HISTORIA
REGADÍO DE ORIGEN ANDALUSÍ
EN LA SIERRA DE LAS NIEVES
El caso de Tolox (1485-1572)
1
Esteban López García (Licenciado en Historia)
RESUMEN: La documentación generada tras la expulsión de los moriscos puede servir para conocer el funcionamiento y evolución de ciertas comunidades campesinas. En el caso de Tolox, es posible estudiar la organización de la agricultura irrigada y su peso económico. La información analizada permite recomponer con
detalle los aspectos esenciales de la distribución del agua, la zoniicación de los cultivos y la estructura de la
propiedad, y sienta las bases para futuros trabajos que sumen a este análisis los datos arqueológicos.
PALABRAS CLAVE: Tolox, Sierra de las Nieves, agricultura irrigada, moriscos, cristianos viejos, campesinos, huertos, morales, seda.
SUMMARY: he documents generated after the expulsion of the Moors can be used to study how certain rural
communities used to function and evolve. In case of Tolox, it is possible to study how irrigated agriculture was
organized and its economical importance. he analysed information allows a detailed reconstruction of
essential aspects of water distribution, the zoning of the cultivated land and property structure. his
information establishes basis for future publications which could add archaeological data to this analysis.
KEY WORDS: Tolox, he Sierra de las Nieves, irrigated agriculture, Moors, Old Christians, peasants,
market gardens, mulberry trees, silk.
El texto de este artículo está basado en la ponencia del mismo título presentada en las jornadas “Los paisajes
del agua: Agrosistemas irrigados en la montaña mediterránea”, celebradas en Benalauría los días 17, 18 y 19 de
junio de 2012. Agradezco a los organizadores la invitación a participar en este encuentro. La repoblación de
la villa de Tolox (Málaga) ha sido estudiada en sus aspectos cuantitativos por F. MARTÍN RUIZ, Economía y
sociedad en el siglo XVI: moriscos y cristianos en el partido de Marbella, Málaga, Autor, 1984. Una introducción a los
grandes rasgos de la repoblación de esta villa en V. MARTÍNEZ ENAMORADO, “Apuntes sobre la villa de
Tolox (Málaga) a partir de su libro de repartimiento (1572): una sociedad morisca en trance de desaparición”,
en AA. VV., Los moriscos y su legado desde ésta y otras laderas, F. Benlabbah y A. Chalkha (coords.), Casablanca,
Instituto Estudios Hispano-Lusos/Facultad de Letras y Ciencias Humanas Ben Msik, 2010, pp. 397-422. Los
datos expuestos en este trabajo han sido obtenidos en su mayoría del Libro de apeo de Tolox, Archivo Histórico
Provincial de Granada (en adelante AHP de Granada), Libros de población, libro 6801 (en adelante L. 6801),
y del Libro de repartimiento de Tolox, AHP de Granada, Libros de población, libro 6800 (en adelante L. 6800).
De este último se conserva en el ayuntamiento toloxeño un traslado de 1776, bajo la denominación de Libro
de población de Tolox. Para el proceso general de la repoblación del reino de Granada tras la expulsión de los
moriscos puede consultarse a M. BARRIOS AGUILERA Y M. M. BIRRIEL SALCEDO, La repoblación
del reino de Granada después de la expulsión de los moriscos: Fuentes y bibliografía para su estudio, estado de la cuestión,
Granada, Universidad-Grupo de Editores Reunidos, 1986.
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Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
1. INTRODUCCIÓN
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En febrero de 1572, la villa de Tolox parecía un pueblo fantasma, pues tras la sublevación de los moriscos había quedado prácticamente desierta. La guerra, que se había iniciado
a inales de 1568 en Granada, se había extendido también a la zona más occidental del reino.2 En Tolox, la iglesia, el mesón y varias casas habían sido destruidos, la mayoría de los
vecinos cristianos viejos no habían regresado después de buscar refugio en las poblaciones
cercanas, y los cultivos, tras la expulsión de los moriscos entre 1570 y 1571, habían quedado
abandonados en su mayor parte. Ésta es la situación que encontraron el bachiller Baltasar
Fonseca de Albornoz y el escribano Andrés Solano cuando llegaron a este pueblo.3 Enviados
por el consejo de población de Granada, tenían encomendado el apeo y deslinde de los
bienes de moriscos, para proceder a continuación a su reparto entre los nuevos pobladores.
Para cumplir con su encargo habían de realizar una serie de actos: primero se interrogaba a algunos vecinos para conocer en detalle la localidad; a continuación, se describían
los límites del término de la villa y los bienes concejiles; luego se hacía un apeo lo más detallado posible de cuáles habían sido las propiedades de los vecinos moriscos y cuáles de los
cristianos viejos y de la iglesia; para inalizar, se procedía a la toma de posesión de los bienes
inmuebles abandonados por los moriscos en nombre de su majestad. Sólo entonces podía
llevarse a cabo el reparto de los bienes coniscados entre los nuevos pobladores. Como resultado de estos trabajos de apeo y repartimiento de las haciendas de los moriscos, y gracias
a la conservación de los manuscritos donde se registraron, hoy se puede conocer con detalle cómo tuvo lugar este proceso en Tolox. Estos documentos, como se ha realizado en otras
localidades, pueden servir para conocer con precisión los rasgos de la nueva comunidad que
surge tras la repoblación: origen de los pobladores, distribución de las propiedades, condiciones de la población, etc.;4 pero también es una documentación especialmente relevante
2
Para la guerra de los moriscos sigue siendo básico el texto de L. DEL MÁRMOL CARVAJAL, Historia
del rebelión y castigo de los moriscos, especialmente el libro ix.
3
4
AHP de Granada, L. 6801, f. 4r y ss.
M. BARRIOS AGUILERA y M. M. BIRRIEL SALCEDO, La repoblación del reino de Granada…
Para la provincia de Málaga, y sin intención de ser exhaustivos, se han publicado recientemente varios
trabajos que utilizan la documentación de este periodo (1568-1578), centrados generalmente en la
formación de las nuevas comunidades de pobladores tras la expulsión de los moriscos. Es el caso, entre
otros, de E. RODRÍGUEZ BECERRA, Igualeja después de la expulsión de los moriscos (1572-1742), Ronda
(Málaga), Editorial La Serranía, 2002; J. A. URBANO PÉREZ, La villa de Monda en el siglo XVI: apeos y
primeras ordenanzas, Coín (Málaga), GA Ediciones Coincidentes, 1998; F. MORENO MORENO
y M. CARO MAYORGA, Almogía entre moriscos y cristianos: libro de repartimientos de la villa tras la expulsión de los moriscos, Málaga, CEDMA, 2008. A estos se sumará en breve el de M. BRU VENTAYOL,
Moriscos y cristianos en la Axarquía. El Libro de Apeo y Repartimiento de Sedella (s. XVI), en prensa.
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Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
Figura 1. La villa de Tolox en un croquis de 1752 incluido en las respuestas del catastro de Ensenada
(Archivo Histórico Provincial de Granada)
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para estudiar diferentes aspectos de estas poblaciones durante las etapas mudéjar y morisca,
siendo en muchos casos casi la única fuente para conocer unas comunidades campesinas
de las que se tienen escasas referencias. Es posible, incluso, ir más atrás cronológicamente,
entendiendo la información que aportan el apeo y el repartimiento de 1572 como extensible no sólo al periodo morisco o mudéjar, sino también, aunque siendo prudentes, y en
algunos aspectos concretos, al menos a la fase inal del reino nazarí.5
Los sistemas hidráulicos que se desarrollaron en al-Ándalus se caracterizaban, entre otros elementos, por su permanencia en el tiempo, dada la rigidez del diseño de los
mismos y la fuerte inversión que suponían para los campesinos que los generaron.6 La
distribución del agua –elemento esencial del sistema–, su circulación –aprovechando la
gravedad– y la localización de los espacios de cultivo, son elementos difícilmente alterables, por lo que es normal que perdurasen en el tiempo.
