Pocos habían escuchado el nombre Doja Cat cuando “Mooo!” tomó las redes por sorpresa a finales del verano de 2018. En realidad, la californiana llevaba unos cuantos años dando prueba de un talento inusual para combinar pop, R&B y funk en explosivas canciones que daban nuevo sentido al término “explícito”. Los álbumes posteriores, <i>Amala</i> y <i>Hot Pink</i>, ampliaron el espectro de influencias con pinceladas de psicodelia setentera y un mayor peso de los versos rapeados, pero sobre todo definieron la personalidad de Doja Cat como diva de instinto provocador y cronista sin pelos en la lengua de acertijos sentimentales y escapadas sexuales.