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Diferencia entre revisiones de «Hermanos de Jesús»

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== Ausencia de los hermanos de Jesús ==
== Ausencia de los hermanos de Jesús ==
Hay algunos pasajes significativos en las Escrituras donde no aparecen los hermanos o hermanas de Jesús, por ejemplo, cuando Jesús se perdió en el templo y durante su crucifixión. Esto se argumenta para apoyar la opinión de que los llamados «hermanos de Jesús» no son hermanos de sangre,<ref name="Keating">{{cita libro|autor=Keating, Karl |título=Catholicism and Fundamentalism: The Attack on "Romanism" by "Bible Christians" |año=1988 |ubicación= |editorial=Ignatius Press |página=284 |url= https://books.google.com/books?id=qn37ImknvSAC |isbn=978-0-89870-177-7}}</ref><ref name="Miravalle2008">{{cita libro|autor=Calkins, Arthur B. |capítulo=Our Lady's Perpetual Virginity |editor=Miravalle, Mark |título=Mariology: A Guide for Priests, Deacons, Seminarians, and Consecrated Persons |año=2008 |isbn=978-1-57918-355-4 |páginas=308–309}}</ref><ref name="Miravalle62">{{cita libro|autor=Miravalle, Mark |capítulo=Introduction to Mary |año=1993 |ubicación=EE.UU. |editorial=Queenship Publishing |isbn=978-1-882972-06-7 |páginas=62–63}}</ref><ref name="KBaker334">{{cita libro|autor=Baker, Kenneth |título=Fundamentals of Catholicism |año=1983 |isbn=0-89870-019-1 |ubicación= EE.UU |editorial=‎Ignatius Press |páginas=334–335}}</ref> aunque algunos autores lo rechazan.<ref name="Einsenmann">{{Cita libro |autor=Eisenmann, Robert |año= 2002 | título=James, the Brother of Jesus: The Key to Unlocking the Secrets of Early Christianity and the Dead Sea Scrolls |ubicación=EE.UU. |editorial=Watkins Publishing |otros=720 pp |isbn= 978-1-78028-374-6}}</ref>
Hay algunos eventos en las Escrituras donde no se muestran los hermanos o hermanas de Jesús, por ejemplo, cuando Jesús se perdió en el templo y durante su crucifixión. Esto se argumenta para apoyar la opinión de que los "hermanos" de Jesús no son hermanos de sangre, aunque algunos lo rechazan.{{Cita requerida}}


Lucas 2: 41–51 informa de la visita de María, José y Jesús al templo de Jerusalén cuando Jesús tenía 12 años, pero no menciona a ningún hermano. [[Robert Eisenman]] cree que Lucas trató de minimizar la importancia de la familia de Jesús por cualquier medio posible, eliminando a Santiago y los hermanos de Jesús del registro del Evangelio.<ref name= Eisenman>{{Citation | first = Robert | last = Eisenman | year = 2002 | title = James, the Brother of Jesus | publisher = Watkins}}.</ref> Karl Keating argumenta que María y José se apresuraron sin dudarlo a regresar directamente a Jerusalén cuando se dieron cuenta de que Jesús estaba perdido, lo que seguramente habrían pensado dos veces antes de hacerlo si hubiera otros niños (hermanos de Jesús) que cuidar.<ref name= Keating>{{citation |url= https://books.google.com/books?id=qn37ImknvSAC |title=Catholicism and Fundamentalism: The Attack on "Romanism" by "Bible Christians" | first =Karl | last = Keating |publisher=Ignatius Press |year= 1988 |isbn=978-0-89870-177-7 |page= 284}}</ref>
:* El [[Evangelio de Lucas]] relata la visita de María, José y Jesús al templo de Jerusalén cuando Jesús tenía 12 años ({{Biblia|Lucas|2:41-51}}), pero no menciona a ningún hermano. [[Robert Eisenman]] cree que Lucas trató de minimizar la importancia de la familia de Jesús por cualquier medio posible, eliminando a Santiago y los hermanos de Jesús del registro del Evangelio.<ref name="Einsenmann" /> En cambio, Karl Keating argumenta que María y José se apresuraron sin dudarlo a regresar directamente a Jerusalén cuando se dieron cuenta de que Jesús estaba perdido, lo que seguramente habrían pensado dos veces antes de hacerlo si hubiera otros niños (hermanos de Jesús) que cuidar.<ref name="Keating" />


El Evangelio de Juan registra los dichos de Jesús en la cruz, es decir, el par de mandatos "Mujer, ahí tienes a tu hijo". y "¡Ahí tienes a tu madre!" (Juan 19: 26-27), luego dice "y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa". Desde la época de los Padres de la Iglesia, esta afirmación se ha utilizado para razonar que después de la muerte de Jesús no hubo otros hijos biológicos que cuidaran de María, y que tuvo que ser confiada al discípulo Juan.<ref name= Miravalle2008>Arthur B. Calkins, "Our Lady's Perpetual Virginity," in Mark Miravalle, ed. (2008), ''Mariology: A Guide for Priests, Deacons, Seminarians, and Consecrated Persons'' {{ISBN|978-1-57918-355-4}} pp. 308–309</ref><ref name=Miravalle62>Mark Miravalle, 1993, ''Introduction to Mary'', Queenship Publishing {{ISBN|978-1-882972-06-7}}, pp. 62–63</ref><ref name= KBaker334>''Fundamentals of Catholicism'', Kenneth Baker 1983 {{ISBN |0-89870-019-1}} pp. 334–35</ref> Constantine Zalalas argumenta que habría sido contra la costumbre judía que Jesús entregara a su madre al cuidado del discípulo si María tuviese otros hijos vivos, porque el hijo mayor siempre asume la responsabilidad de su madre.<ref>{{Citation | first = Constantine | last = Zalalas | title = Holy Theotokos: Apologetic Study}}.</ref> Karl Keating dice: "Es difícil imaginar por qué Jesús hubiera desatendido los lazos familiares y hubiera hecho esta provisión para su Madre si estos cuatro [Santiago, José, Simón, Judas] fueran también sus hijos".<ref name=Keating /> El papa [[Juan Pablo II]] también dice el mandato "¡He ahí a tu hijo!" fue la encomienda del discípulo a María para llenar el vacío maternal dejado por la muerte de su único hijo en la cruz.<ref>''[[L'Osservatore Romano]]'', weekly ed. in English, 30 April 1997, p. 11 [http://www.ewtn.com/library/papaldoc/jp2bvm49.htm Article at EWTN]</ref>
:* El [[Evangelio de Juan]] registra algunas [[Las Siete Palabras|palabras de Jesús en la cruz]], entre ellas: «Mujer, ahí tienes a tu hijo» y «¡Ahí tienes a tu madre!» ({{biblia|Juan|19:26-27}}). Luego se señala: «y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa». Desde la época de los Padres de la Iglesia, esta afirmación se ha utilizado para razonar que después de la muerte de Jesús no hubo otros hijos biológicos que cuidaran de María, y que tuvo que ser confiada al «[[El discípulo a quien Jesús amaba|discípulo amado]]».<ref name="Miravalle2008" /><ref name="Miravalle62" /><ref name="KBaker334" /> Constantine Zalalas argumenta que habría sido contra la costumbre judía que Jesús entregara a su madre al cuidado del discípulo si María tuviese otros hijos vivos, porque el hijo mayor siempre asumía la responsabilidad de su madre.<ref>{{cita web|url=https://pantokrator.info/on-faith/ |autor=Zabalas, Constantine |título=Holy Theotokos: Apologetic Study |obra=Pantocrator |fecha=2 de febrero de 2021 |fechaacceso=26 de enero de 2023|idioma=inglés}}</ref> Karl Keating escribió: «Es difícil imaginar por qué Jesús hubiera desatendido los lazos familiares y hubiera hecho esta provisión para su madre si estos cuatro [Santiago, José, Simón, Judas] fueran también sus hijos».<ref name=Keating /> El papa [[Juan Pablo II]] comentó que el mandato «¡He ahí a tu hijo!» fue la encomienda del discípulo a María para llenar el vacío maternal dejado por la muerte de su único hijo en la cruz.<ref>{{cita publicación|autor=Juan Pablo II |título=Homilía del 30 de abril de 1997 |publicación=[[L'Osservatore Romano]] |página=11}}</ref>


