Al menos 133 muertos y 11 detenidos en el ataque terrorista en Moscú
Putin asegura que los autores del atentado, que se atribuyó el ISIS, intentaron huir hacia Ucrania y promete venganza: “El Gobierno identificará y castigará a todos los que prepararon el ataque terrorista”
El peor atentado en la historia reciente de Rusia, perpetrado el viernes en la región de Moscú, ha segado ya al menos 133 vidas. Y la cifra puede seguir subiendo, según han advertido las autoridades. El servicio secreto ruso (FSB) ha informado de la detención en la región de Briansk de 11 personas, cuatro de ellos acusados de ser los autores de la masacre en la sala de conciertos Crocus, que se ha atribuido el autodenominado Estado Islámico (ISIS). En un corto discurso a la nación, el presidente Vladímir Putin no ha hecho ninguna mención al ISIS. Y aunque no ha señalado ningún culpable, ha apuntado al rastro de de Ucrania, como ya habían deslizado sus servicios secretos y los medios de la órbita del Kremlin. Kiev y los voluntarios rusos que luchan contra el Kremlin por la invasión a gran escala del país vecino han negado tajantemente su participación en el atentado.
Washington, que avisó a Moscú del riesgo de ataques “extremistas” a través de los canales que sus servicios secretos mantienen abiertos, incide en que no hay razones para dudar de la autoría del ISIS ni para sospechar de Ucrania. “El ISIS es el único responsable de este ataque. No hubo participación ucrania en absoluto”, zanjó este sábado la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Adrienne Watson.
Putin ha prometido venganza. “Rusia identificará y castigará a todos los que prepararon el ataque terrorista”, ha declarado en su intervención televisada por todos los canales estatales medio día después de la matanza. Los cuatro “autores directos del ataque terrorista”, ha dicho, “intentaron esconderse y se movieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, se preparó una ventana en el lado ucranio para cruzar la frontera”, ha asegurado. El FSB no ha difundido pruebas de esa “ventana”. La frontera ruso-ucrania es hoy un lugar extremadamente militarizado y zona de guerra. Putin, que ha apuntado al “terrorismo internacional” como responsable del ataque y ha pedido la cooperación internacional de los Estados que “sinceramente” compartan el “dolor” de Rusia, ha comparado la tragedia del viernes “con las atrocidades nazis”, criminales a los que el presidente ruso equipara con el Gobierno de Volodímir Zelenski.
Antes de que hablara el jefe del Estado, otros responsables del país ya habían tratado de implicar a Kiev. “A manos de Occidente, Ucrania se ha convertido desde hace 10 años en un centro de propagación del terrorismo; los terroristas intentaron huir allí después del ataque”, aseguró la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajarova. El FSB también señaló hacia Kiev. “Después de cometer el acto terrorista, los delincuentes pretendían cruzar la frontera ruso-ucrania y tenían contactos relevantes en el lado ucranio”, ha manifestado la agencia de seguridad del Kremlin.
Aunque Putin aseguró que los terroristas se dirigían directamente a Ucrania, el embajador bielorruso en Rusia, Dmitri Krutói, dijo a la agencia Belta que sus fuerzas de seguridad se coordinaron con Moscú y evitaron el paso de los atacantes a su país. “La tarea principal de anoche era impedir que los terroristas cruzaran nuestra frontera común. Esta tarea se cumplió”, declaró el diplomático.
Los Servicios de Inteligencia (GUR) del Ministerio de Defensa ucranio han descartado cualquier vinculación de su país con el atentado en Rusia. El portavoz del GUR, Andriy Yusov, ha afirmado este sábado que las acusaciones rusas “son mentiras y un sinsentido”. “Las declaraciones del FSB están destinadas a la población directamente ignorante o zombi de Rusia”, ha añadido Yusov, informa Cristian Segura. En declaraciones a la televisión estatal ucrania, Yusov dijo que la acusación de Putin “no aguanta ninguna comprobación”.
El portavoz del GUR ha recordado que la frontera entre Rusia y Ucrania está altamente controlada por el ejército ruso, por lo que cualquier intención de los terroristas de cruzarla es imposible: “No tienes que ser ningún experto en la materia. Hay una guerra a gran escala que dura más de dos años, las zonas fronterizas están saturadas de tropas enemigas, servicios secretos y fuerzas de seguridad. La línea de frontera está minada, hay controles de todo tipo por ambos bandos”, ha asegurado.
Una de las derivadas del atentado ha sido que el partido de Putin, Rusia Unida, se ha mostrado dispuesto a restaurar la pena de muerte, suspendida desde los noventa. Su jefe en la Duma Estatal, Vladímir Vasíliev, ha manifestado que el castigo capital “es una decisión buena porque responde a los deseos de la sociedad”.
