Relaciones
El amor después de los hijos: 3 formas probadas en las que las parejas mantienen la llama viva
Cuántos padres pueden estar conectados a pesar del caos de criar niños.
14 de septiembre de 2024 Revisado por Margaret Foley
Los puntos clave
- Cuando las parejas se convierten en padres, la vida cambia drásticamente.
- Programar un "tiempo para nosotros" no tiene que ser elaborado; lo que importa es la calidad de la conexión.
- Sentirse apreciado puede reavivar la cercanía emocional, fortaleciendo el amor a través de los desafíos.
Cuando las parejas se convierten en padres, la vida cambia drásticamente. Las exigencias de criar hijos a menudo dejan poco tiempo para fomentar el vínculo romántico que unió a la pareja en primer lugar. La falta de sueño, las tareas interminables y los horarios competitivos pueden cambiar rápidamente el enfoque de unos a otros a los niños.
La división del trabajo, las demandas de tiempo y los constantes malabares entre la crianza de los hijos y otras responsabilidades crean una tensión inevitable en la relación. Sin embargo, las parejas aún pueden mantener fuerte su amor haciendo esfuerzos intencionales. Aquí hay tres formas en que los padres pueden mantenerse conectados y mantener vivo el romance, incluso en medio del caos de la crianza de los hijos.
1. Priorizando el "Tiempo para nosotros" sobre el "Tiempo para mí"
Cara y Julio, casados durante ocho años y con dos hijos pequeños, se alejaron después del nacimiento de su segundo hijo. Cara estaba constantemente exhausta por administrar la casa y los niños, mientras que las largas horas de trabajo de Julio dificultaban la conexión. Se dieron cuenta de que apenas tenían conversaciones significativas que no giraran en torno a los niños.
Cara decidió que necesitaban volver a su vieja tradición de "citas nocturnas" semanales, incluso si eso significaba quedarse en casa. Los viernes por la noche, después de acostar a los niños, comenzaron a hacer un ritual de apagar sus teléfonos, pedir comida para llevar y ver una película juntos. A veces, profundizaban, preguntándose el uno al otro sobre su semana o sus sueños para el futuro. No era solo la actividad, sino la intención detrás de ella: priorizar su relación.
Por qué funciona: Es fácil perderse en los roles de "mamá" y "papá", pero dedicar tiempo el uno al otro les recuerda a ambos su vínculo. Programar un "tiempo para nosotros" constante no tiene por qué ser complicado ni costoso; lo que importa es la calidad de la conexión. Esto crea intimidad emocional, lo que mantiene vivo el amor.
2. Dividir las responsabilidades de manera justa
Eva y Rob, padres de un niño pequeño y un recién nacido, discutían constantemente sobre quién estaba haciendo más en la casa. Eva sentía que ella estaba asumiendo la mayor parte de la crianza de los hijos, mientras que Rob pensaba que su trabajo fuera del hogar lo compensaba. El desequilibrio generó resentimiento y frustración.
Después de una intensa discusión, decidieron sentarse y trazar una división justa del trabajo. Hicieron una lista de tareas diarias, desde alimentar a los niños hasta lavar los platos y asignaron roles en función de sus fortalezas y disponibilidad. Rob asumió las rutinas nocturnas, lo que le dio a Eva algo de tiempo para ella, mientras que ella se encargaba de las mañanas. También crearon un sistema de "tiempo fuera" para cuando uno necesitaba un descanso, de modo que ninguno de los dos se sintiera abrumado.
Por qué funciona: Muchas parejas luchan con una distribución desigual de responsabilidades, lo que genera tensión y agotamiento. Al comunicarse activamente y trabajar juntos, las parejas pueden evitar sentir que están cargando una carga injusta. Una división justa y flexible del trabajo ayuda a que cada uno se sienta apoyado, fomentando un sentido de trabajo en equipo. Cuando las parejas colaboran en lugar de competir por quién está haciendo más, crean armonía y reducen los conflictos, lo que facilita mantener fuerte la conexión romántica.
3. Mantener viva la apreciación
Julia y Marco, padres de tres niños activos, estaban tan atrapados en sus agitados horarios que rara vez se detenían a reconocer los esfuerzos del otro. Julia no se sentía apreciada por todo su trabajo invisible en casa, y Marco sentía que su arduo trabajo para mantener a la familia pasaba desapercibido.
Cuando vi a esta pareja para recibir asesoramiento, les sugerí que comenzaran una práctica simple: Cada noche, antes de acostarse, nombrarían una cosa que apreciaban de la otra persona ese día. Al principio se sintió incómodo, pero pronto se convirtió en su parte favorita del día. Julia comenzó a notar las cosas pequeñas pero significativas que hacía Marco, como ofrecerse a hacerse cargo cuando estaba cansada, mientras Marco reconocía la paciencia de Julia con los niños después de un largo día. Este hábito diario de expresar gratitud transformó la forma en que se veían, reavivando su amor.
Por qué funciona: Es fácil pasar por alto las contribuciones de tu pareja cuando la vida se pone ocupada. Practicar el aprecio, incluso por pequeños gestos, les recuerda a ambos miembros de la pareja su valor en la relación. La gratitud fomenta sentimientos positivos, que pueden contrarrestar el estrés y el resentimiento. Sentirse apreciado puede reavivar la cercanía emocional, fortaleciendo el amor a través de los desafíos de la vida.
El resumen
La crianza de los hijos es innegablemente desafiante y puede poner a prueba incluso las relaciones más vitales. Sin embargo, las parejas que conscientemente intentan conectarse, comunicarse y apreciarse mutuamente pueden sobrevivir y prosperar juntas. Al priorizar el "tiempo para nosotros", dividir las responsabilidades de manera justa y mantener vivo el aprecio, las parejas pueden mantener un amor profundo y duradero a pesar de las exigencias de la vida familiar. Después de todo, el mejor regalo que puede darles a sus hijos es el amor y la fuerza de una asociación sólida.
A version of this article originally appeared in English.