Billie Eilish

Cuando Billie Eilish siente algo nuevo, lo primero que hace es tomar el teléfono para escribirlo. “Puedes escribir cualquier cosa”, explicaba la cantante y compositora a Apple Music en su entrevista para la serie Up Next. “Puedes decir la verdad y no contarle a nadie que es la verdad. La escribes y es sólo tuya”. Criada en Los Ángeles por padres dedicados a la música y la actuación y educada en casa, Eilish (nacida en 2001 como Billie Eilish Pirate Baird O’Connell) empezó a escribir a los 11 años. Sus canciones exploraban un pop melancólico, minimalista y levemente surrealista influenciada tanto por Lana Del Rey como por la brutal honestidad de raperos como Tyler, the Creator y Earl Sweatshirt. Con su hermano FINNEAS como colaborador y productor, Eilish grabó dont smile at me en 2017, un EP al que prosiguió un caudal de sencillos en constante evolución (un ejemplo perfecto de la libertad con la que los artistas de hoy pueden pasar directamente de su habitación al firmamento pop). Dos años después, arrasó en los premios Grammy y ganó el premio de Apple a la Artista del Año con su álbum debut en forma WHEN WE ALL FALL ASLEEP WHERE DO WE GO?, una colección de pop experimental en la que explora estados mentales y todo tipo de desórdenes del sueño. El álbum cambió de golpe muchas ideas sobre la naturaleza de la música pop en 2020. A pesar del ruido, Eilish se esfuerza por delimitar un espacio de libertad creativa ampliando el espectro de sus colaboradores (Vince Staples, Khalid) y esquivando etiquetas. “Si la gente piensa que tengo un sonido, en plan ‘ah, sí, su música suena así’, si te preguntan cuál es mi sonido y tienes una respuesta, seguro que te equivocas”, nos dijo. “En lugar de encontrar un sonido, cuando tengo una idea y quiero crear algo, simplemente lo hago”.