== Véase también ==
== Véase también ==

Revisión del 23:15 26 ene 2023

Los hermanos de Jesús (griego: ἀδελφοὶ, translit. adelphoi, lit. 'hermanos') son mencionados en algunos pasajes del Nuevo Testamento, y, especialmente, en los evangelios canónicos —en concreto, dos veces en el Evangelio de Mateo, dos en el Evangelio de Marcos, una en el Evangelio de Lucas y dos en el Evangelio de Juan—. Dado que la existencia de hermanos carnales de Jesús de Nazaret entra en contradicción con el dogma de la virginidad perpetua de María, que mantienen algunas confesiones cristianas, existe un debate entre filólogos y biblistas de diferentes confesiones cristianas sobre cómo deben ser interpretados los textos que hacen referencia a los hermanos de Jesús. El debate está muy condicionado por las diferentes creencias religiosas de los participantes.

Desde el punto de vista filológico, no hay razón alguna para suponer que Jesús no tuvo hermanos.[1]​ Sin embargo, desde el punto de vista de la interpretación bíblica no puede excluirse la posibilidad de que se trate de medios hermanos hijos de José de un matrimonio anterior, o de primos.[2]​ La Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa mantienen la doctrina de la perpetua virginidad de María; los primeros líderes protestantes, incluido el fundador de la Iglesia luterana, Martín Lutero,[3]​ y el teólogo reformado Ulrico Zuinglio,[4]​ también sostuvieron esto, de la misma manera John Wesley,[5]​ uno de los fundadores del metodismo. Juan Calvino también creía que era posible que María permaneciera virgen, pero creía que la evidencia bíblica no era concluyente.[6]​ Los católicos, la mayoría de los anglicanos, luteranos, metodistas y reformados, siguiendo a Jerónimo, concluyen que los adelphoi eran primos de Jesús, hijos de la hermana de María, que se suele identificar con María de Cleofás, mientras que los ortodoxos orientales, siguiendo a Eusebio y Epifanio, argumentan que fueron hijos de José de un matrimonio anterior. [7][8]​ El resto de las demás denominaciones protestantes no creen en la perpetua virginidad de María sosteniendo que los adelphoi eran hijos de José y María.

Menciones en el Nuevo Testamento

En ciertos pasajes del Nuevo Testamento se habla de forma explícita de hermanos (en griego αδελφοί) de Jesús. A continuación se hace mención de estos pasajes con sus respectivas referencias bíblicas:

Evangelios sinópticos

Los evangelios sinópticos contienen dos pasajes que mencionan a hermanos de Jesús:

Καὶ ἔρχονται ἡ μήτηρ αὐτοῦ καὶ οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ καὶ ἔξω στήκοντες ἀπέστειλαν πρὸς αὐτὸν καλοῦντες αὐτόν. καὶ ἐκάθητο περὶ αὐτὸν ὄχλος, καὶ λέγουσιν αὐτῷ. Ἰδοὺ ἡ μήτηρ σου καὶ οἱ ἀδελφοί σου ἔξω ζητοῦσίν σε. καὶ ἀποκριθεὶς αὐτοῖς λέγει Τίς ἐστιν ἡ μήτηρ μου καὶ οἱ ἀδελφοί; καὶ περιβλεψάμενος τοὺς περὶ αὐτὸν κύκλῳ καθημένους λέγει Ἴδε ἡ μήτηρ μου καὶ οἱ ἀδελφοί μου: ὃς ἂν ποιήσῃ τὸ θέλημα τοῦ θεοῦ, οὗτος ἀδελφός μου καὶ ἀδελφὴ καὶ μήτηρ ἐστίν.
Entre tanto, llegaron sus hermanos y su madre y, quedándose afuera, enviaron a llamarlo. Entonces la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: «Tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan». Él les respondió diciendo: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?» Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: «Aquí están mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».

El pasaje aparece en los tres evangelios sinópticos: es recogido también en Mateo 12:47-50 y en Lucas 8:19-21.

  • En Marcos 6:3, cuando Jesús se encuentra en Nazaret, la muchedumbre se maravilla al oírle predicar en la sinagoga, ya que se trata de su antiguo convecino, y se preguntan:
Οὐχ οὗτός ἐστιν ὁ τέκτων, ὁ υἱὸς τῆς Μαρίας καὶ ἀδελφὸς Ἰακώβου καὶ Ἰωσῆτος καὶ Ἰούδα καὶ Σίμωνος; καὶ οὐκ εἰσὶν αἱ ἀδελφαὶ αὐτοῦ ὧδε πρὸς ἡμᾶς; καὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ.
«¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?» Y se escandalizaban de él.

