malagueña," "Siboney," "La Comparsa," "Siempre en mi Corazón," "Dame Tus Rosas," "María La O," and "The Breeze and I." Lecuona's visit will include a reception, interviews with Canary Island media and university and government figures, as well as opportunities to discuss his uncle's legacy. Lecuona said the chance to return to the Canary Islands provided him with an opportunity to complete a circle that his Canarian grandfather, Ernesto Lecuona Ramos began to form, as he wrote the introduction to the book that he also painstakingly translated. "It was quite a surprise for me to read so much about my uncle. It brought back so many memories. Now having a chance to return to the Canary Islands will complete that circle," Lecuona noted. Lecuona said among those memories are magical days and nights spent with friends and family, with his Tío Ernesto playing the piano, enjoying traditional Cuban cuisine, watching his uncle's circle of friends that included famous artists and performers, realizing the power of his uncle's music on audiences and hearing his Tío play the piano for the last time. Lecuona recalled his uncle's chaotic visits to his childhood home in La Havana. "Tío Ernesto would come with his retinue of a dozen or more fellow artists and my mother always managed to cook my uncle's favorite food -- yellow rice and chicken, fried plantains, French bread, flan, and espresso with sugar, of course. But Tío Ernesto knew our family's financial predicament. So, before she even realized it, he would have asked one of his 'assistants‚' to go to the store and bring all kinds of food: chicken, rice, eggs, good ham, milk, bread, coffee, the works!...He had class, yet was not arrogant. He was extremely respectful of every person. And he was very respec-ted by all," he remembered. Lecuona recalled visits to La Comparsa, a finca (farm) that took its name from one of his uncle's most famous songs. "He traveled the world, but the home and place he loved the most was his recreational farm La Comparsa, 60 miles from Havana. He had visitors constantly dropping by. You'd find the famous and powerful like the famous Mexican piano-composer Agustin Lara, or the no less famous Mexican singer Pedro Vargas, interna-tionally known Josephine Baker or the great Mambo King, Damaso Perez Prado, or any high-ranking government figure or military officer...and they would be treated with the same respect and admiration that he shared for family members," Lecuona noted. Lecuona recalled a bittersweet "Nochebuena" celebrated with his uncle in Talla-hassee, Florida in the 1950s which still haunts him. "He had moved to Tallahassee and wanted to have a traditional 'Nochebuena‚' with the family with all the traditional foods. For some time, he had not played the piano and avoided performance opportunities. He would never say why, but there was a sadness about him. "The evening's climax saw him stand in front of the piano. He stood there looking at it for a few seconds. All the chatting came to a stop. We looked at each other, wondering, not knowing what was going to happen next. He stared at the keyboard for a few seconds. No one moved. No one coughed. Not a word or sound could be heard. Even small children who had been talking loud or laughing about were quickly quieted down. He began to play first the unmistakable notes of Malagueña and it was as if he had come back to life! He played for two and a half hours! Everyone was crying. I was as touched as anyone. It was very difficult not to be emotionally taken by the moment, which remains etched in my memory," Lecuona said. On November 29, 1963, Ernesto Lecuona died in Santa Cruz de Tenerife from complications stemming from emphysema. He had been planning to visit the grave of his father when he died. Lecuona shared a final memory from his beloved uncle's funeral. "I recall the night of December 12, 1963, thousands of people under a slight but steady fall of snowflakes, stood outside Frank E. Campbell funeral home on New York City's Madison Avenue. They were patiently waiting to enter the funeral parlor to pay their respects to the 'Maestro.' Tío Ernesto's body was placed in the middle of a large circular hall, while Beethoven's and his own music was played. The genius of Ernesto Lecuona had ceased to exist, but his music continues to live," he offered. For additional information on Ernesto Lecuona: the Genius and His Music visit TAMIU's bookstore, or Juvencio Men's Wear at 4500 San Bernardo Ave., or contact Dr. Lecuona at [email protected]. Journalists who need additional information or help with media requests and interviews should contact the Office of Public Affairs and Information Services at [email protected] Lecuona, the most renowned of Cuban musicians BY RAFAEL LAM—Special for Granma International— ERNESTO Lecuona is the most renowned of all Cuban musicians, and this great maestro of melody composed songs that traveled all over the world: "Siboney," "Melagueña," "Damisela