De Monte Branco a Niñóns: la ruta costera gallega que querrás contar

Dunas increíbles, ensenadas, playas de ensueño, miradores… y mucho más.
De Monte Branco a Niñóns la ruta costera gallega que querrs contar.
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A mitad de camino entre Finisterre y la ciudad de La Coruña, en la Costa da Morte, se extiende una franja costera que tiene todos los ingredientes para convertirse en uno de los destinos imprescindibles de Galicia.

Desde la desembocadura del río Anllóns y su ensenada de A Ínsua partimos, sin separarnos demasiado del litoral del concello de Ponteceso, para llegar hasta nuestro punto de final de ruta en la preciosa playa de Niñóns.

Espacios de gran importancia natural que han sido puestos en valor

El río Allóns es mucho más que un simple río del noroeste de la provincia de La Coruña, es una verdadera joya por descubrir y, como tal, desde hace un tiempo se ha venido poniendo en valor para aprovecharlo turísticamente como recurso. Navegar por sus aguas o caminar por sus orillas es un auténtico placer y un regalo a los sentidos.

Su riqueza natural y su belleza son sobresalientes y el acondicionamiento de sus márgenes ha posibilitado el poder recorrerlo. Una pasarela de madera conduce junto a su curso creando un paseo lleno de encanto, con rincones de cuento como el Refugio de Verdes.

Duna Rampante de Monte Branco.Alamy

Pero ya en su desembocadura es donde encontramos los paisajes más sublimes. Allí, tras atravesar Bergantiños, llega hasta la ría de Corme y Laxe, donde forma un gran estuario y uno de los espacios naturales de mayor riqueza de Galicia. Una gran barrera de arena y su complejo dunar del Monte Branco –no hay que confundirlo con el Monte Branco de Camariñas– crean la protección necesaria para este reducto ecosistémico de la ensenada de A Ínsua, que no solo cuenta con una alta diversidad vegetal y faunística –especialmente de aves–, sino que cuenta con un valor paisajístico incalculable.

Un destacado complejo litoral que es aprovechado también para el marisqueo y que sirve igualmente para el disfrute y el ocio –son comunes las actividades náuticas en este sector– con lugares tan idílicos como la playa de la Barra.

Si recorremos los casi dos kilómetros de longitud del conjunto de dunas móviles y llegamos hasta el mirador de Monte Branco podremos obtener unas panorámicas de todo este espacio intermareal de la ría de Corme y Laxe, además de contemplar una buena parte del concello de Ponteceso.

Vista de Monte Branco.Alamy

Siguiendo la línea costera…

De nuevo a nivel del mar, desde el complejo dunar, bordeando la costa, un sendero nos permite llegar hasta la playa de Balarés, un precioso arenal resguardado con todo tipo de servicios disponibles y bandera azul, que cuenta con un tranquilo y bien acondicionado merendero situado bajo un pinar.

Desde Balarés y no sin antes detenernos en otro arenal idílico, la playa Da Hermida, nos dirigimos a un punto de imprescindible visita: la célebre Pedra da Serpe en Corme, todo un símbolo en la comarca. De origen desconocido, aunque se reconoce su origen en tiempos inmemoriales, se trata de una roca de granito con el sobre relieve de una especie de serpiente y una cruz coronando la mole.

La playa de Balarés, un precioso arenal gallego de bandera azul.Alamy

Siguiendo la línea costera hasta la ensenada de Corme, el Monumento a los percebeiros nos va preparando para lo que nos vamos a encontrar al llegar al mismo extremo de este tramo litoral donde se encuentra la baliza marítima de Roncudo. Un poco antes de llegar a ella, junto al aparcamiento, unas cruces de piedra incrustadas en las rocas nos recuerdan la dureza de los elementos en la Costa da Morte y la peligrosidad del oficio de la extracción de percebes, que ha dejado numerosas muertes, así como los incontables naufragios ocurridos en estas costas. En cualquier caso, también nos permite recordar que O Roncudo es uno de los mejores sitios de Galicia en relación a la calidad de este crustáceo, lo cual es mucho decir, y la Punta Percebellosa, un poco más adelante, no deja de ser un accidente que nos confirma este hecho.

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Desde aquí nos encaminamos a Niñóns, deteniéndonos entre medias en otro punto de gran interés de Ponteceso, el Monte del Faro, donde se sitúan la torre de Brantúas y la Capilla de Nuestra Señora del Faro. Desde sus 231 metros de altitud las vistas son maravillosas. La esbelta torre, de 39 metros de altura, otea los alrededores desde mediados del siglo XX, mientras que la capilla es todo un referente en la zona como protección de los marineros.

En Roncudo recuerdan a los percebeiros fallecidos.Alamy

Y, por fin, llegamos a la parroquia de San Xoán de Niñóns, un lugar escasamente poblado pero que presume de tener una de las playas más bonitas de la Costa da Morte. La playa de Niñóns es un tributo a la belleza. 250 metros de ensenada con fina arena blanca, aguas transparentes y protegida por montes. Un pequeño paraíso que es todo un tesoro de estas tierras. Y, a su lado, otro regalo, la diminuta playa naturista de O Morro, que en marea baja se une con la anterior formando un conjunto para recordar.

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