El mismo pasaje aparece también en Mateo 13:55-56 donde se mencionan los mismos nombres de los hermanos de Jesús. En cambio, en Lucas 4:22 se omite la referencia a la madre y los hermanos de Jesús, quien es citado solo como «hijo de José».

Evangelio de Juan

En el Evangelio de Juan, mayoritariamente considerado más tardío que los sinópticos, hay también pasajes que hacen referencia a la existencia de hermanos de Jesús:

Εἶπον οὖν πρὸς αὐτὸν οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ Μετάβηθι ἐντεῦθεν καὶ ὕπαγε εἰς τὴν Ἰουδαίαν, ἵνα καὶ οἱ μαθηταί σου θεωρήσουσιν [σοῦ] τὰ ἔργα ἃ ποιεῖς: οὐδεὶς γάρ τι ἐν κρυπτῷ ποιεῖ καὶ ζητεῖ αὐτὸς ἐν παρρησίᾳ εἶναι: εἰ ταῦτα ποιεῖς, φανέρωσον σεαυτὸν τῷ κόσμῳ. οὐδὲ γὰρ οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ ἐπίστευον εἰς αὐτόν. λέγει οὖν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς Ὁ καιρὸς ὁ ἐμὸς οὔπω πάρεστιν, ὁ δὲ καιρὸς ὁ ὑμέτερος πάντοτέ ἐστιν ἕτοιμος. οὐ δύναται ὁ κόσμος μισεῖν ὑμᾶς, ἐμὲ δὲ μισεῖ, ὅτι ἐγὼ μαρτυρῶ περὶ αὐτοῦ ὅτι τὰ ἔργα αὐτοῦ πονηρά ἐστιν. ὑμεῖς ἀνάβητε εἰς τὴν ἑορτήν: ἐγὼ οὔπω ἀναβαίνω εἰς τὴν ἑορτὴν ταύτην, ὅτι ὁ ἐμὸς καιρὸς οὔπω πεπλήρωται. ταῦτα δὲ εἰπὼν αὐτοῖς ἔμεινεν ἐν τῇ Γαλιλαίᾳ.
Y le dijeron sus hermanos: «Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo». Ni aun sus hermanos creían en él. Entonces Jesús les dijo: «Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo siempre está preparado. No puede el mundo odiaros a vosotros; pero a mí me odia, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido». Y habiéndoles dicho esto se quedó en Galilea.

Otros libros del Nuevo Testamento

Los hermanos de Jesús son también mencionados, además de en los evangelios, en otros libros del Nuevo Testamento:

  • En los Hechos de los Apóstoles (Hechos 1:14) se dice que los apóstoles «perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos».

El problema semántico

El término en el griego del Nuevo Testamento

La etimología de la palabra griega para "hermano" (ἀδελφός adelphos) es "del mismo útero", a-delphys,[9]​ aunque en el uso del Nuevo Testamento, el significado cristiano y judío de "hermano" es más amplio y se aplica incluso a miembros de la misma comunidad religiosa.[10]​ En la Biblia, las palabras griegas adelphos y adelphe no estaban restringidas a su significado literal de "hermano" o "hermana", ni tampoco sus plurales.[11]

El término adelphos se emplea en sentido literal para hacer referencia a un hermano consanguíneo, carnal —los dos progenitores en común— o medio hermano —un solo progenitor en común—. Por ejemplo, el término se utiliza para hacer referencia al parentesco que une a Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo (Marcos 1:19, Marcos 3:17 y Marcos 5:37, y correspondientes); y también para la relación entre Antipas y Filipo, quienes, como se sabe por el historiador judío Flavio Josefo, eran ambos hijos de Herodes I el Grande, pero de diferentes madres (Marcos 6:17-18).

El término adelphos se utiliza en sentido figurado para hacer referencia a relaciones personales que no son de parentesco: en este sentido, se identifica como hermanos a los seguidores de Jesús (Marcos 3:35), a los cristianos (1Corintios 1:1 y 5:11) e incluso a todos los seres humanos (Hebreos 2:11-17).[12]

Desde una fecha temprana, hubo diversas discusiones para interpretar si el término griego adelphos —aplicado en estas circunstancias a personas descritas como adelphoi (hermanos) de Jesús — significaba que eran hermanos completos, medio hermanos, hermanastros o primos. Para apoyar su punto de vista, el escritor cristiano del siglo IV, Helvidio, citó a Tertuliano y afirmó que los adelphoi eran hijos de María y José nacidos después de Jesús;[13][14]​ Sin embargo, Jerónimo refutó que Tertuliano “no pertenecía a la Iglesia” y argumentó que los adelphoi eran primos de Jesús.[15]

El término adelphos (hermano en general) es distinto de anepsios (primo, sobrino, sobrina).[16][17]​ En sus escritos cristianos del siglo II, Hegesipo diferenciaba entre los que eran anepsioi o adelphoi de Jesús.[18]​ Sin embargo, se ha argumentado que la palabra 'hermano' (adelphos) sí se usa para designar relaciones de parentesco más amplias en el caso de María de Nazaret y María de Cleofás, ya que a pesar de que ambas serían designadas como hermanas en Juan 19:25, en la cultura hebrea un matrimonio no colocaría el mismo nombre a dos de sus hijas carnales; y dado que Hegesipo escribió que José de Nazaret y Cleofás eran hermanos (convirtiendo a ambas mujeres en cuñadas) aquí "hermana" se estaría usando en el sentido de 'cuñada'.[19]​ Además, el idioma nativo de Jesús y sus discípulos era el arameo (como en Mateo 27:46 y Marcos 5:41),[20]​ que no podía distinguir entre un hermano o hermana de sangre y un primo. El arameo, como el hebreo bíblico, no contiene una palabra para "primo".[21]

En arameo y hebreo, que se inclinaban a usar circunloquios para indicar relaciones de sangre, las personas a las que se hacía referencia como "hermanos de Jesús" no siempre implicaban la misma madre biológica.[11]​ Esta percepción es afirmada por eruditos y teólogos, quienes observan que Jesús fue llamado " el hijo de María", en lugar de "un hijo de María" en su lugar de nacimiento (Marcos 6:3).[22]

El término en la Biblia hebrea

En hebreo y arameo no existe una palabra con el significado preciso del español «primo», por lo cual el concepto se expresa recurriendo a circunloquios.

