En una reciente consulta del Artículo IV, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recomendado que Turquía mantenga una política monetaria estricta y basada en datos hasta que la inflación se alinee con su objetivo. El FMI subrayó que las tasas de interés más elevadas, vigentes desde junio del año pasado, han jugado un papel crucial en la reducción de los desequilibrios económicos y la recuperación de la confianza en el país.
El banco central de Turquía ha incrementado de manera significativa su tasa de política principal al 50% desde un 8,5% anterior, como parte de su estrategia para combatir las altas tasas de inflación. Paralelamente a estos ajustes monetarios, el gobierno ha implementado impuestos y tarifas más altos para aumentar los ingresos, junto con medidas fiscales diseñadas para mitigar los riesgos económicos.
La recomendación del FMI surge tras observar un cambio positivo en el sentimiento del mercado, que ha alentado tanto a inversores extranjeros como nacionales a apostar por activos denominados en liras. Este giro en el comportamiento de los inversores se atribuye al fortalecimiento de la política monetaria y los ajustes económicos del país.
El llamamiento del FMI para mantener políticas monetarias rigurosas tiene como objetivo garantizar que las tasas de inflación en Turquía se estabilicen en los niveles deseados, fomentando así la estabilidad económica y el crecimiento a largo plazo.
Reuters contribuyó a este artículo.
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