En el caso de Tolox, la permanencia de la población originaria tras la conquista castellana7 supuso una garantía para el mantenimiento de prácticas de cultivo e irrigación
que ya se empleaban, al menos, durante la etapa nazarí.8 La antigüedad de los regadíos era
argumentada para hacer valer los derechos sobre el agua. Si el origen se puede situar al
tiempo que se repartió esta villa en tiempo de los moros o en fechas posteriores, es una cuestión
a la que aún no se puede responder con seguridad para el caso de Tolox. Se intenta en este
5
Ésta es la propuesta de este trabajo, que pretende describir el sistema irrigado de Tolox a partir de los
libros de apeo y repartimiento, entendiendo que lo que se describe en ellos es trasladable en sus rasgos
principales al período previo a la conquista castellana.
El desarrollo actual de los estudios sobre la hidráulica andalusí se debe en buena medida a los inspiradores
trabajos de M. Barceló Perelló y su escuela, que ha ampliado estos estudios por buena parte de la geografía andalusí. Referencias básicas son M. BARCELÓ PERELLÓ, “El diseño de espacios irrigados en al-Ándalus:
un enunciado de principios generales”, en AA. VV., El agua en zonas áridas: Arqueología e Historia, Lorenzo
Cara Barrionuevo (coord.), I Coloquio de historia y medio físico, Almería, 14-16 de diciembre de 1989, Almería,
Instituto de Estudios Almerienses, 1989, pp. xv-l; y M. BARCELÓ PERELLÓ, H. KIRCHNER y
C. NAVARRO, El agua que no duerme. Fundamentos de la arqueología hidráulica andalusí, Granada, El Legado
Andalusí, 1996. En palabras de P. HORDEN y N. PURCELL (he corrupting sea. A Study of Mediterranean
History, Oxford, Blackwell, 2000, p. 243) los trabajos de Barceló y sus seguidores han supuesto a most exciting
development in the study of irrigation technology in the Mediterranean: a completely fresh start in the analysis of the
medieval eastern Spanish material, above all from the archaeological point of view.
7
La población de Tolox se acogió a las condiciones ofrecidas por el rey Fernando a las comunidades que
se sometiesen voluntariamente, que pudieron conservar sus propiedades y permanecer en sus lugares
bajo el estatus de mudéjares. Véase MÁRMOL, Historia del rebelión… , libro i, capítulo xii.
8
La idea de que los regadíos en Tolox tenían un origen remoto ya la compartían los pocos vecinos cristianos viejos que convivieron (o coexistieron) con los toloxíes, como Juan de Sepúlveda, que, interrogado
por el juez Baltasar Fonseca sobre las aguas y el regadío, contestó que la dicha agua era de propiedad de los
dichos moriscos y señores de las dichas tierras, porque les fue dada al tiempo que se repartió esta villa en tiempo
de los moros, quando se ganó el reyno, e eran tierras de riego de tiempo más antiguo, e asy las llamavan tierras de
riego con las dichas aguas […] (L. 6801, f. 17v).
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6
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Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
trabajo, por el contrario, describir con cierto detalle la situación del espacio irrigado al inal
de una etapa, el epílogo andalusí que supuso el período mudéjar y morisco.
2. TOLOX ENTRE 1485 Y 1572
Es muy poco lo que se conoce de la historia de Tolox antes de la conquista castellana. Sólo Ibn al-Jatib menciona con seguridad a esta población, transmitiendo su
nombre árabe, Tulus, entre una lista de fortalezas de la Algarbía malagueña.9 La
documentación castellana resulta imprescindible para aproximarse a la organización
de esta alquería10 andalusí. Así, Tolox aparece en 1485 como una de las localidades
que se acogieron a la autoridad del rey Fernando tras la rendición de Ronda. Después
de la conquista de Coín y la rendición de la capital serrana, las localidades de la
Algarbía quedaban a merced de los castellanos. Para evitar el conlicto y, aprovechando la “generosidad” de los castellanos, aceptaron el estatus de mudéjares, lo que
les permitía permanecer en sus lugares y conservar sus propiedades. La aljama de
Tolox era una de las que más población registraba en la zona, pues contaba con unos
186 vecinos varones en 1492.11 La corona, al menos en esta fase de la conquista, se
conformó con la entrega de las fortalezas, adonde destinaron un representante. En
el caso de Tolox, Sancho de Angulo ejerció el cargo de alcaide y teniente del castillo
hasta su destrucción en 1498.12
9
Vease el artículo de V. MARTÍNEZ ENAMORADO, “Dos fortalezas andalusíes de la Algarbía malagueña en la Nufadat al Yirab de Ibn al-Jatib: Tolox y Yunquera”, Aynadamar, I, 2002, pp. 315-329. Interesa
de este trabajo además descartar la identiicación errónea que hicieron Simonet y Dozy de Tolox como uno
de los “torrox” mencionados en las crónicas andalusíes en relación con la itna de B. Hafsún.
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10
No se pretende en este trabajo revisar el concepto de alquería, aunque al igual que el de medina o
el de hisn, requiere cierta relexión. Valga aquí para denominar las comunidades humanas de carácter
rural que contaban con un espacio jurídicamente delimitado. Equivalente al término castellano de villa,
aunque sólo para el periodo estudiado (siglos xv-xvi). Sobre el concepto de alquería véase el reciente
trabajo de J. M. MARTÍN CIVANTOS, M. JIMÉNEZ PUERTAS y G. GARCÍA-CONTRERAS
RUIZ, “Sobre la caracterización de las alquerías en al-Ándalus: el caso de Lanteira (Granada)”, en AA. VV.,
Paisajes históricos y arqueología medieval, M. Jiménez Puertas y G. García-Contreras Ruiz (eds.), Salobreña
(Granada), Editorial Alhulia, 2011, pp. 199-232.
11
J. E. LÓPEZ DE COCA CASTAÑER, La tierra de Málaga a ines del siglo XV, Granada, Universidad,
1977, p. 33. Datos del Archivo General de Simancas (AGS), Contaduría Mayor de Cuentas (CMC), leg. 25.
12
S. FERNÁNDEZ LÓPEZ, Catalogación y estudio de las fortiicaciones medievales de Málaga y su territorio, tesis doctoral inédita, Universidad de Málaga, 1987. J. E. LÓPEZ DE COCA CASTAÑER,
“Tenencias de fortalezas en el reino de Granada en época de los Reyes Católicos (1492-1516)”, en AA. VV.,
Homenaje al profesor Juan Torres Fontes, J. Abellán Pérez (coord.), Murcia, Universidad-Academia de
Alfonso el Sabio, 1987, tomo ii, pp. 925-948.
