De la Desigualdad de Género a la Inclusión Real y la Eliminación del Machismo.
Hablar de "desigualdad de género" es insuficiente si no cuestionamos las raíces del patriarcado. La inclusión real exige integrar mujeres y diversidades en espacios de poder sin comprometer su humanidad.
1. De la “desigualdad de género” a la inclusión de género
La verdadera inclusión trasciende la integración superficial de mujeres en sistemas patriarcales. Exige:
Redefinir el poder: No se trata de cumplir cuotas, sino de transformar cómo entendemos y ejercemos el liderazgo.
Romper roles impuestos: Los roles de género limitan no solo a las mujeres, sino también a hombres y personas no binarias.
Visibilizar diversidades: Reconocer las experiencias de mujeres indígenas, afrodescendientes, trans y otras identidades históricamente excluidas.
2. La violencia no es "de género", es machista
El término "violencia de género" suaviza la realidad: lo que enfrentamos es violencia machista, sistémica y patriarcal. Nombrarla correctamente nos permite:
Desenmascarar el origen: No es un “conflicto entre géneros”, sino un sistema de dominación masculina.
Asignar responsabilidad: "Violencia de género" diluye al agresor; "violencia machista" lo señala.
Denunciar sin eufemismos: Feminicidios, abuso sexual y violencia económica no son hechos aislados, sino productos de una cultura que desvaloriza la vida de las mujeres.
3. Inclusión y erradicación del machismo: dos caras de la misma moneda
No habrá inclusión real sin enfrentar el machismo cultural, político y económico. La lucha feminista debe ser provocadora, no complaciente. No basta con “cerrar brechas” ni “reducir violencia”:
Exijamos la eliminación del machismo.
Hablemos de una inclusión estructural auténtica.
Llamemos a las cosas por su nombre y desafiemos el statu quo.
La violencia es machista y su erradicación es clave para una inclusión auténtica. No hablamos de cerrar una brecha; hablamos de derribar las estructuras que la sostienen.
En América Latina, una de las regiones más violentas para las mujeres, se registran más de 4,000 feminicidios anuales según la CEPAL. En Sudamérica, Brasil reporta más de 1,300 feminicidios anuales, Argentina registra uno cada 36 horas y Bolivia tiene una de las tasas más altas con 2.2 por cada 100,000 mujeres. Estas cifras reflejan un problema estructural donde las respuestas llegan tarde y muchas denuncias permanecen sin resolver.
Prevenir esta violencia requiere una educación transformadora que fomente valores de paz, armonía y respeto desde las etapas tempranas. Desmantelar estereotipos de género y construir una convivencia equitativa son pasos esenciales para avanzar hacia una sociedad libre de violencia y más inclusiva. Este análisis propone reformas educativas que empoderen a niños y niñas por igual. Maria Auxiliadora Martin Gallardo MLA - Ángela
Proyectos de Educación, metodologías de habilidades para la vida.
1 díaCuál sistema de creencias?, por otro lado la igualdad NO EXISTE, solo hay 2 líneas por la cual la igualdad puede apegarse a la libertad: Igualdad ante la Ley e igualdad de Oportunidades, en lo que nuestros esfuerzos deben centrarse es en la equidad. Y como lo expones en tu publicación las "masculinidades hegemónicas" vista desde una mirada muy reducida. PARA LA REFLEXIÓN