"¡Lo hemos conseguido!" Estas fueron las palabras del recién elegido Primer Ministro del Reino Unido, Keir Starmer, tras la victoria del Partido Laborista en las elecciones británicas de 2024. Con la mayoría de escaños ya asegurada, Starmer se dispone a formar un nuevo gobierno, que marcará el fin de la era conservadora. El Primer Ministro saliente , Rishi Sunak, admitió su derrota y declaró que el pueblo británico había"emitido un serio veredicto". La victoria laborista fue abrumadora: con casi todos los resultados disponibles, el partido obtuvo 410 escaños de los 650 de la Cámara de los Comunes, mientras que los conservadores se quedaron en sólo 118.
Nigel Farage entra en el Parlamento
Entre las victorias destacadas de las elecciones británicas figura la de Nigel Farage, líder del partido de extrema derecha Reform UK, que finalmente obtuvo un escaño luego de siete intentos fallidos. Jeremy Corbyn, ex líder laborista, conservó su escaño en el norte de Londres, esta vez como independiente. La noche electoral también fue testigo de sonoras derrotas en las filas conservadoras. La ex primera ministra Liz Truss perdió su asiento en Norfolk Suroeste por unos cientos de votos, mientras que la líder de la Cámara de los Comunes , Penny Mordaunt, fue derrotada en Portsmouth Norte.
Según Downing Street, el Primer Ministro saliente, Rishi Sunak, tiene previsto hacer declaraciones a la nación a las 11:30 de la mañana, hora española. A continuación viajará al Palacio de Buckingham para una audiencia con el Rey Carlos III, donde se espera que presente formalmente su dimisión. A continuación, Keir Starmer se reunirá también con el Rey en el palacio, donde será nombrado próximo Primer Ministro del país y se le pedirá que forme el nuevo Gobierno. Hacia las 13:20 (hora de España), se trasladará a Downing Street para dirigirse a la nación por primera vez como primer ministro.
Los resultados coronan a los laboristas
Además del éxito de los laboristas, Reform UK pierde mucho terreno. Fundado en 2021 como resurgimiento del Brexit Party y liderado por Nigel Farage, que se aseguró un escaño, Reform UK ha llamado la atención por su euroescepticismo y su oposición a los acuerdos con Bruselas, ganando apoyos gracias a sus propuestas de recortes fiscales y reformas institucionales. Sin embargo, los primeros resultados dan el tercer puesto a los Lib Dems y el cuarto al Partido Nacional Escocés, que sigue en declive.
A pesar del alto porcentaje de preferencias, el sistema electoral británico "first-past-the-post" (escrutinio mayoritario uninominal) favorece la competencia bipartidista y la polarización del voto. En consecuencia, lo que realmente cuenta es el número de escaños obtenidos en el Parlamento, no el porcentaje global de votos obtenidos.
Liberales en tercero
Otra de las sorpresas de las elecciones fueron los Liberales Demócratas de Ed Davey, que quedaron en tercer lugar. Formado en 1988 a partir de la fusión del Partido Liberal y el Partido Socialdemócrata (una costilla centrista del laborismo que se desplazó hacia la izquierda radical durante el gobierno de Margaret Thatcher), el partido de Davey tiene una orientación centrista, social-liberal, progresista, proeuropea, ecologista y federalista. Se distingue de la socialdemocracia por defender la libertad de mercado como base de una sociedad justa y promover los derechos civiles.
Le siguen los Verdes (Partido Verde de Inglaterra y Gales), que obtuvieron el primer escaño en Bristol. Fundado en 1990, entró por primera vez en la Cámara de los Comunes en 2010 con la elección de Caroline Lucas, la entonces líder. Promueve una ideología ecologista y de izquierdas, con políticas sobre combustibles fósiles, derechos civiles, antimilitarismo, renta básica; algunos miembros abogan por la abolición de la monarquía británica.
El caso de Escocia
El Partido Nacionalista Escocés (SNP), que ha sufrido un retroceso, cierra la lista de principales aspirantes. Pero dada su fuerte concentración geográfica en Escocia, debido al sistema electoral inglés que favorece el arraigo territorial, obtiene muchos más escaños que otros partidos pequeños con una cuota de voto nacional similar, como los Verdes. A pesar de ello, el SNP atraviesa un período difícil. Dirigido actualmente por John Swinney, el Partido por la Independencia de Escocia sufrió un duro golpe con la inesperada dimisión de la carismática Nicola Sturgeon en 2023. Ni siquiera su sucesor, Humza Yousaf, que apenas permaneció un año en el cargo, logró mejorar la situación del partido. Y de hecho, su líder perdió su escaño. El Partido Laborista aprovechó el momento favorable a nivel nacional para recuperar terreno en Escocia, donde tiene una larga historia de dominio político. También concurre a las elecciones Plaid Cymru, el partido regionalista de Gales, que apoya la independencia de la nación y su pertenencia a la Unión Europea. Partido de centro-izquierda, es una fuerza política pequeña: en las últimas elecciones legislativas, en 2019, solo consiguió 4 de los 577 escaños y se prevé que se mantenga en cifras similares en la actualidad.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.