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Durante el breve periodo mudéjar, los toloxíes sufrieron especialmente el conlicto
entre las jurisdicciones de Málaga, a la que pertenecían, Ronda y Marbella. La riqueza que
suponía la Sierra de las Nieves en relación a los pastos de verano facilitó el conlicto entre
los tres poderosos concejos, controlados por castellanos. Los mudéjares de Tolox, como
los de Monda o Yunquera, quedaban en medio de las disputas de los nuevos señores del
reino. Así, los oiciales toloxíes reivindicaron varias veces sus derechos sobre la Sierra,
presentando documentos de época nazarí y dejando, pues, constancia documental de su
lucha por mantener su alfoz frente a la expansión rondeña o marbellí.13
Quizá estos vecinos vieron en la conversión al cristianismo una herramienta para
defender mejor sus derechos, pues aparecen ya convertidos en noviembre de 1500. Sin
embargo, la victoria mudéjar en Calaluz (junio de 1501) alborotó los ánimos de los vecinos de Tolox, que, abandonando sus casas, huyeron hacia la sierra, esperando sin duda un
desarrollo del conlicto que no se llegó a dar.14 Los hechos se impusieron y el dominio
castellano sobre el reino de Granada se repuso a la rebelión mudéjar. Los toloxíes volvieron a sus lares, ocuparon de nuevo sus incas y aceptaron la multa real. La erección de la
parroquia de Santa María en 1505 cerraba la agitada fase de la conversión general.15
En febrero de 1509, los vecinos de Tolox, junto con los de Monda, sufrieron un
nuevo cambio jurídico, ya que pasaron a la jurisdicción del señorío de Villena.16 No
queda claro en las provisiones reales el porqué de la elección de estas dos villas malagueñas para satisfacer las demandas del poderoso marqués, aunque puede que fuera
para acabar con los conlictos entre Málaga y Ronda. En cualquier caso, la administración señorial supuso un periodo de crecimiento para ambas localidades, que en 1568
contaban ya con 230 vecinos moriscos, en el caso de Monda, y 300, en el de Tolox.17
Para los conlictos entre Ronda y Málaga por la Sierra puede consultarse el trabajo de M. A. SALAS
ORGANVÍDEZ, La transición de Ronda a la modernidad, La región de Ronda tras su anexión a la Corona de
Castilla, Ronda (Málaga), Editorial La Serranía, 2004, p. 161 y ss. Se conserva en el archivo de la catedral de
Málaga, legajo 56, cuaderno 57, la traducción y traslado de una escritura arábiga que presentaron los vecinos
de Tolox para demostrar sus derechos sobre la Serranía. Presenta cierto interés en relación a la toponimia que
presenta. Transcripción parcial en J. E. LÓPEZ DE COCA, La tierra de Málaga…., pp. 596-597.
14
J. E. LÓPEZ DE COCA, “La conversión general en el obispado de Málaga (1500-1501), Chronica
Nova, 21, 1993-1994, pp. 191-237.
15
J. SUBERBIOLA MARTÍNEZ, “La ordenación parroquial malacitana de 1505 y su reformación”,
Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 8, 1985, pp. 311-354.
16
El polémico cambio de jurisdicción, contestado por el concejo malacitano, fue estudiado por A. FRANCO
SILVA, Tolox y Monda: del concejo de Málaga al marquesado de Villena” en AA. VV., Estudios sobre Málaga
y el reino de Granada en el V centenario de la conquista, J. E. López de Coca Castañer (ed.), Málaga, Diputación
Provincial, 1988, pp. 257-270; y J. A. URBANO PÉREZ, La villa de Monda en el siglo XVI: apeos y primeras
ordenanzas, Coín (Málaga), GA Ediciones Coincidentes, pp. 30-37.
17
F. MARTÍN RUIZ, “Despoblación y repoblación del partido de Marbella (1568-1572)”, Jábega, 43, 1983, p. 29.
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Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
Los archivos ducales permiten comprobar cómo el señor nombraba un único
alcaide-gobernador para ambas villas, cuya función principal consistía en recaudar
derechos sobre sus súbditos moriscos. En los conlictos sobre impuestos y tierras
comunales, el concejo de Tolox aparece integrado por moriscos. Junto a ellos, ya en
1529, siguen apareciendo los “viejos honrados”, en una organización de la comunidad
que releja claramente la existente en el último período andalusí.18
Cuando estalló el conlicto en Las Alpujarras, la zona occidental del reino granadino se mantuvo en un primer momento a la espera.19 No obstante, el desarrollo del
conlicto animó a las poblaciones moriscas de Marbella, Ronda y parte de la Algarbía a
sublevarse. Los vecinos moriscos de Tolox aprovecharon una vez más el resguardo de la
sierra para protegerse de las tropas castellanas y participaron activamente en el conlicto, pues, entre otras acciones, atacaron a los cristianos de Alozaina, se enfrentaron a las
tropas enviadas desde Coín y se sumaron a los huidos de Arboto.20 Como es bien sabido, la falta de apoyos exteriores y la división interna acabaron debilitando la revuelta.
Derrotados entre 1570 y 1571, los moriscos toloxíes fueron enviados tierra adentro, a
Écija y Carmona en un primer momento, y a Castilla más tarde. Los vecinos cristianos
viejos que abandonaron Tolox durante la revuelta empezaron a volver al pueblo, aunque
no todos lo hicieron. En febrero de 1572 llegaron los enviados del Consejo de Población
constituido en Granada,21 y en pocos meses la villa de Tolox, junto con tantas otras localidades de la región, comenzó una nueva etapa de su historia.
3. DISTRIBUCIÓN ZONAL DEL REGADÍO
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Tolox se erige sobre un peñasco rocoso en las estribaciones de la Sierra de las
Nieves, entre el espacio de montaña que caracteriza dicha sierra y el valle que forma Río
Grande, aluente del Guadalhorce. Su localización, a los pies del circo montañoso que
18
Archivo Histórico Nacional (en adelante AHN), Nobleza, Casa ducal de Frías, caja 716, doc. 65. En
1529 todavía se requería la intervención de un intérprete, Martín de Haro Roqueni, vecino de Málaga,
para mediar entre los oiciales ducales y los vecinos toloxíes.
19
Una síntesis del conlicto en V. SÁNCHEZ RAMOS, “La guerra de las Alpujarras (1568-1570)”, en
Historia del reino de Granada, M. Barrios Aguilera (ed.), tomo ii, La época morisca y la repoblación (15021630), Granada, Universidad-El Legado Andalusí, 2000, pp. 507-542. De las crónicas, la de L. DEL
MÁRMOL Y CARVAJAL, Historia del rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada, es la que
más datos aporta para la zona estudiada.
20
L. DEL MÁRMOL Y CARVAJAL, Historia del rebelión…, libro ix, especialmente los capítulos xi y xii.
21
L. 6801, f. 4r.
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cierra la hoya o Algarbía de Málaga, es similar a la de otras localidades cercanas, como
Casarabonela, Guaro o Monda.22 Junto a Tolox conluyen dos arroyos de origen serrano, el del Alfaguara y el de los Caballos. Tras su unión pasan a conocerse como río del
Almozara, que se dirige en dirección SO-NE y se une a Río Grande. Éste, tras nacer en
tierras de Yunquera, se adentra en el término de Tolox en sentido NO-SE, y continúa
por el de Guaro y Coín, buscando el cauce del Guadalhorce cerca de Cártama. Estos
cuatro cauces de agua (Alfaguara, Caballos, Almozara y Río Grande) eran aprovechados por los toloxíes para el regadío de sus cultivos.
El río o arroyo del Alfaguara, también conocido como de Los Horcajos, nace
en plena Sierra de las Nieves, en el entorno del puerto de Los Valientes, recogiendo
el agua de las abundantes surgencias que nacen en este macizo calizo. Desciende
por la cañada de Las Carnicerías, salvando en poco más de 7 km un desnivel de
1300 m, y rodea el pueblo de Tolox por el norte, hasta conluir con el arroyo de Los
Caballos. A poco más de 3 km aguas arriba desde el pueblo, el barranco se ensancha
lo suiciente para permitir cultivar las terrazas luviales. Los manantiales y fuentes
situadas en las riberas de este arroyo eran también aprovechados por los agricultores para regar sus cultivos.
Los documentos del siglo xvi lo llaman río Moçixis o río de Los Molinos,23 por
la presencia de varios molinos harineros que aprovechaban el agua del mismo para su
funcionamiento. En cuanto al regadío, y siguiendo los testimonios tomados por el
juez Fonseca de Albornoz, se hacían en este arroyo varias represas, onçe o doçe, comenzando los riegos desde la fuente del Nacimiento,24 desde la cual se hacía una reguera
que riega hasta tres almudes e quarto, que era de Sancho Jati.25 Aguas abajo había otra
reguera de Diego Alatar, que riega hasta dos çelemines, y algo más abajo otra para regar
hasta tres fanegas de tierras de Alhaxes y Adán Xate y otros moriscos.26 A esa altura estaba la fuente del Alfaguara, en la ribera izquierda, también usada para el riego:
22
J. E. LÓPEZ DE COCA, La tierra de Málaga…, p. 23.
23
L. 6801, passim. L. 6800, passim.
24
L. 6801, f. 5v. La fuente del Nacimiento puede corresponder a la del Cañuelo.
25
Ibídem. Testimonio del vecino cristiano viejo Cristóbal Marín.
