Vitoria no tendrá toros a pesar de una sorprendente propuesta empresarial
Chopera y Bailleres solicitan alquilar la plaza, pero el alcalde Urtaran rechaza la propuesta
Cuando el entramado antitaurino del consistorio vitoriano da las últimas paladas para tratar de enterrar la fiesta de los toros en la capital de Euskadi, ha aparecido por sorpresa una nueva vía para continuar con la Feria de la Virgen Blanca en 2017.
Los protagonistas, la Casa Chopera y su nuevo socio, el grupo mexicano comandado por Alberto Bailleres, representados por Pablo y Manuel Martínez y el último empresario de este coso, José Cutiño. A media mañana de ayer, se personaron en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz para solicitar el alquiler del Iradier Arena, -nombre que recibe la plaza de toros cubierta-, los días 4, 5 y 6 de agosto de 2017 y una reserva para hacer lo mismo en 2018. Una salida tan inusual como motivante para los aficionados vascos, que ya veían alejarse un coso tradicional.
Todo ocurrió por sorpresa. Hace apenas quince días, el concurso del ayuntamiento para celebrar la feria del próximo año quedó desierto, sin ninguna empresa licitante. Esta situación llevó a los responsables municipales a ceder a la presión de los grupos antitaurinos para que no se volvieran a celebrar festejos en la ciudad, y el alcalde, Gorka Urtaran, zanjó el tema con un tan precipitado como tajante “no habrá feria taurina”.
“Ante la posibilidad de que no hubiera toros en una ciudad importante, hemos decidido aceptar todas las condiciones que nos parecían negativas, pero antes que perder esta feria había que hacer algo”, señalaron fuentes del grupo BMF (siglas del grupo Ballieres y la familia Martínez Flamarique), minutos después de solicitar el alquiler de la plaza.
“Aceptamos todas las condiciones necesarias para celebrar una actividad cultural, totalmente legal y que cuenta con espacio adecuado en esta ciudad. Haremos frente a las tasas y costes como cualquier empresa que quiera organizar otro espectáculo”, explicaron los representantes de la empresa.
La propuesta sorprendió a los mandatarios municipales. Los que apoyan de forma decidida la fiesta, los representantes del Partido Popular, la recibieron con alegría e, incluso, llegaron a departir con los empresarios llegados hasta Vitoria. El resto tardó en pronunciarse, pero, a media tarde, el alcalde Urtaran ratificó su postura negativa a la fiesta y despreció la solicitud. "Se ha hecho con poco rigor técnico y de forma incorrecta, pidiendo el alquiler para la fecha en que se celebra el inicio de las fiestas, una tarde en la que no puede haber festejo en nuestra ciudad", declararon fuentes del gobierno municipal, al tiempo que mencionaron que al quedar desierto el pliego, el coso estaba automáticamente reservado para otras actividades festivas alternativas que se decidirán en las próximas reuniones de las comisiones de fiestas, algo que no sonó real pues el propio delegado del área de Cultura municipal desconocía esta posible reserva cuando se produjo la solicitud.
Una larga disputa
Después de una feria de 2016 en bancarrota, el alcalde propuso en septiembre al empresario José Cutiño la negociación de algunas condiciones para que el representante de los mexicanos solicitase la prórroga a la que tenía derecho. El extremeño se negó pensando que un nuevo pliego tendría algunas condiciones económicas más favorables ante la situación vivida. Nada más lejos, el nuevo pliego fue más duro en el apartado económico y las empresas decidieron esperar a que quedase desierto para una negociación que nunca ha llegado.
Varios empresarios trataron de negociar con la titular de Cultura unas nuevas condiciones para celebrar los festejos. Ni el grupo encabezado por Ramón Calderón ni la empresa de Mariano Jiménez y José Ignacio Ramos ni la Casa Chopera tuvieron una respuesta de los responsables municipales para acercar posturas. La consecuencia era que Vitoria se quedaba sin toros, una victoria de los variopintos socios de gobierno del alcalde Urtaran que cuenta con el apoyo de Bildu, Podemos e Irabazi, coalición de Izquierda Unida y Equo.
La posible desaparición de los toros en Vitoria ha llevado a la Casa Chopera a realizar esta extraña oferta, en la que asumen las exigencias económicas del pliego y algunas más, como las tasas de alquiler fijadas por el Ayuntamiento para cualquier evento.
Con todo, el consistorio acabó su respuesta negativa con una coletilla final, en la que asume que esta propuesta será estudiada por la 'Comisión de Blusas y Neskak' que organiza las fiestas junto al resto de actividades alternativas.
Si finalmente prospera esta iniciativa, la Casa Chopera volvería a una ciudad en la que gestionó la fiesta de los toros durante cuatro décadas, desde 1941 hasta 1980, y se convertiría en la gestora de las plazas de las capitales vascas, ya que son empresarios de San Sebastián y gerentes de Bilbao. "Trataríamos de hacer una feria acorde a la categoría de Vitoria y a su realidad actual, sobre todo para recuperar a la afición. Es muy importante que todos los sectores económicos de la ciudad afectados por la ausencia de la feria se pronuncien ante esa posibilidad", insistieron los candidatos a ser próximos empresarios de Vitoria.
Babelia
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