El Ministerio del Interior ruso ha informado este sábado de que los cuatro hombres detenidos, acusados de ser los autores de la masacre, son ciudadanos extranjeros. Los medios Baza, Shot y Ostorodzhno, Novosti y también un diputado de la Duma Estatal han indicado que, de entre los 11 sospechosos de estar implicados en el atentado, al menos cinco son ciudadanos de Tayikistán. Según las informaciones filtradas, el coche de los supuestos atacantes ha sido interceptado en la región de Briansk, cerca de la frontera con Bielorrusia.
El atentado se produjo en el Crocus City Hall, en la ciudad de Krasnogorsk, a unos 25 kilómetros al noroeste de la capital. Un grupo de personas vestidas de camuflaje entraron al lugar con armas de asalto y abrieron fuego justo antes de comenzar el concierto del grupo Picnic, a las 20.00 (dos horas menos en España peninsular). Todas las entradas, 6.200, estaban vendidas. Los vídeos reflejan el asesinato a bocajarro de algunos asistentes al intentar huir en un Renault Simbol. Los atacantes provocaron además un incendio en el centro de ocio que alberga la sala de conciertos.
El canal Shot ha publicado un vídeo donde uno de los supuestos atacantes es interrogado nada más ser detenido. “Disparé por dinero”, responde al ser preguntado qué hacía en el centro de ocio. Arrodillado, maniatado y temblando, afirma que recibió la propuesta del ataque a través de un mediador en Telegram. Según sus palabras, entrenaron un mes el atentado y les prometieron medio millón de rublos (unos 5.000 euros) “por matar gente”. Por el momento se desconoce el número exacto de atacantes que perpetraron el ataque. Solo se sabe que cuatro ya han sido detenidos.
Según las fuentes de los canales Shot y Baza, los cinco sospechosos identificados son Muhammadsobir Fayzov (de 19 años, natural de Dusambé, la capital de Tayikistán, y herido y arrestado en su intento de huida), Shokhinjonn Safolzoda (21 años), Rustam Nazarov (29 años), Majmadrasul Nasridinov (37 años) y Rivozhidin Ismonov (51 años). Estaban registrados como residentes en las regiones rusas de Yaroslavl, Ivánovo y Samara. Otro supuesto terrorista más huyó con ellos, pero no ha sido identificado, según informaciones preliminares.
El Ministerio del Interior tayiko ha desmentido posteriormente que dos de sus ciudadanos señalados como presuntos terroristas hubieran participado en el ataque. Las autoridades de Dusambé han aclarado que Nasridinov y Ismonov se encuentran en el país centroasiático desde noviembre del año pasado. Otro de los acusados, Rustam Nazarom, demostró a la policía que había pasado el viernes en la ciudad rusa Samara, a unos 900 kilómetros al este de Moscú.
Tayikistán, fronteriza con Afganistán, es uno de los puntos calientes del terrorismo islámico para el espacio postsoviético. El Kremlin apoya militarmente a Dusambé para controlar las agrupaciones extremistas que cruzan aquella porosa frontera, y el riesgo de atentados es una preocupación que suele surgir en los encuentros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la alternativa rusa a la OTAN. Además, Rusia se ha convertido en uno de los principales objetivos del ISIS por su apoyo tanto al Gobierno de Bachar el Asad en Siria como al movimiento talibán en Afganistán, tradicional aliado de otra facción extremista enemiga del ISIS, Al Qaeda.
Los servicios de inteligencia estadounidenses avisaron a Moscú hace dos semanas de que se preparaba “un ataque extremista” en eventos de masas en su territorio, incluidos conciertos. El portavoz del Consejo de Seguridad de EE UU, John Kirby, dijo el viernes que Washington no puede confirmar si el atentado de Moscú ha tenido relación con las informaciones que propiciaron su alerta. El Kremlin, que desdeñó esta advertencia como “un intento de atemorizar a la sociedad rusa”, ha pedido más datos a la Casa Blanca.
Persecución y disparos
El diputado de la Duma Estatal Alexander Jinshtein ha revelado que el coche de los supuestos fugados fue interceptado a la altura del pueblo de Jatsun Karachevski, situado en la región de Briansk a más de 150 kilómetros tanto de la frontera bielorrusa como de la ucrania. Según los datos del político, el coche no acató la orden de parar de la policía y trató de escapar. Durante la persecución se produjeron disparos y el vehículo acabó volcando.
Los agentes detuvieron a uno de los sospechosos en el acto, mientras que el resto de los presuntos terroristas intentó escapar hacia un bosque. Horas después, se supo que las autoridades rusas habían detenido a cuatro autores materiales del atentado. Dentro del vehículo había una pistola, un fusil automático y pasaportes de Tayikistán.
La comunidad internacional ha condenado de forma unánime el atentado de Moscú. Desde Naciones Unidas, la Unión Europea o la Unión Africana, pasando por los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, China, la India o Japón, el rechazo ha sido contundente. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó “en los términos más fuertes posibles el ataque terrorista”, dijo su portavoz. En Europa, tanto el alto representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como el presidente del Consejo Europeo, han usado palabras parecidas para condenar el, según la expresión de Michel, “horrible atentado terrorista”.
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