26
Ibídem.
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3.1. Regadío en el río Alfaguara
196
Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
Con este dicho río se junta una fuente que naze en derecho del dicho río que se llama el
Alfaguara, con que se suele regar los años que tiene agua con una alberca, que ay en ella seys
fanegadas de tierra, poco más o menos, en tableros y çaques, todos de moriscos vezinos desta villa, que se regaban por sus dulas, çercanías y antigüedades [...].27
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Siguiendo aguas abajo, se tomaba otra acequia para regar media fanega de la fuente
de La Sierpe o de la cueva de La Syerpe. Algo después, y directamente del río, la morisca
llamada “la Mulia” tomaba una represa para regar un tablerico.28 Ya más cerca del pueblo
se cogía agua para el molino de Alonso García, y para el riego de un tablero y morales
junto al mismo, que pertenecían a moriscos.29 Por debajo de este molino, Alonso el Muli,
vecino morisco, sacaba agua para un tablerico pequeño.30 Y aún se tomaban otras dos represas para otros tableros: una para tierra de Juan Zinaque y Juan el Duque, y otra para una
tierra de Juan Darnin, Juan Alatar y Lorenzo Lagan, todos ellos moriscos.
Junto a la villa, a la margen derecha del arroyo de Los Molinos, se cuentan dos
fuentes, la de Cauría y la de Dijar. Con el agua de la de Cauría31 se llenaba una alberca con la que regaban una fanegada de tierra de moriscos, salvo un tablerico e tres
morales de christianos viexos.32 La fuente de Dijar33 también se aprovechaba para regar
un pago de tierras de unas cinco fanegadas de extensión. Frente al pueblo, a la margen
izquierda del río, se hacía otra represa para una acequia que llegaba al molino de
Abajo y al pago del Roman.
En poco más de 3 km conluían varias acequias que se tomaban desde el río o
desde las fuentes cercanas, aprovechando las estrechas terrazas luviales por medio de
bancales y tableros para ganar tierras de cultivo. Para completar la descripción se
cuenta con los datos del apeo realizado por los alamines, más riguroso en cuanto a la
supericie de las tierras que respecto a las valoraciones de los vecinos. En este río se
distinguían cuatro pagos o partidos:
27
Ibídem. Puede tratarse de la fuente de la Cañada de la Fuente. El nombre de Alfaguara se emplea hoy
día para referirse al arroyo y al monte que queda en la ribera derecha.
28
L. 6801, f. 5v.
29
Ibídem.
30
Ibídem.
31
Se conserva el topónimo como “Caubría”, para nombrar el cerro por encima de Tolox. Syerra de Caoría,
L. 6801, f. 5v.
32
33
L. 6801, f. 6r y 12r.
L. 6801, f. 50r. Hoy se conoce como Hijar o Lijar, llamándose así tanto a la fuente como al arroyo y
al partido de cultivos al oeste del pueblo. También se usa este nombre para el hotel del Cerro del Hijar.
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197
Cuadro 1. Presas que se hacían en el río Alfaguara o Moçixis
Presas en el río de Moçixis
Superficie
Sancho Jati (fuente del Naçimiento)
3 ¼ almud
Diego Alatar
2 celemines
Alhaxes y Adán Xate
3 fanegas
Fuente de Alfaguara
6 fanegadas
Fuente de la Sierpe
½ fanega
Presa del molino de Alonso García
Alonso el Muli
1 tablerico
Molino, tablero y morales
Tablerico pequeño
Tierra de Juan Zinaque y Juan el Duque
-
Juan Darnin, Juan Alatar y Lorenzo Lagan
3 quintillas
Acequia del molino de Abajo y Pago del Roman
6 fanegadas
- El de Çehla,34 que alindaba con el tajo de las peñas y camino de la syerra Blanquilla.
Se dice que es de bancales y çaquies pequeños de muchos moriscos. Se valora en unas
cuatro fanegadas, poco más o menos, y no tiene árboles.
- El pago de Alfaguara: donde está una alberca, de cuatro fanegas de riego, también sin árboles.35
- Otro partido que se llamaba el río de Moçixis: desde el naçimiento del dicho río
hasta el molino que dizen de abaxo, todo lo que ay de una y otra parte del dicho río.36
Este pago se midió en seis fanegas y morales para criar hasta seis onzas de seda
al año.
- En torno a la fuente del Dijar se identiica otro pago de unas cinco fanegadas
de tierra de riego y morales para criar hasta cuatro onzas de seda por año.37
34
L. 6801, f. 49v. El topónimo aparece en el catastro de riqueza rústica de 1948, “Zela”, polígono 6.
35
L. 6801, f. 50r. Corresponde con la actual zona del Piloncillo y Llano del Tejar.
36
Ibídem.
37
Ibídem.
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
Presa de la Mulia
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Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
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Mapa 2: Distribución de las zonas de regadío
en el término municipal de Tolox
5
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Esteban López García
199
200
Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
Figura 2. Zona regada con la acequia principal y posible identiicación de los antiguos pagos de regadío
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
3.2. Regadío en el río de Los Caballos
El arroyo o río de Los Caballos, que aparece en la documentación como río del
Caño,38 nace al SO del pueblo, en la Sierra Parda de Tolox,39 un macizo de composición peridotítica que divide la subcuenca de Río Grande y la cuenca de Río Verde.
Recogiendo el agua de varias fuentes (Rábita, Marcos López, Hornillos, etc.), conforma un barranco abrupto con saltos de agua de importancia (barranco de La Rejía, 51 m).
Sólo ya cerca del pueblo, a la altura del famoso balneario de Fuente Amargosa, su
margen derecha se abre ante la presencia de margas y arcillas. Flanquea el pueblo por
el SE hasta unirse con el arroyo del Alfaguara.
38
L. 6801, passim. L. 6800, passim. El nombre se ha conservado en algunas calles de la localidad. La primera aparición del nombre de arroyo de Los Caballos aparece en L. 6800, f. 15r, en una memoria de bienes
de propios de cerca de 1660.
39
M. GUERRERO SÁNCHEZ, Sierra de las nieves: simas, cuevas y barrancos, Ronda (Málaga),
Editorial La Serranía, 2004, pp. 279-282.
Esteban López García
201
En este río se tomaba una acequia que se conocía como principal, con la que se
regaba la mejor tierra de regadío de Tolox y además se acudía con ella a la villa, sirviendo para regar los huertos domésticos y el abastecimiento de las casas de la misma.
Esta acequia se puede identiicar claramente con la actual acequia del Colmenar, que
se mantiene en uso. Según la descripción que hizo el vecino Esteban Marín:
Una de las quales [acequias] se toma frontero de un pago de tableros que dizen la Cama
del Oso, y en arávigo Uxiducpa, y es la más grande e prinçipal, porque con ella se riegan todos
los tableros e morales que son a la parte de la dicha villa, hasta feneçer el dicho río y entrar en
el otro; la que se haçe cada año por todos los vezinos y a costa dellos, por ser la dicha agua del
provecho de todos, e viene a entrar en el pueblo por algunas de las calles e regar los huertos de
las casas.40
El uso y mantenimiento de esta acequia principal pone en evidencia el mantenimiento de prácticas de trabajo comunitario en determinados casos en que se beneiciaba la comunidad en conjunto. También es relevante el hecho de cómo el recorrido
de la acequia y el uso de su caudal implica una determinada organización del espacio
urbanizado de la alquería. Puede ser un indicio de su antigüedad, planteando la posibilidad de que el diseño hidráulico fuera coetáneo a la creación del hisn y del caserío
que lo acompañaba.
