Papers by Guillermo Aguayo
Si usted quiere hijos ejemplares, procure sembrar (enseñar) y cuidar (predicar con el ejemplo) co... more Si usted quiere hijos ejemplares, procure sembrar (enseñar) y cuidar (predicar con el ejemplo) comportamientos imitables.
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¡Bendíceme también a mí, Padre mio!, 2010
Han pasado poco más de dos mil años desde que Jesucristo nos dejara el más hermoso legado de amor... more Han pasado poco más de dos mil años desde que Jesucristo nos dejara el más hermoso legado de amor y bendición que podamos ver en los Evangelios. De igual modo, han pasado otros tantos más desde que Dios nos diera instrucciones precisas a través de los Diez Mandamientos. Sin embargo, incluso en estos tiempos seguimos sin comprender el verdadero significado y el poder de la bendición de los padres. Cuando hablamos de bendición y maldición, quizá lo primero que nos venga a la mente sean los halagos y las palabras bonitas o todo lo contrario. No obstante, de lo que estamos hablando en realidad es de impartir identidad y destino.
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Todos tenemos el gran anhelo de desempeñarnos como «buenos papás» y contar con el privilegio de p... more Todos tenemos el gran anhelo de desempeñarnos como «buenos papás» y contar con el privilegio de poder decir al final de nuestros días: «Hice un buen trabajo en la crianza de mis hijos». Aunque lo mejor sería que nuestros hijos dijeran: «En realidad, ¡mis padres fueron los mejores!». Después de todo, y esto es muy interesante, nosotros no estamos criando hijos ni estamos criando hijas, sino que estamos criando futuros papás y futuras mamás.
¡El modelo que estamos estableciendo en el hogar no lo vamos a ver sino hasta que nuestros hijos tengan hijos! Cuando eso ocurra, allí vamos a poder decir: «A decir verdad, ¡hice un buen trabajo!». Entonces, tus hijos van a repetir el modelo y ahí te vas a dar cuenta si criaste un buen papá o una buena mamá.
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Existe una sola manera de vivir la experiencia espiritual cristiana y estar preparado para ser de... more Existe una sola manera de vivir la experiencia espiritual cristiana y estar preparado para ser de bendición: A través de la renuncia personal. Es tropiezo vivir solo para la satisfacción del YO. Jesús mismo puntualizó los dos mandamientos en los que descansa toda la Ley y los Profetas cuando ordenó amar a Dios y al prójimo:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.
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Papers by Guillermo Aguayo
¡El modelo que estamos estableciendo en el hogar no lo vamos a ver sino hasta que nuestros hijos tengan hijos! Cuando eso ocurra, allí vamos a poder decir: «A decir verdad, ¡hice un buen trabajo!». Entonces, tus hijos van a repetir el modelo y ahí te vas a dar cuenta si criaste un buen papá o una buena mamá.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.
¡El modelo que estamos estableciendo en el hogar no lo vamos a ver sino hasta que nuestros hijos tengan hijos! Cuando eso ocurra, allí vamos a poder decir: «A decir verdad, ¡hice un buen trabajo!». Entonces, tus hijos van a repetir el modelo y ahí te vas a dar cuenta si criaste un buen papá o una buena mamá.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.