Moderna Room

Me enamoré de una idea, pero no duró mucho. (Spoiler: afortunadamente) Ayer los tres nos sentamos alrededor de la mesa. Sabíamos que no sería una reunión fácil. Tenemos la misma formación, hablamos el mismo lenguaje técnico, pero somos distintos. Muuuuy distintos. Paradójicamente iguales y distintos a la vez. Y eso, en proyectos como el del Restaurante que tenemos entre manos, siempre da lugar a conversaciones intensas. Cada uno llegó con sus ideas, sus papeles y sus argumentos. No tardaron en surgir las primeras diferencias; es normal cuando los tres estamos convencidos de lo que proponemos. Defender una idea es importante, pero más importante es entender cómo construir algo juntos. No estar enamorado de la idea es algo esencial pero difícil de llevar. Debemos quererla como algo que ha salido de ti, pero no defenderla a cualquier precio. Muchas veces -en mi caso casi siempre- mis compañeros tienen la razón. Cada uno debe saber cuándo ceder y cuándo dar un paso adelante. A lo largo de la reunión, cada rol se fue haciendo evidente. Uno marca la dirección, otro ajusta los detalles y el tercero aporta la creatividad. Y la suma de todas las partes son el TODO. Al final, salimos de esa sala sabiendo que este Restaurante llevará algo de cada uno de nosotros. Pimienta, sal y perejil. La pregunta es: ¿podremos mantener este equilibrio en cada paso de nuestros proyectos sin que las fricciones ocasionen inconvenientes? Si trabajas en equipo, dime tú cómo lo haces porque a veces es muy complicado... Imagen: diseño de restaurante asiático de Moderna Room

IA y arquitectura: ¿avance real o espejismo? La inteligencia artificial es la nueva tendencia y está en boca de todos. Escuchamos que revolucionará el diseño, que creará imágenes en minutos y que nos permitirá anticiparnos como nunca. Pero, ¿realmente estamos ante una herramienta transformadora o simplemente frente a otro avance técnico más? Gracias al COACV Col.legi Oficial Arquitectes Comunitat Valenciana, hemos podido investigar y debatir en profundidad sobre el tema. El curso nos ha permitido investigar más sobre la IA. En realidad es una herramienta más en nuestro arsenal, como ya lo fueron en su día programas como 3D Studio, AutoCAD o Revit. La diferencia está en cómo decidimos usarla. En Moderna Room ya estamos integrando la IA para hacer mejores visualizaciones y adelantarnos a las necesidades de nuestros clientes. Pero no nos engañemos: la IA no reemplaza la técnica ni el ojo crítico del arquitecto. Es el arquitecto quien tiene que usarla y dirigirla. La Inteligencia Artificial nos permite optimizar tiempo y centrarnos en lo que realmente aporta valor a nuestro cliente, pero sin una dirección humana, los resultados pueden quedarse en lo superficial. ¿Cuál es la clave? Aprovechar la IA para lo que realmente nos sirve: ser más productivos y eficaces. Delegar tareas repetitivas y técnicas a la máquina para que nosotros podamos enfocarnos en lo que nos importa. La pregunta no es si debemos usar la IA, sino cómo. Tenemos que subirnos a la ola y abrazar estas nuevas herramientas sin perder el control de nuestros procesos creativos. Porque, al final, es el arquitecto quien decide qué historia quiere contar con cada proyecto, y la IA no hace más que ampliar nuestras posibilidades para lograrlo. La tecnología avanza, pero la esencia del diseño siempre estará ahí. La pregunta ahora es: ¿estamos dispuestos a liderar este cambio y a usar la IA como aliada, o dejaremos que simplemente nos lleve la corriente? Agradecimientos especiales al COACV por organizar este curso y a los ponentes Celia Sánchez San Juan, Juan Sala Martínez, Eva del Mar Pérez, Fran Catalán Tamarit y Andrés Pedreño Muñoz, quienes con su conocimiento y visión han hecho posible una reflexión profunda sobre el impacto de la IA en nuestra profesión. Créditos del video: COACV Col.legi Oficial Arquitectes Comunitat Valenciana

