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Lo que mas nos gusto fue la tranquilidad de la ciudad, las playas y la arena, la limpieza y la seguridad. La gente nos parecio muy cordial en general, la juventud paseando por las calles de noche o en la playa durante el dia totalmente tranquila, educada y normal. Amplia oferta de de restaurantes para comer de dia o de noche con supermercados locales cercanos (caros). Dispone tambien a 1 hora caminando o a 8 minutos en automovil de un Lidl y un Aldi. Lo que menos nos gusto y fue un inconveniente es la falta de un cajero automatico que permitiera extraer efectivo dado que los buses que van a Santa Pola o hacia L'Atelet, el Aeropuerto o Alicante solo cobran en efectivo (cash). Y otra cosa deficiente fue el servicio de taxis para familias o viajes para mas de 4 pasajeros. Nosotros somos 5 y al pedir un taxi por telefono para 5 pasajeros, no nos aseguraron ningun vehiculo, quedando a la espera de la disponibilidad de un vehiculo de 7 plazas o mas, los que nunca acudieron.

Pienso repetir el próximo verano, si es posible, en la misma urbanización. Ha sido una semana fantástica, relax, diversión, playa.......

La playa. Bastantes restaurantes donde comer con servicio a domicilio. Autobús urbano con buen servicio.

Tiene varios restaurantes majos donde cenar y comer. Tiene varias heladerías y una zona de copas. Un solo supermercado con las cosas más básicas y a precio de oro. Para tener más restaurantes y supermercados hay que subir a Gran Alacant y así aprovechar para ver el faro que tiene unas vistas maravillosas. Lo peor es que las calles son en cuesta y te agota el subir y bajar para ir a la playa.

Excelente playa Playa muy extensa Arena fina Agua calientita El promedio de visitantes a la playa son familias La playa tiene una zona naturista Buen servicio de duchas, baños, chiringuitos, hamacas El pueblo es pequeño pero con todo lo necesario Buenos restaurantes en el pueblo, recomiendo La Bodeguita de Serafin

Las playas son bonitas y relativamente tranquilas. Una pena que se puedan llevar a la playa a las mascotas pequeñas que no molestan a nadie. A las playas de perros más cercanas no les prestan atención, están sucias, llenas de algas y piedras, imposibles de usar si no es con escarpines, son tercermundistas.