En el Antiguo Testamento, la palabra «hermano» (del hebreo: אח [aj]) se utiliza en algunos pasajes en el sentido de «primo» o «sobrino». En el Génesis Abrám (Abraham) le dice a Lot: «somos hermanos» (Génesis 13:8), cuando en realidad se trataba de su sobrino.[23]​ Son, sin embargo, casos relativamente excepcionales, y en los que el contexto resuelve la posible ambigüedad. En concreto, solo hay un caso en la Biblia hebrea en que el término tenga el sentido de «primo»: se trata de 1Crónicas 23:21-22: «Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los hijos de Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres»; aquí son primos los que se casan, pero se les llama «hermanos». Tobías (8:7) desposa a su prima Sara refiriéndose a ella como «hermana».

Cuando se realizó la traducción al griego del Antiguo Testamento, la llamada Biblia de los Setenta (siglos III-I a. C.) se tradujo el hebreo אח por el griego ἀδελφός (hermano). Por ese motivo, la palabra se utiliza, en esa ocasión al menos, con el significado de «primo» en el Antiguo Testamento.

En la época de Jesús, el hebreo no era una lengua hablada, sino solo religiosa y de cultura. La lengua más extendida era el arameo, otra lengua semítica: también en arameo, la palabra para «hermano» (aha) puede utilizarse con el sentido de «primo» o «sobrino».

Relación de los hermanos de Jesús con María

Hijos de José y María

Una interpretación que se dio a las referencias a «hermanos de Jesús» los considera hijos del matrimonio formado por sus padres, José y María. Según esta interpretación, después del nacimiento de Jesús, concebido por obra del Espíritu Santo como se relata en Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52, ambos esposos habrían mantenido relaciones conyugales y tenido varios hijos. Jesús sería, entonces, el hermano mayor.

Esta posición fue defendida por Tertuliano en el siglo II, más adelante, en el siglo IV, esta misma idea fue defendida por otro teólogo, Helvidio, que fue refutado por Jerónimo de Estridón. Sin embargo, según Pedrozo, «la afirmación de que la posición de Helvidio gozó de antigüedad y un amplio apoyo no puede sostenerse»,[24]​ y lo único que se puede afirmar con seguridad es que Tertuliano en ninguna parte atacó explícitamente la idea de la virginidad posparto de María.

Esta posición es en la actualidad la dominante entre la mayoría de los cristianos protestantes, aunque solo desde el desarrollo de la teología liberal —Lutero, Calvino, Zuinglio y otros muchos de los iniciadores de la Reforma fueron defensores del dogma de la virginidad perpetua de María, como señala Raymond E. Brown, entre otros—.[25]

Según J.P. Meier desde un punto de vista estrictamente filológico, no existe razón alguna para pensar que los hermanos y hermanas de Jesús no lo sean en el sentido convencional de la palabra, es decir, hijos biológicos de José y de María, y hermanos carnales de Jesús de Nazaret.[26][34]

El punto de vista filológico resulta matizado o acotado por la interpretación bíblica de los textos del Nuevo Testamento, si se considera que la terminología semítica puede haber influido, al realizarse traducciones al griego de noticias tempranas sobre Jesús de Nazaret expresadas en arameo o en hebreo.[35][36]​ Además del punto de vista filológico enfatizado por Meier, Joseph A. Fitzmyer señala la complejidad que significa el análisis bíblico de estos textos.[37]​ Por ejemplo, resulta arduo imaginar por qué, durante la crucifixión de Jesús, se menciona en el Evangelio de Marcos a «María, la madre de Santiago el Menor y de José» (Marcos 15:40), «María, la madre de José» (Marcos 15:47) y «María, la madre de Santiago» (Marcos 16:1). Es difícil que el Evangelio de Marcos quiera referirse, con semejante rodeo retórico, a María, la madre de Jesús. Entonces, ya que no es improbable que Santiago y José, mencionadas en Marcos 15:40 sean las mismas personas que se mencionan en Marcos 6:3, no parece tan simple definir el grado de parentesco que implica el término adelphos precisamente en Marcos 6:3 y, consiguientemente, en Marcos 3:31-32, y consiguientemente en los textos paralelos de los Evangelios de Mateo y de Lucas.[37]

Hijos de un matrimonio anterior de José

Meier sugiere que, para defender el dogma de la virginidad de María, madre de Jesús, antes y después del parto,[38]​ surgió desde fecha relativamente temprana en los autores cristianos la idea de que los «hermanos de Jesús» mencionados en el Nuevo Testamento eran en realidad hijos de un matrimonio anterior de José de Nazaret. Eran, por tanto, hijos biológicos de José, pero no de María, quien habría permanecido virgen hasta su muerte. Desde el punto de vista cristiano, ya que Jesús no fue en realidad hijo biológico de José, sino solo de María, estos hermanos lo habrían sido solo desde el punto de vista legal, como hijos de José, pero no tendrían ningún vínculo de parentesco real con Jesús. Epifanio de Salamis en su obra Panarion menciona que José fue padre de Santiago y de sus tres hermanos (José, Simeón, Judá) y dos hermanas (una Salomé y una María)[39]​ o (una Salomé y una Ana)[40]​ con Santiago siendo el hermano mayor. Santiago y sus hermanos no eran hijos de María, sino hijos de José de un matrimonio anterior. Después de la muerte de la primera esposa de José, muchos años después, cuando tenía ochenta años, "tomó a María (madre de Jesús)". Según Epifanio, las Escrituras los llaman "hermanos del Señor" para confundir a sus oponentes.[41][42]

La idea, sin embargo, es bastante más antigua ya que se remonta al menos al siglo II. Está presente ya en un evangelio apócrifo conocido como Protoevangelio de Santiago, en el que se defiende la virginidad de María, antes y después del parto y afirma que José era viudo, con hijos, en el momento en que María le fue confiada a su cuidado.[43]​ También se encuentra en otros evangelios apócrifos del siglo II, como el Evangelio de la infancia de Tomás. Orígenes menciona un Evangelio de Pedro (no está claro si se trata del mismo Evangelio de Pedro del que han llegado hasta nosotros algunos fragmentos), según el cual «los hermanos de Jesús serían los hijos de José, nacidos de una primera mujer que él habría tenido antes de María».[44]

