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El destinatario del mayor alijo de coca en Galicia: un empresario que factura 80 millones y mueve 300 contenedores de pescado al año

Aduanas halla movimientos sospechosos en las finanzas de Juan Bautista Suárez Pérez, en prisión desde hace ocho meses, al que acusa de ser la tapadera para las mafias albanesas

Registro policial en la nave de Cambre donde se halló el mayor alijo de cocaína de la historia de Galicia.
Registro policial en la nave de Cambre donde se halló el mayor alijo de cocaína de la historia de Galicia.kiko delgado (EFE)

A finales de 2023, las mafias albanesas que controlan el tráfico internacional de cocaína desde el puerto de Guayaquil (Ecuador) preparaban el que sería el mayor cargamento incautado en la historia del narcotráfico en Galicia y el tercero en España. A principios de diciembre, la policía ya había sido alertada por la agencia antidroga norteamericana DEA y la británica NCA de que el alijo viajaba en un contenedor con destino a Vigo y que haría escala en Algeciras. Se puso en marcha así una operación para desmontar la presunta tapadera empresarial que está detrás de las 7,5 toneladas de cocaína, cuya venta hubiera generado unos 500 millones de euros. Fue detenido al empresario coruñés, Juan Bautista Suárez Pérez, de 50 años y sin antecedentes por narcotráfico, que mueve unos 300 contenedores al año de pescado congelado. Es el propietario de la nave de Cambre (A Coruña) a la que llegó la droga. Según informes policiales, el arresto anuló el principal eslabón de estas redes de distribución internacionales que han utilizado las cuatro empresas de Suárez Pérez como tapadera.

Tras llevar ocho meses en prisión, la defensa de Suárez Pérez alega que no hay pruebas para mantenerle entre rejas. Argumenta que “este señor era un blanco fácil” por el volumen de negocio de pescado congelado que movía. Alega que ha sido “víctima de un engaño y de una entrega consentida” del cargamento, ya que este fue interceptado antes de llegar a España pero el contenedor no fue inspeccionado en tránsito en Algeciras sino que siguió hasta Vigo, su último destino, a petición de la Fiscalía. Lo que pretendía la policía era pillar el enorme alijo y capturar a quien es administrador único de la empresa Mar Azzurro SL., que era el receptor de la droga y daba cobertura a los grupos que operan en la distribución de estupefacientes para el temido clan de los Balcanes. Su detención es para los investigadores una evidencia de la capacidad económica de esta organización, que busca potentes eslabones para asegurar sus envíos.

La empresa de Suárez Pérez llevaba operando desde 2008 y era una de las de mayor solvencia en el sector del congelado que provee de atún a las principales factorías conserveras de su entorno. La compañía se dedica al comercio internacional al por mayor de pescado y marisco, pero también a la compraventa de fincas rústicas y urbanas y edificaciones.

La defensa del empresario presentó a finales de agosto su tercer recurso ante la Audiencia de A Coruña para pedir su excarcelación. El letrado Víctor Bouzas desgrana los detalles que han trascendido de la operación desde que se fraguó en el puerto de Guayaquil. Cree que “hay muchos interrogantes y pocas certezas”. Pone el foco en el hecho de que el empresario fuese detenido el 12 de diciembre y quedara en libertad nueve días después en una vista en la que el fiscal no compareció. Sin embargo, el ministerio público recurrió su excarcelación y logró que Suárez volviera a la cárcel el pasado 15 de febrero.

Registro de la nave de Cambre en diciembre de 2023.
Registro de la nave de Cambre en diciembre de 2023. kiko delgado (EFE)

Riesgo de fuga

Cuando llegó el contenedor a la nave que posee Suárez Pérez en Cambre (A Coruña), agentes de la Sección IV de la Brigada Central de Estupefacientes contactaron con el empresario, que se encontraba en Playa del Carmen (México) con su pareja. Dos días después esperaron por él en el aeropuerto de Madrid-Barajas. Fue esposado y enviado a prisión por un alijo localizado en un contenedor que traía lomos de atún y que en su mayoría iba a distribuirse en Europa.

