Los derivados financieros son instrumentos complejos que desempeñan un papel importante en los mercados financieros mundiales. Estos instrumentos derivan su valor de una entidad subyacente, que puede ser un activo financiero, un activo físico o un índice de mercado.
Aunque puedan parecer complicados, los derivados desempeñan varias funciones vitales dentro del panorama financiero, permitiendo a los inversores gestionar el riesgo, ganar exposición a determinados activos y realizar operaciones de arbitraje.
En este artículo exploraremos qué son los derivados financieros, cómo funcionan y por qué son importantes para los participantes en los mercados financieros.
¿Qué son los derivados financieros?
Los derivados financieros son instrumentos financieros cuyo valor depende o se «deriva» del valor de otro activo subyacente. Este activo puede ser casi cualquier cosa, desde acciones, bonos y materias primas hasta tipos de interés, divisas e índices de mercado. Los derivados pueden adoptar muchas formas, como futuros, opciones, swaps y contratos a plazo.
- Futuros: Los contratos de futuros establecen un compromiso de compra o venta de un activo subyacente en el futuro a un precio predeterminado en una fecha predeterminada.
- Opciones: Las opciones otorgan al titular el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo subyacente a un precio predeterminado en una fecha determinada.
- Swaps: Los swaps son acuerdos entre dos partes para intercambiar flujos de caja u otros activos financieros durante un periodo de tiempo acordado. Pueden incluir swaps de tipos de interés, swaps de divisas o swaps de incumplimiento crediticio.
- Contratos a plazo: Los contratos a plazo son similares a los futuros, pero se negocian en privado entre dos partes y no están normalizados como los futuros.
Cómo funcionan los derivados financieros
Un ejemplo práctico de contrato de derivados podría ser un contrato de futuros sobre una materia prima, como el petróleo crudo.
Supongamos que una empresa petrolera, A, planea extraer una gran cantidad de petróleo de un yacimiento dentro de seis meses y desea protegerse contra el riesgo de que los precios del petróleo bajen durante ese periodo. Por otro lado, una empresa de transporte, B, planea comprar una gran cantidad de petróleo para satisfacer la demanda de sus clientes en un plazo de seis meses y desea protegerse contra el riesgo de un aumento de los precios del petróleo.
Para mitigar el riesgo de precio, la empresa A y la empresa B podrían celebrar un contrato de futuros.
- Conclusión del contrato: A y B acuerdan el precio del crudo y la cantidad a entregar en el futuro. Supongamos que deciden celebrar un contrato de futuros para la entrega de 1.000 barriles de crudo a un precio de 60 $ por barril dentro de seis meses.
- Ejecución del contrato: El contrato de futuros se ejecuta, lo que significa que A se compromete a entregar 1.000 barriles de crudo a la empresa B y B se compromete a pagar 60.000 $ (1.000 barriles * 60 $) a la empresa A en el momento de la entrega.
- Vencimiento del contrato: Al cabo de seis meses, el contrato de futuros vence y se produce la entrega del petróleo. Si el precio del petróleo en el mercado es inferior a 60 $ por barril, la empresa A seguirá teniendo derecho a recibir 60 $ por barril de la empresa B, protegiéndose así del riesgo de caída de los precios. Por el contrario, si el precio del petróleo es superior a 60 $ por barril, B seguirá teniendo la obligación de pagar 60 $ por barril a A, protegiéndose así del riesgo de una subida de precios.
¿Por qué son importantes los derivados financieros?
Los derivados financieros desempeñan varias funciones cruciales en los mercados financieros:
- Gestión del riesgo: los derivados permiten a los inversores gestionar y mitigar el riesgo de las fluctuaciones de los precios, permitiéndoles protegerse frente a posibles pérdidas.
- Eficiencia del mercado: Los derivados facilitan la formación de precios y aumentan la liquidez en los mercados financieros, permitiendo a los inversores realizar operaciones de cobertura y arbitraje.
- Acceso a los mercados: Los derivados permiten a los inversores obtener exposición a determinados activos o mercados sin tener que poseer directamente el activo subyacente, ampliando así las oportunidades de inversión.