El libro apócrifo La Historia de José el Carpintero, escrito en el siglo V y enmarcado como una biografía de José dictada por Jesús, describe cómo José tuvo una esposa antes de María con la que tuvo seis vástagos, cuatro hijos y dos hijas. Los nombres de los hijos eran Judas, Justo, Santiago y Simón, y los de las hijas eran Asia y Lidia. Según ese relato, los llamados hermanos de Jesús serían hijos de José de un matrimonio anterior.[45]

La Enciclopedia Católica, citando los textos contenidos en los libros apócrifos, escribe que José tuvo seis hijos (2 mujeres y 4 hombres) con un matrimonio anterior a María, quien al quedar viudo desposaría a María:

Cuando contaba con cuarenta años de edad, José desposó a una mujer llamada Melcha o Escha para algunos, Salomé para otros, con quien convivió cuarenta y nueve años y con quien tuvo seis chicos, dos hijas y cuatro hijos, el menor de los cuales fue Santiago (el Menor, llamado “el hermano del Señor”). Un año después de la muerte de su esposa, cuando los sacerdotes anunciaron por toda la Judea que ellos deseaban encontrar en la tribu de Judá algún hombre respetable para desposar a María, de entonces doce a catorce años de edad, José, quien ya tenía en dicho momento noventa años, fue a Jerusalén entre los candidatos, un milagro manifestó la elección de José realizada por Dios, y dos años después la Anunciación tuvo lugar.[46]

El Evangelio del pseudo-Mateo, que probablemente fue escrito en el siglo VII, establece que los hermanos de Jesús fueron hijos de un matrimonio anterior de José.

José comenzó a hablar con timidez, diciendo: Soy un hombre viejo, y tengo hijos; ¿Por qué me entregan esta jovencita, que es más joven que mis nietos? (...) Y en cierto día, José llamó a su hijo primogénito, Santiago, y lo envió al huerto a recoger verduras (...) Y José, que había venido a una fiesta con sus hijos, Santiago, José, Judas, y Simeón y sus dos hijas, también asistía Jesús, con María, su madre, junto con su hermana María de Cleofás.[47]

Esta es la posición tradicional en las iglesias orientales, y especialmente en la Iglesia ortodoxa. Desde el punto de vista filológico, es una interpretación posible, ya que, ciertamente, el término griego para «hermano» podía significar también «medio hermano», es decir, persona que, con respecto a la otra, tiene solo un progenitor común. En Marcos 6:17-18, y correspondientes, se usa el término para hacer referencia a dos medio hermanos, Antipas y Filipo, que solo tenían un progenitor en común, el rey Herodes I el Grande.

Primos de Jesús

La interpretación de que los hermanos de Jesús citados en el Nuevo Testamento son en realidad sus primos es bastante tardía. Su principal defensor fue, ya en el siglo IV, San Jerónimo, en su obra Adversus Helvidium (Contra Helvidio),[48]​ que tiene una intención apologética: se trata de refutar la opinión de un autor llamado Helvidio, quien citando a Tertuliano, afirma que los hermanos de Jesús eran hijos biológicos de José y de María. Jerónimo responde que Tertuliano "no pertenece a la Iglesia". Junto con Helvidio, esta enseñanza fue rechazada por Tertuliano y Joviniano, pero defendida por Ambrosio de Milán y Agustín de Hipona.[49]​ Jerónimo centra su argumentación en el uso que del término adelphos se hace en la primera traducción al griego de la Septuaginta, aduciendo varios ejemplos en que el término adelphos se utiliza para designar relaciones entre tío y sobrino (Abraham y Lot; Jacob y Labán en Genesis 29:12), o entre primos (1Crónicas 23:21-22). Este último es el único caso, en toda la Biblia, en que el término se utiliza, fuera de toda duda, para expresar una relación entre primos.[50]​ Está claro, en cualquier caso, que no es usual, aunque tampoco ausente el empleo de la palabra adelphos con el significado de primo en la traducción griega del Antiguo Testamento,[51]​ por lo que esta interpretación, común hasta hoy en medios católicos,[52]​ resulta improbable para algunos estudiosos contemporáneos, entre los que se encuentra John P. Meier.[53][54][55][56]

Jerónimo también argumentó que estos adelphos eran hijos de la hermana de María, María de Cleofás.[13][57]​ El Diccionario Oxford de la Iglesia Cristiana menciona que un erudito moderno, a quien no identifica, ha propuesto que estos adelphos eran hijos de Cleofás (el hermano de José según Hegesipo) y de María, la esposa de Cleofás (no necesariamente refiriéndose a la hermana de la madre de Jesús).[13]

Según un fragmento atribuido a la obra Exposición de los Dichos del Señor del Padre Apostólico Papías de Hierápolis, quien vivió alrededor del año 70-163 d. C., "María la esposa de Cleofás o Alfeo" sería la madre de Santiago el Justo, Simón, Judas (identificado como Judas el Apóstol) y José.[58]​ El teólogo anglicano J.B. Lightfoot descartaría la evidencia de Papías como espuria, ya que la cita pertenecía en realidad a su homónimo Papías de Lombardía, procedente de su Elementarium Doctrinae Rudimentum, del siglo XI.[59]

Esta es la posición históricamente predominante en la tradición católica. En la actualidad cuenta entre sus defensores a los especialistas que integran la Escuela bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén, ref name="Escuela de Jerusalén" /> José María Cabodevilla,[60][24]​ y otros autores.[61][19]

Ausencia de los hermanos de Jesús

Hay algunos pasajes significativos en las Escrituras donde no aparecen los hermanos o hermanas de Jesús, por ejemplo, cuando Jesús se perdió en el templo y durante su crucifixión. Esto se argumenta para apoyar la opinión de que los llamados «hermanos de Jesús» no son hermanos de sangre,[62][63][64][65]​ aunque algunos autores lo rechazan.[66]