Constructores del engaño. Las desviaciones en los presupuestos de obras son el pan de cada día. El sector del hospitality no se libra. La construcción de un hotel implica coordinar acabados de alta calidad, gestionar una multitud de materiales, lidiar con diversos gremios y proveedores. Mantener todo bajo control es realmente complicado. Pero, ¿es realmente inevitable que los costes se disparen? Muchos constructores ofrecen precios iniciales irresistibles, sabiendo de antemano que habrá desviaciones. Es una práctica poco ética que se ha vuelto demasiado común. ¿Cómo lo hacen? Presentan un presupuesto ajustado para ganar el contrato, conscientes de que, una vez iniciada la obra, surgirán "imprevistos" que incrementarán el costo final. El cliente, atrapado en medio de la construcción, no tendrá más remedio que aceptar las nuevas condiciones. Y ahí es cuando te acuchillan. Otros constructores no dudan en dejarte colgado si los números no les cuadran. Si ven que el proyecto no les resulta rentable, abandonan la obra sin más, dejando al cliente con problemas mayores. Elegir un buen constructor es más difícil de lo que parece. Un proyecto bien redactado y un contrato sólido son fundamentales. Detallar claramente los derechos y obligaciones de cada parte, especificar materiales, plazos, penalizaciones por incumplimiento. No es solo un tema de formalismos o legalidades. Deberías usarlo para establecer una base de confianza y profesionalismo. Sin embargo, surge una pregunta: ¿Hasta qué punto podemos protegernos sin caer en la paranoia y la desconfianza constante? La transparencia y el compromiso ético deberían ser la norma, no la excepción. Los constructores deberían actuar con honestidad desde el principio, ofreciendo presupuestos realistas y cumpliendo con lo acordado. Los clientes, por su parte, deben ser diligentes, informarse, exigir referencias y no dejarse seducir únicamente por ofertas tentadoras. Al final, se trata de más que construir 'edificios'. Se trata de construir relaciones basadas en la confianza. ¿Estamos dispuestos a cambiar las reglas del juego y exigir la ética y profesionalidad que el sector de la construcción tanto necesita? Imagen: Propuesta de Moderna Room para el Restaurante del #Hotel Odos de #Alicante

Diseñar pensando en las personas y en la neurodiversidad para nosotros es un MUST.

Mucho ruido de Hotel y pocas nueces. Valencia está viviendo un momento peculiar en su desarrollo hotelero. El auge en la ocupación, que en octubre de 2024 llegó al 90%, es solo la punta del iceberg de lo que realmente está sucediendo en la ciudad. Cada vez más, Valencia se está perfilando como un destino de referencia, no solo en la Comunidad Valenciana, sino a nivel internacional, con una demanda hotelera que sigue creciendo al ritmo de las expectativas. Pero, como suele ocurrir, el crecimiento trae consigo ciertos desafíos. La apertura del nuevo Novotel Hotels en el antiguo Expo Hotel Valencia, prevista para la segunda mitad de 2024, es una declaración de intenciones. Será el primer flagship de la marca en la ciudad. El objetivo es que sea un hotel de 'lujo'. Veremos... Valencia está apostando fuerte por atraer a un público más exigente, más sofisticado, y lo hace con un planteamiento ambicioso. Pero, como sucede con estos proyectos de gran envergadura, queda por ver si ese lujo se mantendrá fiel a la esencia de la ciudad o acabará siendo un producto más en un mercado saturado. En el otro extremo, los hoteles con formato minimalista y económico inspirado en Japón, están ganando terreno. Valencia no es ajena a esta tendencia, que apela directamente a un público más joven, más inquieto y que, en muchos casos, busca experiencias únicas a precios accesibles. Es curioso cómo la ciudad está abriendo su abanico a opciones tan diversas: del lujo al minimalismo en un mismo espacio geográfico. Sin embargo, este tipo de alojamientos plantea preguntas que van más allá del impacto turístico. ¿Hasta qué punto esta oferta más económica puede coexistir con el desarrollo de hoteles de mayor categoría sin generar tensiones en la industria? Valencia está caminando una línea fina entre dos mundos que, aunque complementarios, también pueden ser contradictorios. La cuestión aquí no es si Valencia puede o no seguir creciendo, sino cómo. Las ciudades que no logran equilibrar sus apuestas por el lujo con opciones más accesibles para el viajero acaban alienando a ciertos segmentos de su público, y eso puede ser peligroso. En un contexto de expansión como el que está viviendo la ciudad, el reto no es llenar más camas, sino mantener la diversidad que ha hecho de Valencia un destino atractivo para tan distintos tipos de turistas. Al final, la gran pregunta es: ¿será Valencia capaz de gestionar este crecimiento sin perder de vista lo que la hace única? Porque la expansión está bien, pero no a cualquier precio. (Imagen: Propuesta Hotel Mare Nostrum, Moderna Room)

El Hotel Tina, se diseñó para fusionar diseño contemporáneo en un entorno que consigue crear conexiones emocionales diferentes. https://lnkd.in/dpMk3P4x #neurodesgin

-OPINIÓN- Sergio Pérez: "Un hotel orientado al bleisure no solo debe proporcionar los medios para trabajar y relajarse, sino fomentar la interacción social a través de sus espacios"

Lo que de verdad esconden muchos hoteles que se venden bajo el concepto bleisure...

Lo que encuentran en la habitación de tu hotel es comodidad. Lo que tu Hotel hace por ser sostenible, es lo que te define. https://lnkd.in/d5iCE2F2

Mientras te relajas, en algún rincón del planeta, las Islas Griegas están reinventándose. Se han convertido en un destino que no solo ofrece belleza, sino experiencias que marcan a los turistas. Ellos entendieron que el turismo no es solo sol y playa, sino una conexión profunda con el lugar, con su cultura, su historia y su gente. No sé a qué esperan algunos destinos para hacer lo mismo. Es un reto, si. Pero se puede. Hay que trabajarlo, si. Pero se debe. Mi opinión en el portal Tourinews