Carrera
Las barreras psicológicas que impiden una comunicación clara en el trabajo
A muchos empleados les resulta difícil comunicarse de manera efectiva en el trabajo. He aquí el porqué.
20 de agosto de 2024 Revisado por Abigail Fagan
Los puntos clave
- La comunicación abierta y honesta es esencial para el éxito organizacional y el bienestar de los empleados.
- Las barreras de los líderes involucran actitudes hacia el poder y la cantidad de información que comparten.
- Las barreras de los empleados involucran actitudes hacia el liderazgo y la seguridad psicológica percibida.
Cuando comencé mi trayectoria empresarial, naturalmente me incliné por comprender el mundo empresarial mediante la recopilación de información. Como investigadora académica, analicé tanto los relatos científicos como los experimentales sobre lo que contribuye al éxito empresarial, y todos ellos reiteraron la importancia de una comunicación clara en las organizaciones.
Más específicamente, aprendí que la comunicación clara y la transparencia de los líderes hacia sus equipos generan confianza, seguridad y compromiso. La honestidad y la apertura de los miembros del equipo hacia sus líderes mejoran las operaciones y previenen errores. Y la comunicación sincera entre colegas genera confianza y camaradería.
Comunicarse con apertura, empatía y claridad es fundamental para el éxito organizacional (Bucata y Rizescu, 2017), y las empresas en crisis a menudo citan la mala comunicación como una de las principales razones de su desaparición (Rana, 2013). Y, sin embargo, he notado que este tipo de comunicación no es la norma en la mayoría de los lugares de trabajo. Entonces, ¿por qué es tan difícil la comunicación clara en el trabajo?
Entendiendo la comunicación
La comunicación no es lo mismo que hablar o escribir. Cuando hablamos o escribimos, utilizamos el lenguaje para expresar nuestras ideas, experiencias o consultas. Nuestro objetivo es poner nuestros pensamientos a disposición del mundo. La comunicación, por otro lado, es un acto intencional de intentar asegurar que la audiencia comprenda el significado detrás de nuestro mensaje. Pensemos en cómo le hablamos a alguien que está aprendiendo nuestro idioma; la mayoría de las personas utilizan estrategias como la repetición, la aclaración, dar ejemplos, usar un lenguaje sencillo, etc. para asegurarse de que su mensaje haya sido comprendido.
Esa determinación táctica, ese ingenio y esa paciencia rara vez se aplican en el trabajo. Sin embargo, quienes pueden enorgullecerse de ser comunicadores eficaces comprenden que debemos ser igualmente estratégicos cuando nos comunicamos con nuestros equipos.
Las barreras psicológicas para la comunicación en el lugar de trabajo
La colaboración armoniosa es un ingrediente clave para la productividad y el éxito organizacional, lo que hace que la comunicación sea una habilidad esencial. Entonces, ¿por qué es tan difícil en muchos lugares de trabajo la comunicación respetuosa, directa y honesta?
La mayoría de los desafíos para una comunicación efectiva en el trabajo están relacionados con dos tipos de barreras psicológicas: barreras para transmitir claramente un mensaje por parte del líder y barreras para la escucha activa por parte del empleado (Teng et al., 2020).
Barreras del liderazgo. Según Shaw (2011), uno de los mayores obstáculos para la comunicación por parte de los líderes es la ilusión de que se ha logrado la comunicación. En otras palabras, los líderes a menudo equiparan hablar con comunicarse. Lo que falta son las mismas cosas que diferencian hablar de comunicarse: aclarar, abordar consultas y garantizar la comprensión.
Esta barrera a la comunicación puede perjudicar sustancialmente a los empleados, que a menudo no tienen claras sus funciones y responsabilidades. Y cuando su desempeño demuestra esta falta de claridad, la gerencia los percibe como incapaces de seguir instrucciones o completar tareas. Otra barrera a la comunicación tiene que ver con las actitudes de los líderes respecto del poder y el estatus (Rani, 2016). Por ejemplo, si un gerente cree que su rol es más el de un gobernante que el de un mentor, esperará ser respetado y obedecido sin discusión. Como resultado, es menos probable que ofrezca razones y explicaciones para sus demandas, acciones o toma de decisiones.
Por último, una tercera barrera es la de compartir demasiada información (Sapungan et al., 2019). El exceso de información puede adoptar muchas formas: contenido excesivo, demasiadas reuniones o cambios frecuentes de políticas o procedimientos. El denominador común de todas estas experiencias es que los empleados se enfrentan a una sobrecarga cognitiva de información que deben analizar, lo que impide que los mensajes se procesen adecuadamente.
Por lo tanto, cuando se trata de comunicación, la falta o el exceso de información son desfavorables.
Barreras de los empleados. Aunque la mayoría de los estudios y programas de cambio organizacional se centran en las barreras a la comunicación de los líderes, los receptores (es decir, los empleados) también desempeñan un papel importante en la ruptura de la comunicación.
Una barrera importante a la comunicación por parte de los empleados es su actitud hacia las figuras de autoridad (Rani, 2016). Los empleados que tienen resistencia psicológica a la autoridad en general, o a figuras de autoridad específicas (por ejemplo, mujeres líderes), no estarán abiertos a escuchar activamente, seguir instrucciones o compartir su perspectiva. Por lo tanto, su desafío se convierte en un obstáculo notable para la comunicación profesional.
Por último, ninguna discusión sobre la comunicación está completa sin tocar la seguridad psicológica en el trabajo. La seguridad psicológica se refiere a los costos percibidos de compartir información, expresar ideas y asumir riesgos en el lugar de trabajo (Edmondson y Bransby, 2023).
Por lo tanto, la falta de seguridad psicológica hace que los empleados se muestren reacios a comunicar que han experimentado dificultades, han cometido errores o necesitan ayuda. Los empleados creen que tales admisiones pueden ser demasiado costosas en términos de posibles daños a su estatus, reputación o salario. En otras palabras, admitir tales vulnerabilidades no les hace sentir seguros.
Para concluir, las barreras psicológicas para una comunicación clara en el trabajo son multifacéticas y complejas, pero no imposibles de superar. Lo que aprendí es que crear una cultura de comunicación segura, abierta y respetuosa puede marcar la diferencia entre sobrevivir y prosperar, tanto para la organización como para las personas que la integran.
A version of this article originally appeared in English.