  • El Evangelio de Lucas relata la visita de María, José y Jesús al templo de Jerusalén cuando Jesús tenía 12 años (Lucas 2:41-51), pero no menciona a ningún hermano. Robert Eisenman cree que Lucas trató de minimizar la importancia de la familia de Jesús por cualquier medio posible, eliminando a Santiago y los hermanos de Jesús del registro del Evangelio.[66]​ En cambio, Karl Keating argumenta que María y José se apresuraron sin dudarlo a regresar directamente a Jerusalén cuando se dieron cuenta de que Jesús estaba perdido, lo que seguramente habrían pensado dos veces antes de hacerlo si hubiera otros niños (hermanos de Jesús) que cuidar.[62]
  • El Evangelio de Juan registra algunas palabras de Jesús en la cruz, entre ellas: «Mujer, ahí tienes a tu hijo» y «¡Ahí tienes a tu madre!» (Juan 19:26-27). Luego se señala: «y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa». Desde la época de los Padres de la Iglesia, esta afirmación se ha utilizado para razonar que después de la muerte de Jesús no hubo otros hijos biológicos que cuidaran de María, y que tuvo que ser confiada al «discípulo amado».[63][64][65]​ Constantine Zalalas argumenta que habría sido contra la costumbre judía que Jesús entregara a su madre al cuidado del discípulo si María tuviese otros hijos vivos, porque el hijo mayor siempre asumía la responsabilidad de su madre.[67]​ Karl Keating escribió: «Es difícil imaginar por qué Jesús hubiera desatendido los lazos familiares y hubiera hecho esta provisión para su madre si estos cuatro [Santiago, José, Simón, Judas] fueran también sus hijos».[62]​ El papa Juan Pablo II comentó que el mandato «¡He ahí a tu hijo!» fue la encomienda del discípulo a María para llenar el vacío maternal dejado por la muerte de su único hijo en la cruz.[68]