Presas en el río del Caño
Superficie
Tierra de los Alatares
1,5 fanegas
Tierra de Alonso Haron
2 o 3 almudes
Presa de Abey Tamo
Media fanega
Presa de la acequia principal
(frontero de los tableros de Uxiducpa)
30 fanegas
Tierra de Alguaziles, Alaganes y otros moriscos
1,5 fanegas
Tierra de los Balharaces
3 ½ tableros
Frente al molino de aceite
2 fanegadas
40
L. 6801, f. 14v. Testimonio del vecino cristiano viejo Esteban Marín, hijo de Cristóbal Marín.
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
Cuadro 2: Presas que se hacían en el río de Los Caballos o del Caño
202
Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
Aguas arriba de esta acequia principal se tomaban otras menores para regar
pequeñas parcelas de cultivo. La primera represa que se hacía servía para regar hasta una fanegada de tierra que solía ser de los Alatares moriscos;41 aguas abajo de ésta se
situaba la tierra de Alonso Harón, con acequia propia;42 y algo más abajo se hacía
otra represa llamada de Abey Tamo, que regaba media fanega o tres celemines de los
herederos de dicho Abey Tamo.43 Luego se tomaba la acequia principal frente a los
tableros llamados Uxiducpa o Cama del Oso, ya descrita.44 Por debajo de esta toma,
y hasta la unión con el arroyo del Alfaguara, se sacaban otras tres acequias para regar
algunas tierras:
- A la margen derecha, enfrente de la fuente del Caño, una acequia para regar una
fanegada o fanega y media de varios moriscos, entre otros los Alguaziles y los
Alaganes.45
- Algo más abajo, en la ribera izquierda, cerca de la villa, se regaban unos tableros
que solían ser de los Balharaces, según Cristóbal Marín, o bien la huerta que se
dizen de los Herafes, que serán tres o quatro celemines de tierras, que son en lo çercano de esta villa, según Baltasar de Cervera.46
- Y antes de la junta de los ríos, frente al molino de aceite, otra acequia con la
que se regaban hasta dos fanegas, todas ellas de moriscos de esta villa.47
Todas estas tierras se englobaban en cinco pagos o partidos que, en sentido de las
aguas, eran los siguientes:
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
- Pago de Gualeja Alatar, con otro pedazo más abajo, que era de Hamor, morisco.
Se corresponde con lo que describen los testigos que se regaba con las dos
primeras represas en dicho río, las tierras de los Alatares y de Hamor o Harón.
41
L. 6801, f. 5r. Testimonio de Cristóbal Marín. Otro vecino, Baltasar de Cervera, la valora en tres
celemines (L. 6801, f. 11v).
42
Otra presa de agua con que riegan hasta dos o tres almudes de tierra, que solía ser de Alonso Haron (L. 6801, f. 5r);
corresponde a la que Baltasar de Cervera llama de “Hamor”, que regaba almud y medio (L. 6801, f. 11v).
43
L. 6801, f. 5r y 11v.
44
Ibídem, f. 14v.
45
Ibídem, f. 11v y f. 5r.
46
Ibídem, f. 5r, para el testimonio de Cristóbal Marín, y f. 12r para el de Baltasar de Cervera.
47
Ibídem, f. 5v. El lugar ha conservado su uso hasta fechas recientes, quedando hoy las ruinas de una
almazara en el camino de Alozaina.
Esteban López García
-
-
203
Era de muchos moriscos vezinos de Tolox fecho bancales y çaquies.48 Se valoró en dos
fanegas de tierras, sin morales.
Pago de Çehla.49 Entre el río y la acequia principal. Ay muchos bancales de moriscos. Se midió en doce fanegadas de tierra de riego y morales para criar hasta
treinta onzas de seda.50
El siguiente pago deslindado se llamaba Matamer, lindando con el anterior. Se
midió en ocho fanegas y era capaz de criar hasta veinte onzas de seda por año.51
Entre el pago anterior, las casas del arrabal y el acequia estaban la Ygualeja, que
se mensuró en cinco fanegas y podía criar hasta ocho onzas de seda.52
Finalmente, el llamado pago del Caño, al otro lado del río visto desde el pueblo,
de hasta dos fanegas y con morales para criar cuatro onzas de seda.53
3.3. Regadío en el río Almozara
48
Ibídem, f. 48r.
49
Çela es voz árabe que se puede traducir como “la llanura”. Existe otro pago homónimo en el río Moçixes
(v. nota 35). También un pago de riego en Monda ( J. A. URBANO PÉREZ, La villa de Monda…, p. 261).
50
L. 6801, f. 48r.
51
Ibídem, f. 48r-v.
52
Estos tres pagos son los que se regaban con la acequia principal y la de la huerta de los Herafes.
53
Se corresponde con la tierra regada por la acequia que se sacaba enfrente del molino de aceite.
54
L. 6801, f. 6r, 19v y 48v.
55
Ibídem, f. 6r. Eran tierras de moriscos y de la iglesia.
56
Ibídem.
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
Desde su unión junto a la villa, los arroyos del Alfagura y Los Caballos forman
un río que aluye a Río Grande tras recorrer unos dos kilómetros y medio. Se conoce
como río Almozara, y así aparece en la documentación de 1572. Forma un pequeño
valle que contrasta con lo abrupto del terreno aguas arriba. Se adentra en un paisaje
propio de la Hoya de Málaga, con suaves colinas y presencia de arcillas.
Avanzando desde la junta de los arroyos hacia Río Grande, a mano izquierda, se
encontraba el molino de abajo y el pago del Roman y el huerto del Ledri,54 que utilizaban
una acequia que arrancaba desde el arroyo del Alfaguara. En la margen derecha se
tomaba la represa llamada del Almoçara, que regaba una extensión de hasta dieciocho
fanegas.55 Algo más abajo y en la margen izquierda, la represa de Hernando Mogaver
regaba una fanegada de tierra toda de moriscos.56 Luego venía la presa llamada del
204
Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
Almez Grande, con la que se regaba media fanega de Alonso el Bazi. La presa llamada
de Boliges, también en la ribera izquierda, regaba hasta nueve fanegas de tierra de
moriscos. Ya cerca de Río Grande otra represa que regaba una fanegada de los
Mogaveres y los Garofes. Y aún se hacían otras dos represas: la una para regar una
fanega de tierra de los Mogaveres, y la otra, llamada de Haor Alamos, con la que se
regaban cuatro fanegas de moriscos. En total, según el testigo Cristóbal Marín, montaban las tierras regadas en este río cuarenta y dos fanegas y media.57
Cuadro 3: Represas que se hacían en el río Almozara
Represas y acequias en el Almozara
Superficie
Represa del Almoçara
18 fanegas
Represa de Hernando Mogaver
1 fanega
Represa del Almez grande
½ fanega
Presa de Boliges
9 fanegas
Represa para tierra de los Mogaveres y Garofes
1 fanega
Represa para tierra de los Mogaveres
1 fanega
Represa de Haor Alamos
4 fanegas
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
La división por pagos o partidos era la siguiente:
- Pago del Roman, de hasta seis fanegadas.58
- Pago de Noçara de arriba, en bancales pequeños, que hará seys fanegadas poco más o
menos.59
- Pago de Noçara de abajo; éste se midió en catorce fanegas de tierra, más una
fanega en la ribera izquierda que alinda con las viñas de Xaurife.60
- Finalmente, el pago de Boliges, que alinda con dichos ríos y con la campiña e Río
Grande; se midió en seis fanegas sin morales.61
57
Ibídem.
58
L. 6801, f. 49r. Tenía este partido morales para criar hasta seis onzas de seda por año.
59
Ibídem. Los morales se tasan para producir ocho onzas de seda.
60
Ibídem. Los morales de este pago podían dar veintisiete onzas de seda.
61
Ibídem.