ecantadora" (Enchanting Damsel), "Siempre en mi corazón" (Always in My Heart), "Arrullo de palma" (Palm Lullaby). This year we have celebrated the 110th anniversary of Lecuona’s birth (August 6, 1895) in Guanabacoa, Havana. Various specialists have written on Lecuona: María Antonieta Enríquez, Hilario González, Pedro Simón, Orlando Martínez and Carmela de León. They have disproved the erroneous and contradictory criticisms of the work of the great Cuban composer, many such evaluations have been made by musicologists on the basis of traditional European concert music. Some of them have identified his work as "semi-cultured," "popular culture," as if the second had nothing to do with the first. José Ardévol excludes him by saying: "He does not fit within the framework of so called cultural music." For some of those musicologists Europeans invented world culture. But Lecuona was something else. Let him respond to those who wished to sideline him: "You know, when I carefully analyze what critics are making of my music, I am almost convinced, I am almost in agreement with them. But the strange thing is that many people are not in agreement with us." The musician from Guanabacoa made the music that he felt and his dances initiated music of African origin in a stage in which anything related to Black people was taboo. "I was the first to bring the conga drum of the black slaves to the pentagram and the keyboard. From 1911 I was heavily criticized for that, devotees believed that I should cultivate long-established classical music. But I did "La comparsa," Danza negra," "Danza Lucumí." In that period singers were not allowed to sing anything other than Puccini or Donizetti." Alejo Carpentier, always a defender of popular culture, recalled that European classicists wrote on anything, "without thinking that they were lowering themselves by trying to produce agreeable music or a light style. Everything was about writing the best possible. And to earn money, they tried vigor both in tragic and comical contexts." Lecuona is not like anyone else, but if it comes to the point of comparisons, one would have to place him on a level with George Gershwin, Ari Barroso, Oscar Strauss, Ruperto Chapé. The Cuban composer is among those colossi. As an interpreter, Lecuona was a pianist of exceptional technical and expressive qualities. Researcher Hilario González wrote: "He is one of the legends of the history of our music. His marvelous handling, especially of octaves with both hands; his intelligence and impeccable work on the pedals; the intense and infinite gamut of his particular sound and incredible internal rhythm have all been praised. His virtuosity was proverbial, with an extremely personal style, elegant expressivity, absolute musicality that prompted an exceptional effect in the auditorium. If he had proposed himself as an international concert musician, or have lived in a fitting medium for such an undertaking, he would doubtless be inscribed among the great pianists of the 20th century in the history of music, not to mention being the most famous Cuban composer in all the history of our music. Nobody could fault that truth." His most active period as a concert performer was between 1915 and 1932 and he included the most representative of national and international music in his repertoire. Recordings have collected the evidence of his genius, and he was praised by Paderewski, Rubinstein, who stated on hearing him: "I don’t know what to admire more, the brilliant pianist or the sublime composer." Leo Brouwer, one of Lecuona’s heirs, wrote: "Ernesto didn’t have to be taught," as the great maestro Cortot commented in Paris. A few years later he mysteriously retired, while the unforgettable themes that we have hummed appeared. Lecuona was always buried in the country when he was not on tour. He affirmed: ‘I don’t want to be the greatest pianist in the world, I am going to be the most known Cuban musician in the world,’ and he achieved that." Ernesto Lecuona’s personality is very special, according to his biographer Orlando Martínez: "He was an artist with a tremendous magnetism, he loved Chinese art objects and had a room devoted to ornaments brought back from his travels abroad. He had a lacquer escritoire where he kept his valuable papers. He cut an attractive figure, with very expressive eyes; he was arrogant and ironic without pedantry and highly cultivated. He dressed simply, but with elegance. He walked unhurriedly, smoked a lot but did not drink alcohol. He was reserved and possessed a rare ambience that made him more attractive. He was sympathetic, cultured and affectionate but never lavish in public, lived on his own, detested crowds, preferred intimate meetings; in these he was capable of writing music while he talked. He didn’t attend public events, not even concerts. He commanded respect, was sensitive to praise, felt a satisfaction in being able to reach the