Aeroméxico, la aerolínea mexicana más grande del país, ha informado que reanudará el vuelo de casi una veintena de sus aviones que había dejado en tierra desde hace tres semanas. Mediante un comunicado, la compañía informó que recibió la autorización para reincorporar sus aeronaves Boeing 737 MAX-9 en sus operaciones una vez que concluyan las inspecciones aprobadas por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés).
Desde el pasado 6 de enero, la compañía sacó de circulación 19 aviones. Esto porque una aeronave del mismo modelo pero de Alaska Airlines presentó fallas mientras se dirigía a Ontario, California. El fuselaje se desprendió y, aunque no hubo heridos, la FAA suspendió todos los vuelos programados con este tipo de vehículos aéreos en el mundo.
De inmediato, las autoridades de aviación realizaron una inspección en los equipos de Boeing Company a fin de saber lo que había ocurrido. Mientras, distintas aerolíneas se vieron obligadas a reprogramar sus operaciones. Aeroméxico canceló al menos 131 servicios, lo que afectó a más de 19,000 pasajeros, de acuerdo con datos de la Procuraduría Federal del Consumidor.
Boeing perdería más de 12,500 millones de dólares si la tendencia a la baja se mantiene, señalan analistas.
“Agradecemos el apoyo de la Agencia Federal de Aviación Civil en todo este proceso, y reiteramos nuestras sinceras disculpas a nuestros clientes por las molestias asociadas a esta situación completamente fuera de nuestro control. Para Aeroméxico la seguridad es y siempre será lo más importante”, compartió la aerolínea en un comunicado.
Sin embargo, los defectos no solo afectaron a la aerolínea mexicana. El director de American Airlines Group responsabilizó al fabricante de los vehículos aéreos por el desperfecto. “Vamos a hacerles responsables” dijo Robert Isom, director ejecutivo de la compañía.
Alaska Airlines también compartió su descontento, afirmando que sufriría un impacto de 150 millones de dólares por la paralización de algunas tareas, lo cual obligó a la empresa a desacelerar sus planes de crecimiento. Mientras que Southwest Airlines, anunció que ante las fallas en Boeing, ya no recibirá el modelo MAX-7, similar al que presentó los desperfectos en pleno vuelo.
Dos trágicos accidentes en los últimos seis años, luego una tercera aeronave con una parte suelta. El avión que fue diseñado para disparar la reputación de Boeing, ha hecho que caiga en picada.
El pasado viernes, Stan Deal, presidente de Boeing Commercial Airplanes, declaró que “la compañía había trabajado diligentemente para crear criterios de inspección que permitieran volver a poner en servicio los aviones”. Con la reciente autorización de la FAA, cientos de aeronaves en todo el planeta han reiniciado sus vuelos.
Hasta el momento, las autoridades de navegación aérea han señalado que la empresa cuenta con autorización para seguir fabricando sus modelos MAX, pero le han prohibido incrementar su nivel de producción.
Según datos de Cirium, firma especializada en aviación, hay 215 aviones MAX-9 en servicio en todo el mundo. United Airlines es la compañía con mayor número de éstos, su flotilla consta de 79, seguida por la de Alaska Airlines con 65. Copa Airlines cuenta con 29, Aeroméxico con 19, Turkish Airlines con cinco e Icelandair con cuatro, entre otros.
Alaska Airlines compartió que sus maniobras se reiniciaron el pasado 26 de enero. A medida que avanzaban las inspecciones favorables, fueron agregando más aeronaves a sus operaciones. Mientras que la compañía mexicana reiniciará sus vuelos con Boeing en destinos como Cancún, Guadalajara y Tijuana.
