Oppenheimer

Oppenheimer

Quiero empezar destacando la edición porque simplemente, no hay maneras de describir el brillante trabajo de Jennifer Lame aquí. Cada escena de Oppenheimer está tejida de manera milimetrica a la siguiente. Maneja los saltos temporales a la perfección. Los cortes en escenas específicas son arte, porque no son un simple aparato cinematográfico vistoso, son introspectivos a los cuestionamientos internos de los personajes.

Lo que logra Nolan aquí es notable porque no es conformista. Maneja una historia ambiciosa e intrincada sobre intereses políticos, debates morales y la instrumentalización del talento para fines nocivos. Logra dimensionar a múltiples niveles la historia de Oppenheimer, quién se presenta como posiblemente el personaje más fascinante de toda la filmografía de Nolan.

Murphy está increíble en un rol que requiere de pasividad inicial, con esporádicas muestras de estrés e inquietud en gestos sutiles. Nunca rompe el personaje, nunca dice o hace algo ilógico, y aún en sus aparentes contradicciones, entendemos el tormento interno del protagonista por sus gestos, miradas y temores implícitos.

Estados Unidos es una maquinaria de destrucción. Encuentran la manera de usar a los demás a su beneficio para causar daño a otros, buscando quedar bien parados al final por su ensimismado nacionalismo. La película es indignante porque reflexiona en éste aprovechamiento, en la persecución comunista de la época que fue utilizada para perjudicar a Oppenheimer y convertirlo en el malo de la historia. Nolan no escatima en la esencia política de esta epopeya, no se autocensura, e incluso cuando es demasiado discursivo, se siente la pasión a señalar los pasajes de historia que tanto les gusta olvidar a los gringos.

Cuando llega el esperado momento de la película, la tensión es soberbia y el resultado abrumador. El sonido y la imagen se conjugan para dar una experiencia sensorial sin comparación. Y aunque ESA escena es impresionante, lo que más me impactó personalmente son esas breves secuencias de pesadilla que persiguen a Oppenheimer sobre las horrorosas consecuencias de sus actos. Son terroríficas, y no se parecen a nada que haya hecho Nolan hasta el momento.

Queda un vacío desesperanzador al final ¿Cómo podemos vivir con nosotros mismos teniendo consciencia del horror que causamos directa o indirecta a otros? La amenaza nuclear es algo terrorífico. Es una puerta a la destrucción absoluta por el simple capricho de seres humanos con poder. La película es entonces una épica tragedia sobre nuestro propio fin  a manos de los fascistas que persiguen a otros diciendo que son los malos. Es una genialidad total a la que no le sobra ni un segundo.

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