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Octava noche de protestas contra la amnistía, tras afianzar Sánchez la mayoría absoluta para su investidura

La participación baja a los 4.000 asistentes, la mitad de la noche anterior, según los cálculos de la Delegación del Gobierno

Protestas en la calle madrileña de Ferraz donde se ubica la sede nacional del PSOE.Foto: SAMUEL SÁNCHEZ | Vídeo: EPV

La octava noche de manifestaciones ante la sede central del PSOE en protesta contra la amnistía a los líderes del procés ha coincidido con el cierre esa misma mañana por parte de los socialistas de acuerdos con el PNV y Coalición Canaria para lograr la investidura de Pedro Sánchez con una mayoría absoluta de 179 diputados. Tras las protestas del jueves, que se saldaron con 24 detenidos tras choques aislados entre los policías antidisturbios y grupúsculos de ultras violentos, los manifestantes se volvieron a apostar anoche frente a la línea policial instalada en la calle de Ferraz, coreando gritos contra la investidura e insultos contra Sánchez. La policía reforzó el dispositivo en la zona, con barreras en las calles adyacentes a la de la sede socialista. La lluvia en la capital rebajó la participación, menor que las 8.000 personas que se concentraron la noche anterior, aunque también fue muy nutrida bajo paraguas rojigualdos. La Delegación del Gobierno ha cifrado la participación en 4.000 personas. Por la tarde, el presidente en funciones había sido recibido en Málaga por unas 500 personas que se manifestaron ante el edificio donde se reunía con el canciller alemán Olaf Scholz, encuentro previo a la junta de los socialistas europeos en la capital malagueña que tendrá lugar durante el fin de semana.

Los primeros manifestantes en Madrid comenzaron a llegar a Ferraz sobre las 19.00, donde se encontraron con un dispositivo policial mayor que los de los últimos días. Si el martes la situación solo se pudo controlar por momentos, el jueves los disturbios apenas duraron unos 20 minutos, tras los cuales se recuperó una cierta tranquilidad en la zona. El refuerzo policial de la noche incluyó una barrera de coches en la esquina de la calle de la Princesa con la del Marqués de Urquijo y agentes distribuidos en todos los flancos. Los gritos no variaron: “España cristiana, y no musulmana”, “Puigdemont a prisión” y “Pedro Sánchez, hijo de puta”. Se añadieron nuevos cánticos, como “la amnistía es una tiranía” o “Sánchez, muérete”. Entre la multitud, un manifestante agredió a un cámara de La Sexta entre gritos de “¡fuera, fuera!”. Los abucheos a los medios de comunicación han sido una constante durante toda la semana de protestas. Pasadas las 22.00, desde la zona de manifestantes empezaron a lanzarse petardos hacia los agentes antidisturbios de la policía apostados tras las vallas, que impedían el acceso a las inmediaciones de la sede nacional del PSOE en la calle Ferraz.

A partir de ese momento, se sucedieron durante casi media hora los lanzamientos de petardos y botellas hacia la línea policial. Los agentes pidieron por megafonía la disolución de la concentración a las 22.20, tras varias peticiones de evitar lanzamientos de objetos. El aumento de la lluvia aplacó las primeras líneas de la manifestación y empezó a descender al filo de las 11 de la noche el lanzamiento de objetos. Los bares de la zona también registraron menor afluencia a esa hora en comparación con la noche anterior. Pero a partir de las 23.00, los petardos regresaron especialmente dirigidos a la esquina donde los periodistas permanecían tras la línea policial. También se encendieron bengalas en la zona de los manifestantes.

Los manifestantes, el viernes ante la sede del PSOE en Madrid.
Los manifestantes, el viernes ante la sede del PSOE en Madrid.Samuel Sánchez

La sucesión de protestas atrajo a la zona a vendedores ambulantes de banderas españolas. “Banderas para protestar contra Sánchez, venga, venga”, exclamaba un vendedor sin paraguas. Y fue la lluvia la que finalmente bajó la participación. Ante el abandono masivo de la concentración, algunos de los que llegaban afeaban la decisión de los que se marchaban en busca de cobijo. “Estos son unos patriotas de salón”, espetaba uno de los que acababan de llegar. La lluvia también apagó el furor de parte de los asistentes, y tan solo los que se agolpaban en la esquina entre Urquijo y Ferraz mantenían los cánticos y los pitos contra Sánchez. Cada vez que escampaba, la manifestación volvía a llenarse. No obstante, el viernes se vieron menos símbolos últraderechistas o nazis entre los asistentes. Pasadas las 23.40, solo quedaban los más radicales, la mayoría ebrios, insultando a la policía y la prensa. Trataban de provocar su intervención, pero la policía permanecía impasible. A esa hora, otros días ya se habían producido algunas cargas.

Algo más de 500 personas se manifestaron ante la subdelegación del Gobierno en Málaga, donde Pedro Sánchez se reunió con el canciller alemán Olaf Scholz, encuentro previo a la reunión de los socialistas europeos en la capital malagueña durante el fin de semana, informa Nacho Sánchez. Muchos de los manifestantes, envueltos en banderas de España, agitaban silbatos y hacían ruido entre cánticos de “Pedro Sánchez, hijo de puta”, “Pedro Sánchez, marioneta de la ETA” o “Pedro Sánchez, maricón”. En la protesta, que se llevó a cabo tanto en el acceso delantero del edificio como en el trasero, había personas de todas las edades. Muchas de ellas protestando y lanzando insultos al presidente del Gobierno en funciones desde el balcón de su casa o tras la valla del recinto de las urbanizaciones ubicadas frente a la sede gubernamental malagueña. También se dejaron ver algunos dirigentes de Vox como la diputada Patricia Rueda y el presidente provincial del partido, Antonio Sevilla. La tensión subió pasadas las 19.00, cuando un grupo de ultras, formado por unos 50 hombres jóvenes, cortó el tráfico en el paseo marítimo al grito de “¡Felipe, masón, defiende tu nación!”, o “¡No musulmana, España es cristiana!”, ante un importante dispositivo policial. Decenas de agentes de Policía Nacional y Policía Local lograron mantener a raya a los manifestantes durante toda la tarde hasta la salida de Pedro Sánchez de su reunión.

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