El abogado del empresario rebate el riesgo de fuga, la principal tesis de la Fiscalía para mantenerlo en prisión. Subraya que Suárez ha optado por colaborar y que pudo huir y no regresar a España desde México o huir cuando quedó en libertad antes de regresar a la cárcel. “Se encontraba de vacaciones en México en compañía de su esposa cuando fue sorprendido por el hallazgo de una ingente cantidad de sustancia estupefaciente en uno de sus envíos, y ante este hecho, mi defendido se puso a disposición de la Udyco estando en comunicación permanente con los agentes”, señala el recurso que está pendiente de resolución judicial.

La Fiscalía cree que el empresario cuenta con “el apoyo de personas que pueden facilitar su huida”, argumentos que también trata de desmontar su defensa: “No sabemos qué personas son, dónde están y de qué forma pueden actuar para facilitar su huida porque no hay ningún dato objetivo que lo sostenga”, alega el recurso. También rechaza el recurso de la defensa la acusación de que el empresario forma parte de una organización internacional dedicada al tráfico de estupefacientes. “Tampoco se nos dice qué organización es esa y cómo opera”. “Este señor lleva más de quince años de administrador único de una empresa en la que personalmente se encarga de los pedidos sin intermediarios”, expone la defensa de Suárez.

Los fardos hallados en el contenedor de lomos de atún congelado venían marcados con cuatro logos diferentes. El nombre El compadre y la efigie de un guerrero son dos de ellos. “El empresario responsable pretendía encubrir su ilícita actividad en un voluminoso flujo de contenedores vía marítima, para lo cual utilizaba diversas empresas en origen y siempre con destino a la península Ibérica”, señalan los investigadores. La policía confirma que “controlaron durante meses la actividad de la empresa, detectando envíos similares que tenían como objetivo demostrar una pretendida actividad lícita que encubriera, en el momento oportuno, el transporte de la cocaína ahora incautada”, explicó la Policía Nacional.

Cuentas bajo sospecha, lujo y dos porches

El Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria ultima su informe económico con el que pretende demostrar que la facturación de casi 80 millones de euros que generan las empresas familiares de Suárez, principalmente a través de Mare Azzurro propietaria de la nave de Cambre (A Coruña) donde se localizó el alijo, no solo procede de actividades legales sino también del narcotráfico. Apunta movimientos bancarios sospechosos, uno de ellos de 1,8 millones de euros, y salidas de enormes cantidades de dinero de las cuentas de Mare Azzurro. Pero para Suárez, el informe “confunde salidas en efectivo con movimientos del debe y del haber” y subraya que la empresa se somete a una auditoria de sus cuentas y que en los ejercicio de 2017 y 2018 tuvo una inspección de Hacienda “sin encontrar nada delictivo”.

En su escrito de alegaciones al informe de sus cuentas bancarias, Suárez expone que esas cantidades son transferencias sobre operaciones de comercio exterior para saldar créditos documentarios y financiaciones de importación (garantías o avales) para la compra de mercancía en terceros países. Sobre el elevado nivel de vida del empresario cuyo origen queda cuestionado por los investigadores, su defensa sostiene que dada su capacidad empresarial “es exagerado destacar” que tenga una chalé con piscina y dos porches (Panamera y Carrera), entre otros, porque ambos fueron comprados de segunda mano.

“Algo raro se escapa de nuestro alcance en este asunto y mi cliente tiene derecho a saber a qué organización pertenecía y qué rol desempeñaba en ella”, incide. “Este señor fue víctima de un gancho ciego porque mueve cientos de contenedores y nunca tuvo ningún problema, pero esta vez lo utilizaron para tenderle una trampa”, asegura.

El alijo de A Coruña supone el tercero más importante de los capturados en España. Los dos anteriores se localizaron en el puerto de Algeciras. El primero, en abril de 2018, de 8,3 toneladas, llegó en medio de 17 palés de plátanos. Y el mayor, de 9,3 toneladas, también camuflado entre bananas, fue interceptado en agosto del pasado año con la implicación del cártel de los Balcanes como proveedor.

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