Los mayores y más curiosos errores históricos vistos en 'Los Bridgerton', la serie de Netflix
Cremalleras en vestidos, placas de telefonía en el suelo, manicuras acrílicas... La serie de Netflix está llena de licencias que hemos recopilado por si no las habías captado al verlas.
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Uno de nuestros mayores entretenimientos cuando estamos viendo 'Los Bridgerton' es ir a la caza de gazapos. Mientras algunos fans ponen el grito en el cielo cuando se encuentran un anacronismo dentro de la serie, a nosotras nos parece divertido y es que no olvidemos que no estamos viendo un documental del canal Historia en el que el rigor histórico es fundamental. En la ficción basada en las novelas de Julia Quinn se permiten bastantes licencias y nunca lo han ocultado. Partiendo de esa base, no se les puede hacer ningún reproche porque estamos ante una serie de época con alma actual y creemos que ahí reside parte del secreto de su éxito.
A lo largo de las tres temporadas de 'Los Bridgerton' se ha debatido mucho sobre la ocultación del racismo de la época en la que desarrolla. Para Philippa Gregory, escritora de novela histórica, lo que se ve en la ficción sería una equivocación, según declaró en el Festival de Historia de Chalke Valley: "Tienen un duque histórico con una familia negra en un momento en el que la trata de esclavos estaba activa en Inglaterra. Nos estamos dando una falsa impresión de lo que realmente estaba pasando". Sin embargo, otros han aplaudido que la serie abrace la diversidad, algo que también fue celebrado por el protagonista de la primera temporada, Regé-Jean Page, durante una entrevista a Entertainment Weekly: "Gracias a un casting en el que la raza se ha tenido en cuenta, puedo existir como una persona negra. Eso no significa que sea un esclavo y tengamos que centrarnos en el trauma".
Este es uno de los errores histórico que aparece en 'Los Bridgerton', pero hay muchos más captados por expertos en aquella época o por los fans que siempre están atentos a cualquier detalle que no termine de encajar. Míralos con atención, mientras escuchas de fondo alguno de los temazos de la que para muchos es una de las mejores series de Netflix, que también forman parte de esta lista.
La reina sigue viva
En la primera temporada se dice que la historia se desarrolla 1813, con Daphne y el Duque. La siguiente tanda transcurre un año después, con Anthony y Kate, mientras que la tercera, protagonizada por Penelope y Colin arranca en 1824. Por tanto, si la reina Carlota murió en 1818, no podría seguir viva en la última tanda.
La cuestión del racismo
Ha sido borrado el racismo existente de la época con personajes negros como miembros de la alta sociedad, algo que no sucedió en ese momento en el que todavía existía la esclavitud.
Música de hoy en versión clásica
Toda la banda sonora es un error histórico en 'Los Bridgerton', pues en aquella época no se podía escuchar ni a Taylor Swift ni a Pitbull, entre otros artistas actuales.
Unas líneas sospechosas
En las escenas por el camino de Royal Crescent de Bath se ven las líneas amarillas que no aparecieron pintadas hasta un siglo después de la época en la que se desarrollan ‘Los Bridgerton’.
Licencias en el vestuario
Algunos personajes femeninos lucen vestidos con cremallera y estas se inventaron mucho después, en 1851.
Soltarse la melena
En la serie vemos a las protagonistas, como Penelope, lucir el pelo suelto, pero, en realidad, durante la Regencia lo llevaban recogido
Un perro peculiar
La raza de Newton, el perro de Kate, no existía en aquella época. Hasta 50 años después no vemos descripciones de un Corgi como este.
La manicura imposible de Pe
Se puede observar que Penelope lleva uñas acrílicas, algo impensable en ese tiempo.
Maquillajes demasiado sofisticados
El maquillaje también ha sido criticado al detectar que en el siglo XIX no encontraríamos a las mujeres con tonos oscuros o brillantes.
Intrusos en escena
En alguna secuencia se han observado planchas de telefonía en el suelo cuando no existía el teléfono.
Marieta Taibó es editora de actualidad y cultura en Cosmopolitan y experta cine y series de televisión desde hace más de una década. Cuando no está escribiendo, la encontrarás delante de la pantalla analizando los últimos estrenos de Netflix, Prime Video, HBO Max, Disney+ y el resto de plataformas en ‘streaming’ para recomendar aquellos títulos interesantes o que lo van a petar. Entre crítica y noticias de ficción televisiva, entrevista a actores. En su grabadora encontrarás charlas de sus entrevistas con Blanca Suárez, Mario Casas, Úrsula Corberó, Ana de Armas, Miguel Ángel Silvestre, Leonardo Sbaraglia, Lily Collins, sí, ‘Emily in Paris’ o Christina Hendricks, la pelirroja de ‘Mad Men’, por citar algunos nombres. Fuera de la pantalla, además, te recomendará los mejores planes de ocio y gastro. En otras etapas profesionales, también ha escrito de moda y belleza. De hecho, es autora del ensayo ‘La cara secreta del negocio de la belleza’, de la editorial Almuzara. Marieta Taibo es Licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con el Curso Superior de Marketing y Comunicación de Moda y Lujo de la revista Elle y la Universidad Complutense. Sus primeros pasos como redactora fueron en la sección de economía de La revista de actualidad La Clave hasta que dio el salto a la de sociedad y cultura, su verdadera pasión. Posteriormente, trabajó en El Confidencial, y luego en la revista femenina AR como coordinadora de la agenda cultural y cabeza de la sección de cine. De ahí, dio el salto a las revistas Supertele y TP y en ellas estuvo diez años escribiendo de películas y series, labor que compaginaba como colaboradora de la revista Babylon Magazine haciendo reportajes en profundidad sobre cultura, hasta que llegó a Cosmopolitan hace seis años.
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