El acceso a participar de iniciativas culturales suele ser - en este país- algo suntuario. No es importante poder crear ni acceder a la música, al teatro, al cine, a un evento local. Si eso es así para la población general, imagine la frustración, la rabia y la sensación de exclusión cuando una persona con discapacidad debe comprar en una ticketera virtual el lugar que dice "silla de ruedas" (el lugar es para la silla, no para la persona y no todos los espacios tienen). Así que, sólo imagine:
1. Ud. compra una entrada a un concierto para escuchar a su cantante y, simplemente, NO LA VE. A su alrededor sólo hay un mar de gente parada y eso es lo que ve durante más de una hora. Nadie le preguntó si lograba ver algo.
2. Ud. es una persona con otro tipo de discapacidad, va a ese concierto y en la entrada le preguntan dónde está su silla de ruedas (!). Como ud. no usa, le niegan el lugar y le obligan a esperar. Nadie le da una respuesta. ud. no EXISTE. El concierto comienza y le indican una entrada "especial" donde debe trasladarse en medio de autos y terreno irregular. Le dicen que "harán una excepción", eso, si ya discutió y sacó el celular para filmarlos.
3.- Va al cine a disfrutar una película extranjera. Es una persona sorda. Cuando compró la entrada decía "película subtitulada". Cuando entra, la película está doblada al español. Ve otra opción, pide explicaciones: hay sólo películas para oyentes. Hay sólo atención para oyentes y aunque ud. habla, lo miran extraño y nadie le contesta. No hay cine para ud. (nadie le devuelve la entrada).
4.- Es una persona ciega y está feliz, va a una muestra de arte "accesible". Es más, va con otras personas ciegas. Cuando llega, las obras están explicadas en braille, pero ud. no sabe Braille. No hay audios, no hay guías especializados. Alguien responsable de esa muestra, improvisa.
5.- Va al teatro con la persona que la asiste (así debería ser, asistencia personal/apoyos más que cuidados...pero ese es otro debate largo). Compraron entradas "normales" porque no habían para "silla de ruedas". Enviaron correos al teatro y a la productora.. Llegan mucho más temprano, explican al entrar que requieren un lugar seguro, donde no exista la posibilidad de ser golpeados por alguien (tiene una discapacidad por enfermedad rara). Le dicen que tiene que sentarse "donde quepa". El encargado del teatro, le habla sólo a la asistente: "mire, es mucho mejor que personas como ella no asistan a esto, para qué la "TRAJO" a exponerse".
Esas 5 situaciones son reales, no inventadas. generaron dolor físico, frustración,cansancio. Y son violaciones de derecho: a la autonomía, a participar de la vida en comunidad.
Ojalá Macarena Cabrillana, la próxima vez, pueda ver a Laura Pauisini, no sólo porque ese espacio buscó asesoría y entendió que la accesibilidad no era sólo tener rampas, sino porque la empatía de otras personas, le facilite disfrutar ese espacio.
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Hace algunas semanas se viralizó la experiencia de la deportista macarena Cabrillana durante el concierto de Laura Pausini en el Gran Arena Monticello. Ella misma difundió que, pese a ubicarse en el sector designado para las personas en silla de ruedas, tuvo «nula visión» del espectáculo, pues el resto de asistentes, al estar de pie, impedían que pudiera ver el escenario. Desde Arena Monticello se mostraron dispuestos a solucionar el problema.
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Accesibilidad universal en conciertos y espectáculos - Corporación Ciudad Accesible
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¡Felicidades, equipo de España! ¡Gran pieza! Y enhorabuena a todos los españoles por el campeonato! 🏆🎉