Los riesgos y consecuencias que trae consigo un embarazo adolescente

Quedarse embarazada cuando se está en esta etapa vital de desarrollo trae numerosas consecuencias físicas y mentales para estas jóvenes madres (y sus hijos).
Una adolescente se hace un selfie en la naturaleza

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco mujeres en el mundo ha tenido un hijo antes de tener edad adulta (esto es, antes de los 18 años), lo que lleva a que cada año se produzcan 16 millones de nacimientos de madres que todavía están en plena adolescencia

Esto es, todavía están en la etapa vital que va desde los 10 a los 19 años y que es todo un desafío para estos menores en forma de cambios físicos, psíquicos y bioquímicos que muchas veces (sobre todo en países subdesarrollados) se interrumpe por un embarazo a una edad temprana.  

El embarazo en la adolescencia puede ser resultado de una combinación de factores sociales, económicos, culturales y educativos. La falta de acceso a la educación sexual, ciertas normas sociales que perpetúan la desigualdad de género o la presión de los padres pueden ser son factores que aumentan el riesgo. Además, las mujeres jóvenes pueden enfrentar situaciones de abuso sexual o imposición que las llevan a un embarazo no deseado.

Riesgos y consecuencias en el embarazo adolescente

"Si nos centramos en lo meramente médico, entre los 20 y los 30 años sería lo más apropiado y sería la edad más aconsejable para ser madre. Si bien es cierto que actualmente la siguiente década, entre los 30 y los 40, es cuando la mayoría de las españolas tiene su primer hijo, e incluso hay muchas mujeres que comienzan la cuarentena con un primer embarazo", explica la doctora Bárbara Fernández del Bas.

En esa franja de edad más adecuada hay menos riesgos (si se comparan con los del embarazo adolescente) para la salud de la madre y el niño y no hay tantas complicaciones (tanto físicas como mentales); por no hablar de que se trata de una responsabilidad para la que la menor no está ni mucho menos preparada.  

Una adolescente estudiando en casa - Rubén García

Así, son muchos los riesgos a los que se enfrenta una adolescente cuando se queda embarazada, como recuerda G. Perkal Rug. Adjunto del Servicio de Pediatría  para la consulta de Adolescentes del Hospital Santa Caterina (Gerona). "El embarazo en la adolescente es una crisis que se superpone a la crisis de la adolescencia. Comprende profundos cambios somáticos y psicosociales con incremento de la emotividad y acentuación de conflictos no resueltos anteriormente", explica este profesional. Estas son algunas de las consecuencias y complicaciones del embarazo en adolescentes que advierten estos expertos en salud: 

- Cuadros de mala nutrición, con carencia de nutrientes esenciales para el buen desarrollo del bebé durante la etapa de gestación.

- Un mayor número de abortos espontáneos.

- Partos prematuros, hay un gran número de bebés de madres adolescentes que nacen antes de la semana 37 de gestación.

- Los bebés de madres que no han cumplido los 18 suelen nacer con bajo peso ya que la inmadurez del cuerpo de esta adolescente hace que su útero no se haya desarrollado completamente. Por ello, el feto no cuenta con los nutrientes necesarios durante la gestación. 

- En los casos de embarazos de niñas de menos de 15 años, el bebé tiene más posibilidades de nacer con malformaciones congénitas.

- Una madre que se enfrenta a un embarazo siendo adolescente tiene más riesgo de desarrollar con mayor probabilidad trastornos hipertensivos del embarazo como la preclamsia. 

Esto en cuanto a las complicaciones físicas dentro del impacto que supone el embarazo en adolescentes, ya que a estas se suman las complicaciones psicológicas en el caso de una adolescente que se haya quedado embarazada, como recuerda el ginecólogo J. Martínez-Guisasola Campa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Burgos

"La gestación en las adolescentes puede considerarse de riesgo por asociar una mayor morbimortalidad perinatal y materna, y debe seguir un control multidisciplinario con un acompañamiento intenso de estas gestantes. Frecuentemente, es: no deseado, prematuro, rechazado por la pareja y por su familia, lo que favorece su diagnóstico tardío con escasos controles antenatales y tiene un impacto negativo en el futuro bienestar de la madre y del niño, al asociar consecuencias familiares, sociales, educativas y económicas, además de ser la principal causa de mortalidad entre jóvenes de 15 a 19 años a nivel mundial".

Miedo a ser rechazadas socialmente, rechazo al bebé ya que no desean asumir esta responsabilidad, problemas con su familia y problemas de inserción social (derivados sobre todo del hecho de que muchas de estas madres menores abandonan el colegio o instituto) son algunas de las consecuencias negativas desde un plano de la salud mental que tiene el que adolescentes se queden embarazadas. 

Prevención y educación sexual

La mejor prevención es que los jóvenes tengan una buena educación sexual desde el mismo seno de la familia (junto con el colegio). Es importante informar sobre los riesgos y complicaciones del embarazo en la adolescencia y todos los cambios que se producirán desde el momento en que la adolescente se quede embarazada. 

Por tanto, la comunicación es clave en este sentido y es importante establecer un diálogo abierto y transparente con los jóvenes. 

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