Véase también

Notas y referencias

  1. Una visión de conjunto sobre el estado de la cuestión puede verse en Meier, Un judío marginal, pp. 326-341 (ver bibliografía). John P. Meier es sacerdote católico y uno de los principales investigadores actuales sobre el Jesús histórico. En su obra prescinde de presupuestos teológicos para atenerse a criterios exclusivamente filológicos e históricos.
  2. Otra visión de conjunto, bíblica, filológica, ecuménica y plural sobre el estado de la cuestión puede verse en Brown, Raymond, E., Donfried, Karl Paul; Fitzmyer, Joseph A.; Reumann, John (1986). María en el Nuevo Testamento. Una evaluación conjunta de estudiosos católicos y protestantes. (ver bibliografía). Los autores son biblistas reconocidos internacionalmente: Raymond E. Brown y Joseph A. Fitzmyer, católicos; Karl Donfried y John Reumann, protestantes con orientación luterana.
  3. Martin Luther on Mary's Perpetual Virginity, archivado desde el original el 21 de diciembre de 2008, consultado el 18 de junio de 2018 .
  4. Zwingli, Ulrich (1905), «Eini Predigt von der ewig reinen Magd Maria», en Egli, Emil; Finsler, Georg; Zwingli-Verein, Georg, eds., Huldreich Zwinglis sämtliche Werke (en alemán) 1, Zürich: C. A. Schwetschke & Sohn, p. 385, consultado el 1 de julio de 2008, «I firmly believe that [Mary], according to the words of the gospel as a pure Virgin brought forth for us the Son of God and in childbirth and after childbirth forever remained a pure, intact Virgin» .
  5. Wesley, John; Benson, Joseph (1812), The Works of the Rev. John Wesley, p. 112, «I believe that He was made man, joining the human nature with the divine in one person; being conceived by the singular operation of the Holy Ghost, and born of the blessed Virgin Mary, who, as well after as before she brought Him forth, continued a pure and unspotted virgin» ..
  6. Calvin, John (2009). Commentary on Matthew, Mark, Luke – Volume 2. Grand Rapids, MI: Christian Classics Ethereal Library. asin: B002C1BMTI. 
  7. La veneración de la Theotokos según la Biblia ( Archimandrita Cleopa Ilía )
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  9. Segal, Charles (1999), Tragedy and civilization: an interpretation of Sophocles, p. 184, «word for ‘brother,’ adelphos, from a- (‘same,’ equivalent to homo-) and delphys (‘womb,’ equivalent to splanchna).» .
  10. Mateo 12:50
  11. a b Bethel (1907)
  12. Un comentario más extenso sobre el uso figurado de la expresión en el Nuevo Testamento puede verse en Meier, op. cit., p. 337.
  13. a b c Cross, FL, ed. (2005), «Brethren of the Lord», The Oxford Dictionary of the Christian Church, New York: Oxford University Press ..
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  18. Shanks, Hershel; Witherington III, Ben, The Brother of Jesus – The Dramatic Story & Meaning of the First Archaeological Link to Jesus & His Family, pp. 94-95, consultado el 4 de agosto de 2014, «De hecho, había una palabra para primo en griego, "anepsios", y nunca se usa para hablar de Santiago o de los otros hermanos de Jesús. Es interesante cómo el escritor cristiano del siglo II Hegesipo distingue [página 95] entre los que eran primos de Jesús ( anepsioi ), y Santiago y Judas, que son llamados hermanos de Jesús (citado en el historiador del siglo IV Eusebio, Hist. Eccl. 4.22.4; ver 2.23.4, 3.20.1).» .
  19. a b Prothro, James B (2019). «Semper Virgo? A Biblical Review of a Debated Dogma». Pro Ecclesia: A Journal of Catholic and Evangelical Theology (en inglés) 28 (1): 78-97. ISSN 1063-8512. doi:10.1177/1063851219829935. Consultado el 11 de diciembre de 2021. 
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  25. Brown, Raymond E. (2002). 101 preguntas y respuestas sobre la Biblia. Salamanca: Ediciones Sígueme. p. 100. ISBN 84-301-1304-5. «Aunque los protestantes, por lo general, creen que los hermanos y hermanas de Jesús, mencionados en el Nuevo Testamento, son hijos de María, y que, por tanto, no permaneció virgen, ése no fue un problema relevante en los tiempos de la Reforma. Creo recordar que Lutero, Calvino y Zuinglio, todos ellos, empleaban la expresión «la siempre virgen» (una antigua descripción de María) sin ninguna objeción. Evidentemente la moderna discusión surgió algo más tarde, a partir de una lectura literal del Nuevo Testamento.» 
  26. A este respecto, veánse la "Conclusión" de J.P. Meier (Meier, op. cit., pp. 340-341).
  27. Colosenses 4:10
  28. Lucas 1:36.
  29. Meier, op. cit., p. 338.
  30. "No obstante, si -prescindiendo de la fe y de la doctrinas posterior de la Iglesia- pedimos al historiador o exegeta un juicio sobre el NT y los textos patrísticos que hemos examinado, vistos únicamente como fuentes históricas, la opinión más probable es que los hermanos y hermanas de Jesús lo eran verdaderamente" (Meier, p. 340).
  31. "Por eso, la opinión más plausible desde un punto de vista puramente filológico e histórico es que los hermanos y hermanas de Jesús eran realmente tales" (Meier, p. 341).
  32. Una completa visión de conjunto sobre las diferentes visiones cristianas del problema puede encontrarse en Puig, Jesús: Una biografía, pp. 164-175 (ver bibliografía).
  33. Como señala J.P. Meier, ningún teólogo ha sugerido nunca que Santiago y Juan, llamados "hermanos" en varias ocasiones en el Nuevo Testamento, no lo fuesen realmente (Meier, op. cit., p. 336).
  34. Meier menciona los principales argumentos en favor de esta postura:
    • 1. Las referencias a los hermanos de Jesús aparecen en múltiples fuentes cristianas. Los pasajes sinópticos tienen su origen, según la extendida teoría de las dos fuentes, en el Evangelio de Marcos, pero hay referencias también en las cartas de Pablo de Tarso, el Evangelio de Juan, e incluso, independientemente de Marcos, en los escritos de autor del Evangelio de Lucas —si se interpreta como una verdadera alusión a los hermanos de Jesús el pasaje de Hechos 1:14—, e incluso en una fuente no cristiana, el historiador judío Flavio Josefo. Ninguno de estos autores introduce ninguna precisión sobre la naturaleza de la relación entre estos personajes y Jesús que pueda hacer suponer que no se trata de verdaderos hermanos.
    • 2. En varios de los pasajes, los hermanos de Jesús son mencionados en relación con su madre, María. La expresión perdería su sentido si se interpretase como «primos» o «parientes».
    • 3. El uso habitual de los autores del Nuevo Testamento, de los autores cristianos primitivos y de Flavio Josefo diferencia claramente entre «hermanos» y otras relaciones de parentesco. Otros términos para expresar relaciones de parentesco fueron usados por el autor de la Epístola a los colosenses (ανεψιός, anepsiós, ‘primo’)[27]​ y Lucas (συγγεννής, syngenês, ‘pariente’).[28]​ En el siglo II, Hegesipo distinguía entre un hermano, un tío y un primo de Jesús.[29]​ El historiador judío Flavio Josefo, que se refiere a Santiago, «hermano de Jesús», utiliza también estos términos para hacer referencia a otras relaciones de parentesco.
    • 4. Los relatos de la concepción de Jesús en Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52 son considerados generalmente tardíos y menos fiables históricamente que la tradición que procede de Marcos. Según la crítica actual, tienen fundamentalmente un carácter teológico, y parecen coexistir con otra tradición más antigua según la cual Jesús era hijo de José. Por otro lado, hacen referencia a una intervención divina de carácter sobrenatural, que resulta históricamente poco creíble.
    • Según J.P. Meier la interpretación considerada más plausible desde el punto de vista filológico e histórico,[30][31]​ es decir, que los hermanos de Jesús citados en el Nuevo Testamento son hijos de José y de María y, por lo tanto, hermanos carnales, biológicos, de Jesús, resulta inaceptable para la mayoría de los cristianos. Por una parte, los cristianos no aceptan que Jesús fuese hijo biológico de José, ya que atribuyen su concepción a la obra del Espíritu Santo, según los relatos de Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52. Por otro, desde el siglo II la corriente mayoritaria de la tradición cristiana afirma la virginidad perpetua de la madre de Jesús, en la actualidad dogma de fe para varias confesiones cristianas, incluyendo a católicos y ortodoxos. Por ese motivo han surgido interpretaciones alternativas de los textos evangélicos.[32]
    • Para J. P. Meier, la única razón de estas interpretaciones es hacer compatibles las alusiones a los hermanos de Jesús con las creencias cristianas.[33]
  35. Brown, Raymond E. (2002). 101 preguntas y respuestas sobre la Biblia. Salamanca: Ediciones Sígueme. p. 100. ISBN 84-301-1304-5. «Ya he dicho que normalmente las palabras griegas se refieren a hermanos y hermanas uterinos o consanguíneos. Sin embargo […] la terminología semítica […] podría haber influido al traducir al griego. Por un lado, si bien en el griego hay palabras para designar a los «primos», «hermanastros», «medio hermanos», etc., los términos griegos empleados en los evangelios pueden haber sufrido la influencia de tempranas referencias cristianas a la familia de Jesús, expresadas en arameo o en hebreo. A diferencia del griego, estas lenguas semíticas de los tiempos de Jesús carecían de un vocabulario preciso para una amplia gama de relaciones familiares. Reflejaban, más bien, un origen tribal, en el que los miembros de una misma tribu, clan o familia eran considerados hermanos y hermanas, sin que importara su parentesco exacto. Un ejemplo clásico es el empleo de «hermanos» en Gén 13, 8 para describir la relación entre Lot y Abrahán, cuando Lot era más exactamente sobrino de Abrahán. Acogiéndonos a esto, se puede argüir que los hombres y mujeres a los que se llama «hermanos y hermanas» de Jesús reciben esta designación de acuerdo con una imprecisa terminología «tribal» semítica y, en realidad, eran parientes más lejanos, o sea, que no eran hijos de María.» 
  36. Escuela Bíblica de Jerusalén, ed. (1998). «Evangelio según San Mateo 12:46: comentario». Biblia de Jerusalén (edición española). Bilbao (España): Desclée de Brouwer. p. 1438. ISBN 978-84-330-1305-7. «Los "hermanos" (y las "hermanas") de Jesús se mencionan repetidas veces (Mateo 12:46; Mateo 13:55; Juan 7:3; Hechos 1:14; I Corintios 9:5; Gálatas 1:9). La palabra griega empleada (adelphos) significa en su sentido primero "hermano de sangre"; mas, al igual que la palabra hebrea o aramea correspondiente, puede significar también unas relaciones de parentesco más amplias (ver Génesis 13:8; 29:15; Levítico 10:4) y de modo especial a un primo hermano (I Crónicas 23:22). El griego tiene otro término para significar "primo" (anepsios), ver Colosenses 4:10 sobre el uso de este término en el Nuevo Testamento. Pero el Libro de Tobías muestra que se pueden emplear las dos palabras indistintamente refiriéndose a la misma persona; ver Tobías 7:2: "nuestro hermano Tobit" (adelphos o anepsios, según los manuscritos). A partir de los Padres de la Iglesia, la interpretación predominante ha visto en estos "hermanos" de Jesús a "primos", en consonancia con la creencia en la virginidad perpetua de María. Por lo demás, esto es coherente con Juan 19:26-27, que deja suponer que María estaba sola a la muerte de Jesús». 
  37. a b Fitzmyer, Joseph A. (1987). El Evangelio según Lucas. II: Traducción y comentario, capítulos 1 a 8,21. Madrid: Ecidiones Cristiandad. pp. 754-755. ISBN 84-7057-408-6. «El tenor de las habladurías en Mc 6,3 parece indicar que el término adelphos se refiere a “hermanos de sangre”. Pero incluso en el Evangelio según Marcos, la cuestión no es tan simple como podría parecer a simple vista. En realidad adelphos puede expresar una amplia gama de relaciones; por ejemplo, "prójimo" (Mateo 5:22-24, "compatriota" (Romanos 9:3 syngenēs = "con-génere", "pariente"), "hermanastro" (Marcos 6:17-18, a no ser que el evangelista no haya expresado correctamente la relación de consanguinidad entre Filipo y Herodes […]; "pariente" en general (véase la versión de los LXX: Gn 13,8; 14,14; 24,27; 29,12). El empleo de esta palabra por los LXX puede reflejar la amplitud de significados que admitía el término hebreo ´ah o arameo ´aha´ (= "hermano", "pariente", "consanguíneo", "allegado"). En esta línea, una carta escrita en arameo, y conservada en un papiro, empieza con la fórmula siguiente: “Tu hermano, a mi querido hijo”, y se trata de una misiva que un padre envía a su hijo ausente, por participar en una expedición (cf. JNES 21, 1962, 16-17). En 1QapGn 2,9, Bit-enoš se dirige a su marido Lamec, con estas palabras: "¡Oh hermano mío y señor mío!" Esa misma construcción se encuentra a veces incluso en textos griegos; cf. J.J. Collins: TS 5 (1944) 484-494; MM 8,9.
    En el Evangelio según Marcos, la dificultad de una interpretación exacta del término adelphos no radica en los pasajes que hemos citado –y que son suficientemente inteligibles–, sino en otros textos, como son Marcos 15:40, Marcos 15:47, Marcos 16:1. En esos pasajes Marcos menciona entre las mujeres que, de lejos, presencian la crucifixión de Jesús, a "María, la madre de Santiago el Menor y de José" (Marcos 15:40), "María, la de José" (Marcos 15:47) y "María, la de Santiago" (Marcos 16:1). Es difícil que Marcos quiera referirse, con estas palabras, a la madre del propio crucificado. ¿Por qué habría de usar esa circunlocución? Entonces, ya que no es improbable que esas dos personas: Santiago y José, mencionadas en Mc 15, 40, sean las mismas que aparecen en Mc 6, 3, ¿qué grado de parentesco implica el término adelphos precisamente en Mc 6,3 y, consiguientemente, en Mc 3, 31-32?»
     