Esteban López García
205
3.4. Regadío en Río Grande
Río Grande, también llamado Río Grande de Tolox, entra en el término de Tolox
por Los Arenalejos, formando un estrecho cañón hasta que, tras recibir el aporte del
Almozara, empieza a conformar un valle amplio y gana entidad de río. En los años estudiados, las riberas de Río Grande sólo se aprovechaban para regadío a partir del
molino de La Millana,62 que se sitúa cerca de la desembocadura del Almozara. De ahí
hasta el límite con la dezmería de Guaro. Estas tierras de regadío se caliican de tierra de
riego de campiña:
Es posible interpretarlo como tierras que, aunque irrigadas, eran de menor calidad y se dedicaban al cultivo de cereales como la cebada o plantas forrajeras, cuyos
rastrojos eran usados por el ganado.
En este tramo de Río Grande se hacían cuatro represas para regar otras tantas
haciendas. Comenzaban estos riegos con la represa del molino de La Millana. Junto
a este molino había media fanega de tierra de moriscos, entre otros de Alatar, aunque
La Millana era una vecina cristiana de Alozaina.65
Aguas abajo existía otra presa para una haza de tierra de Juan Xarqui, que eran
dos fanegas de vega tierra para pan de campiña.66
Algo más abajo la presa llamada Farnaça, con la que se regaban cuatro fanegas, tierra
de riego de campiña de moriscos.67
Y algo más abajo otra represa para regar otras seis fanegas de tierras de riego de
campiña también de moriscos.68
62
Ibídem, f. 6r. En L. 6801, f. 78r, se reieren a este molino como el de la biuda de Millán, beçina de Aloçayna.
63
Ibídem.
64
Ibídem, f. 66v.
65
Ibídem, f. 6v.
66
Ibídem. Aunque tierra de riego se empleaba para cultivar cereales.
67
Ibídem.
68
Ibídem.
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
De tierras que son de vega tierra para pan de campiña […].63 Mas uvo otras quarenta y seis
arançadas de tierra de riego de otro género, questá en la campiña, entre las tierras de secano de
lavor de pan, en las riberas de los ríos, que se puede pastar con los ganados, alçado lo que se sembrare. Cupo a cada suerte otro çelemín e medio de la dicha medida.64
206
Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
Cuadro 4: Represas que se hacían en Río Grande
Represas en Río Grande
Presa para el molino de La Millana
Presa para tierra de Juan Xarqui
Superficie
½ fanega de moriscos
2 fanegas de vega
Represa de Farnaça
4 fanegas de campiña
Otra represa (¿?)
6 fanegas de campiña
Esta vez la descripción del juez apeador coincide bastante con la anterior:
- Un pago de tierra en bancales junto a Río Grande que se llama del Alhaure. Se
valora en tres fanegas.69
- El pago del Gualeyx, con cuatro fanegas.70
- Un pago llamado Alfarnaçi, que se estimó en cuatro fanegadas.71
- El pago de Canatil,72 que es de Juan Xarqui, que se estimó en otras tres fanegadas.
3.5. Otras zonas de riego
Además de las ya descritas, existían otras zonas de cultivos irrigados. La primera
una pequeña parcela junto al arroyo Estepera, en la zona SE del término municipal:
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
Otrosí, en el dicho término de la dicha villa, sale otro arroyo de las viñas de Estepera que le
llaman Alargin, que trae syempre agua, en el qual se haçe una presa al fyn de las viñas de Estepera,
que riega hasta fanegada e media de tierra de campiña, que es de los Benoçayres moriscos […].73
Asy mismo, en el término de la dicha villa de Tolox, ay otro río que sale de las viñas Destepera que
se dize Alargin, y con esta agua se riegan otras dos fanegadas de tierras de vezinos moriscos desta villa.74
Esta pequeña parcela, separada de la zona principal de regadío, puede detectarse
aún sobre el terreno, aunque ya muy transformada.
69
Ibídem, f. 49v.
70
Ibídem.
71
Ibídem
72
Ibídem. El topónimo se puede identiicar en el actual “camino del Canatín”.
73
Ibídem, f. 6v.
74
Ibídem, f. 9v.
Esteban López García
207
Y, inalmente, la propia población, ya que muchas de las casas contaban con su
espacio para huerta, con frutales y hortalizas, además de morales. El agua de la acequia principal llegaba al pueblo para, entre otras labores, regar estos huertos. Según
los testigos del apeo, esta agua venía a entrar en el pueblo por algunas de las calles e regar
los huertos de las casas,75 y esto ocurría todos los lunes del año, porque era asy constumbre.76
Según las ordenanzas de 1575, que elaboran los repobladores siguiendo las costumbres de riego que ya existían previamente, en el artículo 127, se dice:
Yten que, para regar por la dicha açequia los árboles y huertos de las dichas cassas, se señalan dos
días en cada semana para que lo puedan haçer; y estos dos días an de ser el domingo y el lunes. Y el
alcalde la a de repartir de manera que todos rieguen, y con su liçençia an de regar como se contiene en
las hordenanças antes désta, y so las penas dellas. Y la huerta de la casa del beneiçiado Martínez y de
su hermana y Bartolome Ruiz de Alcoba e el sacristán, rieguen el domingo en la noche de cada semana, porque no harán daño a las otras cosas aunque rieguen de noche, e de día no an de regar.77
Hasta los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, el agua seguía entrando en
Tolox por la “chorrera”, desviándose en la plaza alta en dos ramales: uno que descendía por la calle Calzada y otro que seguía por la plaza y bajaba por la calle Chorruelo,
nombre ya de por sí signiicativo.
Algunas descripciones de estos huertos se incluyeron en las de las casas:
Destaca la presencia de árboles frutales y cítricos, que debían ser comunes a los
otros espacios irrigados. Esta conexión entre espacios de vivienda y cultivos remite a
la tradición mediterránea del hortus, y es una muestra de cómo el agua y el riego de
75
Ibídem, f. 14v.
76
Ibídem, f. 5r.
77
AHN, Nobleza, Frías, caja 718, doc. 10, f. 33v-34r.
78
L. 6800, f. 86r-v.
79
Ibídem, f. 148r-v.
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
A Miguel Sánchez de Arroyo, vezino de Villafranca […] la otra casa [que] fue de Alonso el
Negro, que tiene un cuerpo encamarado e un terrado caydo, con sus patios e corrales, e nueve pies
de naranjos e limones, e un granado e una parra […].78
A Juan de Cadalso […] le cupo la casa que fue de Diego Alatar, alcalde, que tiene un cuerpo
encamarado e una cozina, con un corral y árboles de naranjos e limones […], e tiene dentro un
moral que por la reformaçión se le dio a la dicha casa.79
208
Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
los cultivos coniguraba y condicionaba la organización espacial de la comunidad,
incluso el espacio de residencia.
4. ORGANIZACIÓN DEL REGADÍO
La división en zonas que se ha seguido en el apartado anterior tiene un carácter
descriptivo. Los diferentes partidos o pagos de tierra de riego formaban un continuum
espacial de cultivos de frutales, hortalizas y morales, entre otros. La supericie total
irrigada se calculó en unas cien fanegas, la mayor parte de las mismas propiedad de
moriscos hasta su expulsión, como se indica en el libro de repartimiento:
Es toda la tierra de riego que se repartió, noventa y seis fanegas y tres çelemines y medio e
un quartillo, que cada fanegada es de quatroçientos estadales e cada estadal de tres varas e çinco
ochavas, porque, aunque en el prinçipio se dize que son arançadas, también se quentan por fanegadas, e son de la cuerda menor de Córdova como se miden las tierras de riego, y no ay más
tierra de riego que fuese de moriscos en Tolox e su término.80
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
La iglesia parroquial de Tolox poseía casi un 3 % de estas tierras y el resto, cerca
del 6,5 %, se repartía entre veintitrés vecinos cristianos viejos. Con las cautelas necesarias, el traslado de la medida de la tierra de fanegas al sistema métrico decimal resulta en una supericie total dedicada al riego de 39,05 ha.81
No se ha conservado información detallada sobre la propiedad de la tierra entre
los vecinos moriscos. La imagen que trasmiten los documentos a través de alusiones
o de noticias indirectas es la de una división muy acentuada de las haciendas, tal que
hacía muy engorroso detallar cada propiedad, como indicaba el propio juez del apeo:
Hízose el dicho apeo por sus pagos e no por bancales, porque los dichos alamines reconoçedores dixeron que en cada pago tenían parte todos los más de los moriscos de la dicha villa
veçinos en muy poca cantidad, y el dicho señor juez mandó haçer el dicho apeo por esta orden,
porque los alamines dixeron ser neçesario ocupaçión de dos meses para lo apear e deslindar cada
tablero de por sy e poner los dueños dellos, e asy mismo los dichos morales.82
80
Ibídem, f. 70r.
