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'''''Paradise Lost 2: Revelations''''' es un documental estadounidense dedel año 2000, dirigido por [[Joe Berlinger]] y [[Bruce Sinofsky]]. Es la secuela del filmede ''[[Paradise Lost: The Child Murders at Robin Hood Hills]]'' y se centra en la apelación que hizo uno de los condenados como culpables del [[West Memphis Three|asesinato de tres niños]] en [[West Memphis (Arkansas)|West Memphis]] ([[Arkansas]]).
 
== Descripción ==
El documental se centra, entre otras cosas, en la apelación que Damien Echols interpuso contra la sentencia que lo condenó como uno de los responsables del asesinato de tres niños en la localidad de [[West Memphis (Arkansas)|West Memphis]] ([[Arkansas]]). Echols, quien fue condenado a la [[pena de muerte]], sostuvo que sus abogados en el primer juicio no fueron lo suficientemente diligentes. Los documentalistas entrevistaron tanto a los condenados como a sus familias.
 
Los documentalistas también entrevistaron a un grupo de personas que se contactaron a través de [[internet]]Internet luego de ver el primer documental, creando un grupo de apoyo a los jóvenes que según ellos fueron condenados injustamente. La repercusión del primer documental hizo que los condenados fueran conocidos como "[[West Memphis Three|los tres de West Memphis]]". También entrevistaron a John Mark Byers, padre de una de las víctimas que surgió como uno de los sospechosos del crimen en el documental anterior. Fue el único familiar de las víctimas que aceptó ser entrevistado en este documental.
 
El abogado de la defensa, Dan Stidham, contrató a un [[perito judicial|perito]] para que lo ayudara en la apelación, quien le hizo notar que una de las víctimas tenía una lesión similar a una mordedura. La defensa, convencida que efectivamente eran marcas de dientes, buscó aplicar ese razonamiento ante el tribunal para poder probar la inocencia de los condenados. Los tres jóvenes se sometieron a una prueba para verificar si sus dentaduras correspondían a las marcas de la víctima, y ninguna coincidió. Sin embargo, la fiscalía sostuvo que la lesión no correspondía a una mordedura, sino que a la marca de una hebilla de cinturón.