La dependencia de unos pocos productos o sectores deja a los países altamente vulnerables a la volatilidad de precios y shocks globales. La diversificación es clave para construir economías más sostenibles y resilientes.
En el marco del 60 aniversario de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD), es importante examinar los temas que marcarán el futuro del comercio y del desarrollo.
La serie "Avanzando juntos" explora temas fundamentales para los países en desarrollo, como la diversificación económica, una piedra angular para construir economías más sostenibles, inclusivas y resilientes.
La serie Avanzando juntos
Históricamente, muchas economías en desarrollo han dependido de unos pocos productos básicos, como el petróleo, el cobre, el cacao y el trigo, lo que ha obstaculizado su crecimiento y bienestar. Un asombroso 85% de los países menos desarrollados del mundo se consideran dependientes de productos básicos, en comparación con solo el 13% de las economías avanzadas.
La sobredependencia en unos pocos productos básicos o sectores también deja a los países altamente vulnerables a la volatilidad de precios y a las conmociones globales.
Por ejemplo, las caídas repentinas en los precios mundiales del petróleo afectan significativamente a las economías dependientes del petróleo, mientras que las restricciones de viaje, como las impuestas durante la pandemia de COVID-19, golpean duramente a las economías dependientes del turismo.
El cambio climático representa además un riesgo para las economías dependientes de sectores sensibles al clima, como la agricultura. Un total de 19 de los 20 países más vulnerables al cambio climático son dependientes de productos básicos.
“El camino hacia una diversificación inclusiva y más sostenible está a nuestro alcance”, dice Rebeca Grynspan, Secretaria General de ONU Comercio y Desarrollo. “Pero exige un fuerte compromiso político por parte de los países en desarrollo y sus socios de desarrollo”.
Aunque la diversificación es esencial, el proceso debe ser gestionado cuidadosamente para evitar agravar las desigualdades, especialmente en las comunidades que dependen de industrias como la minería, el gas y el petróleo.