people. He could be impermeable to adverse criticism. He had a clear conception of his possibilities and knew how far he could go. Lecuona is considered the most internationally known Cuban musician; as Gabriel García Márquez said: "One does not convince the world by chance." His music can be heard in the Bolshoi Ballet of Moscow, has been taken up by Nino Rota in the film Amarcord, can be found in the Beijing Palace or in the vicinity of the Great Wall, among the kings of Spain, in the Hollywood Bowl, the Brazilian Amazon, the airports of the world. Lecuona’s range of style is extensive: comic opera and musicals, operas and operettas, revues, sketches, Spanish operetta, works for piano, waltzes, conga tango, son pieces, suites, street vendor cries, preludes, symphonic poems, habaneras, prayers, laments, Spanish dances, African-Cuban dances, couplets, congas, instrumental concerts, children’s pieces. "I have always created my music in the most abstract way, to suggest forms or evoke the characteristics of the customs of the peoples of a nation." Some people relieve that the texts that he took are not the best of his songs. The poet whose verses he most used, was Gustavo Sánchez Galárraga, particularly in the first period. According to universal custom the constant theme of these songs is love. Galárraga died at 41 years of age, was a poet of bursts of genius, but wasted himself too much seeking easy success, although his poems are correctly constructed. Lecuona’s legacy is an important part of the core of Cuban music, a man whose portentous work accredits him as one of the greatest composers in the Americas. He is on a par with Alejo Carpentier, Leo Brouwer and Fernando Ortiz: they founded, shaped, promoted, created and aided. Ernesto Lecuona, el compositor cubano más difundido en el mundo Por Isabel Parrazal. Yupi Internet, noviembre 29, 2002. México, 28 Nov (Notimex).- Ernesto Lecuona Casado, el compositor y pianista cubano más difundido en el mundo, con obras como "Canto Carabalí", "Siboney", "La Comparsa", "Malagueña" y "Maria La O", falleció en Santa Cruz de Tenerife, el 29 de noviembre de 1963. Lecuona, con una personalidad multifacética y abarcadora en el contexto de la creación, quien junto a Gonzalo Roig y Rodrigo Prats, forman la trilogía más impor-tante de compositores del teatro lírico cubano y en especial de la zarzuela, nació en Guanabacoa el 7 de julio de 1986. Fue hijo de un periodista español establecido en la isla de Cuba. Desde los cinco años de edad demostró un gran interés por la música, al comenzar a estudiar piano, primero con su hermana y, luego, con maestros como Hubert de Blanck, Joaquín Nin y Peyrellade. Su cuidada formación musical pronto dio óptimos frutos y a los 11 años se inició en la composición. Con tan sólo 15 años compuso lo que se considera su primera obra de calidad, "Danzas Cubanas", en la que además de un dominio musical, se observa su interés por la utilización de temas procedentes del sustrato folklórico cubano. Poco después estrenó su "Vals del Rhin", cuya partitura, a pesar del título, reitera su tendencia folklórica. A los 17 años se graduó en el Conservatorio Nacional Cubano e inició una larga gira por Estados Unidos, España y Francia. En este viaje conoció nuevas técnicas y dio a conocer algo de su obra mientras ofrecia conciertos en importantes salas. Su fama de compositor de canciones de tipo ligero internacional se basó en éxitos como "Canto Carabalí", "Siboney" (1927), "La Comparsa" y "Malagueña" (1933). De manera paralela cobró renombre en el terreno de lo clásico con obras como "Rapsodia Negra" para Piano y Orquesta, "Gitanerías", "Andalucía", "Suite Españo-la", así como por incursiones en determinados ritmos de influencia africana como la rumba-musulmana o danzas del folklore cubano como la "Danza Lucumí", y la "Danza de los Ñáñígos". Ernesto Lecuona fue un hombre de grandes iniciativas que organizó la Orquesta Sinfónica de La Habana y una compañía de teatro lírico con la que estrenó algunas de sus obras, entre las que destacan la ópera "El Rumbero de Yarey", y la zarzuela "El Cafetal". Sus zarzuelas más brillantes que estrenó el 1 de marzo de 1929, fueron: "María la O" (1930), "Rosa la China" (1932), "El Maizal", "El Calesero", "El Batey" (1929), "La Flor del Sitio", "El Amor del Guarachero", "La Tierra de Venus", "Diablos y Fantasías". Todas ellas de tema cubano con partituras a medio camino entre el esquema de la zarzuela española y los ritmos cubanos que animan la acción dramática. En España Lecuona estrenó "Radiomanía", "Levántate y anda", "Al caer la nieve", "La revista sin trajes", "Rosalima" y "Tropicana". Sus extraordinarias condiciones como intérprete del piano lo llevaron a ejecutar obras representativas del repertorio universal para este instrumento y a obtener el beneplácito de destacadas personalidades como Maurice Ravel, Joaquín Turina, Adolfo Salazar, Joaquín Nin y George Gershwin, entre otros. Para el teatro