- Especulación: Los derivados ofrecen a los inversores la oportunidad de explotar las previsiones del mercado y beneficiarse de las fluctuaciones de los precios sin necesidad de poseer el activo subyacente.
- Reducción de los costes de transacción: Los derivados pueden reducir los costes de transacción y permitir a los inversores realizar operaciones financieras de forma más eficiente.
- Innovación financiera: Los derivados financieros han estimulado la innovación financiera, dando lugar al desarrollo de nuevos productos y estrategias de inversión que permiten a los inversores alcanzar sus objetivos financieros con mayor eficacia.
Riesgos asociados a los derivados financieros
- Riesgo de mercado: Los derivados son sensibles a las fluctuaciones de los precios del activo subyacente o del mercado de referencia, lo que puede provocar pérdidas financieras significativas.
- Riesgo de contraparte: existe el riesgo de que una de las partes de un contrato de derivados no pueda cumplir sus obligaciones, lo que podría acarrear pérdidas financieras para la otra parte.
- Riesgo de liquidez: Algunos derivados pueden carecer de liquidez, lo que significa que puede resultar difícil o costoso liquidarlos rápidamente sin afectar al precio de mercado.
- Riesgo operativo: la negociación de derivados puede conllevar riesgos operativos, como errores en las transacciones, problemas técnicos y riesgos jurídicos.
Regulación de los derivados financieros en España
El Consejo de Ministros ha dado luz verde a un Real Decreto que regula los mercados secundarios oficiales de futuros, opciones y otros instrumentos financieros derivados, actualizando la legislación española vigente desde diciembre de 1991.
Los cambios recientes en los mercados financieros, especialmente en los instrumentos financieros derivados, han hecho que la normativa actual quede desfasada, por lo que se requiere una revisión y actualización de las normas que regulan estos mercados en España.
Objetivos
Los siguientes objetivos desglosan un poco más la regulación española sobre los derivados financieros:
- Objetivos Internacionales: Conseguir que la regulación española esté alineada con los estándares internacionales y, de esta forma, mejorar la competitividad de nuestro mercado frente al de otros países.
- Facilitación de Nuevos Productos: Al estar más alineados con la legislación internacional, poder introducir nuevos productos, servicios y líneas de negocio relacionados con los derivados financieros en los mercados españoles.
- Fortalecer el Mercado Europeo: Fomentar acuerdos y conexiones con otros mercados de derivados financieros y contribuir a la integración de un mercado único europeo.
Novedades más destacadas
Entre las principales novedades del nuevo régimen jurídico de los derivados financieros se incluyen:
- Ampliación de Productos: Se amplían los productos que pueden negociarse y registrarse en estos mercados, abarcando todos los instrumentos financieros derivados mencionados en el artículo 2 de la Ley del Mercado de Valores, actualizado para incorporar la Directiva Mifid.
- Servicios Flexibles: La sociedad rectora del mercado podrá ofrecer servicios de negociación, registro y contrapartida central, o bien optar por ofrecer solo algunos de estos servicios.
- Sistema de Garantías: Se introduce un nuevo sistema de aportación y uso de garantías por parte de los miembros del mercado, diversificando el régimen de garantías al incluir tanto la aportada por el mercado como una garantía colectiva.
Estas modificaciones buscan modernizar la regulación y hacerla más adecuada a las necesidades actuales del mercado financiero.
Conclusiones
En conclusión, los derivados financieros son instrumentos financieros complejos que desempeñan un papel crucial en los mercados financieros mundiales. Permiten a los inversores gestionar el riesgo, ganar exposición a determinados activos, ejecutar operaciones de arbitraje y explotar oportunidades de mercado. A pesar de sus ventajas, los derivados también conllevan riesgos significativos y requieren un conocimiento profundo por parte de los inversores. Sin embargo, cuando se utilizan correctamente, los derivados pueden ser poderosas herramientas para optimizar el rendimiento de las carteras y alcanzar objetivos financieros a largo plazo.