Arturo Gonzalo Aizpiri será consejero delegado de Enagás en sustitución de Marcelino Oreja
El hasta ahora directivo de Repsol asumirá todo el poder de decisión y Antonio Llardén quedará como presidente no ejecutivo
Arturo Gonzalo Aizpiri sucederá a Marcelino Oreja como consejero delegado de Enagás. El consejo de administración de la empresa que opera el sistema gasista español votará la próxima semana el nombramiento de Gonzalo Aizpiri —hasta este miércoles directivo de Repsol— en sustitución de Oreja —ex eurodiputado del PP nombrado durante el Gobierno de Mariano Rajoy—. El nombramiento fue adelantado por Cinco Días. Según ha podido saber EL PAÍS, Gonzalo Aizpiri asumirá todo el poder de decisión en la compañía y Antonio Llardén quedará como presidente no ejecutivo. Con cerca del 75% del capital en manos de fondos de inversión extranjeros, la compañía busca así adaptar su gobierno corporativo a los estándares más comunes en la esfera internacional. Las acciones del gestor gasístico cerraron la sesión prácticamente planas en una jornada en la que primaron los números rojos en la Bolsa española.
El nuevo consejero delegado de Enagás —doctor en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid y que cuenta también con un posgrado en Desarrollo Directivo del IESE— ha desarrollado casi toda su carrera profesional en Repsol, donde hasta ahora era director general de Comunicación, Relaciones Institucionales y Presidencia, así como miembro del comité ejecutivo de la petrolera. Antes fue director general de Personas y Organización (recursos humanos) y jefe de responsabilidad corporativa, así como directivo en áreas como Investigación, Medio Ambiente, Seguridad y Calidad o Medios.
En la década de los noventa, Gonzalo Aizpiri dejó temporalmente la petrolera para hacerse cargo de la dirección de la Agencia de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Más adelante, en la década de los 2000, asumió la secretaría general del Ministerio de Medio Ambiente cuando Cristina Narbona era titular de esa cartera —durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero—. Allí coincidió con la actual vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. Después regresó a Repsol, donde ocupó diferentes puestos de responsabilidad.
La noticia de su nombramiento llega a menos de una semana de que la empresa —en la que el Estado mantiene una participación del 5% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)— presente sus resultados anuales, el próximo martes, y tome una decisión sobre el futuro de 5 de sus 15 consejeros.
Pese a ser una compañía cotizada en el Ibex 35, con el 95% de su capital en el mercado, Enagás cuenta en su consejo de administración con políticos de primera línea de los dos grandes partidos españoles. Ahí están, por ejemplo, las exministras del PP Ana Palacio e Isabel Tocino, o el expresidente de Alianza Popular (el germen del Partido Popular), Antonio Hernández Mancha, sobre cuya continuidad tendrá que votar el consejo la semana que viene. También los exministros socialistas José Montilla y José Blanco, que se incorporaron en 2020.
Enagás, una compañía que goza de la vitola de estable a ojos de los inversores, tiene las miras puestas no solo en el transporte de gas —su actividad principal hoy— sino en el hidrógeno, un gas que está llamado a ser uno de los combustibles del futuro y clave de bóveda en el proceso de descarbonización de la economía. Su plan pasa por aprovechar su extensa red de gasoductos, de alrededor de 11.000 kilómetros, para que por ella pueda transitar, además de gas natural, hidrógeno verde. Los especialistas apuntan a España como un país fundamental para la producción de este elemento con energías renovables, dada la alta disponibilidad de recurso y, sobre todo, solar y la buena calidad de sus canalizaciones.
Hasta la próxima semana no se conocerán los resultados anuales de la gasista española en 2021. En las últimas cuentas trimestrales que presentó obtuvo un beneficio neto de 307,3 millones de euros durante los nueve primeros meses de este año, lo que representa un descenso del 11,9% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Pese a esta reducción del beneficio, la firma ha mantenido el objetivo establecido para el conjunto de 2021 de 380 millones de euros. El grupo presidido por Antonio Llardén alcanzó unos ingresos de 722,3 millones de euros, lo que representa una disminución del 13,1% respecto al mismo período del año 2020.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) del grupo a cierre de septiembre se situó en los 670,1 millones de euros, lo que supone un descenso del 7,9%.
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