musical compuso una inmensa cantidad de obras de todos los géneros, mientras que su piezas para piano constituyen soporte y pilar de la producción más relevante de la pianística nacional e iberoamericana. En lo que a la técnica se refiere, el aporte más importante de Lecuona al género teatral es la fórmula definitiva de la romanza cubana, que, según la concibió, consta generalmente de dos partes. La primera, por lo regular, hace las veces de introducción, con un cierto sentido de gran recitativo. La segunda es la romanza propiamente dicha, sobre un ritmo marcado y constante. La música que Lecuona impuso en el teatro lírico cubano es representativa, ambiciosa, tan importante como el libreto y muy a menudo mucho más importante que el libreto mismo. En colaboración con Eliseo Grenet compone "Niña Rita" o "La Habana" en 1830, sainete lírico con libreto de Riancho y Castells, estrenado en el Teatro Regina de La Habana el 29 de septiembre de 1927. Es la totalidad de su trayectoria creativa un legado que lo confirma, a través de todos los tiempos, como un clásico de la cultura musical iberoamericana. Ernesto Lecuona falleció en Santa Cruz de Tenerife, el 29 de Noviembre de 1963, lugar al que había viajado con la intención de conocer la tierra natal de sus padres. LECUONA, Ernesto (b 7 Aug. 1896, Guanabacoa, Cuba; d 29 Nov. '63, Canary Islands) Pianist, band-leader, the most successful Cuban composer, said to have written about 600 songs. A prodigy, initially taught piano by an older sister; first public performance at age five; wrote first compositions at eleven; started playing piano in silent movie houses around the age of eleven to twelve; concluded studies at National Conservatory at 17, winning first prize and the gold medal in his course; played recital in NYC '17. His Palau Brothers Cuban Orchestra was featured in movie musical Cuban Love Song '31, starring Jimmy Durante, opera star Lawrence Tibbett, Cuban/Hollywood star Lupe V‚lez; title song and score by Jimmy McHugh/Dorothy Fields, but also 'El Manicero' ('The Peanut Vendor'), an international hit that year (not Lecuona's song). Formed a popular band Orquesta Cubana '32, but never actually played with them; classically trained pianist/composer/arr. Armando 'Fichin' Or‚fiche (b '11, Havana, Cuba) filled piano chair; at concerts Lecuona played his own solo piano pieces and the band performed popular Cuban tunes mostly penned by Or‚fiche and himself. He retired from touring with band '34 for health reasons and returned to Cuba; eleven-piece band was renamed Lecuona Cuban Boys co-led by Or‚fiche and trumpeter-guitarist-composer/arr. Ernesto 'Jaruco' Va zquez; they successfully tour-ed Europe until WWII, during which they toured Latin America (tracks collected in five CD vols of Lecuona Cuban Boys '89--94 on UK Harlequin label). Following a leader-ship wrangle, Or‚ fiche and his brother tenor saxist/bongosero Adalberto 'Chiquito' Or‚ fiche split to organize the Havana Cuban Boys '46: eponymous CD '95 on Harle-quin compiles some of their recordings. The Lecuona Cuban Boys based in NYC '46--60 continued to tour until the mid-'70s; Lecuona kept in touch via corres-pondence and telephone. He wrote cantatas, musical shows etc but is best known for songs covered hundreds of times, incl. standard 'Siboney' '29 ('31 hit by Alfredo Brito; recorded '53 by quartet with Dizzy Gillespie and Stan Getz, etc), 'Para Vigo Me Voy' ('Say Si Si') (recorded '33 by Xavier Cugat; a hit with English lyrics by Al Stillman for Glenn Miller, the Andrews Sisters '40, later for the Mills Bros, etc), 'Canto Karabali' ('Jungle Drums'), 'La Comparsa', 'Malague¤a' '27 etc. Some were intended as light classical pieces; darkly dramatic orchestral arr. of 'Malague¤a' was lead track on Andre Kostelanetz LP Lure Of The Tropics early '50s, while 'Andaluc¡a' '30 became no. 1 hit by Jimmy Dorsey '40 with vocal by Bob Eberly as 'The Breeze And I' (lyrics by Stillman). Maurice Ravel admired 'Malague¤a', and Lecuona was called the Cuban Gershwin. Lecuona's daughter Ernestina sang with both the Lecuona Cuban Boys and Havana Cuban Boys; his niece, mezzo-soprano Margarita (b '10, Havana), made records incl. an album on Montilla, but had her name on others as the writer of songs, particularly 'Tabu' and 'Babal£': Lecuona Cuban Boys made the first recording of the former; Miguelito Vald‚s (aka 'Mr Babal£' because he recorded and performed the song so often) and Desi Arnaz were famous for 'Babal£' (though Arnaz's version was not con-sidered very authentic); both songs were covered almost as often as any of Ernesto's. He left Cuba '60, lived in Tampa FL, then in Spain. Bis Records released the first of several albums of Lecuona's complete music for solo piano and piano with orchestra '96, with pianist Thomas Trino and Polish National RSO, Michael Bartos cond. Lecuona (1935) ??? – No lo creo, ni se parece! PARIS..A mi querida Gordiña, para que me quiera mucho!! PAGE \* MERGEFORMAT 22