  38. "Bien puede tratarse de una solución elaborada a posteriori para apoyar la emergente idea de la virginidad perpetua de María, que no llegó a ser doctrina común hasta la segunda mitad del siglo IV" (Meier, p. 333).
  39. Cyprus), Saint Epiphanius (Bishop of Constantia in; texts), Frank Williams (Specialist in early Christian; Holl, Karl (2013). The Panarion of Epiphanius of Salamis: De fide. Books II and III (en inglés). Leiden [u.a.]: BRILL. p. 622. ISBN 9004228411. 
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  42. Williams, translated by Frank (2013). The Panarion of Epiphanius of Salamis. (Second, revised edición). Leiden [u.a.]: Brill. p. 36. ISBN 9789004228412. Consultado el 18 de septiembre de 2015. 
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  50. Puig, op. cit., p. 168; Meier, op. cit., p. 334.
  51. «No es cierto que adelphos se use regularmente en el AT griego con el significado de primo» (Meier, op. cit., p.334).
  52. «[...] a menudo se considera doctrina común en la Iglesia católica, esto es, que los hermanos y hermanas eran realmente primos y que no sólo María, sino también José, vivieron en estado de perpetua virginidad [...]» (Meier, op. cit., p.327).
  53. «La idea de que José se mantuvo perpetuamente casto [...] carece de base en la Escritura» (Meier, op. cit., p. 333).
  54. «Se pueden presentar varios argumentos filológicos en apoyo de la teoría de Jerónimo; pero un examen minucioso demuestra que no son tan concluyentes como podría parecer a primera vista» (Meier, op. cit., pp. 333-334).
  55. Although the Hieronymian view still has its advocates, it must be said to be the least probable. ( Bauckham: The Relatives of Jesus).
  56. «Ahora bien, si se hubiera querido precisar que los hermanos de Jesús eran, de hecho, sus primos tendríamos algún indicio de ello -por pequeño que fuera- en los textos del Nuevo Testamento o, al menos, en la tradición cristiana primitiva. [...] Hegesipo distingue claramente entre Santiago, el "hermano del Señor" y Simeón "el primo del Señor" [...] Por tanto, siguiendo a Hegesipo, autor del siglo II, difícilmente los hermanos del Señor pueden ser considerados sus primos». (Armand Puig: Jesús. Una biografía; pp. 168-169. Barcelona: Destino, 2005. ISBN 84-233-3752-9.
  57. Harrison, Everett F (1968), A Short Life of Christ, p. 58, «In opposition to Helvidius, Jerome (Hierony- mus, hence the name Hieronymian for his view) insisted that the brethren were kinsmen, specifically first cousins, being sons of Mary's sister, namely, that Mary who was the wife of Clopas» ..
  58. de Hierápolis, Papías. Fragmentos de Papías: Fragmento X. Consultado el 18 de junio de 2018. 
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  60. Cabodevilla, José María (2004). Señora Nuestra - Cristo Vivo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. p. 329. ISBN 84-7914-700-8. «Por lo que respecta a los «hermanos» de Jesús (Mt 13,54-56; Hechos 1,14), ya se sabe que esta denominación tiene en hebreo un ámbito mucho más amplio, que abarca a todos los primos. Los más recientes estudios sobre el idioma vienen a corroborar esta interpretación tradicional.» 
  61. Pitre, Brant James (2018). Jesus and the Jewish Roots of Mary: Unveiling the Mother of the Messiah (en inglés). Crown Publishing Group. p. 116. ISBN 978-0-525-57274-9. Consultado el 26 de enero de 2023. 
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Bibliografía

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  • PUIG, Armand (2005). Jesús. Una biografía. Barcelona: Destino. ISBN 84-233-3752-9. pp. 164-175.

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