Del curso: Inteligencia artificial más allá de la ingeniería

Robótica e IA

Robot, ¿brazo articulado que ha sido programado para resolver una tarea concreta o ente con forma de persona e inteligencia propia diseñado para hacer el mal al estilo de una superproducción cinematográfica? No te puedo decir que ninguna de estas dos aproximaciones sean falsas. Lo que sí te puedo asegurar es que entre estos dos extremos existen muchos matices para entender la robótica. Y que una característica común a todos estos tipos de robots es la habilidad de movilidad otorgada a las máquinas. No todos los robots que podemos encontrar en procesos industriales tienen por qué estar dotados inteligencia artificial. Serán robots inteligentes aquellos en los que sus movimientos vayan mejorando sus precisión debido a la experiencia realizando la tarea o bien aquellos que empleen la visión artificial para poderla llevar a cabo. Dicho de otro modo, existen robots que han sido programados para seguir una secuencia de instrucciones o movimientos concretos. Estos no son robots inteligentes, sino sistemas expertos. Y por otro lado, existen robots diseñados que además cuentan con algoritmos de aprendizaje automático para optimizar su rendimiento o ser más precisos en la ejecución de la tarea. Y luego tenemos aquellos robots superinteligentes, aún ciencia ficción, que algún día podrían incluso superar a la inteligencia humana. O al menos hay quien plantea este debate y quien defiende que en unas décadas, si no se regula la inteligencia artificial de forma adecuada, esa superinteligencia podría volverse en contra de la humanidad. Existe la llamada singularidad tecnológica, en la que se representa el punto en el que la inteligencia artificial superaría la inteligencia humana debido a su crecimiento exponencial. A pesar de que hay científicos y expertos que debaten sobre los riesgos que podría suponer para la humanidad, es un tema que incluso autores de ciencia ficción del siglo XX ya tenían en consideración. Como curiosidad, Isaac Asimov en su relato llamado «Círculo vicioso» de 1942 ya planteaba las tres leyes de la robótica, que quizá hoy podrían seguir vigentes o ser la base para la regulación de la inteligencia artificial y, por extensión, de los robots inteligentes. Surgen precisamente como medida de protección para los seres humanos. Estas son: primera ley. un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño. Segunda ley. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley. Tercera ley. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley. De todos modos, no te preocupes, todavía faltan años para que la inteligencia artificial supere la capacidad de inteligencia humana. Aunque la tecnología suele avanzar más rápido que su regulación, son cuestiones que ya se abordan desde diferentes organismos.

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