81
Para la tierra de regadío se empleaba la aranzada o fanega de 400 estadales, de 3 ⅝ de vara cada estadal. Convertido al sistema métrico decimal, cada fanega de regadío medía unos 3762,25 m2.
82
L. 6801, f. 50v.
Esteban López García
209
La multiplicidad de propietarios y el reducido tamaño de las parcelas y tableros
de regadío coinciden con la noticia, más detallada en este caso, de las propiedades de
cristianos viejos y la iglesia parroquial. Se trata de haciendas mínimas, de medio o un
celemín, y en algún caso dos. Excepcionalmente alcanzan la fanega, tratándose en
estos casos de tierras de riego de campiña, dedicadas al cereal. Una división similar
aparece respecto a la propiedad de los morales, abundando los casos en que se posee
el árbol pero no la tierra, o sólo parte del mismo. Además, las diferentes propiedades
no estaban agrupadas, sino que aparecían en diferentes pagos y zonas.
Esta división de la propiedad, tendente al minifundio, o más bien al microfundio,
puede extenderse al conjunto de propietarios, sin advertirse separación ni diferencia
entre las haciendas de los vecinos moriscos y los cristianos viejos. Tal es el caso del pago
del Roman, en el que se pueden identiicar hasta treinta propietarios diferentes para una
extensión de unas seis fanegas. Las parcelas que allí poseían los vecinos de Tolox eran
muy reducidas, como en el caso de la viuda de Arrazque, que tenía un tablero pequeño
ençima del río y linde con morales de la yglesia,83 o en el de Juan Buris, que tenía un moral
en dicho pago con un pedaço de tierra en torno de hasta una escudilla de trigo.84
Estas características parecen extenderse por casi todo el espacio irrigado, con la
excepción de la zona más alejada, en Río Grande o junto al arroyo Estepera. Estas
83
L. 6800, f. 553v.
84
L. 6801, f. 61v.
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
Gráico 1. Propiedad de la tierra de regadío por comunidades. Tolox, 1572
210
Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
tierras de regadío se caracterizaban como tierras de vega, tierra para pan de campiña,85
que se puede entender como zona afectada por el regadío, pero donde se sembraban
cereales. Las alusiones a la existencia de alcaçeres86 en el terreno de regadío puede hacer
pensar que el cereal que se cultivaba en estos terrenos era la cebada, que tolera bastante
bien el riego. En esta zona de regadío aparecen propietarios para extensiones más amplias, como los Benoçayres, que regaban 1,5 o 2 fanegas junto al arroyo Estepera; o Juan
Xarqui, propietario del pago de Canatil, que […] alinda con el dicho Río Grande e con tierra
de Diego Alatar, e avrá tres fanegadas poco más o menos.87
Junto al cultivo de cereales, en las zonas marginales o extremas del espacio irrigado,
las tierras de regadío, tanto las denominadas de riego çercano en la documentación como
los espacios de huertos en las casas del pueblo, se dedicaban al cultivo de una serie de
especies, unas alimenticias y otras que se pueden denominar de uso industrial. Entre las
primeras algunas ortalizas,88 de las que no se dan más detalle, y árboles frutales, entre los
que se indican naranjos, limones, granados, albaricoques y perales:
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
Un terrado con un huerto poblado de limones e naranjos, e un peral e granados; alinda con
las huertas e un camino real y la calle […].89
Un patio enmedio y con un corral grande, y quatro naranjos y tres limones, y dos perales e
unos granados, todo çercado.90
Un tablero de riego de Juan Calvo en el dicho pago, con […] un limón y un albarcoque,
hará medio çelemín; alinda con el río e con tierras de Diego Xate e de Adulahel.91
Las higueras, muy abundantes dada su importancia comercial, aparecen en algunos
casos asociadas a los cultivos de regadío, aunque la mayoría compartía espacios con la vid:
Un pedaço de tierra de riego de medio çelemín con una higuera dentro que fue de los Tahanes […].92
Entre los cultivos de uso industrial, textil en este caso, junto a algunas alusiones
al cultivo de linos y cáñamo, destaca la presencia de los morales, necesarios para la
producción de la seda. Por su importancia comercial y iscal, la moraleda de Tolox fue
85
Ibídem, f. 6v.
86
Ibídem, f. 12v: Y es tierra de calidad que se siembra en ella linos y alcaçeres e semillas e algunas ortalizas.
87
Ibídem, f. 49v.
88
Ibídem, f. 12v. Baltasar de Cervera.
89
L. 6800, f. 577v-578r.
90
Ibídem, f. 580v-581r.
91
L. 6801, f. 71r.
92
L. 6800, f. 297v-298r.
Esteban López García
211
descrita detalladamente por los encargados del apeo y repartimiento. Los ejemplares
de moral aparecen en abundancia por los pagos de riego junto al río de Los Caballos
y al del Almozara; también en algunos partidos del río Alfaguara, como el pago del
Dijar, y en los corrales de las casas del arrabal y la villa. Pese a su abundancia, no se
trata de un monocultivo, sino que su cría, la del moral y la de los gusanos de seda, se
hacía intercalada con la de otros cultivos, aprovechando generalmente las lindes de
los bancales y parcelas, la ribera de las acequias y los caminos:
[Alonso del Moral] Cúpole dos pies de morales medianos; e más çinco morales questán por
baxo del camino, junto a un hornillo e otro, arriba del camino, que tiene por señal dos toques.93
Otro tablero de riego de Ysabel de Sepúlveda en el dicho pago de Gualeja, que haçe tres
çelemines, con dos morales, uno arriba y otro a la parte de abaxo, en el dicho tablero; alinda con
tablero de Baltasar de Sepúlveda e de Juan Heraf, e con los hornillos de la seda.94
El hilo de seda era en el siglo xvi el principal producto comercial de Tolox, junto a la
pasa de uva. Ésa es la razón de que fuera objeto de un minucioso reparto entre los nuevos
pobladores, que permite conocer con bastante precisión su distribución y cultivo:
La producción de semilla de seda se tasó, como se puede leer, en cerca de doscientas onzas anuales, aunque antes de la sublevación de los moriscos ésta fue mayor, en
torno a las cuatrocientas onzas: Se podrá criar dosçientas onças de seda, poco más o menos,
porque se an maltratado muchos de los dichos morales; e antes del alçamiento se solían criar
quatroçientas onças de la dicha hoja que en esta villa y su término abía.96
93
Ibídem, f. 357r-v.
94
L. 6801, f. 72v.
95
L. 6800, f. 74v.
96
L. 6801, f. 13r.
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Todos los morales que fueron declarados por el repartimiento y apeo que se hizo están en las
tierras del riego que son çercanas a la dicha villa de Tolox y dentro en la dicha villa, y algunos
en las viñas; y los que se apearon por de christianos viejos se contaron e deslindaron por el apeo;
e todos los demás se apearon por hazienda de su magestad. Y sacados los que fueron de christianos
viejos, todos los demás que fueron de moriscos se tasaron e moderaron en cantidad de criar con
ellos en cada un año dozientas y diez onças de seda, por manera que cada suerte salió con una
onça de la dicha cría de seda cada una, y en las suertes que se pusieron la cantidad de morales
que a cada una se le dio e por sus linderos.95
212
Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
Cada onza de semilla de seda permitía producir cuatro o cinco libras de hilo de
seda, que era el producto que inalmente se vendía en la alcaicería malagueña, cumpliendo con la estricta legislación vigente. El valor de cada libra de seda, alrededor de
cinco ducados, ejempliica la importancia que los morales y la seda tenían para la
economía toloxeña durante los años estudiados:
Se podrán criar en cada un año hasta dosçientas onças de semilla de seda con la hoja de los
morales, que cada una onça suele acudir con quatro o çinco libras de seda de aduana por onça […].97
Dizen en Tolox los naturales que se suele vender cada onça de cría de seda, la hoja para
ella, cada año, por quatro ducados.98
El elemento fundamental que permitía el cultivo de todas estas especies era el agua
y su distribución por medio de canales y acequias. Los derechos de riego y los turnos
eran regulados por unas ordenanzas bien conocidas por los regantes, vigilado su cumplimiento por un alcalde de aguas, siguiendo, con seguridad, prácticas anteriores a la
conquista castellana:
takurunna, n.º 2, 2012, pp. 187-216, issn: 2253-6191
E los dichos riegos se hazían por las dichas regueras por çercanías y antigüedades, y en esto
no avía otras ordenanças más de que elegían los dichos moriscos a uno que fuese alcalde de agua,
el qual se la repartía por la dicha orden e castigava al que la quebrantava, elevándole dos reales
de pena a su albedrío.99
El acceso al agua estaba vinculado a la propiedad de la tierra, no pudiendo separarse
uno del otro. El agua en al-Ándalus se consideraba un bien común, al servicio de la comunidad, por lo que no podía ser enajenado. La vinculación entre la tierra y el derecho a
su porción de agua se conirma en varias ocasiones. Así, el agua de la acequia principal era
de las dichas suertes e tableros por sus dulas y antigüedades fuera del lunes, que entraba a la
villa, según el cristiano viejo Cristóbal Marín.100 Igualmente, cada propietario estaba obligado a mantener y reparar sus represas y acequias, o la parte que pasara por sus tierras:
Que todos los dichos riegos, segund que están declarados, son de propiedades de las tierras
dellos. Y los señores dellas regavan las dichas tierras haziendo las presas que les tocavan a sus
97
Ibídem, f. 18r.
98
L. 6800, f. 77v.
99
L. 6801, f. 12r.
100
Ibídem, f. 5r.
Esteban López García
213
costas e guardando sus antigüedades y dulas, días y vezes, como está declarado, salvo la presa que
como tiene dicho que este conçejo yba a haçer en el río del Caño […].101
Se haçen las dichas presas a costa de los dueños de la dicha tierra, e llevan el agua por sus
regueras hasta entrar en las tierras que se riegan, limpiando las açequias cada uno su pertenençia e cabeçada de aquello que le toca, e regavan por sus çercanías y dulas sin otro orden. Y la
dicha agua era de propiedad de los dichos moriscos y señores de las dichas tierras porque les fue
dada al tiempo que se repartió esta villa, en tiempo de los moros, quando se ganó el reyno e eran
tierras de riego de tiempo más antiguo, e asy las llamavan tierras de riego con las dichas aguas,
las quales no se les podían quitar para otros aprovechamientos ni usos. Y estas represas para el
dicho riego se sacavan e hazían labrando por la parte que menos trabajo se tuviese, porque todos
los años las corrientes de los ríos se llevan las represas, e asy las van mudando como mejor pueden, y ésta es la orden de los dichos riegos.102
El uso compartido del agua entre regantes y molineros requería una regulación
especíica, estableciendo estrictos turnos para el funcionamiento de los molinos y el
riego de los tableros. Se ha transmitido la distribución que se hacía entre el molino
de Abajo y los propietarios del pago del Roman, que aprovechaban el agua de una
misma acequia que se tomaba en el río del Alfaguara. Los regantes sólo disponían
del agua tres días en semana, de sol a sol. El resto del tiempo se usaba para mover
el molino:
Es muy posible que tal distribución se diera en los demás molinos existentes por
aquel entonces en Tolox, aunque no ha quedado constancia tan detallada. Al compartir la
acequia, los propietarios de tierras en el pago del Roman quedaban obligados a colaborar
con el molinero en el mantenimiento y reparación de la represa y la canalización.104
101
Ibídem, 6v.
102
Ibídem, f. 17v.
103
Ibídem, f. 19v.
104
Los nuevos pobladores de Tolox pretendieron mantener estas prácticas de riego en cuanto a turnos
y dulas, recogiendo las costumbres de los moriscos en una declaración que, lamentablemente para este
trabajo, no se ha conservado (AHN, Nobleza, Frías, caja 718, doc. 10, f. 31v).
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Las aguas eran para las dichas tierras y no se las podían quitar persona alguna, sy no era
el molino de Maymon e Françisco Alguazil, moriscos, que éstos tenían el agua del dicho molino
tres días en la semana con las noches, syn que se les pudiese quitar la dicha agua para ningund
riego en los dichos tres días y noches […].103
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Regadío de origen andalusí en la Sierra de las Nieves: el caso de Tolox
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5. CONCLUSIONES
La evolución de las diferentes comunidades rurales del reino de Granada tras su
conquista en el siglo xv puede ser estudiada desde diferentes perspectivas. Es evidente que la conquista marca un punto de inlexión en estas poblaciones; los cambios que
implica la nueva situación política se acentúan con medidas como la conversión general, la nueva iscalidad o las visitas inquisitoriales. La abundante documentación
escrita que se genera tras la conquista castellana puede utilizarse para conocer la evolución de estos grupos campesinos mudéjares y moriscos entre la conquista y la expulsión. Para el caso de Tolox, al igual que para otros pueblos, la información aportada por los conquistadores y repartidores puede informar también sobre la etapa inmediatamente anterior a la conquista, aunque siempre con las debidas cautelas. No se
puede plantear que la conquista no alteró a estas comunidades; al contrario, deben
valorarse y cuantiicarse esas alteraciones. El estudio del sistema irrigado de Tolox
expone claramente las posibilidades que este tipo de investigación puede tener a la
hora de profundizar en la organización de las alquerías andalusíes.
El regadío ocupaba un papel central en toda la organización productiva. La fuerte inversión en trabajo que representaba, la importancia económica de productos
como la seda o la reglamentación jurídica tan estricta que conlleva el aprovechamiento de un bien común como el agua, evidencian que los sistemas irrigados formaban
parte esencial de la estructura de las propias comunidades. En muchos casos, la ubicación física del caserío y su distribución espacial estaba condicionada por los cultivos
de regadío. Todo esto implicaba que los sistemas irrigados andalusíes, en este caso el
de Tolox, fueran difícilmente alterados por los conquistadores. La permanencia de la
población en sus lares, por un lado, y la perfección de los sistemas, con el sentido de
que en su complejidad formaban una estructura cerrada, hacían que la permanencia
de usos de la tierra, costumbres de riego y estructura de la propiedad, fuera difícilmente alterable. No es arriesgado extender la descripción que se hace del regadío en
Tolox en 1572 a un siglo atrás.
Este escrito no pretende concluir una investigación, sino exponer un planteamiento de inicio. El trabajo sobre documentación escrita debe completarse con una
labor de prospección sobre el terreno, siguiendo los principios de la arqueología hidráulica. Es imprescindible profundizar en el conocimiento de las localidades de la
comarca, ampliando el contexto de estudio y obteniendo elementos de comparación
entre las distintas localidades de época andalusí y su evolución posterior. De este
modo podrá generarse un conocimiento de calidad sobre la situación que vivieron las
comunidades rurales de la Algarbía de Málaga en la etapa inal de al-Ándalus.
Esteban López García
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